“¿Quién es fascista?”
Carlos Balladares Castillo
En un
tiempo nada lejano le escuché a una profesora universitaria exclamar con
indignación: “¡Son unos fascistas!” Se refería a unos estudiantes que le
interrumpieron su clase para llamar a la protesta por alguna reivindicación, y
que exigían la finalización de los cursos que se dictaban en ese momento para
iniciar una huelga. Ante este irresponsable uso del término el historiador
italiano Emilio Gentile (1946) estaría horrorizado ¡Y más aún porque el error
lo cometa un profesor del área de sociales!
La realidad es que el fascismo como insulto se ha hecho un lugar común
fortaleciendo de esa forma la ignorancia de la historia e incluso debilitando
la gravedad del fenómeno. Es por ello que el año pasado (2019) Gentile publicó
un libro con el título homónimo a ver si aprendemos de una buena vez a llamar
las cosas por su nombre.
El autor,
a diferencia de Hannah Arendt, considera al fascismo italiano como un
totalitarismo; y realiza una crítica a la idea de Umberto Eco en torno a la
existencia de un “fascismo eterno” y a todos aquellos que hacen alegres
analogías en torno a movimientos, lideres e ideas actuales tales como el
resurgimiento del populismo. En su obra usa una didáctica del dialogo con
preguntas y respuestas, y desde un principio aclara que “no tiene ningún
sentido ni histórico ni político sostener que hoy se está produciendo una
vuelta del fascismo en Italia, en Europa o en el resto del mundo.” Afirma que
la comprensión del fenómeno es el ser un hecho histórico (método historicista) y
por ello carece de “eternidad”, al realizar analogías con realidades actuales
sin las debidas precisiones históricas se cae en el error de confundir cosas
que son distintas (es lo que llama la “ahistoriología” que tiene la misma
relación que posee la astrología con la astronomía). El fascismo es el fascismo
histórico, no hay más allá; y que es el del período que va de 1919 a 1945.
Es
imposible resumir un texto que considero extremadamente detallado en
observaciones históricas y conceptuales en tan breve artículo, pero que no dudo
en recomendar. Por lo cual creo que lo aprovechable para el lector interesado
en un concepto y un hecho histórico fundamental para comprender nuestro
presente, es identificar las características del fascismo según Gentile para de
esa forma poder saber “¿quién es fascista?”. Además, este historiador es un
“monstruo” de la investigación y publicación, porque ya este mismo año acaba de
salir otro de sus libros: Quando
Mussolini non era il Duce. Su método busca también
deslastrar el fascismo de lo que era común a la época pero que ya había sido
planteado por otros movimientos e ideologías, y de esa forma conocer lo que es
auténticamente original y novedoso. ¿Y qué es entonces? Es el que se desarrolló
y se “impuso en la Italia de entreguerras como partido-milicia, régimen
totalitario, religión política (“paganizante”), regimentación de la población,
militarismo integral, preparación belicosa a la expansión imperial, y se
convirtió en un modelo de otros partidos y regímenes surgidos en el mismo
período en Europa, para acabar luego arrollado y destruido por la derrota
militar en 1945”. El fascista era el que defendía esto.
Al
identificar lo original del fascismo no nos confundiremos en ver los rasgos que
compartió en menor o mayor grado con otras formas de hacer política, y que
muchos al percibirlas hoy las reducen erradamente al fascismo, tales como:
“ejercicio violento en política, conservadurismo, autoritarismo,
corporativismo, racismo, imperialismo, machismo, etc.” Gentile critica que caigamos en una supuesta
“eternidad” (“ahistoriología”) que lleve a crear periódicamente nuevas
definiciones de fascismo para denunciar a los “fascistas de turno”. Y advierte
que hacer esto no solo impide el conocimiento sino que daña la democracia
debilitando las “fuerzas antifascistas”. La investigación dedica mucho a cómo
se fue diluyendo su comprensión y esto tiene que ver con el conflicto entre
fascistas y comunistas, pero incluso en el rechazo de estos últimos a todo lo
que no fuera considerado comunista, y eso era visto como “fascista”. También se
revisa los errores al compararlo con ideas y partidos del presente de tendencia
populista. Y finalmente hace un viaje a sus primeros pasos como partido-milicia
o “escuadrista” para lograr conocer cómo surgieron sus rasgos histórico-identitarios.
En
conclusión escuchemos a Gentile: “El fascismo fue un fenómeno político nuevo,
surgido de la Gran Guerra. Opuesto radicalmente al bolchevismo, al mismo tiempo
buscó destruir la civilización democrática y liberal, proclamando una oposición
total a la soberanía popular y a los principios de libertad e igualdad. (…)
Organizado como partido-milicia, conquistó el monopolio del poder político,
destruyendo la democracia parlamentaria para construir un Estado nuevo y
regenerar la nación. Su ideología era mítica, virilista y antihedonista; y
sacralizada como religión laica, afirmaba la primacía absoluta de la nación con
intención de transformarla en una comunidad orgánica étnicamente, y
estructurada jerárquicamente en un Estado totalitario. Y que finalmente tenía
una vocación imperialista y belicosa, para lograr “la grandeza” como potencia;
y establecer un nuevo orden internacional y una nueva civilización”. Como
modelo inspiraría al Nacionalsocialismo alemán que sería el que tuvo la
posibilidad de lograr también la última meta, pero que las potencias
democráticas junto al comunismo soviético lo terminaron impidiendo ¡gracias a
Dios!
Nota sobre
la cuarentena: no hemos querido abandonar nuestros temas de siempre para
comentar lo que vivimos debido a la pandemia, pero algo hay que decir porque la
situación en Venezuela se agrava de manera acelerada. El problema en realidad
no es coronavirus sino los efectos de la cuarentena en nuestra destruida
economía: la hiperinflación y la devaluación han tomado un gran acelerón, y la
escasez de gasolina angustia por la distribución de los alimentos entre otros.
Me pregunto: ¡¿qué están comiendo las mayorías que viven del trabajo diario en
la calle y que la cuarentena se los impide?! Necesitamos un cambio radical
inmediato para que se salven todas estas personas, en especial los niños. Ya no
es asunto solo de los venezolanos ¡necesitamos la ayuda del mundo!