Autor: Carlos Balladares Castillo
Una tesis que siempre me ha llamado mucho la atención, es la que señala como causa de la acción llevada a cabo el 19 de abril de 1810 por los mantuanos caraqueños de la Capitanía General de Venezuela, el tomar el poder para preservar la estructura social colonial en tiempos de fuerte inestabilidad. Es la idea de que el ejemplo de la revolución haitiana (gobierno de los negros y mulatos en detrimento del sector dominante blanco) se pudiera repetir en Venezuela; y más aun cuando se venían dando insurrecciones protagonizadas por las castas y de ideología ilustrada. El 19 de abril más que una gran acción patriota, emancipadora o autonomista; fue un cálculo “clasista” basado en el “miedo a la revolución” popular, tal como señala el historiador español Miguel Izard (1979), en su libro de igual título.
El miedo se pudo haber dado por dos vías: la primera por la desconfianza hacia la Corona española, la cual desde finales del siglo XVIII venía realizando una serie de reformas (las llamadas reformas borbónicas) que no sólo pretendían una mayor centralización del poder y por tanto una pérdida de influencia y autonomía por parte de los mantuanos, sino también un proceso de reforma social que beneficiaba a los pardos (sector mayoritario), con medidas como por ejemplo la Real Cédula “Gracias al sacar”. El temor, por parte de los mantuanos, se debió incrementar al ver el acercamiento de España a la Francia revolucionaria, y mucho más cuando Napoleón invade la penínsual en 1808. La segunda vía pudo ser interna, al observar la sucesión de una serie de movimientos con proclamas igualitarias y liberales, como lo fueron los que empiezan a partir de 1795: José Leonardo Chirinos; Picornell, Gual y España; Miranda. Todos ellos protagonizados por personas pertenecientes a los sectores de las llamadas “castas”. Al agravarse la situación con la crisis de la Corona desde 1810, los mantuanos pudieron temer que el vacío de poder pudiera ser llenado por estos movimientos. Si no hacían la “revolución” los criollos, la harían las castas, con el posible peligro de lo que luego Bolívar llamaría la “pardocracia”.
Sólo dos autores sostienen esta tesis: el politólogo Aníbal Romero (2001, “La Ilusión y el engaño: La Independencia Venezolana y el Naufragio del Mantuanismo”), aunque el mismo se basa en fuentes secundarias nada más; y el historiador Miguel Izard en el libro ya citado. Otros autores como Carrera Damas y Lynch, sostienen el mismo argumento pero sólo como hipótesis. Izard posee el problema que critica McKinley (1985, Caracas antes de la Independencia), que es ver cualquier señal de antagonismo entre castas y criollos previa a la guerra como un anuncio de la guerra misma. Es por ello que esta tesis, a pesar de lo atractivo de la misma, hasta ahora se mantiene en el estado de hipótesis y por tanto requiere de investigadores que se tomen en serio su investigación.
De ser cierta esta tesis, el 19 de abril de 1810 podría reducirse a una acción meramente reaccionaria, que buscaba, tal como dice Aníbal Romero, una “acción preventiva” y nunca un acto revolucionario. Los principios de igualdad y libertad que luego defenderían en 1811 los próceres, se reducen entonces a un pequeño beneficio para calmar las tendencias igualitarias de las castas, mientras ellos monopolizaban el poder y conservaban su preeminencia social, en pocas palabras: una oligarquía.
3 comentarios:
Lo felicito Señor Balladares por esa ilustrada memoria histórica que nos ofrece "subliminalmente" a través de este prestigioso blog.
Ese similar miedo aún se puede percibir en pleno siglo XXI, sobre todo lo ocurrido la otrora madrugada de aquel funesto 12 de abril (no por el breve derrocamiento del presidente, sino por la torta que vino después), y lo sigo manteniendo: esto no es ni será una emancipación, revolución, o cualquier otro término para identificar cualquier tipo de rebelión pintada de gloriosa victoria popular.
Ustedes los historiadores, por supuesto padres de un sin fin de graduandos, llevan la batuta de lo académico en las trincheras del saber. Sus veredictos de lo que realmente ocurrió, conocido también como historiografía, ó técnica del estudio sobre sucesos históricos, son un importante y valiosísimo acervo para los que amamos esta patria grande llamada Venezuela.
El 12 de Abril de 2002 fue una mejor salida eventual ante lo que se convertiría, de no haber sido así, el arribo de un estado anárquico controlado por la clase dirigente política con poderosos mandos sobre el estamento militar, también de derecha, pues ese discurso seudoizquierdista es un mero acto de propaganda sicológica para preñar las mentes de una masa sedienta de revancha la cual nunca llegará.
GRacias por su visita y felicitaciones!. Sobre los acontencimientos de abril del 2002, todavìa es muy pero muy temprano para que los historiadores serios opinen. Sòlo se pueden dar opiniones polìticas claro, y con pocos datos y fuentes.
Uno de los participantes es un buen amigo mìo (hoy perseguido y exiliado) me dijo que eso estaba frìamente calculado...por el actual gobierno.
Sobre los contrafàcticos, pues ni idea, no podemso saber què hubiera pasado si...hubiera ganado la insurrecciòn del 11 de abril.
Ruben Navas.
La teoría tiene sus bases en una carta que le envió Miranda, desde Londres al Marques del Toro, Alcalde del Cabildo de Caracas, el 06 de Octubre de 1808, donde le advertía las consecuencias que traeria para Venezuela y su clase, si el pueblo y no la gente de conocimiento y de virtud, tomaba el poder. Continua Miranda, Alli estaba el caso de Francia y de algunas provicias de España que la anarquía habia llevado a la ruina. Sin duda que los Mantuanos estaban claros que si no tomaban el poder, dejado por España, pronto la anarquia les quitaria sus privilegios. Sin embargo eso no le quita méritos a esa casta de hombres visionarios, que sacrificaron sus vidas, para mantener o mejorar su país.
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