BREVÍSIMA HISTORIA ELECTORAL
DE VENEZUELA
Publicado por FACTOR INTERNACIONAL el 27 de
noviembre de 2012 ·
Por Daniel Terán-Solano*
En este crucial año 2012, año de
importantes elecciones para nuestro país, siempre será necesario reflexionar
sobre la importancia de este derecho y deber cívico, y nunca estará de más apelar
en ése ejercicio reflexivo a una mirada atenta al pasado, para recordar de
dónde venimos y saber mejor a dónde podemos llegar.
Aquí presentamos una apretada síntesis
histórica sobre la evolución del hecho electoral en nuestro país, para que
analicemos mejor los pasos andados y podamos internalizar más claramente que el
voto como arma ciudadana es una importante conquista histórica del Venezolano,
aún antes de ser venezolano, y que nunca debemos dejar de valorar, estimar y
sobre todo: utilizar.
Los antecedentes más remotos
Es común pensar hoy en día, con tantas
elecciones a la mano, que el hecho electoral es algo reciente, pero nada más
alejado de la realidad. En nuestro país, mucho antes que se constituyera
incluso como Nación, se practicaron elecciones. Por supuesto eran muy
diferentes a las que hoy conocemos y estamos acostumbrados a ver y participar.
En el siglo XVI, concretamente en la
décadas de 1510 y 1520 se constituyeron en el territorio de Venezuela los
primeros Cabildos, los antecedentes de nuestros actuales Concejos Municipales,
y que eran una institución existente ya en España desde fines de la Edad Media,
y que se implantaría en toda América con la conquista y colonización europea.
En ellos se escogían las figuras del Alcalde, Regidor y Procurador. Fueron
Nueva Cádiz (en la isla de Cubagua) en el oriente y Coro, al occidente, los
primeros dos sitios que instalaron Cabildos, y los primeros lugares de la
futura tierra de Venezuela donde se hicieron elecciones. Por supuesto que sólo
podían participar los blancos y españoles, que tuviesen casa en la zona,
supiesen leer y escribir. Las mujeres y los naturales de América tenían vedada
la participación.
Pero en el trascurso de los 300 años
de dominio colonial hispánico el proceso electoral se modificó paulatinamente,
aunque no de manera radical: llegaron a existir incluso los Cabildos de
Indios, donde los pueblos originarios de América escogían a sus Caciques y se
les reconocía tal condición dentro de la jurisdicción colonial española. Por
otro lado, cada ciudad llegó a constituir su propio Cabildo, y lo que fue una
institución exclusivamente de españoles, poco a poco se fue convirtiendo en el
recinto predominante de los descendientes de ellos: los americanos.
Sólo podían formar parte de él los
blancos criollos, propietarios, que tuvieran casa poblada en la zona y fueran
gente de respetabilidad y honor. Por tanto los pardos, mestizos e isleños (y
también los negros) o los vecinos que no tuvieran ingresos suficientes, no
podían formar parte del Cabildo ni mucho menos resultar elegidos. Una vez más
estaban excluidas las mujeres.
Los criterios raciales-económicos que
imperaron en la forma de elegir, determinó el sector social que terminaría
ocupado con exclusividad dicho espacio: el de los blancos criollos o mantuanos,
quienes como casta, estamento o clase se vieron fortalecidos por su gran poder
económico y desearon cada vez más consolidar su poder total.
En efecto, los criollos venezolanos,
llamados “los grandes cacaos”, gozaban de gran preeminencia social, pero se
sentían limitados: no podían aspirar a mayores cargos que los del Cabildo, a
pesar que fueran nobles y ricos, y hubieran logrado que el Rey de España creará
para Caracas una Universidad, no podrían ser Gobernadores, comandantes
militares, jueces o administradores reales de estas tierras que ellos ya hacían
prosperar como propias.
Y serían ésos anhelos por elegir
mayores cargos con mayores responsabilidades, los que motivarían en gran medida
los hechos de nuestra independencia política de España un 19 de abril de 1810,
justamente en el Cabildo de Caracas.
El siglo XIX republicano: Nuestra
proto-historia electoral
Nuestro siglo XIX comienza con la
Independencia, y aunque en ella imperará la guerra, no estuvo exenta de
importantes episodios electorales que bien vale mencionar y recordar siempre
para la posteridad.
El 11 de junio de 1810 la Junta
Suprema de Venezuela que había asumido el poder tras el 19 de abril, llamó a
elecciones generales. Era la primera vez que se convocaba algo semejante: ya no
se trataba de un Cabildo, sino que se estaba convocando un Congreso General de
todas las provincias que componían Venezuela, excepto las que se mantuvieron
fieles a España (a saber: Coro, Maracaibo y Angostura, hoy Ciudad Bolívar) Esta
sería pues, la primera gran elección, en el sentido moderno de la palabra de
nuestra Historia, aunque todavía era muy diferente al método y modo que conocemos
y practicamos hoy en día.
