domingo, febrero 28, 2010

Entrevista al historiador Manuel Caballero: "Doy gracias a Chávez por demostrar cuán incapaces son los militares"


EL NACIONAL - Domingo 28 de Febrero de 2010

Al Dia/Ping Pong

MANUEL CABALLERO,

HISTORIADOR

"Doy gracias a Chávez por demostrar cuán incapaces son los militares

MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ / FOTOGRAFIA: WILLIAMS MARRERO­

Si usted no se hubiera dedicado toda la vida a investigar la cultura y la historia de Venezuela, ¿qué otra cosa le habría gustado hacer? ­Nada, soy lo que se dice un perezoso constitucional.

­¿Qué es lo que más le gusta de ser escritor? ­Bueno, no tener que hacer nada, claro está (risas).­

¿Cuál es el período más diáfano de la historia de Venezuela? ­El siglo XX, a partir del año 1936 hasta las elecciones de 1998, por supuesto. Desde esa fecha se diseminó la horrible peste militar por todo este país.­

¿Y el momento más negro? ­En primer lugar, yo diría que 1814 es uno de los años más oscuros de nuestra historia, en general, por todo lo que pasó entonces...­

¿Y en segundo lugar? ­El período que estamos viviendo hoy, con el llamado socialismo del siglo XXI.­¿El Pacto de Puntofijo fue tan malo como el presidente Hugo Chávez lo pinta? ­Como todos los acuerdos políticos de ese estilo, tuvo sus cosas buenas y malas.

­¿Por qué habla el presidente Chávez tan mal de ese hecho histórico? ­El odio que tiene Chávez hacia ese pacto es porque fue un acuerdo civil. Además, porque permitió excluir durante 40 años de la dirección del país a esos jenízaros que son los militares venezolanos.

­¿Qué hizo el Partido Comunista por Venezuela, al que usted perteneció? ­Durante cierto tiempo el PCV sirvió de cauce a unos jóvenes que de una u otra manera hubiesen estado desperdigados o perdidos para la historia y les dio una relación con su sociedad.

­¿Chávez es marxista? ­¿Chávez? ¿Quién le dijo a Chávez que era marxista? ¡Chávez es chavista! ­Entonces, ¿cuál es la izquierda de Chávez? ­La mano que tiene del lado del corazón: es lo único izquierdista que tiene.­

¿Están dadas las condiciones para que Venezuela sea otra Cuba? ­ Eso depende de usted.­

¿Cómo? ­Depende de usted y de mí, de todos los venezolanos.­


¿Como la canción? ­¿Qué canción? ­La del grupo musical Jarabe de Palo, que dice: "Según como se mire todo depende".­

Depende de que permitamos que este país se convierta en Cuba.­

¿Qué es lo que más le gusta de este Gobierno? ­Yo le agradezco tres cosas, siempre lo digo.­¿Cuáles son? ­La primera fue haberme demostrado que los partidos políticos, igual que pasa con los seres humanos, son capaces de suicidarse.­

¿Y las demás? ­Haber demostrado que el pueblo sí se equivoca, y también, esto es lo más importante, le doy las gracias por haberme demostrado cuán incapaces son los militares.­

¿Qué es lo que más detesta del Gobierno? ­El autoritarismo de este Gobierno me parece detestable. Lo peor es la voluntad que tiene de quedarse mandando este país hasta la consumación de los siglos.­

¿Cuál es la función de los historiadores? ­Hacer historia. Esto que digo no es lo mismo que esas estupideces de comiquita que hacen ciertos intérpretes de la historia hoy en día, que lo único que hacen es alabar.­

¿Sirven las polémicas para arreglar el país? ­Siempre y cuando sea verdaderamente una polémica y no un diálogo de sordos.­

¿Cómo reconocerlas? ­La polémica a veces es necesaria, pero no siempre es obligatoria. Sólo es importante cuando corresponde a una necesidad.­

Dicen que usted es bueno diciendo piropos: ¿cuál le dijo usted a las mujeres venezolanas el pasado 14 de febrero? ­Me parece una cursilería comercial eso de los enamorados. Para mí, la fecha tiene una resonancia histórica: creo que la democracia venezolana nació el 14 de febrero de 1936.­

¿Por qué? ­

Ese día la población venezolana, incitada por sus mujeres, se lanzó a la calle a protestar contra los vestigios del gomecismo.­

¿Eso es un piropo? ­

¡Claro! La democracia es el mejor regalo que las mujeres le dieron a este país.

