jueves, julio 25, 2019

La utopía caraqueña en el 452 aniversario de la fundación de la ciudad (mi artículo de los miércoles en El Nacional)


Resultado de imagen para caracas 452 aniversarioLa utopía caraqueña y el apagón nacional

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional 

El desastre-tragedia nacional que han significado estos 20 años de chavismo-madurismo, ha tenido un nuevo capítulo con el apagón eléctrico-agua-internet-telefonía de este lunes 22 de julio en la tarde. Hecho que es inevitable relacionar con la celebración de los 452 años de fundación de Caracas el día de mañana jueves, y que nosotros hemos querido dedicar a su utopía urbanística. Porque nos preguntamos: ¿Cuál es el ideal de ciudad que han tenido las diversas generaciones de caraqueños e incluso venezolanos por ser nuestra ciudad capital? La respuesta a esta pregunta es imposible darla en la brevedad de un artículo de opinión, por ello nos dedicaremos a algunas ideas de nuestra generación y el presente. 

Los sueños de tener una ciudad normal donde los servicios funcionen pero también un espacio de ciudadanía en el cual se hagan realidad nuestros ideales de convivencia colectiva, no es algo al que debemos renunciar. Nuestro caos actual debido al secuestro que padecemos por la peor Venezuela no es motivo para ir construyendo la mejor Caracas posible. De algún modo ya hemos conocido parte de ella con el establecimiento de la capitalidad de la Provincia y después de la Capitanía General en tiempos coloniales, la modernización urbanística iniciada con los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco (1829-1899) durante las décadas de los setenta y ochenta en el siglo XIX; y muy especialmente con el gobierno de Eleazar López Contreras (1883-1973) desde 1938 con la creación de la Dirección Urbanística que generará el Plan Rotival; con la Década Militar (1948-58) y su “batalla contra el rancho” y con el Plan Urbano de los setenta. Todos estos planes y acciones apoyados por los crecientes ingresos rentísticos petroleros transformaron a nuestra ciudad en una de las más atractivas de Iberoamérica. De ella quedan sus grandes vías y edificios tanto monumentales como de viviendas con las cuales varias generaciones han crecido y son prueba de la realización de nuestro potencial.

Resultado de imagen para caracas 452 aniversarioLa mejora de la calidad de vida en Caracas entre los cincuenta y setenta trajo consigo una migración interna desde el campo. Dicha migración masiva fue mucho más rápida que la capacidad que tenían los planes urbanísticos y el crecimiento físico de la ciudad para integrarla racionalmente. Si a ello sumamos la crisis del rentismo a partir de los ochenta, el caos y la informalidad poco a poco se fueron imponiendo. Los problemas del tráfico, la inseguridad, el deterioro de los servicios en general, fueron creciendo hasta que llegó el chavismo en 1999. El chavismo tuvo los recursos de un nuevo boom petrolero para detener las tendencias negativas del pasado pero hizo todo lo contrario. Es decir, agregó nuevos problemas a los ya existentes, no aplicó las leyes y ordenanzas existentes, y se inventó un modelo urbano llamado “gran misión vivienda” que no solo es horrendo sino que es inhumano. Modelo que presiona aún más la capacidad de la ciudad para darle a cada uno de sus habitantes condiciones dignas de vida, y que repetido a nivel nacional nos ha condenado a su colapso como podemos padecer con los mega-apagones.

Resultado de imagen para las itacas caracasTanto mal no ha sido ignorado por una parte de los caraqueños que se han organizado en humildes ONGs o pequeñas comunidades vías redes sociales (y más allá), realizando una serie de actividades que valoran nuestra mejor tradición. Por dar solo algunos ejemplos: realizan encuentros para discutir sobre los problemas de la ciudad y sus posibles soluciones; realizan salidas para fotografiar los edificios y lugares más hermosos, recordar sus historias y revivir viejas costumbres; y en las redes sociales no paran de subir imágenes de nuestros edificios y vida cotidiana, en especial nuestro Ávila y la fauna y flora en general. No recuerdo que las guacamayas hayan tenido tantas personas que las cuiden en otras épocas como en la última década. La coordinación entre todas ellas y la alianza con los políticos que anhelan un mejor país es una labor que no puede esperar. De manera que podamos lograr la utopía posible, un plan urbanístico de reconstrucción de la ciudad para permitir resolver sus problemas más urgentes e ir encaminándonos a un lugar más humano.