Estas fueron unas elecciones para una Asamblea
Constituyente, siguiendo exactamente el modelo del Congreso Continental de los
Estados Unidos (1774-1775), La Asamblea Nacional de Francia (1789) y de algún
modo, el que sería de Las Cortes de España que se constituirían en 1812.
Los requisitos serían muy parecidos a
los que imperaban en la época colonial, sólo que ahora privan más los aspectos
económicos que los raciales y hay más influencia de ideas modernas (de la
filosofía de la Ilustración liberal), pero aún con esto las formas de
escogencia y los requisitos no dejan duda quiénes podrán ser elegidos y qué
sector va a predominar: Sólo en Caracas, por ejemplo, pueden votar 230 personas
y son elegidos 6 diputados, todos son blancos criollos y propietarios: No
figuran pardos, ni canarios ni mucho menos españoles que posean bienes de
fortunas. (Ni hablar de indios, negros y mulatos)
Son las primeras elecciones
censitarias, o sea la condición fundamental para poder elegir y ser elegido se
determina según un censo que determine la riqueza y posición económica.
44 diputados serán elegidos y se
constituirían en cuerpo el 2 de marzo de 1811, convirtiéndose así en el primer
parlamento venezolano
Ello serán los que el 5 de Julio
declararán solemnemente la Independencia de la “Confederación americana de
Venezuela”, título que sería el primer nombre oficial de nuestro país. Más
tarde, ellos mismos discutirían y sancionarían la que sería también nuestra
primera Constitución Nacional, la del día 21 de diciembre de 1811, la tercera
en todo el mundo moderno, después de los Estados Unidos (1787) y Francia (1791)
Pero casi inmediatamente sancionada
dicha carta magna, terminó el período de las leyes y elecciones en la
Independencia. Del formalismo del derecho, pasamos a la violencia de los hechos
y la Independencia venezolana se convirtió en sinónimo de guerra: Araure, San
Mateo, La Victoria, La Puerta, Urica, Casa Fuerte, San Félix, Mucuritas,
Matasiete, Las Queseras del Medio, Boyacá, Carabobo, el Lago de Maracibo, etc.
Serán los campos de batalla que nos recordaran el período.
Apenas se volverán a realizar 3 elecciones
más, pero totalmente incompletas porque no todos los territorios están ocupados
por las fuerzas patriotas-independentistas: en 1818 para convocar el Congreso
de Angostura, en 1821 para el Congreso de Cucutá y para la elección
presidencial en la Gran Colombia. Son elecciones de “segundo grado”, es decir:
los votantes elegirán a unos representantes que proporcionalmente menores en
número escogerán los cargos definitivos mediante la figura de “colegios
electorales”.
Vale destacar que en las de la Gran Colombia
serían las únicas donde Bolívar sería candidato presidencial, obteniendo un
sonoro triunfo: en las elecciones de 1825, ahora ya con todos los territorios
liberados de la Gran Colombia, Bolívar obtuvo 583 votos de los 609 que podían
emitir los colegios electorales. (Más del 80% de los votos) Sin embargo, el
vicepresidente electo, Francisco Paula de Santander no contó con igual suerte:
obtuvo apenas 286 votos y en las provincias del distrito de Venezuela (Apure,
Caracas, Orinoco y Zulia) no sacó ni 1 sólo voto, pues ellas apoyaron en masa
al candidato venezolano, el general Pedro Briceño Méndez.
Así que ya en estas elecciones se veía
el germen de la división presente, y en menos de 5 años se hizo sentir,
haciendo que se disolviera la Unión grancolombiana soñada por el Libertador,
pero impráctica desde motivos políticos, (nacionalismo venezolano) y
geográficos (un país muy grande para manejar) como económicos (el inmenso
estado de devastación producto de dos décadas de guerra por la independencia) e
internacionales (la derrota definitiva de España, hacía innecesaria la unión,
ya que se había vencido al gran enemigo en común)
Una vez disuelta la gran Colombia en
1830, lo primero que se hizo en Venezuela fue convocar un Congreso
constituyente para redactar una nueva Constitución y formalizar la
independencia de Venezuela, tanto de España como de nuestros vecinos de Nueva
Granada. Así, el general José Antonio Páez, recibiendo el mandando de una
asamblea celebrada en Caracas, el 27 de diciembre de 1829, llama a elecciones
en todas las provincias para el 29 de enero de 1830, consolidando así la
separación de Venezuela de la unión gran colombiana.
Con éste acto electoral, se reunirá El
6 de mayo de 1830 el Congreso de Valencia, con el cual comenzaría nuestro siglo
XIX republicano e independiente (tanto de España como de la Gran Colombia)
siglo de caudillos y guerras civiles, por tanto de pocas elecciones, las cuales
sin embargo, analizaremos más detenidamente.
Continuaremos en una próxima entrega…
*Daniel Terán-Solano es
Licenciado en Historia (UCV) Candidato a Doctor en Historia y cursante de la
escuela de Educación en la misma casa de estudios. Ha sido docente por 15 años
en el área de Ciencias Sociales, especialmente en Historia universal e Historia
contemporánea de Venezuela.
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