Conclusión de la entrevista al historiador Daniel Terán Solano, la primera parte puede verla acá. (Si el permiso del autor hemos tomado una foto de su perfil de facebook donde se demuestra que es el "historiador comehambuguesas").
5.
¿Cuál fue su primer escrito como historiador o cuál fue el
que más le gustó?
Quizás fue mi primer ensayo
publicado, “El futuro es ya” en 1996, lo primero que hice como pichón de
historiador. Fue el resultado de un concurso convocado en 1993 por una
fundación denominada “Fundafuturo”, que pertenecía a un banco llamado Cavendes.
Yo quedé en 5° lugar y el ensayo se publico en un libro colectivo llamado “El
pensamiento de los jóvenes”. Yo proponía justamente para lograr el desarrollo
de Venezuela dedicarnos firmemente a mejora la educación, invertir realmente en
ésa área decisivamente, concentrando más recursos y atención como verdadera
política de Estado, tal cual como Alemania o Japón. Era una propuesta utópica,
pero me apoyaba mucho en la Historia
para explicar mi proposición. Para un adolescente de 16 años fue una gran
sorpresa salir en un libro. Hasta ahora es el único que tengo publicado. Pero
el escrito que más me ha gustado hasta ahora es la ponencia que presenté para
las XIV Jornadas de Historia de la
UCAB en 2014, (“El primer gobierno democrático de inspiración
católica en la Venezuela republicana: Rafael Caldera y Copei, 1969-1974”) porque
fue un trabajo de investigación bien elaborado y estructurado desde mi punto de
vista y al cual dedique mucho empeño. El día que lo presenté tuve el honor de
contar entre el público con el historiador, el profesor Don Germán Carrera
Damas, quién se mostró muy complacido y satisfecho por el resultado de mi
disertación académica.
6.
¿Cuál escuela historiográfica sigue y por qué?
Yo
me considero un historiador ecléctico y revisionista. Ecléctico porque tomo por
igual las aportaciones tanto del positivismo, como del materialismo histórico
marxista, incluso del romanticismo, pues cada corriente tiene algún punto
valioso que el historiador debe tomar en cuenta e integrarlo armoniosamente
para su propia producción. Muchas veces el apego estricto a una corriente
historiográfica limita al profesional de la Historia, le cercena su capacidad
de análisis, porque quiere encuadrarlo todo en lo que él cree o aprendió como
verdad absoluta, y eso no me parece muy correcto. Además, soy revisionista porque
el historiador, pienso yo, debe cuestionar constantemente supuestos
intelectuales que parecen doctrinas sagradas, y que al expandirse no sólo le
hacen daño a la profesión y al gremio, sino a toda la sociedad. Se debe dejar
la militancia de lado a la hora de escribir Historia, o al menos ser lo
suficientemente honesto para reconocer que al hacer eso no hace entonces Historia
académica, sino propaganda u opinión personal. Lo más fácil en el mundo intelectual
es estar con un bando o un sector determinado. Lo verdaderamente difícil y
virtuoso es aprender a conseguir un equilibrio.
7.
¿Qué tiempo le dedica a la historia?
Podría decir que más de la mitad de
mi tiempo, mientras no duermo o camino, pues en el aula de clases, en los
almuerzos con mis colegas y en los encuentros con mis alumnos, permanentemente
hablo, converso o analizo la Historia. Cuando hay una noticia de interés, ya
sea política, internacional o económica es casi inevitable que la mire desde el
punto de vista de historiador, y cuando alguien me consulta sobre lo que pasa
en la actualidad nacional o mundial, lo cual se ha vuelto algo frecuente,
apelan a mi conocimiento de la Historia para que dé mi opinión. Y curiosamente
aunque la Historia estudia el pasado, es amplia la gente que me pregunta: “¿Y
qué va a pasar?” sobre el futuro inmediato.
8. ¿Cómo sobrevive siendo historiador?
Pregunta polémica. Yo sobrevivo,
gracias a Dios, con los humildes sueldos que devengo como profesor
universitario, los cuales me permiten modestamente aportar para el
mantenimiento de mi casa, la alimentación y alguna que otra necesidad material.
Al ser esta una profesión intelectual, sus beneficios son inmateriales y las
satisfacciones no se miden justamente por lo “contante y sonante”, pero a pesar
de ello, no me desanimo en el ejercicio profesional que con tanto gusto y honor
desempeño.
9.
