"I came through and I shall return". El Imperio del Sol Naciente (IX)
Publicado el 16 de marzo de 2022 en El Nacional y al día siguiente en Opinión y Noticias
Las palabras que
titulan nuestra artículo fueron dichas el 21 de marzo de 1942 por el general
Douglas MacArthur (1880-1964) en su discurso al llegar a Melbourne (Australia),
después de haber tenido que salir de la isla de Corregidor ant
e el avance de
las fuerzas de ocupación japonesas en Filipinas. En su más conocido biopic (MacArthur; Joseph Sargent, 1977) donde es representado por Gregory Peck y en
el documental MacArthur dedicado a su
vida (Sarah Holt & Austin Hoyt, 1999) que corresponde al décimo episodio de
la serie American Experience del
canal PBS; la narración de su vida se inicia con su mayor derrota militar. El
22 de febrero recibe la orden del Presidente Franklin Delano Roosevelt para que
se retire a una zona segura, orden que en un principio no quería aceptar y
llegó a decir que renunciaría al mando para incorporarse a la batalla como un
soldado más. Roosevelt temía el impacto moral que tendría la captura por el
enemigo de un general de cuatro estrellas el cual demoraba el cumplimiento de
la misma. MacArthur en su peor momento supo convertir su figura, imagen,
palabras y personalidad en el liderazgo que necesitaban los Estados Unidos
(EEUU) para vencer en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial (SGM).
En nuestra primera
entrega sobre la ofensiva japonesa en las Filipinas (la primera semana de enero
y que corresponde al cuarto artículo de esta serie) explicamos que esta campaña
se inició de manera simultánea al ataque a Pearl Harbor y duraría hasta el 9 de
junio de 1942. Pero los más importante combates se dieron entre su capital
(Manila), que queda en la isla de mayor longitud de este extenso archipiélago
(Luzón), y el golfo donde se encuentra la misma. El golfo de Manila era
protegido por la península de Bataan y la isla de Corregidor desde donde se
controlaba la entrada al mismo. Allí se hizo fuerte la resistencia
filipino-estadounidense generando su primer mito épico de la SGM en la llamada
Batalla de Bataan que durará desde los días siguientes a la caída de Manila el
dos de enero hasta el nueve de abril. Posterior a la misma los soldados capturados
sufrirán llamada “Marcha de la muerte” camino a los campos de prisioneros
(cuando se cumpla su aniversario le dedicaremos un escrito en el que también
hablaremos del famoso filme sobre la batalla).
El general MacArthur
supo organizar la lucha en Bataan al acumular suficientes armas y construir
varias líneas defensivas para demorar el avance japonés. La idea era que el
ejemplo de resistencia y coraje convencería al Estado Mayor del Ejército de los
EEUU bajo el general George Marshall y enviaría tropas al rescate. Pero tal
como explicamos anteriormente, ya la Conferencia de Washington (encuentro entre
Roosevelt y sir Winston Chuchill) entre finales de 1941 y principios del 42
habían decidido que la prioridad era Alemania, y las tropas entrenadas no
existían en gran número ante las demandas de los diversos frentes que había
abierto la múltiple ofensiva japonesa, por no hablar de las que debían proteger
Hawai, Midway y la costa norteamericana del Pacífico. Poco a poco la falta de
alimentos (los soldados debían compartirlos con los refugiados), el desarrollo
de enfermedades como la malaria y la disentería (sin medicamentos para
atenderlas) y la ausencia de cobertura aérea (solo contaban con dos P40); hizo
que fueran retrocediendo. MacArthur recibió la orden de retirarse pero no la
obedeció considerando que esto haría que sus soldados dejaran de luchar. Y es
que su personalidad junto a sus capacidades como estratega, generaban la
adoración de sus soldados y oficiales bajo su mando. Su experiencia se inicia
en la Primera Guerra Mundial y por muchos años estuvo ligado al Pacífico y en
especial a Filipinas donde su Presidente (no olvidemos que era un Estado Libre
Asociado de EEUU) lo nombró mariscal de campo (título que no ha poseído otro
general de Norteamérica) del Ejército filipino en 1936.
El 10 de marzo, con
los japoneses muy cerca, Roosevelt le escribe un telegrama: “Parte hacia
Melbourne de inmediato”. Al día siguiente cumplirá la orden aunque dejando muy
claro que lo hacía contra su voluntad y así debían saberlo los defensores. A
bordo de cuatro PT boat (lanchas
torpederas, de las que la 41 capitaneada por el teniente John D. Bulkeley fue
la del general), saldría en dirección a Mindanao con su familia (esposa e hijo
de tres años) y su Estado Mayor,
superando varios peligros (minas, etc.) por existir un bloqueo de la
Armada Imperial. En dicha isla tomarían dos B-17 rumbo a Australia. El viaje en las pequeñas lanchas se
reconstruye en la película ya nombrada y la dirigida por el maestro John Ford: They were expendable (1945). Después
será sitiado Corregidor que resistirá un mes más. Al caer fue capturado el
máximo comandante de Filipinas que dejó MacArthur: el mayor general Jonathan
Wainwrigh, quien se rendiría el 8 de mayo junto al resto de las islas. Aunque
Leyte resistió hasta principios de junio y después solo quedará una guerra de
guerrillas.
El general MacArthur
al llegar a Australia pesaba 10 kilos menos, la razón estaba en que durante la
Batalla de Bataan no quiso tener privilegios y comía lo mismo que sus soldados.
El 18 de abril de 1942 fue nombrado Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas
en el Área del Pacífico Sudoeste (SWPA) y cumpliría su promesa de volver a
Filipinas dos años después, porque antes tuvo que defender Australia en su
frontera norte en la isla de Nueva Guinea y Guadalcanal. Ambas campañas poseen
abundante historiografía y cinematografía, y serán tratadas en sus respectivos
aniversarios. La próxima semana queremos dedicarnos a la historia del presente,
a las abundantes referencias que se han hecho sobre la SGM al tratar de
comprender o justificar la guerra en Ucrania.
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