Carlos Balladares Castillo
01 de junio de 2022
En los anales de la guerra en el mar no aparece ningún
choque más intenso y conmovedor qué estas dos batallas, en que las cualidades
de la Armada, la Fuerza Aérea estadounidense y las de todo su pueblo brillaron
en su máximo esplendor. (…) El valor y la entrega de los pilotos y los marinos
de Estados Unidos, junto al coraje y la habilidad de sus líderes fue la base de
todo (Winston Churchill, 1948-56, “Capítulo
IX. Las victorias navales estadounidenses: El Mar del Coral y Las Islas de
Midway” del “Libro III. La Gran Alianza” en su obra: La Segunda Guerra Mundial).
En la película Midway (Jack Smight, 1976) el almirante
Chester Nimitz (representado por Henry Fonda) al saber los resultados se
pregunta: “Yamamoto contaba con más armas, experiencia y confianza que
nosotros. Al final: ¿Tuvimos más suerte o mayores destrezas que los japoneses?”
A continuación finaliza el filme con el texto del Primer Ministro del Reino
Unido que hemos trascrito al inicio. Es una manera elegante de mostrar el
debate historiográfico que se generó en torno a la que se ha considerado como
la batalla decisiva del Pacífico, y que incluso algunos llegan a afirmar que
determinó el rumbo de toda la Segunda Guerra Mundial (SGM). Barrie Pitt en la
“El mayor combate naval desde Trafalgar” (Introducción al libro de la Editorial
San Martín: A. J. Barker, 1976, Midway:
el momento crítico): señala:
Pocas veces en la historia han influido tanto los
factores circunstanciales. Si un criptólogo norteamericano se equivocó o
fracasó en la interpretación correcta de los innumerables mensajes japoneses
codificados; si el piloto de un avión nipón de reconocimiento hubiese observado
con mayor detenimiento [y así enumera unos cuantos posibles pequeños cambios]. Si cualquiera de estos componentes
aparentemente triviales hubiera tenido lugar de forma diferente, el combate
habría podido desarrollarse por otros cauces y las consecuencias habrían sido
aterradoras.
(…) Una victoria japonesa generaría la captura de Midway
y Hawai. El peligro sobre la costa oeste despertaría poco interés en los
estadounidenses por la guerra en Europa (…). Y los rusos habrían derrotado
solos a los alemanes y el telón de acero llegaría hasta Francia.
Es un contrafáctico
bastante dudoso por la ventaja que significaba la gran capacidad industrial de
los Estados Unidos (EEUU), pero lo inevitable era el cambio en la duración de
la guerra con sus impredecibles consecuencias.
Los documentales han
tendido a resaltar el tema de la suerte y un buen ejemplo es el de Netflix
(2019): Greatest events of World War Two
in colour en su capítulo respectivo. Una excepción es el documental que
dirigió John Ford, que estaba en el lugar y sufrió heridas, y llegó a las salas
de cine a los pocos meses de los hechos, ganando un Óscar al año siguiente.
Todo lo contrario al cine que ha valorado el papel de la Inteligencia Naval (Station HYPO del comandante Joseph
Rochefort que se le da gran protagonismo en la película de 1976) al conocer los
códigos de comunicación japonesa y comenzar a sospechar de la frecuencia con
que hablaban de un objetivo llamado “AF.” (posteriormente se logró confirmar
con una treta que era Midway); y el coraje y sacrificio de los pilotos de los
tres portaviones (Enterprise, Hornet y
Yorktown, junto a los de la isla). Se
destruyó el factor sorpresa del plan nipón diseñado por el almirante Isoroku
Yamamoto. Lo extraño es que Hollywood solo ha hecho dos filmes: el de 1976 ya
descrito y el homónimo de Roland Emmerich que se estrenó en el 2019. El cine
japonés le dedica mucho más, por solo nombrar una: el biopic del máximo
comandante titulada Isoroku (Izuru
Narushima, 2011).
La Batalla del Mar
del Coral (3 al 8 de mayo de 1942) y la de Midway (3 al 6 de junio de 1942) a
pesar de su distancia temporal están enmarcadas en la estrategia de expansión
del perímetro defensivo del Imperio del Japón, la primera en el Sur para aislar
a Australia y la segunda en el Norte para aislar a Hawai ¡y en ambas fracasaron!
Tal como analizamos a principios de mayo al hablar de la primera, ambas se
fortalecieron en su acción por el raid del coronel James Doolitle (18 de abril)
y un exceso de confianza debido a su racha de victorias ininterrumpidas con muy
pocas pérdidas desde el ataque a Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941).
