Camino a Singapur. El Imperio del Sol Naciente (V)
Publicado en El Nacional el 12 de enero de 2022
La expansión del
Japón por el sureste asiático significó enfrentarse a su antiguo maestro en lo
que respecta a la construcción de un Imperio por medio de una poderosa armada.
Nos referimos al Reino Unido, el cual había permitido formar a los jóvenes
estudiantes nipones en ingeniería naval pero también a la oficialidad de su
armada liderizada por el venerado Heihachiro Togo (futuro primer almirante,
“padre de la Armada Imperial” y héroe de Tsushima) desde 1871 (en buena medida
el resto de los países occidentales con colonias o presencia en la región
recibieron a dichos estudiantes dependiendo de las ventajas de cada nación). Y
aunque fueron recibidos, aprendieron la lección y llevaron a su país en pocas
décadas a ser una potencia regional; fueron despreciados por sus maestros al
considerarlos un aliado de segunda en la Primera Guerra Mundial. Ahora era el
momento de la respuesta ante el racismo occidental que se expresó en su
invitación a la Conferencia de París (1919) que generaría el Tratado de
Versalles pero sin ser escuchados. No olvidemos que fueron considerados “el
peligro amarillo” o “enanos dentones de ojos rasgados” con “espíritu de
hormiga” por su “obediencia devota” al Emperador, incluso en la propia mesa de
negociación. El plan de invasión cuya meta era capturar las fuentes de
combustible entre otros recursos de la Indonesia holandesa y establecer el
perímetro defensivo, sustituía la presencia europea en la zona por la japonesa
los cuales la justificaban como un medio de liberación del hombre blanco iniciando
lo que ya habían llamado “la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental”.
La principal potencia
occidental en Asía era el Imperio Británico, a la cual se suman – por ser parte
de la Commonwealth – sus antiguas colonias que ya poseían autonomía como
Australia y Nueva Zelandia (consideradas partes de otro continente: Oceanía
pero en íntima relación con Asia). Aunque en presencia territorial porque con
respecto al poder marítimo ya el Japón y los Estados Unidos la habían superado
en el Pacífico. Sus posesiones (salvo la India) y su flota en la zona (“Fuerza
G”, después renombrada “Fuerza Z” cuando en noviembre se les sumaron el
acorazado HMS Prince of Wales y el
crucero de batalla HMS Repulse) serían
atacadas por el Japón, debido a que estas representaban una amenaza para sus
rutas de abastecimiento y se encontraban en los territorios del perímetro
defensivo. La ofensiva fue casi simultáneo por lo que resulta imposible
establecer un orden para su análisis, lo que hemos hecho es explicarlos por las
potencias a las que pertenecen (la semana pasada comenzamos con Estados Unidos
en la Campaña de Filipinas), y hoy nos dedicamos al Reino Unido.
Hong Kong fue la
primera víctima, cuya batalla fue iniciada a 8 horas del ataque a Pearl Harbor,
y duraría desde el 8 al 25 de diciembre de 1941. En esta isla rodeada de una
zona con múltiples penínsulas y bahías, tenía la ventaja para el Imperio Nipón
que ya controlaba la zona continental de China en sus alrededores. La acción
siguió las tácticas ya explicadas anteriormente: destrucción de los aeródromos
y logro de la superioridad aérea, aislamiento por mar gracias al dominio
marítimo de la Armada japonesa, ataques frontales de la infantería con bayoneta
calada después del ablandamiento con la artillería y bombardeo aéreo. También
se llevaron a cabo los necesarios desembarcos e infiltración de espías. A
diferencia de otras batallas con los occidentales en este caso las tropas
japoneses bajo el comando del teniente general Takashi Sakai doblaban a sus
enemigos; enemigos que habían llegado recientemente del Canadá y no tenían
experiencia de combate, otros eran indios, nativos chinos, británicos y el
resto de la mancomunidad, todos bajo la jefatura del mayor general Christopher
Michael Maltby. La conquista fue brutal (asesinaron a soldados que se rindieron
y en un hospital mataron a los heridos y al personal médico) y por esta
conducta varios oficiales y el comandante Sakai fueron juzgados por crímenes de
guerra al final del conflicto en 1946.
