Hace lo que quiere, lo que su deseo dispone en el momento conveniente sin ningún tipo de contención
ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 29 de mayo de 2011 12:00 AM
Hace lo que quiere, lo que su deseo dispone en el momento conveniente sin ningún tipo de contención
ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 29 de mayo de 2011 12:00 AM
Bolívar de puño y letra, sin intermediarios, para que cada quien saque sus conclusiones
Una alianza entre la Academia Nacional de la Historia y el Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium de la Universidad Simón Bolívar, permitió la digitalización y automatización de los documentos originales relacionados con la vida de Simón Bolívar y el proceso de Independencia, que estarán disponibles para consulta y estudio, de forma libre y gratuita, a través del Portal Archivo del Libertador
Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios.-
La Academia Nacional de la Historia y el Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium de la Universidad Simón Bolívar presentaron hoy el Portal Archivo del Libertador, que reúne 99 mil 500 imágenes de los documentos originales relacionados con la vida de Simón Bolívar y el proceso de Independencia.
La digitalización, pero sobre todo, la automatización en una base de datos del Archivo del Libertador, permitirá que todos los venezolanos tengan acceso para consulta y estudio, de forma libre y gratuita, a los documentos a partir del 20 de junio próximo, cuando se podrá ingresar al Portal a través de las páginas de ambas instituciones: www.anhvenezuela.org y bolivarium.usb.ve.
Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de la Historia, destacó la trascendencia de la puesta en marcha del Portal Archivo del Libertador. “El acervo que se coloca hoy a disposición de la sociedad sin ningún tipo de restricciones es el más valioso del pueblo, forma parte de la Memoria del Mundo y se ha registrado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad; hoy la Academia lo deja en las manos del pueblo para que lo estudie a su antojo y según su necesidad que tenga de mirar el pasado y a uno de sus artífices con ojos apacibles. Si alguien maliciosamente ha dudado del trabajo que aquí hacemos, la realidad que hoy mostramos lo desmiente”.
Por la Universidad Simón Bolívar, el rector Enrique Planchart, resaltó el papel fundamental de la USB a través del Bolivarium para junto con la Academia “rescatar el acervo histórico de la nación, y recuperar lo que legítimamente le pertenece (a la Academia) después de que en un episodio insólito, un gesto arbitrario, el Archivo del Libertador haya sido secuestrado y escondido”, expresó en referencia al mandato gubernamental que en junio de 2010 obligó a la Academia a entregar los documentos, que custodiaba desde 1999, al Archivo General de la Nación.
El Portal contiene la mayoría de los documentos del Archivo del Libertador que fueron entregados y añade la sección de Registro Principal (propiedades, terrenos, ventas, entre otros) que aporta un valor adicional para la comprensión histórica de los años de la Independencia.
Serrano explicó la navegación a través del Portal. “El público menos documentado, podrá realizar búsquedas sencillas usando palabras claves, mientras que el más especializado tendrá a su disposición un motor de búsqueda avanzado que incorpora elementos de tiempo y espacio y a los actores involucrados con el documento”.
Como los allegados de Bolívar dividieron los documentos, no fue sino hasta 1872, bajo el mandato de Guzmán Blanco, cuando el conjunto de papeles comienza a tomar un solo cuerpo. En 1883 ya se considera un conjunto coherente cuando es adquirido en buena parte por el gobierno nacional y comienza su consulta gracias a la recopilación de Blanco y Azpúrua.
En 1914 el gobierno adquiere el resto de las fuentes del archivo, para que se encargue de su cuido y organización la Academia Nacional de la Historia. Según el relato de Pino Iturrieta, en 1921 el Archivo se traslada a la Casa Natal del Libertador y en 1938 queda bajo responsabilidad de la Sociedad Bolivariana creada por el presidente López Contreras.
La Sociedad Bolivariana, con base en el Archivo, publicó los Escritos del Libertador, serie que llegó hasta el volumen XXVIII. Sin embargo, las fallas en el cuidado y mantenimiento de la documentación obligan a buscar un sitio más adecuado para su disposición. “De allí la decisión del gobierno de Rafael Caldera, tomada por decreto en enero de 1999, de trasladar la guardia y custodia del Archivo del Libertador a la Academia Nacional de la Historia”.
En 2010 entrega el Archivo del Libertador al Archivo General de la Nación.
La programación estuvo a cargo de Yolfran Aquino; el diseño gráfico, producción y elaboración de textos fue obra de José Bifano, Ángel Almarza y Rosángel Vargas.
El equipo que trabajó en la investigación e indización lo conformaron: Ezio Serrano, Angelina Dos-Ramos, Riccia Reinefeld, Juan Carlos Contreras, Emilio Caña, Erika Escala, Ingrid Molina, Jesús Uzcátegui, Gustavo Páez y Joanna Vergara.