De mi parte considero que deberíamos replantearnos nuestra capitalidad, pensar un poco en el modelo estadounidense por una parte (en el que la ciudad capital es donde están las sedes del poder público y existe otra urbe donde el potencial económico es el protagonista) y el brasileño donde no temieron al traslado del Estado a otro lugar más central (¿por qué no pensar en algún lugar cerca del Orinoco?). Sueño con una Caracas sin la presión de los lugares como Miraflores entre otros y que fuera la Nueva York del Caribe. Una ciudad cosmopolita como una vez casi fuimos en nuestro mejor momento de los cincuenta a los setenta. También pienso mucho en la reducción del uso del vehículo automotor donde el caminar, la bicicleta y el transporte público sean las formas de trasladarnos. Si el clima y la geografía es nuestro gran atractivo deberíamos explotarlo al máximo y dejar esta locura de concreto y derribo de árboles, para que los parques y las aves nos alegren los días. Pero también quiero una Caracas que valore su patrimonio arquitectónico y dejemos de tumbar tanta quinta y edificios, espacios y construcciones por los que no dejamos de suspirar cada vez que vemos viejas fotos.

Para lograr la utopía caraqueña debemos dejar la presión demográfica sobre Caracas y para ello es fundamental que nuestras ciudades satélites y en general todas las ciudades de Venezuela posean buenos servicios y sean atractivas económicamente. Creo que no podemos dejar el inicio de estos planes para después que se vayan los bárbaros ¡hay que comenzar de inmediato y plantearlo, discutirlo, soñarlos es el primer paso!


sábado, julio 20, 2019

La historiadora Inés Quintero opina sobre la serie “Bolívar” de Netflix


PERSPECTIVAS
Sobre la serie “Bolívar” de Netflix: es cuento, no es historia
POR Inés Quintero