­¿Qué le agradece a su amigo, el poeta Rafael Cadenas? ­

Que su amistad fuera de verdad.­

¿Y a Jesús Sanoja Hernández, cuyo libro postmortem, El día y la huella, acaban de presentar en Ciudad Banesco? ­

Lo mismo que a Cadenas: su amistad.­

Según el calendario chino, este es el año del tigre: ¿cuál cree usted que es el augurio? ­

Yo no tengo nada qué decir de eso. Pregúntele eso mismo a Eduardo Fernández, a ver qué le dice.­

¿Cuál es su lema de vida? ­

Cape diem: disfruta el día.

Uno de los problemas de la oposición en Venezuela: se alimenta de los mismos mitos históricos que el chavismo

Acá lo explica ese inteligente economista que es Carlos Blanco en su columna de los domingos en en El Universal: Tiempo de palabra. Domingo 28 de febrero de 2010.
Locuras de febrero (extracto)
Capturados por el Otro
Hace pocos días salió publicado un remitido de autoridades regionales y locales de la oposición, “Carta abierta al Presidente de la República”, que por inadvertencia o deliberación contiene una visión peligrosísima que, además, calza con el discurso oficial. Dice lo siguiente: “La Descentralización fue la más importante conquista de la democracia en la segunda mitad del siglo XX. La idea venía germinándose progresivamente pero se materializó el 27 de febrero de 1989, cuando un pueblo harto de no ser escuchado salió a la calle a reclamar su derecho a ser más dueño de su propio destino. Fue tras ese estallido que sacudió la conciencia política del país, que el pueblo pudo al fin elegir a sus gobernadores y alcaldes en cada Municipio y cada Estado del país”.
Ese discurso de los dirigentes opositores contiene una falsedad histórica. La elección de los gobernadores fue un objetivo madurado a finales de la década de los ochenta por el intenso movimiento de opinión pública que la Copre había estimulado y que encontró eco en calificados dirigentes de los partidos políticos. La campaña electoral de 1988 estuvo signada por el debate en torno a las reformas, protagonizado por los candidatos Carlos Andrés Pérez y Eduardo Fernández. Entre estos y otros precandidatos, en el marco de la Copre, se había acordado impulsar las reformas, especialmente la elección de gobernadores y alcaldes. Como producto de esos entendimientos, el Congreso aprobó, en agosto de 1988, seis meses antes de la revuelta del 27F, la Ley de Elección y Remoción de Gobernadores. Es falso que la descentralización naciera de El Caracazo.
Lo peor no es, sin embargo, la imprecisión histórica en que el documento incurre. Lo más alarmante es que quienes lo redactaron atribuyen a El Caracazo la misma falsa capacidad genésica que Chávez le adjudica. Según el Presidente su hecho “revolucionario” nace de las entrañas del alzamiento febrero de 1989, cuando en realidad su movimiento conspirativo tenía una década. Los dirigentes opositores se deslizan en la misma pendiente al atribuir a la rebelión de 27-F la raíz de la descentralización, que es como negar lo que pese a inmensas dificultades la sociedad democrática alcanzó lograr. Muchas reformas no fueron llevadas a cabo por el desinterés, la desidia y la incomprensión del momento histórico; sin embargo la elección de gobernadores y alcaldes había superado los obstáculos y caminaba ya para su puesta en marcha.
Este episodio revela hasta qué punto la falta de claridad conceptual de los redactores de ese documento puede asumir, sin beneficio de inventario, la tesis de Chávez, según la cual el 27-F funda las bases del cambio. Si así hubiese sido, no quedaría sino admitir que la violencia habría vuelto a actuar como la partera de la historia. El valor de la lucha civil que llevó a la descentralización (ahora cadáver por la acción del régimen de Chávez), tendría que ser sustituido -si se compra esa tesis- por el del saqueo, la violencia y muerte como fuerzas originarias de las reformas necesarias.
No debe escaparse el detalle de mezquindad adicional que hay en esa tesis que es quitarle al gobierno de Carlos Andrés Pérez el mérito histórico de haber iniciado las reformas, precisamente por las cuales lo tumbaron.