El objetivo no era
tan solo la expansión sino cumplir con un principio de la doctrina militar
japonesa originado en la Batalla de Tsushima en 1905 (guerra Ruso-nipona,
1904-1905): las guerras se ganan con una batalla decisiva en la cual se quiebra
tanto el grueso de los ejércitos como el deseo de seguir luchando ¡y lo peor de
todo es que se cumplió en cierta forma en el primer factor, pero en su contra!
La idea era distraer la atención de las fuerzas haciendo una primera invasión
en las Aleutianas (cadenas de islas de Alaska) que obligaran a salir a la Flota
de EEUU (en especial sus portaviones) de Pearl Harbor, mientras los más
importantes portaviones (Akagi, Kaga,
Soryu e Hiryu) comandados por el
almirante Chuichi Nagumo destruiría los aviones, el aeródromo y las defensas de
Midway para facilitar su invasión. Al aproximarse el enemigo éste sería
sorprendido y hundido sus portaviones.
El comandante
Rochefort y su equipo logran indicar hasta la fecha del ataque a Midway (entre
el 4 y 5 de junio), de modo que cuando aparecen los bombarderos japoneses ya
los estaban esperando y la pista estaba vacía. Dichos aviones atacan a la flota
pero no logran causarles daños. Nagumo al ser informado toma una decisión que
significará un error fatal: cambiar los torpedos y bombas de penetración a
bombas contra los aeródromos y defensas para terminar la tarea comenzada, pero
se entera que los portaviones enemigos pueden estar cerca y vuelve a dar una
contraorden. Mientras se encuentra realizando el cambio aparecen los
bombarderos y torpederos enemigos pero sus cazas Zero dan cuenta de ellos. Cuando los Zeros vuelven para repostar combustible y se están preparando el
resto de los aviones con las bombas cerca, los atacan más SBD Dauntless (bombardero en picada) y TBD Devastators (torpederos). Con eficacia y coraje (“como
samuráis”, dice Nagumo siguiendo una de las películas) los pilotos
estadounidenses dan cuenta de tres portaviones. En la tarde caerá el último (el
Hiryu), que sí pudo antes atacar y
dejar tan dañado al Yorktown que
terminará siendo hundido por un submarino japonés.
El resultado de la
batalla fue el quiebre de la “columna vertebral” del Imperio del Sol Naciente.
¡Cuatro grandes portaviones hundidos! Yamamoto renunciará a la invasión por
carecer de cobertura aérea y se mantendrá al pueblo totalmente ignorante de la
gran tragedia. La mitad de la fuerza de portaviones desapareció en minutos con
la mayoría de sus pilotos que poseían gran experticia (¡irremplazables!), y la
otra mitad que quedaba eran naves de menor tamaño salvo el Zuikaku y el Shokaku que
no participaron porque habían sido dañados en el Mar del Coral. La capacidad
industrial de su país era incapaz de una rápida recuperación, a diferencia de
EEUU que a finales de año comenzó a producir un nuevo portaviones cada dos
meses.
La gran consecuencia
de Midway es que el Japón más nunca retomaría la ofensiva en los mares, y solo
confiaba en que la defensa fanática hiciera que los estadounidenses negociaran
para evitar tan alto costo humano en sus filas. Solo intentaron seguir insistiendo
en cortar las comunicaciones entre Australia y Estados Unidos para lo que
construirían un aeródromo en Guadalcanal. En ese lugar se daría la primera
ofensiva importante de los Aliados en el Pacífico y en agosto próximo cuando se
cumple el 80 aniversario, Dios mediante, comenzaremos su análisis. Uno de los
aprendizajes de la batalla decisiva que fue Midway y que se ha desarrollado en
la historiografía, es la tesis que explica la derrota por el fuerte apego de
los japoneses a los planes militares. El Ejército de EEUU poseía una mayor
flexibilidad en los momentos de crisis. Decidir a partir de una percepción
tergiversada por el dogmatismo y los mitos puede resultar fatal.
2 comentarios:
Caray Profesor. Excelente artículo que las palabras de Churchill, que copias aquí, resumen muy bien
…) Una victoria japonesa generaría la captura de Midway y Hawai. El peligro sobre la costa oeste despertaría poco interés en los estadounidenses por la guerra en Europa (…). Y los rusos habrían derrotado solos a los alemanes y el telón de acero llegaría hasta Francia.
Cuidado. Esas no son las palabras de Churchill.
Gracias por leerme y comentarme querido amigo. Ya visito su excelente Blog que no dudo en recomendar siempre.
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