Publicado en Prodavinci

19/07/2019
Desde que comenzó a transmitirse la serie Bolívar en Netflix, numerosas personas me han llamado o me han consultado acerca de la veracidad histórica de muchas de los sucesos que allí se narran. La repuesta ha sido un contundente NO. La serie Bolívar NO está ceñida al rigor histórico. Es cuento, no es historia.
Debo confesar que no soy amante de las series de televisión y también que tengo especiales reservas y sospechas frente a las series de “contenido histórico”, especialmente cuando son muy largas y con muchas temporadas. Si bien pueden estar muy bien producidas —que no es el caso de la serie Bolívar— la razón fundamental de mi desconfianza tiene que ver con la orientación y propósitos que guían este tipo de producciones; por lo general, el objetivo que las anima es entretener y enganchar a las personas para que continúen viendo la serie hasta el último capítulo, como si fuese una telenovela. Siendo así, no tienen como finalidad y mucho menos contemplan entre sus prioridades, ajustarse de manera rigurosa a la realidad histórica, ya que ésta constituye una camisa de fuerza que estorba y entorpece el trabajo de los libretistas, tiene mucho más sentido darle rienda suelta a la imaginación y a la ficción para de esta manera cumplir con los fines recreativos que persiguen.
La construcción de los personajes, sus características personales, los detalles de sus vidas privadas, sus emociones, afectos o dilemas, así como las maneras de desenvolverse son invenciones de quienes escriben y dirigen la serie, a fin de darle sentido al relato, al hilo dramático que les sirve de guía. No tienen nada que ver con la historia. Lo mismo ocurre con los hechos, éstos son presentados de forma tal que sirvan de sustento a la narrativa dispuesta y construida por quienes elaboran los contenidos, en función de los propósitos de la serie, y no con la finalidad de ofrecer una lectura que permita reconstruir el pasado, tal como ocurrió. Ambos propósitos son incompatibles.
Imaginación y ficción imperan sobre la historia: ni Carlos Palacios era un patán poseído por el demonio; ni Pablo Clemente un tonto incapaz e impertinente; ni doña Concepción andaba por la hacienda disponiendo y tomándole la temperatura a los esclavos; ni Josefa Tinoco, la mujer de Juan Vicente, fue la hija del capataz de San Mateo; ni la familia vivía toda junta en la hacienda. Ninguna de esas recreaciones tiene que ver con la historia.
Tampoco tiene asidero alguno con la realidad la visión caricaturizada del representante del rey de España como el villano que irrespeta a los criollos, y que le grita y ningunea a doña Concepción. Prevalece aquí la visión maniquea de la historia patria, según la cual los malos de la película fueron los peninsulares lo cual, finalmente, explica la decisión independentista. Una visión simplista y ampliamente superada hace ya bastantes años por las investigaciones que se han hecho sobre el tema.
Igual sucede con la idealización del noviazgo feliz y romántico entre María Teresa Rodríguez del Toro y Simón Bolívar, un idilio de telenovela que deja por fuera el arreglo económico que estuvo de por medio para la realización de la boda: una gran dote en metálico y numerosas joyas, a lo que se sumó una cantidad adicional para indemnizar a la joven prometida por tener que venir a vivir a América ya que, de lo contrario, Bolívar no podría echarle mano a su fortuna. El arreglo no le sirvió de mucho a la pobre María Teresa: muy rápidamente el trópico impidió que pudiese disfrutar de su enorme dote. El viudo corrió con mejor suerte. Pudo disfrutar su mayorazgo y sanar las heridas de la viudez, en un largo y dispendioso viaje por Europa.
El personaje central: Simón Bolívar, no ofrece sorpresas. Desde la primera escena es el héroe, el Libertador, el hombre providencial que no se equivoca, que tiene claros sus designios y que triunfa frente a la adversidad. Habla como héroe —en modo proclama—, piensa como héroe, gesticula, camina, ordena, actúa como héroe y sus recuerdos también tienen el mismo empaque. Desde su infancia y en su juventud se sembró en él, de manera inevitable, su vocación libertaria.
Esta visión heroica de Bolívar no admite la presencia de otras figuras que puedan competir con su protagonismo. Miranda, por ejemplo, es presentado como un traidor que, por una bolsa de monedas, fue capaz de entregar la I República, al firmar la capitulación de 1812. Varias personas me llamaron precisamente para comentar esta desfiguración tendenciosa de Miranda. No me sorprende en lo absoluto. Encaja perfectamente con la retórica idealizadora de la entrega de Miranda a las autoridades realistas, en la cual Bolívar tuvo participación destacada. La justificación perfecta de este hecho tiene su fundamento en una acción que se presenta como irrebatible: Miranda traicionó a la República, por tanto, merecía ser entregado. No hay reproches que hacerle al protagonista de la serie, todo lo contrario, su acción se corresponde con su determinación de no transigir, cuando se trata de alcanzar la libertad.
Si esto ocurre con Miranda, no quiero ni pensar cómo quedarán Santiago Mariño o Manuel Piar, o Francisco de Paula Santander o cualquier otro que haya disentido, adversado o polemizado con Bolívar: entrarán con toda seguridad en la nómina de los villanos, como corresponde a la simplicidad que acompaña todo relato maniqueo y telenovelesco en el cual sólo hay dos bandos: el de los buenos en donde están el protagonista y quienes lo acompañan y celebran sus éxitos, y el de los malos, que incluye a quienes lo adversan, todos aquellos villanos que a lo largo de la historia se empeñan en obstaculizar e impedir sus triunfos, pero sobre los cuales, finalmente, se impondrá el protagonista para alcanzar su destino. No se necesita más.
No aguanté mucho, la verdad es; tampoco Ariana, mi sobrina querida. Estuvimos viéndola juntas y quedamos verdaderamente impactadas por la superficialidad, la inconsistencia, la debilidad y la inconducencia de la historia. Podemos confesar que no nos atrapó, en lo más mínimo.
Habrá mucha gente que aguantará y seguramente disfrutará los 60 capítulos. Hay para todos los gustos, sin duda y eso es absolutamente sano y conveniente. Pero lo que sí puedo garantizarles es que, cuando terminen de ver esta serie-telenovela, no será mucha historia la que habrán aprendido, sino todo lo contrario. Yo, por mi parte, no pienso dedicarle ni un minuto más de mi tiempo libre.