sábado, febrero 27, 2010

Mi solidaridad con Chile


Son muchos los amigos que tengo en Chile y chilenos por el mundo. A todos, mis oraciones y solidaridad. Estamos con ustedes aunque sea en oración y disposición.
Acá terribles videos.

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) nos habla sobre la visión de Chávez sobre la descentralización

Artículos de opinión de los historiadores

Transcribimos el artículo del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábado en El Universal.

Nuevo aporte de la cátedra revolucionaria

Dijo el mandón el pasado sábado que las regiones eran unas republiquetas indeseables...

No es la primera vez que se escribe aquí sobre las regiones, debido a la trascendencia que han tenido en la construcción de la república y a la insistencia de la "revolución" en subestimarlas. Hoy damos vueltas de nuevo en la misma noria, partiendo de las recientes afirmaciones que ha hecho el mandón con el objeto expreso de profundizar el control de la sociedad desde un solo centro manejado a su antojo. Se trata de las afirmaciones más peregrinas que alguien pueda desembuchar en torno a cómo se fue haciendo poco a poco la colectividad venezolana, capaces no sólo de exhibir la descomunal ignorancia de quien se atreve a pregonarlas sino también, en el más comprensible de los casos, el empeño de una evidente manipulación para pescar incautos.
Republiquetas
Dijo el mandón el pasado sábado que las regiones eran unas republiquetas indeseables, lo cual no deja de ser una arremetida injustificada contra la sensibilidad establecida legítimamente en las provincias; pero se atrevió después con una sentencia escandalosa: "Son una trampa armada por el imperio y por la burguesía para repartirse el país en pedazos", agregó. ¿Cómo puede alguien, en sano juicio, sostener semejante punto? ¿Qué relación pueden tener el imperialismo y las clases adineradas con un país desgajado en parcelas que una vez fueron de difícil unión? ¿De cuál fuente puede manar un disparate de tanta protuberancia, o más bien una tontería de tal estatura?
Perspicacia
Que Venezuela fuera un archipiélago reforzado por las fracturas de la topografía, por las penurias económicas y por dificultades de naturaleza administrativa fue observado por Humboldt en su viaje, y por Codazzi después de 1830, cuando elaboró su meticuloso Atlas de Venezuela. La perspicacia del sabio alemán no observó la presencia de ninguna mano peluda en el descoyuntamiento; ni la comisión corográfica que más tarde acompañó al notable geógrafo del Estado nacional encontró vestigios de una influencia foránea en la dispersión de paisajes y gentes que databa de la antigüedad.
Pero se les pudo escapar la malévola influencia de la burguesía, pudiera alegar un encandilado discípulo del mandón. Tampoco funciona la objeción. Ni siquiera con lupa se podía advertir el testimonio de una clase social que no vino a existir sino muy tarde entre nosotros, ya avanzado el almanaque del siglo XX. Para colmos, los pérfidos burgueses de Estados Unidos estaban ocupados entonces en la colonización del Oeste, o matándose en la guerra de secesión, sin tener todavía la oportunidad de remendar mapas ajenos, ni de ordenar las nóminas de gobernadores, prefectos y jefes civiles que seguramente les atribuye el insólito explicador de la patria.
Tampoco tuvieron antes la posibilidad de decirle a Piar que se sublevara contra Bolívar, ni de pagarle a Mariño para que se proclamara como Libertador de Oriente ni de aconsejar después a Matías Salazar para que peleara con Guzmán desde Cojedes ni de ayudar a Juan Araujo para el establecimiento de su patriarcado en los Andes. Ni para disponer que los llaneros fueran como fueron con Páez a la cabeza en las batallas contra España, ni para que los maracuchos se movieran según su aire como se movieron a placer entonces sin que se enteraran los caraqueños, hasta cuando se resolvieron contra los realistas sin cargos de conciencia. No sé si una interpretación de esta guisa se encuentre en las obras de Marx, o sea de la propia cosecha del insólito explicador, pero en cualquier caso no va para ninguna parte.
Insólito
La bandera de la patria tenía siete estrellas y ahora tiene ocho por disposición del insólito explicador. Son la representación de las regiones que hicieron las guerras de Independencia y la autonomía nacional, preciosas porciones de tierras y de géneros humanos que el insólito explicador presenta como nefandas republiquetas, o como frutos del interés del capitalismo doméstico y extranjero que ha hecho lo que ha querido con la división territorial y con los microclimas formados en ellas desde quién sabe cuándo. Para redondear la enormidad hizo su peroración al pie de la estatua de Ezequiel Zamora, criatura y adalid del regionalismo venezolano. La guinda del pastel.

