Autor: Clemente Balladares
Dieter Pfeifer (28feb1923-1julio2010)
Nació en Ciudad Bolívar, comandante de tanques alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, murió en Valencia a los 87 años.
Según los planes del alto canciller, en la primavera de 1940, le toco el turno a Francia. Como parte de una invasión de tres mil tanques, cruzó en tres días con poca oposición las fronteras de Bélgica y Holanda llevando extendida en la parte trasera de su Panzer una bandera roja, de gran circulo blanco y la cruz gamada en negro. El estandarte horizontal no era mera propaganda nazi, había que avisar a la fuerza aérea alemana que esos blindados eran de los suyos.
Según los planes del alto canciller, en la primavera de 1940, le toco el turno a Francia. Como parte de una invasión de tres mil tanques, cruzó en tres días con poca oposición las fronteras de Bélgica y Holanda llevando extendida en la parte trasera de su Panzer una bandera roja, de gran circulo blanco y la cruz gamada en negro. El estandarte horizontal no era mera propaganda nazi, había que avisar a la fuerza aérea alemana que esos blindados eran de los suyos.
Al llegar al Sedan el 12 de mayo los franceses acompañados de sus aliados británicos intentaron detener el avance alemán. A pesar de la defensa, los tanques pasaron el río Meuse dos días después. Los holandeses cayeron al igual que los franceses dando paso libre hasta Paris. La persecución de los derrotados era hacia las playas de Dunkerke y el paso de Calais.
Mientras la Luftwaffe hostigaba desde el aire la retirada aliada, a la infantería y a los tanques se les ordenó reorganizarse; esto fue aprovechado por Gran Bretaña para evacuar sus tropas en el famoso Dunkerke.
Casi 900 embarcaciones inglesas acudieron al llamado y rescataron a 340 mil aliados a finales de mayo. Los alemanes comenzaron a llegar mientras los barcos todavía evacuaban a comienzos de junio. En su Panzer, Dieter intento probar puntería y le indicó al artillero el ángulo de disparo contra una barcaza que consideraba estaba a tiro. Fue su primer blanco directo. Esa tarde, a sus 17 años celebró la victoria con el vino confiscado a los franceses junto a sus cuatro compañeros. No le preocupaba mucho a quienes había destruido.
Lleno de euforia regresó a descansar por segunda y última vez durante la guerra, no vería otro momento de solaz hasta la rendición incondicional del Tercer Reich.
- ¡Imagínate que lucharíamos contra los ingleses en el desierto de África del norte a comienzos de 1941! Dice con un tono algo irónico.
– Es increíble, los médicos militares alemanes explican que yo no estaba apto para el trópico.
Dieter les replicaba: -Pero, si yo nací en Venezuela.
No solo fue el desatino médico, llegaron largas horas de reentrenamiento para el que se esperaba sería un adversario mayor, y en igual medida charlas ideológicas acerca de la supremacía germánica sobre el nuevo enemigo eslavo.
En esta ocasión casi 4 mil tanques atravesaron Polonia solo que más al Este, las defensas rusas del lado oriental caían con más facilidad que en las dos campañas anteriores y el rápido avance por las infinitas llanuras rusas pobladas con alfombras de girasoles de más de dos metros de alto daban placer a la vista del joven comandante.
Para septiembre casi un millón de soviéticos se había rendido a los alemanes. En noviembre estaban cerca de Moscú. Los largos rastros de los tanques sobre las primeras nevadas eran una constante por donde pasaban en el paisaje de ese gélido invierno. El 21 de ese mes su tanque y dos mas acababan de pasar un puente cuando detrás de ellos los rusos volaron las bases colapsando la estructura. Estaban solos los tres Panzers a las puertas de la capital. Pfeifer rápidamente ordeno colocarse popa contra popa y los cañones apuntando al exterior de ese pequeño círculo defensivo, así pasaron las horas sin que nadie los enfrentara.
Antes que oscureciera y mientras la temperatura descendía de 9 a 42 grados bajo cero, se colocó su blanco abrigo invernal y salto fuera del blindado. Al caer sobre la nieve, hundió todo su escaso metro y medio de humanidad. Las risas de los otros tripulantes no se hicieron esperar, lo bautizaron “Stepke”, un modismo alemán para la palabra “pequeño”.
Entrada la gélida noche y sin producirse ningún combate apareció una pequeña comitiva soviética que se aproximó a ellos ondeando la tradicional bandera de tregua, con mucha precaución y hablando a distancia los dos idiomas enfrentados pidieron por mantas o combustible para generar calor.
- No recuerdo bien como salimos de las afueras de Moscú a reunirnos con nuestra división, pero hasta allí fue lo máximo que llegamos. Los soviéticos tomaron fuerza durante la navidad y allí comenzó nuestra larga retirada de tres años.
Imágenes: la primera foto son Bernard y Dieter Pfieffer. Bernard, su hermano, era parte de la Luftwaffe. La segunda es una foto personal de Dieter en un Panzer IV.
7 comentarios:
Saludos, muy interesante su articulo! Me gustaria, si fuera posible, conocer mas sobre la familia de Dieter, su arribo a Venezuela y las circunstancias! Mi corrreo es blanco.galeano@gmail.com
woa un venezolano en la segunda guerra mundial y comandante del mejor tanque aleman el panzer que genial y aleman de eso es que me refiero hacer peliculas asi de historias verdaderas no de malandraje ni de bolivar que me tiene las pelotas cuadrada quiero conocer mucho mas de es señor dieter y de su hermano
A mi también me gustaría saber más al respecto: gsalcedov@gmail.com, muchas gracias de antemano.
A mi también me gustaría saber más al respecto: gsalcedov@gmail.com, muchas gracias de antemano.
no fue el unico venezolano en la segunda guerra mundial, tambien hubo otro venezolano de nombre Manuel Antonio Prince, oriundo de Aroa Estado Yaracuy y radicado despues en Barquisimeto, luchó contra los japoneses en el Pacífico sirviendo en los U.S MARINES CORP.
Y Jose Luis Pernia nacido en La Victoria en el 1923; voluntario y en combate en Okinawa contra Los Japoneses en la batalla de “Hacksaw Ridge”
Tengo acceso a una foto de el en Okinawa pero no puede encontrar la forma de compartir aqui
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