viernes, julio 19, 2019

"Humboldt Visited Venezuela and Changed the History of Science Forever" por Rafael Arráiz Lucca


Humboldt Visited Venezuela and Changed the History of Science Forever
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July 16, 2019

Filled with a thirst for exploration and knowledge that would never be quenched during his long and extraordinary career, Berlin-born scientist Alexander von Humboldt always wanted to travel to the Tropic. He fulfilled his dream as an adult, in a Spanish colony that was about to set out on a violent process of change: the General Captaincy of Venezuela.
The trip Humboldt made in 1799 would change his life and the history of science, leaving a lasting mark in the country.
Humboldt and his expedition partner, the French botanist Aimé Bonpland, arrived in Cumaná, Eastern Venezuela, on July 16th, 1799, and they remained here until November 24th, 1800, when they sailed to Cuba. They stayed in the island for about three months and traveled to Cartagena, where they arrived in March 1801; then they went to Bogota and explored the Andes down to Quito, following to Cajamarca (Peru), eventually reaching Acapulco. In August, 1804, they returned to Europe and, in Paris, they started writing.
Five years of traveling through America were enough to collect abundant scientific material to write an essential book: “Personal Narrative of Travels to the Equinoctial Regions of America”
Five years of traveling through America were enough to collect abundant scientific material to write an essential book: “Personal Narrative of Travels to the Equinoctial Regions of America,” published between 1816 and 1831, in thirteen volumes.
Humboldt made the first known annotation about the effects of human action on the climate, by documenting the consequences of colonial agricultural practices in Lake Valencia. He started a theory of natural equivalents that would become the first global environmental philosophy, seeing the planet as a whole.
But his book is also a treasure for researchers on America, and Venezuela in particular. Humboldt’s main contributions reside in his records of flora, fauna, minerals, geography, soils, atmospheric phenomena and social observations.
In Venezuela, he went from Cumana, to Araya, Caripe, Cueva del Guácharo, Higuerote, La Guaira, Caracas (where he was received with honors by Captain General Manuel de Guevara y Vasconcelos), the Avila, the Tuy River valleys and the Aragua valleys, Antimano, La Victoria, Maracay, Guacara, Valencia, Las Trincheras, Puerto Cabello, Calabozo and San Fernando de Atabapo towards the Orinoco, up to San Carlos de Río Negro. Then, El Pao, Barcelona and back to Cumana, where he and Bonpland left for Cuba. They stayed in Venezuela for one year, four months and eight days.
Humboldt didn’t return to America, but his figure will always be great in Venezuela, among other things because of what he said about Caracas: “I think there’s a marked tendency to the profound study of sciences in Mexico and Santa Fe de Bogota; greater study of literature and as much as an ardent and active imagination can indulge in Quito and Lima; more understanding about the political relations of nations, broader views on the status of the colonies and cities, in Havana and Caracas.”
It’s not strange, then, that the spark of liberty was first lit in Venezuela. “Despite the increased black population,” Humboldt wrote, “Havana and Caracas are seemingly closer to Cadiz and the United States than any other part of the New World.” We’ve read this before: the European air of Caracas, its strange metropolitan sense. He also observed that the city’s inhabitants were inclined to music: “I noticed in several families in Caracas a taste for instruction, knowledge of the French and Italian literary masterworks, a considerable predilection for music, which is successfully cultivated and serves, as cultivating arts always does, to bring the various social classes together.”
Humboldt wrote, “Havana and Caracas are seemingly closer to Cadiz and the United States than any other part of the New World.”
Although Humboldt and Bonpland were in Caracas in 1800, his book mentions the earthquake of 1812, so he was writing from memory several years later and does this with such accuracy that it’s obvious that he had access to direct sources. According to his estimates, the city had between 40,000 and 50,000 inhabitants by then. It’s also worth noting that Humboldt and his partner were naturalists, and most of their observations belong to that specialty, not urbanism, although they did have sociological understanding.
The two months they spent in Caracas weren’t in vain. Humboldt made friends with Simón Bolívar and he’d have great influence on him with his unprecedented perspective on America.