miércoles, febrero 24, 2010

"Historia para todos" (lista de los fascículos, y forma de conseguirlos)

Gracias al Instituto de Investigaciones Històricas de la UCAB, tenemos esta oportunidad.
En la década de los 90 el Consejo Nacional de Cultura y la Sociedad Civil Historiadores, hicieron el esfuerzo de publicar los fascículos Historia para todos, que contienen ensayos escritos por especialistas en Historia de Venezuela que buscaban promover y difundir el conocimiento de la historia nacional de una manera sencilla y asequible para todo público. Dichos fascículos se encuentran a la venta hoy en día a un precio de 10 Bs cada número y dichos números contienen los siguientes trabajos:
01.- Rafael Strauss K.: “Deidades prehispánicas de Venezuela”
02.- Germán Cardozo Galué: “Maracaibo en el siglo XIX”
03.- Arístides Medina Rubio: “Introducción a la historia regional”
04.- Manuel Caballero: “El 18 de Octubre de 1945”
05.- Nikita Harwich Vallenilla: “Guzmán Blanco y la modernización”
06.- Margarita López Maya: “Auge y declive de Acción Democrática”
07.- Luís Antonio Bigott: “El Primer Congreso Pedagógico 1895”
08.- Dora Dávila: “La Gripe Española de 1918”
09.- Haydeé Farías: “La Sociedad Económica de Amigos del País”
10.- Yolanda Texera Arnal: “Henri Pittier en Venezuela”
11.- (NO HAY DATOS)
12.- Fabricio Vivas: “La Hacienda Real en Venezuela”
13.- Zelena Salazar V.: “El Gobierno de Rómulo Gallegos”
14.- (NO HAY DATOS)
15.- María Justina Sarabia: “Las Peleas de Gallos en América”
16.- Ricardo Castillo: “La Guerra Federal”
17.- Eloy Reverón G.: “La Masonería en Venezuela”
18.- Ramón J. Velázquez: “El Gobierno de Joaquín Crespo”
19.- Frederique Langue: “Los Mantuanos”
20.- Ramón Aizpúrua: “El Contrabando en la Venezuela Colonial”
21.- Elena Plaza: “Biografía de Laureano Vallenilla Lanz”
22.- Wilmer Ávila: “El Gobierno de Juan Pablo Rojas Paul”
23.- Juan Calzadilla: “Evolución de las Artes Plásticas en Venezuela”
24.- Steve Ellner: “El Movimiento Sindical Venezolano”
25.- Janeth Rodríguez: “La Pintura Colonial en Venezuela”
26.- David Ruíz y Haydeé Miranda: “Cipriano Castro en la caricatura venezolana”
27.- (NO HAY DATOS)
28.- Inés Quintero: “Antonio José de Sucre”
29.- Otilia Rosas González : “El Tributo Indígena en la Provincia de Venezuela”
30.- Juan José Pérez Rancel: “Agustín Codazzi”
31.- Rafael Fernández Heres: “Polémica sobre la ensañanza de la Historia de Venezuela en la época del gomecismo”
Para mayor información por favor contactar a los licencias José Antonio Herrera y Samuel Castellanos a las siguientes direcciones: joseantonioherreras@gmail.com y samcastell007@hotmail.com

Sobre la celebración del Bicentenario de la Independencia (entrevista)

Entrevista realizada a Carlos Balladares por Aymara Díaz (2ª año de Comunicación Social de la UMA).

