Carlos Balladares Castillo
Publicado en El Nacional
Es la pregunta que todo
venezolano se debería hacer en estos momentos aciagos. Porque siempre hay algo
que está en nuestras manos, y eso puede marcar la diferencia. Una vida
vegetativa que no se pregunta responsablemente por sus deberes colectivos es
una vida no humana. E incluso no sé si llega a la dignidad del animal. No
podemos ser veletas, no podemos reducir nuestro tiempo a la simple
supervivencia y la de nuestros seres queridos. Los usurpadores y sus
oligarquías, los mandones de cualquier especie anhelan la pasividad de los
ciudadanos que sería su conversión en simples individuos. Por lo cual
deberíamos preguntarnos: ¿qué puedo hacer para lograr un cambio en la tragedia que
hoy padecemos en Venezuela? A continuación haré una pequeña lista de lo que el
venezolano común puede hacer desde mi humilde perspectiva de
politólogo-historiador y profesor universitario.
1. La historia de los
movimientos que buscan los cambios en el poder de la segunda mitad del siglo XX
para acá, demuestran que las acciones pacíficas y organizadas de los pueblos
tienden a lograr sus objetivos mucho más que los violentos. Pero todo depende
de la claridad de sus metas, la unidad, la persistencia, y la capacidad de
movilización en una acción civilista. Todo demócrata, todo el que anhele que
Venezuela cambie; debe ser consciente que para lograrlo se necesita unidad y
organización lo cual requiere constancia en el tiempo. No podemos participar
creyendo que el cambio será inmediato para después frustrarnos si no es así, y
abandonar la lucha. Pareciera que con el liderazgo del Presidente de la
Asamblea Nacional: Juan Guaidó, se da inicio a un nuevo ciclo de lucha, pero
debemos ser conscientes de este hecho fundamental por lo que NO NOS RINDAMOS
pase lo que pase.
2. Todos tenemos ocupaciones
y responsabilidades familiares y particulares que requieren tiempo, y más ahora
que no basta con un solo trabajo para poder medio comer. A pesar de esto
siempre podemos dedicar tiempo por pequeño que sea a hacer política y de la
buena, me refiero a seguir con los objetivos anteriores: organización, unidad,
movilización. Debemos asumirlo como algo vital, porque la continuidad en la
usurpación significa más hambre, opresión y muerte. Seamos partes de un partido
político o de una ONG que arrime el hombro a la meta común. Así que asista a
cuanto cabildo se proponga y por nada del mundo falte a la marcha del 23 de
enero a la cual convocó la Asamblea Nacional.
3. Es fundamental dejar de
practicar la antipolítica y la división con la constante criticadera a toda
acción de los demócratas. Si no vamos a decir algo que sume, ayude a la unidad
y al logro de las metas propuestas ¡mejor callar! En las redes sociales, en las
colas, “de boca en boca”; podemos hacer mucho bien pero también mucho mal. No
puedo dejar de pensar que toda esta terrible frustración y división que vivimos
desde julio del 2017 hasta hoy fue en buena parte por los “opinadores de
oficio” y “los guerreros del teclado” “¡¿Por qué no se callan?!” A los tóxicos
mejor aislarlos al ignorarlos, jamás ayudar a publicitar sus gritos.
4. En total sintonía con el
punto anterior está en el ser en nuestro día a día transmisores del lenguaje de
los demócratas al mismo tiempo que no decimos ni en broma las palabras o
cualquier gesto de la neolengua y la propaganda totalitaria. En esto han sido
unos expertos, no les siga el juego. Si habla como ellos terminará pensando
como ellos y haciendo lo que ellos le ordenan. Es una tarea inmediata siempre
hablar con la verdad pero sobretodo establecer una serie de ideas y palabras
que nos identifiquen en nuestra noble tarea. Un excelente ejemplo es cómo Juan
Guaidó inició el cabildo abierto con esa estrofa de nuestro Himno Nacional:
“Gritemos con brío: ¡muera la opresión!/ Compatriotas fieles la fuerza es la
unión.” Debería asumirlo como un saludo por su significado en nuestra memoria
histórica y su gran actualidad.
5. Los regímenes con
intenciones totalitarias y los Estados mafiosos buscan hacer de sus
gobernados-sometidos no solo individuos sino también personas corrompidas. Esto
tiene un gran potencial atomizador necesario para la dominación. Es por ello
que evite por más que pueda caer en su siembra de antivalores y desapego al
Estado de Derecho. En pocas palabras: no sea malandro, sea un ciudadano que
respete las leyes y que anhela la reconstrucción de la república con todo lo
que ella significa.
6. El modelo socialista que
en nuestro caso se le suman los rasgos rentista-populista-clientelar; rechaza
el trabajo y el espíritu empresarial, el mérito y la justicia; por lo que
trabaje y todo los días perfeccione lo que sabe hacer. No hay cosa que le
moleste más a los mediocres enchufados que el ejemplo de la tareas bien hechas
y la superación por medios legítimos. Usted está generando un modelo que será
escándalo y ruina para todo lo que se ha hecho en estas dos últimas décadas.
7. Casi todo el mundo conoce
a alguien en el gobierno o cercano a alguna instancia en el poder. Tiene que
olvidarse de pelear con esa persona y debe buscar convencerlo de que negocien
su retirada. Se le debe sacar de su “círculo” en el sentido que vea la realidad.
Y ya lo han dicho tantas veces: “al enemigo que huye, puente de plata”. El
presidente Juan Guaidó lo está diciendo de una manera muy elegante. Hay que
lograr la ruptura interna en el régimen, y esto se logra hablando. No se puede
olvidar que el gran cambio en la comunidad internacional se logró en parte
gracias a la separación de la Fiscal de la línea que planteaba el mandón por
allá en el 2017.
8. Los demócratas de
Venezuela; los que anhelamos vivir, comer y ser libres sin tener por ello que
emigrar de nuestra tierra; los que nos oponemos a un régimen de corrupción
generalizada y que promueve un modelo fracasado como es el “socialismo real”, y
todo ello lo realiza promoviendo el caos y la inseguridad personal; todos esos
patriotas debemos luchar por la organización de un gran movimiento unitario y
si en algún momento el ciclo que ahora está comenzando no logra sus último
objetivos como mínimo debemos lograr la UNIDAD. Y eso pasa por la realización
de unas elecciones que permitan seleccionar a nuestros líderes y un Plan Mínimo
Común (métodos de lucha y metas a cumplir una vez llegados al poder). Es una
tarea urgente y necesaria, porque la presión internacional no va a durar toda
la vida y el descontento es generalizado.
¡No perdamos la esperanza, los venezolanos lograremos
vivir en una democracia con prosperidad, y con nuestro esfuerzo la vamos a
reconstruir aprendiendo las lecciones de la historia!
2 comentarios:
Tienes razón. si con la palabra se creó el universo...con la palabra se puede destruir .Eso incluye a un gobierno
Excelente recordatorio querido amigo. Gracias por sus visitas y comentarios.
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