En la digitalización y edición participaron Luis Arismendi (coordinador), Antonio Campos, Ingrid Molina y Erika Escala.
La revisión de textos estuvo a cargo de Ezioly Serrano.
Fotografías: Alfredo Terán
...se devanan los sesos buscando en el político del siglo XIX el origen del socialismo del siglo XXI...
El tema advertido por el título ofrece problemas: no es poca la documentación que lo ilustra y se carece ahora de espacio para un tratamiento exhaustivo. La abundancia de fuentes sobre la esclavitud remite a su contradictorio tratamiento durante la Independencia, hasta el punto de que no se llegó entonces a solucionar el terrible problema de la servidumbre de los seres humanos; y tal vez no sea un periódico lugar aconsejable para un análisis susceptible de conducir a conclusiones definitivas. Sin embargo, dos motivos sugieren su tratamiento, así sea de manera superficial: el problema de la discriminación de los afrodescendientes, sobre el cual vuelve la "revolución" con el objeto de eliminarlo mediante la promulgación de una ley; y la supuesta inspiración que encuentra la "revolución" en Bolívar para convertir la lucha contra esa discriminación en una conquista de la sociedad nueva. Sobre el primero de los aspectos pudiera, de momento, dudarse de cómo una regulación sea capaz liquidar unos prejuicios que datan de la antigüedad; mas sobre el otro puede bastar la presentación de un documento esencial para evitar la proliferación de tonterías en torno a lo que pudo concebir el Libertador sobre el papel de los esclavos negros en la sociedad que se encaminaba hacia el orden republicano. Sobre tal documento versará el artículo de hoy.
Es un documento de importancia trascendental, debido a que su autor lo concibió como complemento de la Carta de Jamaica y lo redactó junto con ella para buscar el auxilio de Inglaterra para la continuación de la guerra. Se titula Señor Redactor o Editor de la Gaceta Real de Jamaica y está fechado en Kingston en 1815, justo cuando escribe la célebre misiva de la isla. En medio de una severa crisis, solo y sin recursos económicos, Bolívar pretende presentar a los blancos criollos como garantes del proceso que sucederá a continuación. Las noticias sobre la Guerra a muerte han causado conmoción en el Caribe, y en el gabinete británico se han filtrado espeluznantes historias de sangre y depredación que aumentan la desconfianza en el proyecto insurgente, pero también el deseo de que la situación encuentre cauce razonable con el regreso de Fernando VII al trono. Eso no es necesario, argumenta Bolívar, debido a que los mantuanos, con su afable paternidad de los dependientes y con su influencia sobre la sociedad, serán capaces de evitar nuevas masacres. Sin embargo, ¿cómo demuestra las virtudes de una clase social que ha fracasado en sus intentos de Independencia, que no se ha caracterizado por la benevolencia frente a sus siervos y ha aprovechado el sistema esclavista para amasar inmensas fortunas? Muy fácil: convirtiendo a la esclavitud en una especie de trato afectuoso de los patrones en el cual sobresalieron los rasgos de la caridad y la fraternidad.
Llega a decir entonces Bolívar: "El esclavo en América vegeta abandonado en las haciendas, gozando, por decirlo así, de su inacción, de la hacienda de su señor y de una gran parte de los bienes de la libertad; y como la religión lo ha persuadido que es un deber sagrado servir, ha nacido y existido en esa dependencia doméstica, se considera en su estado natural como un miembro de la familia de su amo, a quien ama y respeta". El fragmento no tiene desperdicio debido a la enormidad de sus afirmaciones, y por el problema que puede presentar a quienes se devanan los sesos buscando en el político del siglo XIX el origen del socialismo del siglo XXI, o el fundamento de una ley contra la discriminación de los afrodescendientes. Niega de plano la existencia de la explotación de los negros. Los propietarios, entre quienes él se cuenta, fueron una especie de custodios angelicales de la mano de obra. La mano de obra no sufrió penalidades. Al contrario, experimentó los beneficios de una relación como la que se tiene en una espléndida familia distinguida por los buenos sentimientos y guiada por las virtudes teologales. Los esclavos, en suma, inspirados por el Evangelio y manejados en medio de las contemplaciones de un mantuanaje digno del altar, no fueron sirvientes sino miembros de la parentela. Pero de una parentela proverbial por las calidades del afecto prodigado a sus miembros, independientemente del oficio que ejercieran en el hogar y del color de su piel.