1) Dado a que este año se celebra el bicentenario y el gobierno está haciendo mucho alarde y publicidad sobre esto, nos podría explicar: ¿qué significa el bicentenario para los venezolanos? y ¿cuál cree usted que es el motivo por el cual el gobierno le hace tanta propaganda a este acontecimiento?.

Te respondo primero lo último. Es normal que todo Estado haga celebraciones en las fechas redondas. Se puede decir que es una tradición de la humanidad esta costumbre de celebrar con mayor pompa los años terminados en cero. En Venezuela fueron famosas las celebraciones del centenario y bicentenarios del nacimiento de Bolívar y las de la Independencia entre 1910 y 1930. Pero muy especialmente estas fiestas se realizan para justificar la acción del Estado; y muy especialmente para legitimar la existencia del mismo. El Estado venezolano celebra estas fechas para recordar el fundamento de su existencia: nace del proceso de Independencia. Por otro lado, los gobernantes buscan mostrar su propia versión de la historia, y estas celebraciones se prestan para ello. Lo ideal es que el Estado estimule las celebraciones pero dejando la iniciativa organizativa y muy especialmente el desarrollo de los temas a la sociedad. Esto es algo que no ha pasado, y mucho menos ahora. En todo caso, la sociedad organizada, muy especialmente el sector cultural del país hará toda una fiesta basada en la meditación de dichos hechos, y el camino recorrido.
En relación al significado del bicentenario, creo que todo científico social, e incluso toda persona respetuosa de los demás, debe tener cuidado al realizar generalizaciones. Por tanto, yo no puedo señalar con certeza el significado de cualquier fenómeno social para una comunidad de 30 millones de personas. Cada persona tiene una idea; cada grupo, región, ideología, institución. Somos un país diverso. Se pueden tener aproximaciones sobre las tendencias mayoritarias, o de ciertos sectores. En ese sentido, considero que las mayorías en Venezuela tienden a tener poca memoria histórica. Es por ello, que esto de celebrar el Bicentenario tiene poca importancia para el común. Los problemas inmediatos como la inseguridad, el agua, la luz y los pequeños (pero importantes) afanes diarios son más importantes. No creo que el Bicentenario le quite el sueño a las mayorías. En cambio, como historiador (y hablo sólo por mi, y quizás por algunos colegas) considero que tiene (y debería tener para todos) una gran importancia. Si las condiciones se dieran, sería un momento ideal para que meditemos colectivamente el camino recorrido desde nuestra fundación republicana. Podría ser un tiempo de balances.

2) Hace 200 años se firmó uno de los tratados para independizar Venezuela y que los venezolanos fuésemos libres. ¿Cree usted que actualmente los venezolanos somos libres?

Me imagino que con “tratados” te refieras a las actas del 19 de abril de 1810 y la del 05 de julio de 1811. En ese sentido podemos decir que fueron decisiones pactadas que significaron un cambio radical. Me parece maravilloso que hables de ellos, y no de la guerra. Digo esto porque soy del pensar, como una parte de los historiadores venezolanos, que fue un movimiento civil en sus inicios, que luego fue defendido por las armas. La independencia fue iniciativa civil y no de los guerreros. Esto es algo que debería de guiar, en mi opinión, las celebraciones.

