En entrevista con EL TIEMPO, en Bogotá, con motivo de Feria Internacional del Libro, considera que el líder venezolano bebe, sin saberlo, de las fuentes del fascismo, no del marxismo.
Krauze dedicó los últimos 18 meses a conocer a Hugo Chávez. Sin poder entrevistarlo, logró retratarlo de manera casi íntima en su libro ‘El poder y el delirio’, una biografía que es mezcla de reportaje, entrevistas y, en gran medida, análisis de las facetas que componen la naturaleza humana y política del mandatario.
Krauze estará presente este sábado en la 22° Feria Internacional del Libro de Bogotá, para el lanzamiento de su obra. El acto tendrá lugar a las 4:00 p.m., en el Salón Porfirio Barba Jacob, de Corferias.
¿De dónde emerge una figura como la de Hugo Chávez?Es un caso exacerbado de caudillismo, de esa vieja, atávica costumbre política de nuestros países, pero en el siglo XXI, con todos los elementos de la comunicación en sus manos. También es el caso de un personaje que proyecta sobre la vida política de su país y de toda América Latina los rasgos de su personalísima psicología. Yo evito los términos psicoanalíticos, pero evidentemente se trata de una persona a la que la costumbre del poder prácticamente absoluto, del tsunami de dólares que tuvo a su disposición por tantos años le indujo una noción de sí mismo de tal manera engrandecida que busca proyectarla al país y al continente. Y lo que el poder absoluto causa lo hemos visto bien: perjuicios, desgracias y tragedias.
¿Qué se propone Chávez con su socialismo del siglo XXI?Venezuela no supo administrar su democracia. Los partidos políticos tradicionales dejaron que se corroyera el prestigio de la vida política y automáticamente surgió el caudillo, el caudillo salvador y el caudillo mesiánico. Este caudillo no tiene otro horizonte que el de reeditar el libreto ideológico de los 60, cuando ya el mundo entero, en los 90, abandonó el paradigma del modelo cubano, no porque el capitalismo ofrezca la mejor solución, sino porque ese otro modelo tuvo una implosión.
¿De dónde emana el innegable poder de Chávez?El poder de Chávez es complejo. Tiene la idea del héroe. La verdadera inspiración de Chávez no viene, como él dice, del corpus marxista, sino más bien de uno de los fundadores -aunque él no lo haya leído– en el siglo XIX, del fascismo, que fue Carlyle: La idea del hombre providencial, del gran héroe que impone su voluntad, que todos los demás debemos obedecer porque es el hombre superior. Él quiere ser el héroe del siglo XXI.
Su poder proviene, ante todo, de su tremenda conexión de comunicación y de esperanza con un sector importante del pueblo venezolano a través de los medios. Es un caso de una especie de magia mediática. Tenemos ejemplos en la historia, y no estoy comparándolo más que en esos términos mediáticos: Hitler tenía una conexión magnética con las masas, Castro también. Si usted les quita a esos líderes el elemento de la comunicación, les está quitando mucho, porque ellos juegan con el elemento de la esperanza mediática.
¿El delirio de Chávez es creerse indispensable?La tentación de ver la salvación de un pueblo en una persona es una tentación peligrosísima. Esta es la exploración del libro: el poder absoluto lleva al delirio. El poder es algo, lo sabían ya los anarquistas, que hay que acotar. No hay que ser anarquista: basta con ser liberal o demócrata para acotarlo.
Yo respeto la vocación social de este régimen. En países tan desiguales como los nuestros, un Gobierno es etéreo, sin base, si no tiene vocación social. Pero eso no basta. Traigo a colación el caso del mexicano Lázaro Cárdenas en México. México para mí no es un gran ejemplo de virtud política, pero en un sentido sí: Lázaro Cárdenas repartió 17 millones de hectáreas, fue obrerista, nacionalizó el petróleo en los años 30, un poco como López Pumarejo aquí… Pero se quedó seis años, y ni un minuto más. México tiene una fórmula y Colombia también, o la ha tenido hasta ahora: No a la reelección.
¿Cómo predecir qué va a pasar con un personaje tan cambiante como Chávez?No cabe la menor duda, se trata de un personaje con unos instintos políticos y de supervivencia extraordinarios, una especie de flexibilidad política fuera de lo común. Es un seductor.
Tengo la impresión -en esto soy un moderado optimista y un demócrata sin adjetivos- de que vamos a ver en los próximos años cambios hasta hace poco impensables. Por ejemplo, no descarto una transición importante en Cuba. Creo que una recuperación económica razonable llevará a un deshielo entre E.U. y Cuba y debilitará las posiciones radicales de reeditar el libreto de los 60, que es lo que Chávez tiene en su mente. Quiere ser el muevo Fidel. Nada más que Fidel es un producto del siglo XX y no va a poder, menos aún en la era del Facebook, del Twitter… y con Obama en la presidencia. La biología hará lo que tiene que hacer con los hermanos Castro y más temprano que tarde veremos una transición hacia una democracia con conciencia social y creo que eso podría llevar a un nuevo capítulo en Venezuela en el 2012.
