Carlos Balladares Castillo
Publicado en El Nacional
El
régimen chavista (1999-2019) si de algo siempre careció fue del apoyo de las
juventudes. Un buen ejemplo es su permanente derrota en las elecciones
estudiantiles en la principal universidad del país: la Central de Venezuela
(UCV). Y a pesar de su impresionante aparato propagandístico e ideologización
de los niveles de educación preuniversitaria: la generación que solo ha
conocido el chavismo en el poder los rechaza abrumadoramente. ¿Por qué?
Imaginamos que por aquel principio universal y humano del natural repulsión
hacia el mal, pero también por la socialización en valores democráticos realizada
por sus padres y toda nuestra tradición de libertades, y claro está: la globalización.
En este sentido hemos querido iniciar nuestro nuevo curso de historia de
Venezuela explicando nuestro presente y a partir de allí buscar la cadena de
hechos que lo generaron. Creo que es la mejor forma para interesar a los
muchachos por la historia. Ella les servirá para comprender la realidad que hoy
los oprime. Pero antes quisimos conocer su percepción del presente a través de
una encuesta, la cual seguidamente le daremos los resultados junto a algunas
conclusiones.
La
encuesta informal la realicé en la primera clase de Historia de Venezuela de los
2 de mis cursos de la principal universidad pública del país. Son 87 alumnos en
total los que asistieron ese día a los cuales les consulté sobre cómo evaluaban
estos 20 años de chavismo con las opciones de: muy buenos, buenos, más o menos,
malo, pésimos. Ninguno lo consideró ni muy buenos ni buenos, solo 7 como más o
menos, 20 como malos y 60 como pésimos. Es decir que menos del 10% podría ver
algo relativamente positivo acompañado de lo malo. Pero lo que más me
impresionó fueron sus respuestas ante las preguntas por las causas de estos 20
años y el aprendizaje de los mismos. Esta era la segunda pregunta y era libre
pero pude clasificarlas y encontrar claras tendencias que se repetían.
En
lo relativo a las causas la inmensa mayoría identifica a la ignorancia, la propaganda
y el socialismo como los principales factores que hicieron posible la llegada
al poder del chavismo y la realización de su programa. Algunos hablaron
claramente del estatismo y el populismo, y de un líder carismático que los
sedujo. Es decir, hay una percepción de engaño por parte de una ideología. La
gente creyó en las palabras y promesas de Hugo Chávez (1954-2012) y al final el
país no logró “el gobierno que brindara la mayor suma de felicidad posible al
pueblo” sino a una pequeña camarilla. Al
señalar la ignorancia y ser estudiantes universitarios me sentí aliviado,
porque era una importante muestra del valor que le dan a la formación para ser
ciudadanos. En la tercer y última pregunta relacionada a los aprendizajes
generados por la experiencia de lo vivido en estas dos décadas, prevaleció por
encima de cualquier otra respuesta que “el socialismo no sirve”, que a la hora
de votar se debe hacer con consciencia y a valorar el trabajo y la austeridad
(“ahorrar para sobrevivir”). Por ninguna parte aparecieron los argumentos que
da la propaganda oficialista: sanciones, “guerra económica”, “el imperialismo
yanqui” y “la burguesía apátrida”.
Si
estos resultados son una verdadera muestra de lo que piensan la mayoría de los
jóvenes, dudo mucho que el régimen pueda sostenerse por largo tiempo. El
problema está en la organización. Las encuestas formales desde hace tiempo
identifican un creciente rechazo al gobierno de Nicolás Maduro que hoy está
entre el 80 y el 90%. De allí la negativa del régimen por hacer elecciones
libres con supervisión internacional y un nuevo Consejo Nacional Electoral
electo según lo que dicta la Constitución. Pero mientras esas grandes mayorías
no estén organizadas y el chavismo tenga los instrumentos del poder, la
transición se demorará. ¿Hasta cuándo puede durar esta situación con el
creciente deterioro social? No lo sé y creo que nadie lo sabe, pero si la
juventud mantiene esta claridad no parece que sea por mucho tiempo.