Sobre tu pregunta, te digo que es sumamente difícil de responder, porque debemos partir del concepto de libertad. Si entendemos por tal: libres de influencia extranjera, soberanos. No sé qué país lo sea en este mundo globalizado. Si un país libre es el que es gobernado por los nacidos en su suelo, pues tenemos 200 años libres y lo seguimos siendo. Si una nación libre es la que logra que sus ciudadanos puedan disfrutar de las libertades individuales conocidas como los derechos humanos, la cosa entonces se pone aun más difícil. Hay que preguntarle a cada venezolano. Yo creo que cada día tenemos menos libertades. El miedo nos domina, y por tanto nos paralizamos al actuar. El miedo a salir a la calle, a protestar, a opinar diferente a la línea establecida por el actual gobierno, a circular por el país, a desarrollar la actividad económica que deseemos, y muy especialmente: el miedo a seguir viviendo en este país.

3) Debido a que usted se especializa en historia de Venezuela: ¿usted cree que toda la situación por la cual está pasando Venezuela actualmente sea consecuencia de las cosas que han pasado a lo largo de nuestra historia?

Por supuesto que sí porque todo lo humano es histórico; pero no podemos olvidar que la historia es también la acción libre de cada uno de nosotros en el tiempo. Existe una influencia del tiempo pasado, pero al final somos libres. Es algo que no se puede olvidar nunca. No podemos culpar exclusivamente a nuestro pasado de lo que hoy padecemos. Debemos recordar una y otra vez la responsabilidad que tenemos en nuestras vidas, como personas y como sociedad. La situación actual es fruto fundamentalmente de las decisiones de la mayoría de los que hoy viven en el país. Lo ideal es decidir en libertad; apoyándonos en las tendencias positivas, valorativas, e identitarias de nuestra tradición histórica. Nuestra historia demuestra que a pesar del dominio de diversas formas de personalismo político (caudillismo, dictaduras, militarismo, clientelismo, autoritarismos en general), también existe una tradición civilista, republicana, liberal, democrática, igualitaria y solidaria. Si nuestra historia es una balanza y en cada plato está el peso de cada tendencia que te describí, la pregunta que debemos hacernos es: ¿En cuál deseamos poner el peso de nuestras decisiones?.

4) ¿La historia se esta repitiendo en Venezuela?

No, la historia no se repite. Esa es una visión ya superada en la interpretación de la historia, pero que queda en la cultura popular. Lo único que se repite en la historia es que es hecha por seres humanos que siempre han tenido ciertas necesidades biológicas, sociales y espirituales. Nada más. La historia no se repite porque poseemos la experiencia del tiempo, una acumulación que nos permite mirar cada época con una perspectiva diferente.

lunes, febrero 22, 2010

El movimiento estudiantil venezolano de principios del siglo XXI (y II)

Finalización de la entrevista realizada a Carlos Balladares por Beatriz Pellicer (2ª año de Comunicación Social de la UMA).
4- ¿Le parece adecuada la represión de los cuerpos policiales hacia los estudiantes?

La única represión posible es contra la inseguridad personal, la corrupción y la violación de los derechos humanos. EL Estado debe autorreprimirse, es decir, debe controlarse para respetar los derechos humanos. Lo mínimo que puede hacer el Estado en lo represivo, después de lo dicho anteriormente; es buscar el acuerdo y los consensos entre los conflictos de derechos de diversos grupos que conforman la sociedad. No es adecuada por tanto. Es abusiva, desproporcionada y escandalosamente parcializada hacia el gobierno y los grupos que lo apoyan.

5- De muchos movimientos del pasado han salido nuevas generaciones de políticos ¿Cree posible que de esta nueva generación salgan los futuros políticos de este país?

No es que lo crea posible, ya es un hecho. Esta generación, en buena parte, ha tomado el camino de participar en los partidos existentes. Eso se debe aplaudir y apoyar.

6- ¿Qué dirigentes estudiantiles cree que se perfilan más para ejercer cargos como gobernadores, ministros, alcaldes, etc?

Espero que ninguno. Mientras sean dirigentes estudiantiles no deben lanzarse para ningún cargo del Estado, sólo para sus correspondientes organizaciones “gremiales”: centros de estudiantes, etc. Este tipo de dirigente debe dar el ejemplo con el estudio y la acción política en el ámbito que le compete: instituciones educativas; y de modo secundario: fundaciones y asociaciones culturales que apoyen la superación de la pobreza, entre otros. Pero nunca gobernadores, ministros, alcaldes, diputados, etc. Una vez que se han graduado pueden optar a estos cargos. Esto no es ley, esta es una visión principista.

