Lídice, un nombre caraqueño nacido en la Segunda Guerra Mundial
Publicado el 25 de mayo de 2022 en El Nacional
El 27 de mayo de 1942
el SS-Obergruppenführer Reinhard
Heydrich (director de la Oficina Principal de Seguridad del Reich [RSHA] que
concentraba todas las policías de la Alemania Nazi y Reichsprotektor de Bohemia y Moravia, mejor conocido por el pueblo
como el “carnicero de Praga”) sufre un atentado en las calles de la capital
Checa. La “Operación Antropoide” lograba su objetivo desde que fue planeada en
octubre de 1941 por el Gobierno checoeslovaco en el exilio londinense con apoyo
de la Special Operation Executive (SOE).
Es el único alto jerarca del Tercer Reich que fue asesinado por la Resistencia
en Europa en la Segunda Guerra Mundial (SGM). La razón probablemente se
encuentre en las consecuencias que generó.
Heydrich murió el 4
de junio debido a la infección de las heridas. La venganza nazi trajo como consecuencia
el encarcelamiento de más de 13 mil personas y al asesinato de entre de tres y
cinco mil checoeslovacos, entre ellos los habitantes del pequeño pueblo de
Lidice (a 12 kilómetros del noroeste de Praga). Adolf Hitler ordenó asesinar
y/o enviar a campos a todos los habitantes de dicha aldea (se fusiló ese día a
todos los varones mayores de 14 años, y en los campos fallecerían 88 niños)
para luego quemarla y destruir sus casas ¡qué su nombre desaparezca de la
memoria! Pero los Aliados animaron a que varios pueblos del mundo lo asumieran,
entre ellos se encuentra el conocido “barrio Lídice” de la parroquia la Pastora
de Caracas. El mismo se inauguraría un año exacto después de la masacre el 10
de junio de 1943 con la presencia del Presidente de la República (general
Isaías Medina Angarita) y un representante del gobierno checoeslovaco de
Londres. Lamentablemente en este lugar no existe ninguna placa conmemorativa
aunque un vecino (cronista) mantiene viva la memoria: don José Cheo Blanco.
Existe abundante
historiografía, literatura y cinematografía sobre el tema. Dos textos
consultamos: Robert Gerwarth, 2013, Heydrich.
El verdugo de Hitler y Callum MacDonald, 2011, The Assassination of Reinhard Heydrich; pero también hicimos un
repaso del capítulo dedicado a Lidice en Jessica Rapson, 2017, Topographies of Suffering y la revisión
de las obras generales. En lo que respecta a su reconstrucción cinematografía
existen más de diez películas por no hablar de los documentales. La mejor es Anthropoid (2016) que fue dirigida por
el británico Sean Ellis (también escribe el guión junto al antiguo asistente de
Stankey Kubrick: Anthony Frewin). Es extremadamente violenta y cruda al mostrar
las torturas para que los colaboradores hablaran cómo a la hora de capturar a
los miembros de la Resistencia (¿acaso no fue así la realidad?). Y al año
siguiente salió HHhH (Cedric
Jiménez).
El relato en el filme
del 2016 se inicia con la llegada en paracaídas el 28 de diciembre de 1941 a un
bosque cerca de Praga de los dos miembros de la resistencia: Jozef Gabčík
(Cillian Murphy) y Jan Kubiš (Jamie Dornan). Se muestra la permanente duda en
el movimiento de resistencia y el pueblo checo (Eslovaquia era un Estado
títere) de matar o no a su cruel jefe de las arrogantes fuerzas de ocupación
(¿no sería peor?), pero al final se decide llevar a cabo el atentado ante la
fuerte represión que este había iniciado desde su llegada. La región era
industrial y el Tercer Reich no podía seguir tolerando el saboteo del esfuerzo
de guerra por parte de la Resistencia, por eso nombran a Heydrich para
eliminarlos. El anhelo de los checos por realizar una acción de gran impacto,
de mostrar a los Aliados que Checoeslovaquia existía; se unió a la estrategia
(interpretación sostenida por varios historiadores) de estimular una venganza
alemana que generara una toma de posesión tanto por los Aliados para que
anularan los Acuerdo de Munich de 1938 como en la misma población. La realidad
es que la retaliación de los nazis fue tan intensa que la Resistencia checa
desapareció por lo menos en su territorio.
