El buen amigo Luis Barragán (ver acá sus artículos) ha rescatado estos artículos del año 97, que nos hablan de una serie de hallazgos arqueológicos en Venezuela que supuestamente relacionan a los habitantes precolombinos de nuestra región con los Mayas. Dichos artìculos fueron colocados en ese excelente grupo de Historia de Venezuela en Facebook (ver aquí).
Una vez le escuché esta "teoría" a un alumno, a la cual agregaba que los conquistadores habían destruído las pirámides que existían en el Ávila como una forma de dominación. Yo le respondí que no conocía las pruebas de dicha idea, y que me parecía extraño que en Centroamérica no las destruyeron pero en la región que luego sería Venezuela si. Estas dudas me generaba fuertes sospechas, por lo que por ahora descartaba estas afirmaciones. En todo caso, les dejo este artículo para expresar mi respeto a la diversidad de ideas.
EL NACIONAL,
Caracas, 25 de febrero de 1997
Los mayas eran venezolanos
Por obra del azar, un grupo de investigadores encontró en el Avila y en la costa del Litoral Central vestigios de una civilización anterior a las grandes culturas americanas. Tales evidencias indican que allí se originó el pueblo que los libros de historia ubican en Centroamérica y que tanta influencia tuvo sobre otras etnias
LUIS MARTINEZ
"Cada una de las tribus se levantaba continuamente para ver la estrella precursora del sol. Esta señal de la aurora la traían en sus corazones cuando vinieron de allá del Oriente, y con la misma esperanza partieron de allá, de aquella gran distancia, según dicen en sus cantos hoy día''
El Popol Vuh
El Avila no es sólo el pulmón vegetal de la capital o el sitio donde los excursionistas encuentran un espacio para reencontrarse con la Naturaleza. Bajo el follaje se esconden secretos que bien pudieran, en un futuro, cambiar la historia oficial. Por ejemplo, dejar sentado que lo que se conoce como cultura maya en Guatemala, haya tenido su germen en Guaraira Repano, nombre indígena del cerro caraqueño.
Y todo comenzó por accidente hace 28 años. Una expedición de pesca submarina, en agosto de 1968 se topó con un muro con petroglifos tallados en la piedra. El lugar: Tacoa, en el Litoral Central. Posteriormente y siguiendo un destino accidental, se han encontraron otras huellas parecidas en Los Caracas, en las costas de Falcón, en Mochima y hasta en Paria.
En 1990, un grupo de interesados en desentrañar el misterio que guardan estos signos hicieron contacto con descendientes de los Mariches en Petare y señalaron que esos petroglifos se podían encontrar en el Avila, en los Valles del Tuy, en Charallave. Así comenzó un trabajo que necesitará de muchos años y de mucha investigación para que pueda ingresar oficialmente en los libros de texto.
Miguel Angel Prieto, uno de los integrantes de este equipo llamado "Centro Arqueológico de Petare''(y que están peleando por una sede en el casco histórico de esa populosa zona), explica que estas huellas tienen una antigüedad de más de 10 mil años, lo que coloca a esta civilización en un tiempo anterior al desarrollo de las culturas incas, aztecas y lo que comúnmente se conocen como los Mayas en Centroamérica.
LA SIERRA MADRE
"Descubrimos el tiempo de los petroglifos con unas mediciones basadas en la forma tradicional de elaboración: de acuerdo a los descendientes de los Mariches (grupo indígena que se ubicó en el centro del país, junto con los Caracas, Teques, Tarmas, Meregotes Mayas y quienes dicen ser sucesores directos de esta civilización primigenia) estas huellas eran remarcadas anualmente por los descendientes de la familia que comenzó a hacerlo. La remarcación que se hacía era suficiente para que el surco en la piedra tomara un color blanco. Para que esto ocurra, se debe profundizar una décima de milímetro'', dice Prieto. La marca en los signos hallados tienen entre uno y un centímetro y medio de hondura, ``lo que quiere decir que ha sido remarcado entre 10 mil y 15 mil veces; ello da un período de elaboración de por lo menos 10 siglos hasta que fue abandonada, hace 500 años''. Investigadores como el austríaco Helmut Straka han realizado pruebas con el Carbono 14 corroborando el resultado.
Apunta que lo interesante de la elaboración de los signos era su sentido comunal y que perpetuaba el apellido o la identificación tribal de los primeros habitantes del lugar.
Pero nuestra montaña también guarda otros vestigios de esa cultura: a lo largo de todas las quebradas, se pueden detallar con mucha atención entre la gran espesura del bosque, obras que posiblemente fueron usadas para la agricultura. ``Estas construcciones no fueron hechas por los Mariches, aunque sí las usaron'', apunta Prieto. Y todas están ubicadas cerca de las quebradas artificiales, en sus cauces y en los escalonamientos que tienen.
