Para el ciudadano común, ese que no posee escoltas y que se montan en transporte público creo que será recordado por las carencias que generó. Porque ciertamente, la gente tiende a recordar, por lo general, lo que le tocó padecer.
¿Qué padece el venezolano hoy? (Una visión personal)
1) El fuerte contraste entre la inseguridad y el despilfarro de la riqueza.
Les voy a contar algo que me pasó hoy en un mercado popular. Me detuve en las puertas del mismo para esperar a mi padre que hacía varias compras, mientra espero aprovecho para leer los titulares de la prensa en un kiosco cercano. "Tres secuestros express ocurren a diario en Caracas" (se lee en El Universal, y el del 2001 es similar), con miedo y escándalo me pongo a revisar las rutas que tomo y cómo debo mejorar mis medidas de seguridad, en medio de mis pensamiento rápidamente llego a la conclusión que por más que me esfuerce las estadísticas se nos acercan y sólo me queda rezar para que no me pase a mí y a mi familia. Por la mente me pasan como fotografías las mil historias que he visto, leído y sufrido en torno a la delincuencia. Poco a poco, comienzo a pensar en cómo viven los medios y altos jerarcas del gobierno; también en cómo Zelaya viaje en aviones de PDVSA; y cómo todas las autoridades hablan de Honduras y mil tonterías que no resuelven el principal problema de las mayorías. Me quedo sumido en la rabia y frustración, y por un momento empiezo a escuchar lo que hablan dos personas cerca de mí (el que "echa el cuento" tiene la típica franela roja):
"Yo tengo a mi cargo 60 personas armadas, yo trabajo en Miraflores... (me concentro para escuchar mejor), y el 11 de abril de 2002 estábamos haciendo cursos de entrenamiento en La Habana, y nos mandaron a buscar en un avión el cual aterrizó en la tarde en la Carlota. Nos llevaron a las cercanías de Miraflores, nosotros conocemos todas las calles..." No me pareció que el hombre mintiera, y son muchos los reportajes que se han hecho sobre los círculos de seguridad del Ejecutivo. Algo los distrajo y no siguieron hablando, yo volví a mis pensamientos: ¿Acaso no puede el gobierno dedicar la mayor parte de sus recursos en cumplir con su principal función: garantizar el derecho a la vida de sus ciudadanos? ¿Por qué unos pocos hombres son los que pueden recibir protección de grupos especializados en armas y demás?. La respuesta era clara, y se le había escuchado ya a uno de los historiadores más importantes del momento: Germán Carrera Damas, no les interesa porque no les conviene (ver esta opinión de un especialistas en encuestas en Venezuela).
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