Testimonio y análisis
histórico de los últimos hechos en la Venezuela chavista
Carlos Balladares
Castillo
Publicado en el Wall Street International Magazine
En
nuestra última entrega hicimos una aproximación histórica a las causas de la crisis
que hoy padece Venezuela y finalizamos con los posibles escenarios a corto
plazo. En ese texto planteamos que, por la información de los expertos en el
área combustible, el país tenía gasolina hasta abril o mayo aproximadamente
debido a que Estados Unidos le había dejado de abastecer en los componentes
necesarios para la refinación. Esta terrible realidad afectaría a todos los
servicios como la luz por las termoeléctricas, aunque el chavismo nos había
hecho más dependientes de la gran represa hidroeléctrica del Guri (segunda más
grande de Iberoamérica, cuarta más grande del mundo) con el peligro que esto
significaba. Muchos expertos en el área advirtieron el peligro hasta que
ocurrió el pasado jueves 7 de marzo. ¡No tuvimos que esperar a que se acabara
la gasolina para vivir el desastre! Nunca antes en nuestra historia se había
vivido un apagón nacional de tal magnitud en el sentido de duración: más de 3
días (hoy a dos semanas del hecho algunas zonas siguen sin electricidad), que a
su vez afectara el abastecimiento del agua e impidiera las comunicaciones por
telefonía fija, celular e internet (salvo algunas excepciones). El agobio
estresante que vivimos las mayorías de los venezolanos que habitan el
territorio nacional es indescriptible pero solo podemos decir que es ¡una
tragedia que clama al Cielo por un cambio inmediato! A continuación daremos
nuestro testimonio del hecho, sus orígenes históricos y el posible impacto en
nuestra percepción del momento.
El
caos que se generó por el “mega-apagón-eléctrico-agua-comunicaciones” (me
perdonan el término pero me parece nada realista hablar solo de un problema
eléctrico) no llegó a más muy probablemente porque todavía había comida, pero
en algunas zonas (en especial el segundo estado más importante del país: el
Zulia) hubo graves saqueos. No se conoce hasta ahora cuántas personas perdieron
la vida en los hospitales que no poseen plantas eléctricas o si las poseen
están dañadas, pero se sabe de varios casos. En general se puede decir que hay
que vivir este hecho para poder comprenderlo, solo se puede comparar con las
guerras y su gran impacto devastador aunque en nuestro caso todavía quedan los
edificios en pie pero en franco deterioro y no hay tantas balas silbando.
Muchos
están “entrenados” por años y años de apagones que vienen ocurriendo con cierta
regularidad, en el estado Zulia por ejemplo ya poseen desde hace tiempo cortes
de 4 horas diarias. Pero cuando es algo nacional, pasan las horas y llega la
oscuridad la angustia se establece en tu alma. No sabes si pronto en media de
esa oscurana que no te permite ver ¡nada de nada! aparecerán los delincuentes
que asesinan y roban (y que nos tienen entre los países con mayores índices de
criminalidad). Si no guardaste agua la suciedad en tu cuerpo, ropa y ambiente
se empieza a acumular; y sabes que puede llegar la sed. Fue así cómo se vio
gente en Caracas tomar agua de cualquier sitio. Si no tenías comida, debido a
que los puntos de pago con tarjeta de débito no servían y hay escasez de
efectivo, los comerciantes empezaron a exigir dólares que la mayoría no tiene.
Sé que sonará dramático pero en medio de esto yo recordé la famosa frase del
emperador Hirohito - palabras más palabras menos - en el discurso de rendición
del Japón: “Hemos sufrido lo insufrible” ¡Y lo peor es que la causa de esto en
Venezuela sigue allí!
