Autor: Carlos Balladares
Al preguntarle a cualquier amante de la literatura universal en torno a las mejores obras de todos los tiempos, no dudo que anotare en su lista la obra más importante de Victor Hugo: Los Miserables. En mi lista personal ocupa el primer lugar, y las razones de ello responden a que es una obra que nunca deja de serme tan cercana, porque no hay ser humano que pueda escapar a la miseria de su naturaleza; pero al mismo tiempo es una obra que me llena de esperanzas en los tiempos más duros. No dudo un momento que podría escribirse una versión de Los Miserables en la Venezuela de hoy, los personajes están en nuestras calles, las diversas formas de ser miserable están a nuestra disposición, como también está en nosotros hacer de las miserias humanas la oportunidad de elevarnos a la mayor de las dignidades: el amar, el vivir la caridad con nuestro prójimo.
Víctor Hugo (1802-1885) escritor romántico y realista al mismo tiempo inició esta novela a los veintidós años para terminarla 38 años después; podría decirse que fue la novela de su vida, y por tanto ella condensa todas sus creencias, temores y esperanzas. El autor nos narra como seres humanos como usted amigo lector y como yo, se enfrentan (nos enfrentamos) a una realidad que nos obliga a decidir, y que nunca nos permite una actitud imparcial, de posible lavatorio de manos, o de refugios conocidos como terceras vías o “ni-nis”. De esa manera, en medio de la realidad que nos oprime, surgen los personajes más famosos de la literatura: Jean Valjean: el pobre redimido que se hace santo amando y superando su miseria económica y social; Fantine: la madre engañada y explotada pero que nunca abandona a su hija (Cosette) a pesar de la pobreza más atroz; Gavroche: el pilluelo (niño de la calle) que llevado al robo para sobrevivir nunca pierde su inocencia y se redime cuidando a otros huérfanos de la calle; Marius: un revolucionario (que no engaña a los pobres) que se sacrifica por sus ideales; y del otro lado, tenemos ya no tanto a los miserables de una realidad social paupérrima, sino a los de alma miserable: los Thenardier y el policía Javert. Los Thenardier viven de aprovecharse de los más pobres, los pobres son escalones para ascender socialmente; todas sus acciones se ven inspiradas de las intensiones más oscuras, y si en algún momento parecen hacer un bien, siempre poseen un interés particular como causa de dicha acción: son verdaderos miserables. El policía Javert es un miserable porque está preso de sus obsesiones, de un concepto de ley y de justicia deformado, es aquel que hace el mal creyendo que está haciendo un bien.
Es lamentable, pero ¿no es acaso los Thernadier y los Javert los personajes que más abundan en la Venezuela de hoy?. Parafraseando a Víctor Hugo este describe a los Thernadier como “a seres que pertenecían a esa clase bastarda, compuesta de gentes groseras que se han elevado, y de gentes inteligentes que han decaído. (...) son de esas naturalezas enanas que, si por azar las caldea un fuego sombrío, llegan con facilidad a ser monstruosas” ¿no le suena esto amigo lector? - entonces pregúntese - ¿quiénes son nuestros Javert y Thernadier en la Venezuela del siglo XXI? - y la más importante pregunta - ¿somos capaces de no ser como ellos y asumir el camino de un Jean Valjean, de una Fantine o de un Marius?. La realidad está ante nosotros y la decisión en nuestra alma. De la decisión que tomemos dependerá hacer de nuestra miseria humana la palanca para elevarnos o la pala para enterrarnos.
Al preguntarle a cualquier amante de la literatura universal en torno a las mejores obras de todos los tiempos, no dudo que anotare en su lista la obra más importante de Victor Hugo: Los Miserables. En mi lista personal ocupa el primer lugar, y las razones de ello responden a que es una obra que nunca deja de serme tan cercana, porque no hay ser humano que pueda escapar a la miseria de su naturaleza; pero al mismo tiempo es una obra que me llena de esperanzas en los tiempos más duros. No dudo un momento que podría escribirse una versión de Los Miserables en la Venezuela de hoy, los personajes están en nuestras calles, las diversas formas de ser miserable están a nuestra disposición, como también está en nosotros hacer de las miserias humanas la oportunidad de elevarnos a la mayor de las dignidades: el amar, el vivir la caridad con nuestro prójimo.
Víctor Hugo (1802-1885) escritor romántico y realista al mismo tiempo inició esta novela a los veintidós años para terminarla 38 años después; podría decirse que fue la novela de su vida, y por tanto ella condensa todas sus creencias, temores y esperanzas. El autor nos narra como seres humanos como usted amigo lector y como yo, se enfrentan (nos enfrentamos) a una realidad que nos obliga a decidir, y que nunca nos permite una actitud imparcial, de posible lavatorio de manos, o de refugios conocidos como terceras vías o “ni-nis”. De esa manera, en medio de la realidad que nos oprime, surgen los personajes más famosos de la literatura: Jean Valjean: el pobre redimido que se hace santo amando y superando su miseria económica y social; Fantine: la madre engañada y explotada pero que nunca abandona a su hija (Cosette) a pesar de la pobreza más atroz; Gavroche: el pilluelo (niño de la calle) que llevado al robo para sobrevivir nunca pierde su inocencia y se redime cuidando a otros huérfanos de la calle; Marius: un revolucionario (que no engaña a los pobres) que se sacrifica por sus ideales; y del otro lado, tenemos ya no tanto a los miserables de una realidad social paupérrima, sino a los de alma miserable: los Thenardier y el policía Javert. Los Thenardier viven de aprovecharse de los más pobres, los pobres son escalones para ascender socialmente; todas sus acciones se ven inspiradas de las intensiones más oscuras, y si en algún momento parecen hacer un bien, siempre poseen un interés particular como causa de dicha acción: son verdaderos miserables. El policía Javert es un miserable porque está preso de sus obsesiones, de un concepto de ley y de justicia deformado, es aquel que hace el mal creyendo que está haciendo un bien.
Es lamentable, pero ¿no es acaso los Thernadier y los Javert los personajes que más abundan en la Venezuela de hoy?. Parafraseando a Víctor Hugo este describe a los Thernadier como “a seres que pertenecían a esa clase bastarda, compuesta de gentes groseras que se han elevado, y de gentes inteligentes que han decaído. (...) son de esas naturalezas enanas que, si por azar las caldea un fuego sombrío, llegan con facilidad a ser monstruosas” ¿no le suena esto amigo lector? - entonces pregúntese - ¿quiénes son nuestros Javert y Thernadier en la Venezuela del siglo XXI? - y la más importante pregunta - ¿somos capaces de no ser como ellos y asumir el camino de un Jean Valjean, de una Fantine o de un Marius?. La realidad está ante nosotros y la decisión en nuestra alma. De la decisión que tomemos dependerá hacer de nuestra miseria humana la palanca para elevarnos o la pala para enterrarnos.
2 comentarios:
Me debo el libro, vi el musical hace par de semanas, pero creo q no soy amigo de los musicales porq no me parecio mayor cosa.
P.D: Tal vez percibi encontraria mas sobre historia de Venezuela por aca.
Saludos y bienvenido a VB.
Eric Arthur Blair “George Orwell”.- en "La granja" donde de una manera irónica desenmascara al comunismo soviético “stalinismo”. Y a otros análogos del siglo veintiuno…... Lectura obligatoria para entender el pragmatismo de la macoya que nos regenta..
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