La lectura de documentos posteriores de Bolívar obliga a conclusiones distintas, pero el papel de Jamaica que nos ha ocupado mueve el piso de quienes lo juzgan como adalid del igualitarismo y como enemigo jurado de la esclavitud de los negros. Después de la revisión del papel que escribe entonces, apenas se le puede considerar como portavoz de una estirpe que no hace la Independencia para beneficio de los hombres humildes de la época, sino para la preservación de la cúpula criolla de procedencia española que se formó durante el período colonial. En adelante cambiará de ideas, pero no lo suficiente como para juzgarlo como un hombre distinto de quien fue en su experiencia de 1815. De momento construye una escena en la cual difícilmente pueden aclimatarse los prejuicios contra los cuales pretenden reaccionar hoy los legisladores chavistas. De un cromo bolivariano sin diferencias esenciales entre el que lleva el látigo y el que recibe los latigazos, sin amos de verdad ni siervos sujetos a su coyunda, difícilmente pueden salir los desprecios, los monos y las chusmas en quienes se detiene hoy la mirada compasiva de la "revolución".
Expertos critican que se invoque un plan de hace 72 años para hacer viviendas hoy
Para justificar la construcción de unas 700 viviendas en el Paseo Vargas (al lado de la avenida Bolívar), desde el gobierno se invocó una iniciativa de hace 72 años: el plan Rotival.
Según el arquitecto Martín Padrón, miembro de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos, este nuevo proyecto es un rescate de aquel viejo plan, y ahora en el Paseo Vargas se copiará lo positivo que tenía.
Hasta los vecinos que se han lanzado a la calle en la última semana para protestar contra el anunciado desarrollo habitacional en la avenida Bolívar parecen dar por bueno este argumento, y lo más que han hecho es criticar que se pretenda aplicar ideas de 1939 en la Caracas de 2011.
Sin embargo, muchos expertos atacan el corazón del argumento, y aseguran que ese plan Rotival que se ejecutó a medias y que tanto debate suscitó en su momento, no tiene nada que ver con hacer unos edificios para albergar damnificados.
El arquitecto Fruto Vivas dice por ejemplo que el Rotival era un plan vial, no residencial, y que invocarlo ahora para poner allí unas viviendas es producto de la manipulación o de la ignorancia.
Leopoldo Provenzali, ex secretario de Planificación Urbana, recuerda que este plan se proponía darle una majestuosidad a Caracas, inyectarle fuerza urbana a su centro, sacarla de su condición de aldea y convertirla en una de las capitales de Suramérica, y que "recordar ahora el plan Rotival porque se quieren construir edificios es un despropósito".
Aquella comisión de tres arquitectos franceses y tres arquitectos venezolanos (de los mejores que ha tenido el país: Carlos Guinand, Gustavo Wallis y Carlos Raúl Villanueva) que diseñó el plan Rotival en 1939 pretendió construir una avenida monumental, trasladar los campos Eliseos de París a Caracas, pero Provenzali cree que hoy nadie querría rescatarlo: "A lo mejor no era necesaria la construcción de un eje monumental para rescatar el centro, y creo que el plan Rotival era más simbólico que técnico o funcional. Pero que ahora quieran resucitarlo solo porque se les ocurrió levantar unos edificios... no, por favor".
A destiempo
El arquitecto Marco Negrón cree por su parte que ni siquiera tiene sentido estar hablando hoy de un plan que se diseñó cuando Caracas tenía 200 mil habitantes y 3 mil carros.
Afirma además que se trataba de un plan macro, sin demasiados detalles. Pretendía implantar en Caracas un bulevar parisino desde Los Caobos hasta El Calvario, un mausoleo para los restos del Libertador en su extremo oeste, en lo alto de El Calvario, y la sede del Congreso donde está El Silencio, una gran avenida que uniera el este con el oeste y a los lados edificaciones de oficinas públicas y ministerios, no residenciales. Finalmente lo único que se hizo, doce años después, fue la avenida Bolívar. En cualquier caso, coincide en que se trataba de un proyecto en el que lo residencial era marginal.
Para él lo que hoy se pretende hacer en la avenida Bolívar es un "parche" antes que un proyecto, un parche que además se colocará de manera inconsulta, una imposición a los vecinos de tres parroquias (Santa Rosalía, Candelaria y San Agustín), un retroceso con respecto al Paseo Vargas que se hizo en los 80, que fue el último intento de revivir a Rotival. Entonces se mantuvo la avenida solo con la ilusión de hacerla peatonal algún día.
El arquitecto Víctor Artís tampoco cree que tenga mucho sentido estar resucitando planes que se hicieron cuando Caracas terminaba en el Nuevo Circo. Y menos que un proyecto como el Rotival, que pretendía crear todo un centro político administrativo a escala metropolitana, se desempolve ahora "solo porque a unos funcionarios se les ocurrió que se podía construir unos edificios en unas zonas verdes de la avenida Bolívar".