¿Cuáles son sus ritos cuando se dedica a escribir sobre historia?
Como tal no tengo “ritos” claros ni
preestablecidos. Yo voy recopilando los libros y las anotaciones que tengo para
ir hilvanando poco a poco un papel de trabajo o un ensayo académico. Escribo
ciertas cosas en un cuadernito y finalmente llega un día que había planificado
pasar únicamente escribiendo, y en él que empiezo a producir “a todo vapor”
uniendo y entretejiendo las notas dispersas y las ideas que tenía, hasta
empezar a construir un discurso más largo, elaborado y coherente. Así me mantengo
mucho tiempo hasta que el hambre o el sueño me obligan a hacer una pausa. Como
ahora trabajo en varios lugares poder disponer de esos días para el trabajo
sistemático se ha vuelto muy difícil y apenas uso los fines de semanas largo o
los asuetos extensos (Carnaval, Semana Santa y Navidad) para producir
intelectualmente. Pero aún creo que mi nivel de producción es bajo.
10.
¿Para qué sirve la historia?
¡Uy!
Pregunta compleja. Pues la Historia nos brinda identidad. Nos ayuda a saber y
entender quienes somos porque nos indica de dónde vinimos y cómo llegamos al
ahora. Asimismo la Historia es una fuente permanente de conocimientos sobre el
Hombre, que a través de su paso por el tiempo, deja obras materiales e
inmateriales, pero también innumerables elementos que muestran su propia
condición. Es el mejor espejo donde podemos vernos a nosotros mismos. Y ese
auto-mirarnos cumple también un propósito pedagógico, de aprendizaje: pues la
Historia sirve también para enseñarnos lo que hemos hecho y también lo que no,
tanto lo positivo como lo negativo, siendo en la sociedad algo tan útil como es
en el individuo la memoria. Un momento feliz y glorioso o un momento terrible,
doloroso y triste, se nos graba en la memoria y según lo benéfico o maléfico
que fue, buscamos repetirlo o evitar que se repita. Así también sirve la
Historia: al estudiarla bien podemos ver hechos, procesos y personajes
positivos y negativos, y con lo que aprendemos de ella podremos escoger mejor
qué cosas buenas replicar y a quiénes seguir e imitar, y por el contrario, qué
cosas no reincidir y a quiénes rechazar. Con esa información de nuestro pasado,
desde el presente podemos decidir qué pasos dar hacia el futuro. Por algo hace
miles de años el gran filósofo chino, Confucio, afirmó: “Estudia el pasado si
quieres pronosticar el futuro” y a mediados del siglo XX, el conocido estadista
británico Winston Churchill dijo algo muy similar “Cuanto más hacia atrás se
puede ver, más adelante resulta probable poder ver”. ¿Por qué tanto parecido en
ambas frases? Me parece obvio, que a pesar de la diferencia de cientos o miles
de años entre ambas y a pesar de provenir de distas culturas, en las dos frases
se reconoce el valor, la utilidad y la importancia de la Historia de la misma
manera como lo dijo el gran historiador venezolano Augusto Mijares: “Si de
nuestra historia no sacamos ninguna lección dinámica, no hay por qué suponer
que la encontraremos en otra parte.” Todas son verdades incuestionables que se
entrelazan perfectamente y siguen hoy como reflexiones vigentes, y creo que lo
son aún más para el caso de las actuales circunstancias nacionales o mundiales.
11.
¿Tiene futuro la historia en general y en Venezuela?
¡Pues
claro que sí! Mientras el hombre exista en este mundo, habrá Historia que hacer
y también que escribir y analizar. Creo que es un muy buen momento para conocer
y divulgar más del pasado, pues como dije antes, la Historia ayuda a dar
identidad y aprender, y mientras la gente tenga esas necesidades y aspire a
comprender mejor el por qué de su realidad presente y los cómo de su futuro
inmediato, tendrá que recurrir a la Historia. Y allí también historiadores que
brindarán su humilde pero muy necesario aporte.
12
¿Qué piensa su familia de su condición de historiador?
En
general me han apoyado y respetado. Mi padre quería que yo fuera abogado y de
la UCAB, porque es una carrera que otorga mayor solvencia económica, pero
finalmente aceptó mi decisión. Mi madre también respetó mi decisión y la apoyó,
sobretodo porque nuestro abuelo materno, Don José Gregorio Solano, era un gran
apasionado de la Historia, y al escoger yo el camino de la Historia de
verdad-verdad, generó en buena parte de la familia materna una gran alegría y
orgullo. De hecho, algunos primos me dicen “El historiador de los Solano”
13.