Krauze dedicó los últimos 18 meses a conocer a Hugo Chávez. Sin poder entrevistarlo, logró retratarlo de manera casi íntima en su libro ‘El poder y el delirio’, una biografía que es mezcla de reportaje, entrevistas y, en gran medida, análisis de las facetas que componen la naturaleza humana y política del mandatario.
Krauze estará presente este sábado en la 22° Feria Internacional del Libro de Bogotá, para el lanzamiento de su obra. El acto tendrá lugar a las 4:00 p.m., en el Salón Porfirio Barba Jacob, de Corferias.
¿De dónde emerge una figura como la de Hugo Chávez?Es un caso exacerbado de caudillismo, de esa vieja, atávica costumbre política de nuestros países, pero en el siglo XXI, con todos los elementos de la comunicación en sus manos. También es el caso de un personaje que proyecta sobre la vida política de su país y de toda América Latina los rasgos de su personalísima psicología. Yo evito los términos psicoanalíticos, pero evidentemente se trata de una persona a la que la costumbre del poder prácticamente absoluto, del tsunami de dólares que tuvo a su disposición por tantos años le indujo una noción de sí mismo de tal manera engrandecida que busca proyectarla al país y al continente. Y lo que el poder absoluto causa lo hemos visto bien: perjuicios, desgracias y tragedias.
¿Qué se propone Chávez con su socialismo del siglo XXI?Venezuela no supo administrar su democracia. Los partidos políticos tradicionales dejaron que se corroyera el prestigio de la vida política y automáticamente surgió el caudillo, el caudillo salvador y el caudillo mesiánico. Este caudillo no tiene otro horizonte que el de reeditar el libreto ideológico de los 60, cuando ya el mundo entero, en los 90, abandonó el paradigma del modelo cubano, no porque el capitalismo ofrezca la mejor solución, sino porque ese otro modelo tuvo una implosión.
¿De dónde emana el innegable poder de Chávez?El poder de Chávez es complejo. Tiene la idea del héroe. La verdadera inspiración de Chávez no viene, como él dice, del corpus marxista, sino más bien de uno de los fundadores -aunque él no lo haya leído– en el siglo XIX, del fascismo, que fue Carlyle: La idea del hombre providencial, del gran héroe que impone su voluntad, que todos los demás debemos obedecer porque es el hombre superior. Él quiere ser el héroe del siglo XXI.
Su poder proviene, ante todo, de su tremenda conexión de comunicación y de esperanza con un sector importante del pueblo venezolano a través de los medios. Es un caso de una especie de magia mediática. Tenemos ejemplos en la historia, y no estoy comparándolo más que en esos términos mediáticos: Hitler tenía una conexión magnética con las masas, Castro también. Si usted les quita a esos líderes el elemento de la comunicación, les está quitando mucho, porque ellos juegan con el elemento de la esperanza mediática.
¿El delirio de Chávez es creerse indispensable?La tentación de ver la salvación de un pueblo en una persona es una tentación peligrosísima. Esta es la exploración del libro: el poder absoluto lleva al delirio. El poder es algo, lo sabían ya los anarquistas, que hay que acotar. No hay que ser anarquista: basta con ser liberal o demócrata para acotarlo.
Yo respeto la vocación social de este régimen. En países tan desiguales como los nuestros, un Gobierno es etéreo, sin base, si no tiene vocación social. Pero eso no basta. Traigo a colación el caso del mexicano Lázaro Cárdenas en México. México para mí no es un gran ejemplo de virtud política, pero en un sentido sí: Lázaro Cárdenas repartió 17 millones de hectáreas, fue obrerista, nacionalizó el petróleo en los años 30, un poco como López Pumarejo aquí… Pero se quedó seis años, y ni un minuto más. México tiene una fórmula y Colombia también, o la ha tenido hasta ahora: No a la reelección.
¿Cómo predecir qué va a pasar con un personaje tan cambiante como Chávez?No cabe la menor duda, se trata de un personaje con unos instintos políticos y de supervivencia extraordinarios, una especie de flexibilidad política fuera de lo común. Es un seductor.
Tengo la impresión -en esto soy un moderado optimista y un demócrata sin adjetivos- de que vamos a ver en los próximos años cambios hasta hace poco impensables. Por ejemplo, no descarto una transición importante en Cuba. Creo que una recuperación económica razonable llevará a un deshielo entre E.U. y Cuba y debilitará las posiciones radicales de reeditar el libreto de los 60, que es lo que Chávez tiene en su mente. Quiere ser el muevo Fidel. Nada más que Fidel es un producto del siglo XX y no va a poder, menos aún en la era del Facebook, del Twitter… y con Obama en la presidencia. La biología hará lo que tiene que hacer con los hermanos Castro y más temprano que tarde veremos una transición hacia una democracia con conciencia social y creo que eso podría llevar a un nuevo capítulo en Venezuela en el 2012.
2 comentarios:
Recomiendo la lectura de este artículo:
http://anibalromero.net/Fascista.o.comunista.pdf
Allí Aníbal Romero expone una interesante propuesta en la que señala por qué no se debe considerar a Chávez un gobernante "fascista" sino "comunista".
Un abrazo.
Voy a ver, gracias!. En todo caso, los totalitarismos se parecen
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