Esa maravillosa burbuja que son los Óscar
Carlos Balladares Castillo
Publicado en El Nacional.
El domingo 4 de marzo será
la 90° entrega de los premios de la Academia (de las Artes y Ciencias
Cinematográficas estadounidense) u Óscar. No recuerdo un año que lo haya dejado
de ver o no esté pendiente de sus resultados. Era una tradición familiar que en
mi adolescencia y tiempos universitarios se fortaleció con la meta de ver todas
las nominadas a mejor película (como mínimo) antes de las premiaciones. Ahora
dicha tradición se ha convertido en los últimos años en una mayor necesidad,
por ser una “burbuja” que nos permite descansar – por unos momentos - de la
dictadura del hambre y miseria del chavismo-madurismo. A pesar de la
distracción que pueden brindarnos, es inevitable que hagamos relaciones con
nuestra realidad y en algunas ocasiones nos genere frustraciones o nos llene de
esperanzas. Ya vimos todas las nominadas a mejor película y a continuación les
ofrecemos nuestro humilde comentario.
Al hacer una clasificación
de las mismas podemos decir que hay cuatro dramas: Lady Bird (Greta Gerwing, nominada como directora), Call me by your name (Luca Guadagnino), Phantom thread (Paul Thomas, nominado
como director) y Three billboards outside
Ebbing, Missouri (Marti McDonagh); 3 históricas: Dunkirk (Christopher Nolan, nominado como director), Darkest hour (Joe Wright) y The Post (Steven Spielberg); una de
terror-comedia: Get out (Jordan
Peele, nominado como director) y una fantástica: The shape of water (Guillermo del Toro, nominado como director). Todas
tienen excelentes actuaciones y guiones, en especial los actores adolescentes
se han superado. De las dramáticas las dos primeras relatan ese gran problema
de la adolescencia que es la búsqueda o construcción de la identidad. En Lady Bird (seudónimo de la protagonista)
una joven en el último año de bachillerato decide ir a la universidad fuera de
su pueblo, como una manera de ser independiente de su madre dominante y nada
cariñosa, y su entorno extremadamente conservador. La historia se centra en
todos los conflictos que se generan por dicha decisión y los típicos embrollos
del anhelo de aceptación que sufren especialmente los jóvenes. Me gustó porque
el relato nos sorprende al no seguir las líneas narrativas esperadas, pero a
pesar de ello no me pareció un gran film. En el caso de Call me by your name nos deleitamos con la banda sonora y la
fotografía de la Toscana (Italia), pero la historia de amor no nos parece nada
que ya no se haya contado en otras películas sobre la aceptación de la
condición homosexual. No me refiero a la crítica de la sociedad sino de los
propios protagonistas en la década de los ochenta.
Phantom thread está muy bien hecha en todo lo que respecta al vestuario
(el tema gira en torno a la vida de un modisto), actuaciones (Daniel Day Lewis
una vez más nominado), ambientación, fotografía, banda sonora y guión. La
historia me atrapó por todo lo referente al carácter y la vida de un genio, por
todo el empeño y pasión que pone en su arte (la moda), pero me parece que
después pierde fuerza ante las acciones de lo que en Venezuela llamaríamos: una
verdadera cuaima. Three
billboards outside Ebbing, Missouri; trata de un tema universal: el anhelo de justicia de una madre ante un
homicidio no resuelto. Las actuaciones llevan la trama de manera perfecta y
cada personaje nos cautiva. La rabia y la violencia es una espiral que crece
sin parar ante la falta de respuesta de las instituciones y la sociedad.
Get out nos atrapa desde el principio porque deseamos conocer el
misterio central, pero en la segunda mitad donde se presenta su resolución nos
pareció algo floja. Esa primera hora me pareció genial, mostrándonos una
metáfora de las nuevas formas del racismo. The
shape of water quería verla desde que supe de su existencia, por ser
Guillermo del Toro un “discípulo” de la extendida herencia del gran H. P.
Lovecraft y porque cuando niño vi Creature
from Black lagoon (Jack Arnold, 1954) por TV la cual sirve de modelo para
su ser acuático. Pero hubo decepción, probablemente porque esperaba algo más al
estilo Tim Burton y no la muestra de imágenes tan crudas. No me logra convencer
su noble empeño de atender a los diferentes.
Las tres películas
históricas son muy buenas aunque todas sean propaganda. Se puede decir de ellas
que son excelentes films de propaganda, como lo fueron tantas maravillas que se
hicieron en plena Segunda Guerra Mundial, como por ejemplo: Casablanca (M. Curtis, 1943). The Post me pareció una buena denuncia
contra las pretensiones o amenazas actuales de emular la censura que aplicó
Richard Nixon en su administración (1969-74), y en general la exaltación de los
valores de la prensa libre; pero hasta allí. Otra cosa son Darkest hour y Dunkirk,
las cuales tratan por pocas semanas del mismo período de la historia de la
experiencia británica en torno a la invasión y caída de Francia por la invasión
de la Alemania de Hitler entre mayo y junio de 1940. El Winston Churchill
interpretado por Gary Oldman me ha encantado, sabiendo que lo muestra más
simpático de lo que probablemente fue el gran estadista en vida. Una vez más se
trata la historia oficial que resalta a Churchill como el líder de la posición
que enfrentó a Hitler y que nunca cedió ante las propuestas de pactar. Nos
logra emocionar, en especial a los que enfrentamos la amenaza totalitaria. Dunkirk es una maravilla, y pasará a ser
un clásico no solo del género bélico sino del mundo del cine. Merece el Óscar a
mejor película y dirección. Nos logra transmitir la desesperación de los
soldados por huir, y los actos heroicos de los civiles (embarcaciones privadas)
por rescatarlos junto a unos pocos pilotos de la RAF. Los diálogos son escasos,
lo que nos lleva a valorar mucho más las imágenes y el sonido; de manera que la
misma se convierte en un gran homenaje a la esencia del séptimo arte.
The
Post, Dunkirk y Darkest
hour nos recuerdan la lucha de Occidente por la democracia y la libertad.
En medio de una dictadura de hambre y muerte, nos muestras a los venezolanos
que otra realidad es posible. Nos llenan de esperanzas. Un Estado y una
sociedad que respeten la dignidad del ser humano no es una utopía, es una
posibilidad a la que tenemos derecho pero por la que debemos luchar.
2 comentarios:
Estas son las entradas que me encantan. Gracias por facilitarnos tan buen artículo. Trataré de ver la de Dunquerque. en otro orden, tigrero cumple los diez años y tú tienes que estar en esa fiesta, así que asómate por allá antes de que se acabe la torta
Mi querido único comentarista: gracias por seguir allí. Voy para allá.
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