¨La razón de la desaparición de estas etnias? El investigador asoma una idea: ``esa gente, a raíz de cambios climáticos en esta zona, emigraron a través de la cordillera y por el mar, quedándose los Mariches, quienes vivían en el valle''.``A este pueblo le decían ``Maya-Imaragua''. Maya significa ``estrella'' e Imaragua ``pueblo de la Sierra Madre''. Lo primero, porque todo su sistema de vida se regía por las observaciones que hacían de los astros. Un observatorio estuvo ubicado en lo que ahora se conoce como pico Naiguatá y hubo otro en el pico Oriental.
AQUI SI, ALLA NO
La historia conocida señala el asentamiento de los Mayas en Centroamérica, y según Prieto, por omisiones. ``En 1502, durante el cuarto viaje de Colón, él se encuentra con unos comerciantes de cacao que usaban unas piraguas enormes, con 25 remeros. Estos indígenas decían que venían de un lugar llamado ``Maya'' (al sur) y su idioma era el ``Maim''-así lo anotó el propio descubridor en su diario-''. Dice que cuando los conquistadores llegaron a la zona de Honduras-Guatemala, se consiguieron con indios que calzaban con la descripción hecha por Colón e inmediatamente los catalogaron como Mayas. ``Desde entonces, todos los investigadores se han referido a esa gente como los Mayas, pero allí no se encontró con una sola tribu que se llamara así. Estaban los Izales, los Lacandones, los Chiapanecas, los Quiché, los Tzotziles, pero nada de Mayas, ni siquiera algún lugar. Es más, los aztecas llamaban a ese país, ``la nación de los bosques'' (Cuauhtle Malan, ahora Guatemala). Tampoco ellos tenían la palabra maya para referirse a nadie. Fue una cuestión subjetiva del padre franciscano Diego de Landa, quien asumió que todo lo encontrado allí era de los Mayas''.
En cambio, en Venezuela hay más de 800 puntos geográficos con el topónimo Maya (está, por ejemplo, el puerto y la playa conocidas con este nombre).
Dice que esta civilización se diferenciaba de las demás existentes en Venezuela porque vivían en ciudades hechas en las montañas, establecieron un sistema numérico, un sistema de escritura y un calendario solar. ``Al llegar a Centroamérica su cultura es transformada porque mezclan sus ritos con ceremonias propias de tribus de la zona, como los Olmecas, y aparecen entonces los sacrificios humanos y las construcciones piramidales de tipo sagrado-conmemorativo, cuando aquí eran usadas simplemente para las observaciones astronómicas''.
Por otro lado, la artesanía y la escultura alcanzaron un grado de perfección mayor porque allí trataban de recordar a sus pioneros como unos dioses (que también se refleja en el texto de El Popol Vuh). ``Es como si hubieran desarrollado la etapa barroca de lo que hubo aquí''.
De hecho, uno de los últimos descubrimientos, un petroglifo hallado en el Avila, tiene mucha similitud con uno hallado en Centroamérica (ver infografía). Lo que pasa es que el signo venezolano sería más antiguo y el ``Maya'' posee un grado mayor de abstracción.
¨TAMBIEN LA ATLANTIDA?
Prieto sabe que la teoría que maneja causa mucha desconfianza y hasta rechazo. ``Pero una vez que explicamos el trabajo, dicen que vale la pena estudiarlo''. También han encontrado relación simbólica de esta civilización primigenia con muchas tribus del Caribe, tribus preincaicas, chibchas, quienes en su alfarería funeraria tienen un signo que aparentemente significa descendiente de ``la Sierra Madre''.
Y su trabajo no está solo, el Centro Arqueológico de Marapa, en el Litoral Central, también ha realizado algunas investigaciones, conseguido materiales y con el apoyo del Ministerio del Ambiente están realizando algunas excavaciones. Impulso que también se necesitaría para hacer lo propio en el Avila.
Las especulaciones son libres y Prieto lo sabe. Como la última del cartólogo inglés Jim Allen, quien dijo que la Atlántida estaba ubicada en el altiplano boliviano. Pero en nuestro patio hay algunos que sostienen firmemente que un pedazo de la Atlántida quedó aquí. ``Los Aztecas decían que la tierra de donde eran originarios era Azatlán y la situaban en la misma zona donde los Quiché ubicaban a los Mayas. Es posible que sean vías distintas de tradición que deben ser estudiadas a profundidad''.
Mientras tanto, Prieto mira el Avila y se siente convencido de que algo grande se desarrolló allí y que ahora se esconde entre el manto verde.
Imagen: Pirámide que mandó a hacer en Caracas (autopista Valle-Coche) el Alcalde Mayor Juan Barreto (2004-2008), inspirado en parte en estas "teorías".
2 comentarios:
qué interesantes estos artículos sobre este tema!
se van a poner de moda los mayas por la película que viene, esa sobre el fin del mundo, presagiado por los mayas ;)
saludos!
Hola Marta! ¿Cuàl pelìcula?.
Sigue leyendo, en los otros artìculos, los historiadores màs preparados (profesionales) descartan esta idea, y advierto que ambos son historiadores marxistas (si no me equivoco).
Saludos.
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