“Who is Pearl Harbor?”
09 de febrero de 2022 publicado en El Nacional
“¿Quién es Pearl
Harbor?”, dice Sally White, el personaje representado por Mia Farrow en la
genial película de Woody Allen de 1987: Radio
days, cuando escucha la noticia del ataque japonés aquel domingo 7 de
diciembre de 1941. Graciosa pero real forma de representar cómo fue recibida
por las mayorías la noticia que su país (los Estados Unidos, EEUU) entraba en
la Segunda Guerra Mundial (SGM). El “aislacionismo” había extendido la
ignorancia e indiferencia ante la crisis que tuvo tan terrible final. Después
vendría la indignación al escuchar los detalles por la radio y ver las imágenes
en los noticieros del cine. Y el “discurso de la infamia” del Presidente uniría
a toda la nación en la meta de vencer al Eje. Documentales y películas han
mostrado esta disposición del pueblo: los hombres con edad y capacidad para
luchar haciendo largas colas para alistarse e incluso cayendo en depresión o
suicidio si no eran reclutados, y muchísimas mujeres asumiendo el trabajo como
obreras. Si en lo externo el mundo comenzaría la “americanización”, a lo
interno el llamado “melting pot” (comprendido como “crisol de culturas”) junto
al “american dream” serían llevados a su máxima expresión, aunque no para 120
mil “nisei” (ciudadanos estadounidenses con ancestros japoneses) ni para los
afroamericanos.
Son muchos los
historiadores que afirman, en lo referente al tamaño del Ejército de los
Estados Unidos, que el mismo se equiparaba con similares a los países de Europa
Oriental. En número de soldados, tanques y artillería; se puede decir que sí,
pero la U.S. Navy (la Armada) ya era
la primera del mundo a la par que la Royal
Navy. El problema con dicha flota era que al dividirse en dos océanos
resultaba menos numerosa que la Imperial Japonesa en el Pacífico. Pero todo
esto comenzaba a cambiar rápidamente ante las amenazas de la guerra, y entre
junio y septiembre de 1940 el Congreso aprobó un programa para ser la más
numerosa en cada océano (en comparación al Reino Unido y Japón). Y en ese mismo
mes de septiembre también se dictó una ley de reclutamiento que se aplicaría a
más de 16 millones de ciudadanos. La Ley
de Préstamo y Arriendo (explicada en nuestro artículo respectivo cuando se
cumplió el 80 aniversario de su firma en marzo del 2021) demoraba la primera
meta y para tener totalmente entrenados a los nuevos soldados en sus primeras
promociones se tendría que esperar hasta finales del 42. Otro objetivo fue
incrementar el tamaño de su Fuerza Aérea con el desarrollo de bombardeos
estratégicos como el cuatrimotor Boeing B-17 “Fortaleza volante”, la producción
se estableció ¡para casi 300 mil aviones en cuatro años! En todo caso después
de Pearl Harbor se aprobaron nuevas leyes que aceleraron el incremento de la
producción de armas y el alistamiento de todos los hombres entre 20 y 44 años
(posteriormente se exime muchos trabajadores agrícolas del servicio militar).
Para la primera mitad de 1942 era un país movilizado.
El gran cambio
interno fue el socioeconómico cuando la nación con el mayor PIB del mundo pero
cuyos gastos en defensa no pasaban del 2 % del presupuesto anual, estableció
por orden ejecutiva el 16 de enero de 1942 la llamada “Junta de Producción de
Guerra”. Dicha Junta era la encargada de asignar las prioridades de toda la
industria convirtiendo sus objetivos civiles en militares. Se puede decir que
el Estado tuvo el control de la economía sin eliminar la propiedad privada, la
consecuencia fue que se le dio prioridad a las grandes fábricas que tenían la
capacidad de producir armas (las pequeñas cerrarían por no tener acceso a las
materias primas). En general el crecimiento se multiplicó por tres, la deuda
del Estado Federal por cinco. La consecuencia en la población fue un gran
movimiento migratorio que afectó al 15 %. Y las universidades más prestigiosas
(MIT, etc.) firmaron contratos con el gobierno para desarrollar tecnología
militar.
Los estadounidenses
se sentían seguros al estar protegidos por dos océanos y la verdad es que nunca
padecieron un ataque importante en sus costas y mucho menos el bombardeo de sus
hogares. Pero en esas primeras semanas se vivió cierta histeria en algunos
puertos o zonas cercanas al mar. El más famoso fue en Los ángeles durante la noche
del 24 al 25 de febrero de 1942 cuando falsas alarmas de ataques aéreos llevó a
la respuesta de las defensas, la consecuencia fue que tres personas murieron
por accidentes de tránsito y dos por infartos debido al caos y miedo del ruido
que generaron las baterías antiaéreas. Este hecho conocido como “La batalla de
Los Ángeles” es recreado de manera ficcional en 1979 por Steven Spielberg en su
película: 1941, aunque adelantada en
los días de diciembre de ese año. Un filme que fue un fracaso para el gran director
y la verdad es que bastante mala, pero muestra el ambiente de terror y excesivo
patriotismo. Los sucesos sin duda fueron estimulados porque el día anterior un
submarino japonés atacó instalaciones petroleras cerca de Santa Bárbara,
California pero con daños menores.
El 9 de septiembre de
1942 ocurrió un ataque en los bosques de Oregon, gracias a un avión lanzado
desde un submarino japonés que tenía la intención de producir el incendio de
los mismos pero no tuvo resultados. Al final el estado de miedo colectivo
produjo una de las mayores vergüenzas para este gran país: el encerrar a los
descendientes de japoneses que eran auténticamente patriotas en campos de
concentración. El cine una vez más fue el que me permitió conocer esta realidad
gracias a Karate Kid (John G. Avildsen, 1984) en una escena que no tiene que
ver con las artes marciales y que les contaremos cuando en abril le dediquemos
un artículo a tal hecho por cumplirse 80 años de la evacuación a dichos campos.
La semana que viene trataremos el impacto de la SGM en Iberoamérica,
especialmente en nuestro país porque el 16 de febrero de 1942 submarinos del
Tercer Reich hundieron al petrolero Monagas
lo cual costó la vida de tres venezolanos.
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