El hecho alimentó la
propaganda de ambos bandos. Los funerales y entierro por la Alemania Nazi se
realizaron cómo si se tratara de un gran general y se le dio sepultara junto a
los héroes militares prusianos. La prensa le dio amplia cobertura y también a
las represalias. La idea era evitar que algo similar volviera a ocurrir y
premiar el ejemplo de un despiadado asesino. En lo que respecta a los Aliados a
menos de un año se estrenaron varias películas: en Estados Unidos: Hangmen also died! (1943) del famoso
director del expresionismo alemán (Metrópolis,
entre otras): Fritz Lang, que había salido del Tercer Reich cuando el ministro
de propaganda Joseph Goebbels intentó coop
tarlo después de prohibir una de sus obras en las que criticaba a Hitler (The Testamenf of Doctor Mabuse, 1932) y Hitler’s madman (1943) de Douglas Sirk (otro inmigrante alemán, aunque este huye porque su esposa es judía) y con el guión de Emil Ludwig (sí, otro alemán, que entre sus numerosas biografías escribió una de Simón Bolívar). En el Reino Unido el docudrama británico corto sobre la masacre en Lidice: The silent village (1943) de Humprey Jennings. Hay tres checas las cuales siempre resaltan la masacre: Men without wings (Bohumil Štěpánek, 1946) aunque trata de los hechos posteriores al asesinato, Atentát (Radoslav Brzobohatý, 1964) que sí narra la operación y Lidice (Petr Nikolaev, 2011).
Los hechos de la SGM
eran seguidos por la población venezolana y debatidos por sus líderes políticos
e intelectuales. La intensa propaganda de los Aliados que buscaba denunciar el
orden nazi, hizo que la masacre de Lidice sirviera como el más terrible ejemplo.
Los primeros al tener todos los detalles fueron los periodistas; que en el caso
de Maria Luisa Lloveras, Pedro Beroes y Kotepa Delgado del diario Últimas Noticias quisieron honrar a las
víctimas proponiendo el nombre para una nueva urbanización obrera que crearía
el gobierno. Los habitantes no estaban de acuerdo con el nombre original
(“Quinta Villa Amelia”) relacionado con la casa que le había regalado el
dictador (el general Juan Vicente Gómez) a la segunda mujer cuyos hijos
reconoció como suyos: doña Dolores Amelia Núñez. De manera que el nombre nace
en rechazo a otra tiranía. En Carora (estado Lara) también se nombró una
avenida con este nombre y a muchas niñas se las bautizó como Lídice. Hitler,
como todo autócrata hizo de la memoria otro campo de batalla ¡y también salió
derrotado!
La próxima semana, siguiendo con el 80 aniversario, analizaremos una Batalla decisiva: Midway. La misma posee una amplia historiografía, varias películas (la más reciente del año 2019) y un documental realizado a dos meses de los hechos por el gran John Ford. Ford estuvo en la isla cuando llegaron los bombarderos japoneses y sufrió heridas en medio de la filmación. Al año siguiente su trabajo ganaría un Óscar. Por esas cosas de la vida tengo un primo de nombre Heydrich y sé que su padre (tío abuelo mío) era germanófilo en tiempos de la SGM y posterior a ella. Un día me animé a preguntarle y me dijo que era el nombre del médico que atendió el parto ¡menos mal! La sombra del mal parece estar siempre cercana, escribimos con el firme anhelo de disiparla.
Foto de blog Eurasia.