miércoles, julio 17, 2019

El mal nuestro de cada día (mi columna de los miércoles en El Nacional)


El mal nuestro de cada día

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

El mal siempre me ha abrumado, pero en estas últimas dos décadas en Venezuela ya no tengo palabras para describir todo el horror que siento ante el avance de tantas perversiones. La oscuridad se ha extendido y no hay límites para el daño al semejante. Lo más terrible no es solo el gran dolor que se ha generado sino que muchos de los que tradicionalmente consideramos buenos se han corrompido y no tienen misericordia alguna con el débil. El “¡sálvese quien pueda!” es el principio dominante; y la frustración, la rabia y el sobrevivir a nuestra mayor crisis económica justifica cualquier acción. La resistencia no debe ser solamente contra los autoritarismos (que es el mal político), sino especialmente contra los que destruyen el alma. 

El Informe anual de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos Michelle Bachelet (04-VII-2019), es uno de los mejores compendios de todo el mal que ha generado el chavismo-madurismo en nuestro país. Se lee con miedo, con el desespero del que se siente incapaz de poner término a una pesadilla. Pero solo podemos sentir algo de alivio porque la verdad de nuestro sufrimiento se ha legitimado y dado a conocer por tener el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Son muchos los defensores en otros países de esta sinrazón que siempre me decían no creer los testimonios de las víctimas hasta que la ONU lo confirmara. ¡Allí está lo que pedían! Pero sus palabras eran mentira, desvían la mirada y dicen que todo es culpa de las sanciones y su cantaleta de absurdos y mitos. Cuando les preguntas: ¿qué tienen que ver las sanciones con los presos políticos, las torturas y los asesinatos de los que protestan? Pasan a otro tema para hacerse los locos. ¿Locos? ¡malos es lo que son!

La saña de los perversos se mostró en estas semanas con un caso, como tantos, que no deben ser olvidados jamás. Me refiere al asesinato del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo (1969-2019) por medio de torturas, para después pasar a torturar a sus familiares y seres queridos al destruir la honra y memoria del joven militar y llevar a cabo un entierro de su cuerpo controlado por los esbirros ¡¿No les bastó con torturarlo y matarlo?! Este hecho hizo inevitable pensar en la entrega del cuerpo de Héctor por parte de Aquiles a su padre el rey de Troya en la Ilíada, y la tragedia Antígona de Sófocles (496-406 a.C.) donde se exalta el principio humano y eterno del respeto a las personas fallecidas sean o no tus enemigos. Esta gente es tan mala que rompe con toda la tradición de la humanidad y con las leyes divinas.

La maldad se expande, no es monopolio del régimen y los malandros, y ocurren cosas como el hurto del celular a un colega profesor en la UCV en plena clase.  Y todo parece indicar que fue un alumno al cual no le importó el hecho de la pobreza que padecemos los docentes debido a los bajos sueldos que tenemos, y que su profesor le está brindando formación sacrificando tiempo y esfuerzo que podía dedicar a trabajar en un lugar donde podría ganar mejor. También están todos los casos de los que se aprovechan de la crisis que vivimos, del desespero de las personas que casi no tienen para vivir. Tantos patronos que pagan sueldos miserables o le quitan beneficios a sus empleados bajo el pretexto que se debe ser austero ante la “situación país”. Comerciantes que roban con las transacciones o que engañan con la calidad de los productos. La lista es larga y lo peor, tal como dije al principio, son el montón de casos donde estas maldades son realizadas por personas que siempre consideramos buenas y/o que predican los valores en los momentos que vivimos.