¿Sus mejores amigos son historiadores?
Bueno,
podría decir que sí. Carlos Balladares por ejemplo, es un hombre que admiro y
aprecio muchísimo. Maestros y colegas profesionales y de trabajo como son los
profesores Julio López y Rodrigo Fernández me han otorgado el honor de su
amistad. Otros no son historiadores, pero tienen una inclinación natural hacía
la Historia (son humanistas) y a lo largo de nuestra amistad ha jugado un papel
importante el conocimiento de lo histórico, tales como Daglhier Abreu, abogado;
Guillermo Aveledo, politólogo; Leopoldo González, periodista o Alfredo Jurado,
educador.
14. ¿Tendría una novia
historiadora? ¿La ha tenido? ¿Funcionó?
De
hecho, de las tres novias formales que he tenido en total, tuve dos novias
historiadoras. Eran compañeras de estudio en la Escuela de Historia de la UCV
que unieron destinos amorosos conmigo un cierto tiempo. Al principio era
curioso para mí tener de enamorada a una futura colega, porque para mí hasta
esos momentos eran escasas las mujeres conocidas que tuviesen sincero interés
por la Historia. Y bueno, pasó el tiempo y como terminamos la relación,
podríamos decir que no funcionó tener una colega profesional como novia. Sin
embargo, me resulta curioso lo siguiente: mi última novia que no era
historiadora sino estudiante de Derecho, sí mostró una mayor devoción e interés
por la Historia que las otras dos que tuve antes, que si se estaban formando
profesionalmente en ésa área, y disfrute muchísimo ese gusto por la Historia de
la que sería una futura abogada. Pero en todo caso, lo que determina una
relación no es precisamente las afinidades intelectuales-profesionales, sino el
amor, esto es: cariño, compresión, confianza, comunicación y mucho respeto.
15. ¿En qué proyectos sobre
historia está ahora?
Debido
a las clases que doy, estoy trabajando poco a poco en la creación de manuales
de Historia para nivel universitario, con miras también para la divulgación
general. Pienso que la
Historia debe popularizarse más, llegar masivamente a las
personas, para que así conozcan su importancia y se familiaricen con sus
contenidos. Así como Carl Sagan o Neil DeGrasse Tyson lo han hecho con la Ciencia en general y con la Astronomía en
particular, o Fernando Savater lo ha hecho con la Filosofía, hace falta un
divulgador de la Historia
en nuestros tiempos. Eso, poco a poco vendrá, Dios mediante.
16. ¿Piensa abandonar la
historia algún día? ¿Por qué?
No, ¡jamás! La Historia es mi vida, con
ella vivo y me mantengo, gracias a ella soy lo que soy, y mientras Dios me dé
fuerza, vida y salud, continuaré y trabajaré en esta actividad tan bella y tan
honrosa.
17. Recomiéndeme más de 2
historiadores jóvenes que deberíamos entrevistar.
Le
daré varios, para que tenga bastante gente que entrevistar:
·
Ysrrael Camero: Historiador egresado de la UCV y profesor de la Escuela de Economía de la UCV
·
Sócrates Ramírez, Alberto Hoyos y Alejandro Cardozo Uzcátegui:
todos egresados de Historia en la ULA y también, todos profesores del
Departamento de Ciencias sociales de la Universidad Simón
Bolívar.
· Francisco Alfaro y Guillermo Aveledo Coll: politólogos de la
UCV, pero especializados en Historia de las ideas políticas.
18. Ahora invente una
pregunta, la hace y se responde a sí mismo.
¿Qué historiador ha marcado
influencia en su vida? Yo creo que Manuel Caballero, y en menor medida Mario
Briceño Iragorry.
19. ¿Qué otras preguntas
deberíamos hacer en esta entrevista?
¿Cuál
es su área o rama de la
Historia favorita y por qué?
¿Cuál
es su historiador preferido y por qué?
¿Qué
libro de Historia recomienda y por qué?
20. Puede hacerle una pregunta
al entrevistador
¿Cuándo escribimos un libro de
Historia juntos?
Respuesta de Profeballa:
Cuando usted quiera querido amigo. Vamos a establecer el plan y la fecha del primer borrador comiendo hamburguesas.