La historia y la memori
a histórica
No es lo mismo la historia como disciplina o ciencia que la memoria histórica, aunque muy a menudo esos términos se confunden debido a su conexión o cercanía. La historia se nutre de la memoria de los grupos, clases o pueblos pero al mismo tiempo sirve de vehículo para fijar de modo sistemático su memoria histórica.
A pesar de esto, el modus operandi de la historia es muy diferente al de la memoria histórica. Esto tiene que ver con la funcionalidad de cada una y con las circunstancias sociales que las posibilitan. Mientras la historia se rige por reglas de juego racionales y relativamente estables, la memoria es más plástica y le da mucho juego a los aspectos conscientes e inconscientes menos estructurados del funcionamiento colectivo que subyacen en los conflictos o en los procesos sociales.
La historia es el resultado del diálogo entre los investigadores y las fuentes. Ese es un intercambio mediatizado por los problemas a resolver, por las preguntas que se derivan de estos y por las teorías, técnicas o métodos que facilitan la interpretación y ordenamiento de los indicios localizados en las fuentes, los cuales se emplean en la construcción de los hechos históricos.
Por eso la historia es un discurso muy racional, producido en el marco de una disciplina que asimila el espíritu científico al menos en su aspiración de verosimilitud y por elaborar unas reglas de operación cuyo norte consiste en generar asertos que contienen una matriz objetiva proveniente del pasado, la cual se conserva en las fuentes.
La memoria histórica está más abierta al uso político o ético por los grupos interesados y contiene una alta dosis de elementos del sentido común, de la pasión, de la ideología y de las vivencias tradicionales de quienes la utilizan como herramienta para construir identidad, reivindicar a las víctimas o para la lucha contra las aberraciones de un pasado catastrófico, fijando el recuerdo de aquello que es imposible repetir dentro de la vida social.
Este es el sentido que se le da cuando se usa en el marco de la elaboración del simbolismo de las secuelas de la Guerra Civil Española, del holocausto nazi contra los judíos o del conflicto colombiano contemporáneo. En tales casos está asociada con las remembranzas colectivas de eventos traumáticos que pesan negativamente en la conciencia de ciertos grupos y que pueden ser instrumentalizados políticamente con fines reivindicativos, éticos o para reorientar procesos que ayuden a negar la repetición de sucesos indeseables.
Sirva lo anterior para demostrar que el funcionamiento de la historia como disciplina científica es diferente al de la memoria histórica, pues esta última está más emparentada con las emociones, con los intereses y tradiciones de los grupos o clases afectados por un fenómeno indeseable que con la ciencia en sentido estricto.
Mas no siempre la memoria histórica está conectada a eventos violentos con una carga negativa para un conglomerado humano, ya que también se asocia a las representaciones que configuran la identidad de un pueblo o nación con las cuales se resalta aquello que es significativo, relevante, en el proceso de construcción de lo que Anderson llamó una “comunidad imaginada”. Este es el otro sentido práctico que se le da al concepto, relacionado con los imaginarios sociales en que se resaltan grandes gestas, rupturas históricas imborrables o situaciones pertenecientes a la memoria colectiva popular. Ese es el punto de partida de Pierre Nora y de los demás historiadores franceses empeñados en resaltar la memoria histórica francesa.
A pesar de las diferencias, existen múltiples canales de interconexión entre la historia y la memoria histórica. Esta última es un venero de temas y problemas para la primera, especialmente para la llamada historia oral; y la historia también nutre de conocimientos a la memoria, a través de los medios masivos de comunicación, de la educación formal o por otras rutas.
La instrumentalización de la memoria histórica por los grupos o partidos interesados y su ambigüedad (puesta de relieve por los especialistas; ver a este respecto la interesante discusión planteada por Francisco Erice en el ensayo colgado en este linkhttp://www.eumed.net/entelequia/pdf/2008/e07a03.pdf, en el cual expresa fuertes críticas al concepto memoria histórica desde una óptica neomarxista), no le restan importancia como objeto de estudio de los historiadores y como materia prima para la consecución de recuerdos susceptibles de ser convertidos en historia.
La memoria histórica cobra mucha relevancia hoy en nuestro país a raíz de las políticas que buscan reconocer y resarcir a las víctimas del conflicto armado y en razón a los diálogos de paz entre el gobierno y la guerrilla. El recuerdo de lo que fue podría ser un importante antídoto para evitar su repetición. Ojalá que así sea.
2 comentarios:
De verdad que la diferencia es importante
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Me dices que luego de levantar la verificación de comentarios te ha llegado el span...Pero que yo sepa a mí nunca me ha llegado hermano. lo desconozco
Por cierto hermano. ¿Será que nos podemos ver en el cierre de campaña de la avenida Bolívar el domingo? Me gustaría que nos tomáramos una foto con un afiche de mi propia confección. Escríbeme a alijrh@gmail.com para intercambiar datos por fa
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