El 80 aniversario de la “Drôle de guerre” (y
II)
Carlos Balladares Castillo
La semana
pasada hicimos la primera entrega sobre este período de la Segunda Guerra
Mundial (del 3 de septiembre de 1939 al 9 de abril de 1940) que fue conocido
como “la falsa” o “extraña” guerra. Nos dedicamos a explicar por qué los
aliados anglofranceses (especialmente desde la perspectiva gala), después de la
declaración de hostilidades contra el Tercer Reich ante la invasión de Polonia,
no hicieron casi nada. Ahora repasaremos brevemente el mismo período pero desde
la posición británica (para ellos fue conocida como “the phoney war”), y en
este caso el protagonismo lo tiene la Batalla del Atlántico la cual fue la más
larga de todo el conflicto porque duró desde el tercer día hasta casi el
último. Un dato curioso, y que demuestra la condición de guerra realmente
mundial, es que al repasar la entrada en Wikipedia sobre dicha batalla, aparece
la bandera de Venezuela en el cuadro que describe los beligerantes.
Al ser el
Reino Unido la primera potencia marítima del mundo, se propuso llevar a cabo la
ya reiterada estrategia usada históricamente contra las potencias enemigas del
Continente: el bloqueo económico. Cuando Napoleón lo hizo y en la Primera
Guerra Mundial le tocó al Kaiser. De igual forma la reacción ha sido el intento
de separar a Gran Bretaña de sus colonias, de las cuales depende su economía.
Para lograr este objetivo la batalla era inevitable, y ante las grandes
ventajas de Albión la Alemania nazi se las tendría que ingeniar. En un inicio
se pensó que el rearme de la Kriegsmarine (marina de guerra alemana) mandado
por Adolf Hitler (1889-1945) y llevado a cabo por el capitán Karl Doenitz (1891-1980),
futuro almirante y heredero del poder (solo para capitular, claro); lograría
igualar a su principal enemigo en los mares. Pero eso sería para 1945 y sin la
guerra de por medio. De manera que en 1939 se contaban con muy pocos barcos y
Hitler no había aceptado las ideas de Doenitz de hacer prevalecer la fuerza
submarina y abandonar la tradición de los acorazados.
Los hechos
mejor conocidos en los primeros 8 meses de esta batalla; reiterados por la
propaganda de ambos bandos, por la cinematografía e incluso por la
historiografía; son el ataque a la base de la Royal Navy (Marina Real
Británica): Scapa Flow (al norte de las islas) con el hundimiento del acorazado
Royal Oak (octubre) y el hundimiento del acorazado de bolsillo: Almirante Graf
Spee en la famosa Batalla del Río de la Plata (diciembre). El primero
representó la victoria para el Reich usando el submarino (U-47 del capitán
Günther Prien) y la segunda su derrota; aunque el Graf Spee hundió muchos
mercantes a lo largo del Atlántico Sur (capitaneado por Hans Langsdorf el cual
se suicidaría después de hundir su barco). Los pocos submarinos (30
aproximadamente) fueron mucho más efectivos al hundir 124 barcos en el mismo
período, y de esa forma poco a poco se fue imponiendo la idea de Doenitz. Se
puede decir que en la “phoney war” la guerra en el mar junto a la guerra
ruso-finlandesa (ya descrita en una anterior entrega): llevó a activar el
Frente Occidental con la Invasión de Dinamarca y Noruega por parte de Alemania
el 9 de abril de 1940 (tema de nuestro próximo artículo).
La Batalla
del Atlántico es la que ha logrado hasta el día de hoy la mayor representación
cinematográfica en relación a todas las películas sobre la Segunda Guerra
Mundial. En la etapa que tratamos (Phoney war) hay muy pocas, y de ellas solo
he visto dos: “U-47 Comandante Prien” (Harald Reini, 1958) y “La batalla del
Río de la Plata” (Michael Powell, 1957). Pero mi favorita es de submarinos y es
la alemana “Das Boot” (Wolfgang Petersen, 1981) sobre un submarino en la etapa
final de la guerra y la cual estuvo nominada a 6 Óscar incluyendo mejor
dirección. La misma logra transmitir el terrible encierro que se vivía en estas
angostas naves (el director lo reconstruyó pieza por pieza para la filmación),
junto al miedo de morir ahogado y aplastados por la presión del agua y las
cargas de profundidad. Es tan atractivo este subgénero que en el 2018 la cadena
AMC hizo un remake de “Das boot” (creadas por Johannes W. Betz y Tony Saint) pero
en serie. Y si nos deja el coronavirus este año se estrenará, por solo nombrar
dos, la de Tom Hanks (productor, guionista y actor principal) sobre un
destructor: “Greyhound” (Aaron Schneider) basada en la novela “The good
shepherd” del famoso novelista sobre literatura náutica: C. S. Forester y; la
del submarino polaco “Orzel” (Jacek Blawut) que es un remake porque la primera
fue de 1958 por Leonard Boczkowski.
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