Muchas veces creo perder las esperanzas, pero pienso en esa sencilla lección que nos ha enseñado esa leyenda moderna de la cultura popular que es Star wars (George Lucas, 1977), al mostrarnos que el mal quiere que lo odiemos porque de esa manera nos ganaría para “el lado oscuro”. Busquemos en nuestra formación todos los buenos ejemplos, en especial en nuestra familia, y apoyémonos en ellos. Resistamos al mal con abundancia de bien sin ser gafos. Y recordemos las palabras de Ana Frank (1929-1945): “a pesar de todo sigo pensando que la gente es buena”, porque cerca de ti debe haber una persona que sea la prueba de ello.

miércoles, julio 10, 2019

Reseña sobre Amos Oz, 2003, "Historia de amor y oscuridad" (nuestro artículo de los miércoles en "El Nacional")


Resultado de imagen para amos oz una historia de amor y oscuridadAmos Oz y el nacimiento del estado de Israel

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

En diciembre pasado falleció el escritor israelí premio Príncipe de Asturias (2007): Amos Oz (1939-2018). Por ello comencé a leer sus memorias (2003, Historia de amor y oscuridad) las cuales finalicé hace pocos días. Son extensas (700 páginas) y se pueden leer con interrupciones por su relativa ausencia de continuidad cronológica y estar basadas en los momentos anecdóticos que marcaron su vida. Desde el principio nos atraparon debido a la hermosa descripción que hace de su infancia rodeada de libros y de personas que aman la literatura y la lengua. Su padre trabajaba en una hemeroteca, no paraba de escribir pero nunca logró su sueño de ser profesor de una universidad, publicar sus obras y ser reconocido en los círculos intelectuales (“lo único abundante en casa eran los libros (…), mi padre tenía una relación sensual con los libros”). Pero también por la descripción que hace de las angustias, sueños y conflictos de las gentes sencillas al vivir el proceso de fundación del Estado de Israel a finales de la década de los cuarenta. Son las memorias de su niñez dejando unas pocas páginas (las últimas 150) para su adolescencia en el kibutz. Son las memorias de su formación tanto intelectual como emocional.

Es fascinante el relato que hace de cómo los judíos se fueron asentando en Palestina, en especial en Jerusalén, siendo el mejor ejemplo su gran familia. No es el caso de los que llegaron huyendo de los campos de exterminio nazi posterior a la Segunda Guerra Mundial sino los que escapaban de los progromos en el Imperio del Zar y de la amenaza comunista. La mayoría de ellos estaban imbuidos del credo político sionista que los había convencido de la posibilidad de crear un Estado judío en lo que había sido en la antigüedad el reino de Israel. Pero al llegar a esta tierra se demostró que no era lo que soñaron, y la nostalgia por su patria retornaba con fuerza en cada comentario. Esta realidad desde la perspectiva del historiador resaltaría el gran proceso de un pueblo unido en torno a la meta común de crear su Estado, pero desde el recuerdo de la infancia del escritor se muestra lo relativamente divididos que estaban y la duda permanente ante la posibilidad de lograr la gran meta. Fue inevitable pensar en nosotros los demócratas de la Venezuela presente, los cuales nos peleamos por cualquier decisión y ante cada fracaso caemos en la desesperanza.

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Poco a poco entre los israelitas se agregó; a las divisiones de las diversas ramas del judaísmo, los orígenes nacionales de los que provenían y las ideologías de izquierda y derecha; una separación entre las generaciones nacidas en Israel y los que venían de la diáspora. Los primeros eran considerados fuertes y puros, y los segundos contaminados de los defectos de otros pueblos. Amos era parte de los primeros, pero los segundos eran sus padres, tíos, abuelos, vecinos, una comunidad que le demostró la riqueza de la diversidad. Pero también estaban los árabes (que estaban siendo despojados de sus tierras por el avance israelita) y los británicos (que ejercían el protectorado de la zona e impedía el logro del sueño sionista), y a pesar de ello: “judíos y árabes amantes de la cultura se reunían con británicos amables e instruidos (…) donde se organizaban recitales, bailes, jornadas literarias, recepciones y refinadas charlas artísticas.”