El dominio de los
mares por la Armada Imperial en estos primeros meses (diciembre de 1941 a mayo
de 1942) se logró, no solo por el éxito de Pearl Harbor, sino también por las
victorias que obtuvo sobre la Royal Navy y
la marina australiana. La más
importante fue el hundimiento del Prince
of Wales y el Repulse el 10 de diciembre por más de 80 aviones japoneses
(bombarderos Mitsubishi
G4M "Betty")
y
torpederos (Mitsubishi
G3M1
tipo 96 "Nell"), con lo cual quedaba demostrada el dominio del arma
aeronaval. Winston Churchill describió el hecho con las siguientes palabras: “en
toda la guerra nunca recibí una noticia tan dolorosa. (…) Ya no quedaban
grandes embarcaciones en el Índico y el Pacífico (salvo las de EEUU que se
habían refugiado en California). Japón tenía el control supremo, y en todo el resto
quedábamos debilitados y desprotegidos” (“Capítulo IV. ¡Pearl Harbor!” del
“Libro III. La Gran Alianza” de su obra: La
Segunda Guerra Mundial, 1948-56). De esta forma se pudieron transportar los
ejércitos a los múltiples objetivos, siendo el más importante después de
Indonesia: Singapur, por lo que el Primer Ministro le dedicará el “Capítulo
VII. La caída de Singapur”, y buena parte de los documentales sobre esta gran
campaña tratan de la captura de esta isla-ciudad-fortaleza (principal puerto y
colonia británica del “Far East”). El mejor ejemplo es el “Episodio 6. Banzai!: Japan
(1931–1942)” de la serie The World at war (Jeremy Isaacs,
1973-74). La misma es considerada la mayor derrota militar británica de su
historia al ser defendida por 150 mil soldados que su mayoría terminaría en
terribles campos de prisioneros, por esto probablemente cuenta con varios
filmes como la ganadora de siete Óscar: El
puente sobre el río Kwai (David Lean, 1957).
La campaña de
Singapur la analizaremos en dos entregas, el inicio ahora y su conclusión
cuando se cumpla el 80 aniversario de la caída el 15 de febrero próximo. La
misma comenzó el 8 de diciembre cuando 70 mil soldados japoneses del 25°
Ejército bajo el comando del teniente general Tomoyuki
Yamashita desde la indochina
francesa ocupada invaden Tailandia (único Estado independiente de la región que
se alía rápidamente a la “Esfera de Coprosperidad”). De inmediato, apoyados por
su aviación, tanques y soldados en 12 mil bicicletas, siguen hacia Malasia que
era una colonia selvática británica. La intención era controlar la retaguardia
de Singapur e invadirla desde la costa de la península malaya, donde la
fortaleza poseía menos defensas debido a que siempre esperó un ataque por mar y
no desde esta región que considera intransitable. Yamashita y su Ejército
tuvieron una gran capacidad de adaptación a todas las dificultades que
representaba la geografía, superando cada obstáculo que le imponían los
británicos. Además de contar con apoyo logístico de su Armada, y táctico
gracias al dominio del caza Cero, cuya mejor descripción la realizó un piloto
australiano en Malasia de un Brewster F2A Buffalo: Gregory Board: “El Cero nos
superaba en vuelo, subida, armamento, maniobra y en casi todo los demás que las
reglas señalaban para un avión. (…) Si se entraba en combate con un Cero, el
resultado estaba muy claro. Uno se convertía muy pronto en un muerto” (Martin
Caldin, 1969, El caza Cero). El 11 de
enero caía la capital de Malasia: Kuala Lumpur.
Las otras batallas
que comenzaron el 16 diciembre fue en Borneo dividida entre británicos y
holandeses con importantes pozos petroleros que fueron destruidos por los
defensores cuando el 23 de enero fue controlada definitivamente por el
conquistador (el resto de Indonesia seguiría combatiendo hasta abril). Y
Birmania también fue invadida ese mismo día pero se lucharía acá hasta julio.
En conclusión: el discípulo superó al maestro en lo militar pero también en la
crueldad. La supuesta liberación no era tal y se sustituía un colonizador por
otro. Las tres semanas siguientes haremos una pausa en el Frente del Pacífico
para tratar algunos hechos que ocurren en enero de 1942 en referente al
Holocausto, la contraofensiva del Zorro del Desierto en el Norte de África y el
invierno en el Frente Ruso; para después retomar las campañas en Singapur,
Filipinas, Birmania e Indonesia.
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