El
“mega-apagón-eléctrico-agua-comunicaciones” es una muestra más de la barbarie
recurrente que cada cierto tiempo domina nuestro país y que se ha perfeccionado
en los tiempos del chavismo. La barbarie que en este caso es generado por la
corrupción y falta de mantenimiento e inversiones en todo lo relativo a los
servicios públicos, que es la expresión de un desgobierno que nunca tiene la
responsabilidad de aceptar su culpa y se inventa los típicos pretextos que ha
usado siempre su aliado cubano (por no hablar de “potencia dominante”). Pero
también es producto de otras formas bárbaras como son el rechazo a la
meritocracia (se premia la lealtad más que el profesionalismo) y la censura (no
se acepta nunca la crítica y se promueve la propaganda que es la mentira). Al
final la principal causa es el personalismo político, el hecho que los
venezolanos no podamos por medio de las luces electorales cambiar la barbarie
por la civilización. Sabiamente lo dijo el Presidente Juan Guaidó (1983) al
explicar que todo el problema comenzará a superarse cuando cese la usurpación.
Si
al explicar el “mega-apagón-eléctrico-agua-comunicaciones” señalamos que su principal
causa es un problema político, sería lícito entonces preguntarse: ¿qué hizo la
democracia en Venezuela (1945-48, 1958-1998) en relación a la electricidad y
qué hizo el chavismo (1999-2019)? En nuestro país se ha
desarrollado un mito que no soporta ningún análisis histórico y/o de simple
cuantificación. Me refiero a aquel que afirma que las dictaduras se dedican más
a realizar obras de infraestructura que las democracias. En nuestro caso nada
más alejado de la verdad y esto lo ha demostrado con datos y fuentes
documentales el amigo y colega Mario Buffone en su maravilloso blog: “obras de
la democracia venezolana” alojado en blogspot.com Pero hablemos brevemente del
sistema eléctrico nacional. En sus inicios fueron un conjunto de iniciativas
privadas que la democracia en 1947 - bajo la presidencia de Rómulo Betancourt -
creó la Corporación Venezolana de Fomento (CVF) la cual se propuso la expansión
del sector eléctrico estableciendo el Plan de Electrificación Nacional. Es
cierto que la dictadura militar (1948-58) lo continuó y dio los primeros pasos
de la electrificación de los grandes ríos del Sur pero fue la democracia quien
construyó la gran represa del Guri entre 1963 y 1986 (en funcionamiento parcial
desde 1968) y comenzó la interconexión nacional desde 1958 con la creación de la Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE), que reunió a 15 empresas eléctricas creadas por la
CVF (datos tomados del blog citado). Estas iniciativas iluminarían los hogares
de los venezolanos y mantenían su funcionamiento con el mantenimiento debido, a
diferencia del chavismo que abandonó su expansión y el mantenimiento generando
permanentes apagones y racionamientos inexistentes en el pasado hasta llegar al
desastre que hemos descrito en este artículo.
En
conclusión, considero que el hecho inédito que padecimos los venezolanos en los
últimos días ha ratificado una tendencia en la mentalidad de las mayorías: la
certeza que el chavismo es una peste que de no ser superada pronto terminará de
hundir el país en las tinieblas (y esto ya no es una metáfora sino una realidad
palpable). Es una necesidad VITAL la transición a la democracia, único sistema
capaz de hacer progresar el país en libertad otorgando la mayor dignidad
posible al mayor número de venezolanos. Pero es una tarea que hasta ahora no
hemos logrado los demócratas debido al régimen de permanente violación de los
derechos humanos que caracteriza Nicolás Maduro, tal como lo ha probado el
informe sobre Venezuela que presentó Michelle Bachelet (Alta Comisionada de los
Derechos Humanos para la Organización de Naciones Unidas) el 20 de marzo de
2019. Es por ello que necesitamos el apoyo de la comunidad internacional libre,
más allá de sanciones y reconocimientos a los poderes legítimos como es el caso
de la Asamblea Nacional y el Presidente encargado Juan Guaidó. Sirva el
presente testimonio como una llamada de auxilio confiado en la solidaridad de
los demócratas del mundo.
2 comentarios:
Reportaje dramático y completo...el más completo que he leído. Por cierto...Acá me enteré de las siglas de CADAFE
Me alegro mucho. Espero que ya estés falando muito ben
Un gran abrazo.
Publicar un comentario