Otra vivencia del autor que me hizo pensar en lo que hoy padecemos en Venezuela fue la perspectiva del común con sus conversaciones plagadas de rumores estrambóticos. Los judíos, ante la cercanía de la guerra no dejaban de pensar en que los progromos o el exterminio se  repetiría pero ahora en manos de los árabes. En medio de este gran terror generado por los rumores, pero también por claros atentados en su contra y la real amenaza de los países fronterizos que se plasmó en la primera guerra árabe-israelí; se da la famosa votación en la ONU a favor de la creación del Estado de Israel y el Palestino. Es inevitable emocionarnos al leer su vivencia en que la gente esperaba en la calle la decisión, escuchando o viendo los que tenían la radio o la TV encendida. Y nos llenamos de orgullo con las palabras: “Uno tras otro fueron leyendo los nombres de los últimos países de la lista (…), Reino Unido: abstención, URSS: sí, Uruguay: sí, Venezuela: sí, Yemén: en contra, Yugoslavia: abstención.” Nuestro país gobernado por la Generación del 28 apoyaba la causa justa de la creación del Estado de Israel. Al ser aceptada la propuesta nos dice: “la voz fue tragada por el clamor (...), mi padre y mi madre estaban abrazados, aferrados el uno al otro como dos niños perdidos en un bosque”. Y en medio de la algarabía de las gentes celebrando en la calle su padre le dijo: “Observa hijo mío, observa bien, por favor (…), porque esta noche no la olvidarás mientras vivas, y de esta noche le hablarás a tus hijos, a tus nietos y tus biznietos mucho tiempo después de que nosotros ya no estemos aquí.” ¿Será que los venezolanos muy pronto podremos decir esto a nuestros hijos pequeños cuando se acabe la tiranía y la democracia renazca?
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Un hecho que cambió su perspectiva del conflicto árabe-israelí fue el conocer al mítico líder de la Resistencia contra el protectorado británico: Menahem Begin (1913-1992) en un mitin. Él era un niño nacionalista-sionista que adoraba al líder, pero cuando lo conoció no era lo que esperaba de él. Y lo peor fue que por una confusión en el lenguaje se rio de algo dicho por éste, lo que le hizo sufrir una violenta reprimenda por parte de su abuelo que lo acompañaba. Este hecho, más el suicidio de su madre, lo terminaría de convencer en su adolescencia de entrar a un kibutz. Allí pasarían dos cosas que lo marcarían para toda la vida: primero el conocer a uno de sus fundadores: Efraim Avneri que le convencería del siguiente principio: “la fuerza es el opio de toda la humanidad (en especial de los poderosos)” y le haría ver que los árabes no eran “los asesinos” que todo israelita pensaba sino que estos estaban defendiéndose de los que habían invadido de alguna manera su tierra (lo que no quería decir que los israelitas no tenían que defenderse de ellos, porque también tenían “derecho a tener un país”); y segundo: el ir a estudiar literatura en la universidad debido a una proposición del kibutz. Esto último evidentemente también era consecuencia de su formación literaria familiar.

Una breve reseña no es capaz de condensar y describir esta gran obra, pero podemos concluir que en medio de la guerra y las penurias del momento fundacional israelita los libros fueron su refugio. Donde el niño fue formando y descubriendo su vocación literaria que le permitió expresar hermosamente la vida cotidiana, los sacrificios y las luchas de aquellos con los que creció. Me he quedado con muchas imágenes y emociones, y especialmente lo que me transmiten las siguientes palabras:

El olor de la gigantesca biblioteca del tío me acompañará durante toda mi vida: el aroma polvoriento y excitante de la secreta sabiduría, el olor de una vida de estudio muda y aislada, una misteriosa vida de monje, un silencio fantasmal que salía de las profundidades de los pozos del pensamiento y la sabiduría, el murmullo de las sílabas muertas, el susurro de las reflexiones secretas de autores desaparecidos, la caricia fría de antiguas autoridades.

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miércoles, julio 03, 2019

Centenario del Tratado de Versalles ¿tregua-causa de la Guerra Mundial? (mi artículo de los miércoles en "El Nacional")

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Centenario del Tratado de Versalles ¿tregua-causa de la Guerra Mundial?

