El profesor Demetrio Boersner lo conocí en un principio porque soy amigo de su hijo Andrés (y también de Juliana), desde que en mi adolescencia me iba después de clases a estar largo rato en la librería de Andrés del Centro Plaza: Noctua.
Más adelante me haría un lector de sus columnas periódicas y publicaciones, y conversé con él en algunas reuniones de profesores de la UCAB. Nunca olvidaré cuando fuí uno de los candidatos para hacerle la suplencia por su jubilación en una de sus asignaturas. Él me explicó el programa y me mostró varios libros, los cuales los sacó de la maleta de su carro la cual me causó una gran impresión por parecer una gran biblioteca y me dijo: "Los docentes nunca nos tomamos vacaciones, siempre debemos estar investigando y pensando".
Más adelante me haría un lector de sus columnas periódicas y publicaciones, y conversé con él en algunas reuniones de profesores de la UCAB. Nunca olvidaré cuando fuí uno de los candidatos para hacerle la suplencia por su jubilación en una de sus asignaturas. Él me explicó el programa y me mostró varios libros, los cuales los sacó de la maleta de su carro la cual me causó una gran impresión por parecer una gran biblioteca y me dijo: "Los docentes nunca nos tomamos vacaciones, siempre debemos estar investigando y pensando".
Lamento mucho que se nos haya ido cuando todavía le quedaba tanto por dar, y especialmente en estos momentos que más necesitábamos sus consejos. Como Moisés vio a lo lejos la "Tierra Prometida", en nuestro caso la del renacer de la democracia en Venezuela. No lo olvidaremos nunca.
Carlos Balladares
Acá les dejo las palabras del amigo e historiador Tomás Straka:
Don Demetrio se mantuvo muy activo hasta el último
día. Seguía publicando regularmente sus columnas y ejerciendo sus
pasiones de la docencia y la política dictando cursos de formación para jóvenes
de diversos partidos.
Parte cuando Venezuela más lo necesita, pero deja un legado
que nos preparó a todos para luchar. Que en paz descanse.
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