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

El pasado viernes (28 de junio) se cumplieron 100 años de la firma del Tratado de Versalles. En Europa muy pocos lo recordaron, aunque el mismo tuvo una gran importancia histórica la cual fue rápidamente advertida por el mariscal francés Ferdinand Foch (1851-1929): «Este no es un tratado de paz, sino un armisticio de veinte años». La predicción fue asombrosamente exacta, por lo que seguramente la historiografía ha tendido a identificarlo como la principal causa o antecedente de la Segunda Guerra Mundial. ¿Fue realmente así o se ha exagerado al darle un gran papel a su sentido de “humillación”?

Una rápida revisión de cualquier manual de historia universal contemporánea muestra el Tratado como el primer antecedente de la Segunda Guerra. Muy probablemente fue A.J.P. Taylor (1961, Los orígenes de la Segunda Guerra Mundial) el primero que a nivel historiográfico le dio tanta importancia, al resaltar la incapacidad del mismo para mantener la paz por establecer condiciones imposibles de cumplir para Alemania. Por citar solo un ejemplo: las indemnizaciones que se establecieron se terminaron de pagar en el 2010. Pero especialmente por ser una potencia emergente desde finales del siglo XIX que ya había superado industrialmente a Francia y se equiparaba con el Reino Unido a principios de 1900. Y en medio de todo ello: culpar totalmente a Alemania por la Gran Guerra, por no hablar de una Europa Central y del Este conformado por Estados altamente inestables debido a que fueron creados por los vencedores.
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Algunos hablan de “excusa” más que causa, pero los que afirman tal cosa parten de la misma premisa que es centrarse en el Tratado a la hora de comprender el origen de la siguiente gran guerra. Ambas perspectivas ven los argumentos de Hitler, en relación a la “humillación” que implicó para Alemania, como el gran problema. Es cierto que el Tratado construyó un débil equilibrio, incapaz de enfrentar las amenazas al mismo; pero más que las claras injusticias del Tratado y sus errores diplomáticos, el camino al desastre nació de las revoluciones comunista y fascista. Se puede decir que el Tratado fue el catalizador del avance de los dos grandes totalitarismos que inevitablemente terminarían enfrentándose.
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A partir de la revolución fascista (nazi) se impuso la idea de la “humillación” de Versalles. Era el obstáculo que impedía el resurgir nacional, pero no de ser ese habrían encontrado otro chivo expiatorio para su discurso de odio. Lo que sí fue cierto fue que el Tratado significó una tregua, un alto al fuego mientras se desarrollaban los factores nacidos en la Primera Guerra Mundial (el “espíritu de las trincheras” en palabras de Francois Furet) que permitieron el reinicio de las batallas por el dominio de Europa para: conservar el equilibrio establecido por Francia y el Reino Unido o el control del continente por Alemania o por dos potencias relativamente extrañas a la región: Estados Unidos y Rusia.

Resultado de imagen para rafael acosta arevaloNota de horror, solidaridad y denuncia: El país fue conmocionado el sábado 29 por la noticia del asesinato (según testimonios de su esposa y abogada) del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo. El hecho ocurrió después de ser secuestrado por el DGCIM el 22 de junio y al ser presentado el 28 de junio en tribunales estaba en silla de ruedas por las torturas recibidas según su testimonio y pedía "¡auxilio!". Desde acá le enviamos el pésame a sus familiares y a todos los miembros de las Fuerzas Armadas que todavía posean algo de dignidad. Me pregunto: ¿Queda alguna duda de gravedad de lo que estamos padeciendo? Ruego a Dios que nos infunda “un sublime aliento” para “lanzar el yugo”.

lunes, julio 01, 2019

Capitán de corbeta: Rafael Acosta Arévalo (encarcelado con salud el 22 de junio, el 28 de junio está en silla de ruedas por torturas y al día siguiente fallece)

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Corona de flores a las puertas de la sede de la Armada en San Bernardino (CAracas).

¿Será la muerte que cambie todo o un hecho que seguirá sumando para que algún día seamos libres?

QEPD. Pésame a su familia. No olvidemos a este nuevo mártir. 
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