7- ¿Es posible que el método pacífico pero activo de estos estudiantes los ayude a alcanzar sus objetivos, considerando que están lidiando con un gobierno que no está dispuesto a dialogar?

Los gobiernos difícilmente dialogan, incluso los que se llaman “democráticos”. A los gobiernos y al Estado “se les obliga” a dialogar con la acción constante de lucha, exigiendo el respeto de nuestros derechos. Es así como los gobiernos dialogan. Quizás en un futuro a este gobierno no le quede otro camino que sentarse a conversar. Los estudiantes con sus consignas, metas y métodos pacíficos están abriendo el camino para este diálogo. En caso que no lo haga, por una estúpida e irreal terquedad lejana de toda mentalidad democrática y un errado cálculo político, creo que el diálogo será con muchos grupos sociales que hasta ahora han apoyado al gobierno y con la sociedad civil. Esta es una lucha a largo plazo que exige paciencia, resistencia y mucha creatividad.

8- Usted que ha sido profesor a nivel de bachillerato ¿Ve a los estudiantes de bachillerato involucrados en este movimiento?

Escasamente involucrados. Es natural, por su edad, el ser menores de edad (tutelados por sus padres), y por sus intereses particulares. Yo recomendaría una modesta participación como la que tienen ahora, con una intensa formación en valores y conocimientos políticos.

domingo, febrero 21, 2010

El movimiento estudiantil venezolano de principios del siglo XXI

Entrevista realizada a Carlos Balladares por Beatriz Pellicer (2ª año de Comunicación Social de la UMA).
1- Hoy en día en Venezuela vive una situación muy difícil y los estudiantes han salido a protestar ¿Cree usted que la situación del movimiento estudiantil, actual, se ve influenciada o tiene relación con otros movimientos, similares, del pasado en nuestro país?

Si y no.

Si, en el sentido amplio. Existe una tradición estudiantil y juvenil de protesta ante la injusticia y de lucha por la democracia y las libertades que inspira al movimiento actual; pero no lo considero determinante.

No, en el sentido que son otros tiempos con necesidades específicas. No son tiempos de dictaduras tradicionales (paternalistas y herederas del caudillismo del siglo XIX, o militaristas como la de Pérez Jiménez), sino de una “neodictadura” o nuevas formas de personalismo político con fuerte uso del discurso y los medios de comunicación modernos, e incluso con apoyo mayoritario del electorado (una “dictadura electa”). Además, los estudiantes no están imbuidos en una ideología de izquierda. Hoy en día el liberalismo se ha hecho más dominante en las luchas estudiantiles (aunque no lo reconozcan), lo cual se puede ver en el lenguaje y los objetivos de lucha: derechos humanos, pacifismo, resistencia civil, democracia, institucionalidad, respeto a la ley y la Constitución, seguridad, servicios públicos.

2- Muchas comparaciones se han hecho de esta generación con respecto a la del 28 ¿Son adecuadas? ¿Por qué? ¿Qué diferencias ve?

Como respondí anteriormente: no son adecuadas. La realidad es muy diferente. La Venezuela del 28 no tiene nada que ver con la del siglo XXI salvo que es el mismo territorio. Han pasado muchas generaciones, se tiene la experiencia del siglo más importante en la historia de Venezuela: el siglo XX. Éramos un país rural, agrícola (los efectos del petróleo todavía no se reflejaban en la economía nacional ni en los grupos sociales, mucho menos en el Estado y la cultura) despoblado, enfermo, recién salido de un siglo de guerras civiles con una forma de hacer política de tipo caudillesca; y muy especialmente: con una población universitaria casi inexistente (no pasaban de 1000, cuando hoy están cerca o han pasado el millón). Es otro mundo, y por tanto la comparación se hace difícil. Sólo podemos hacerla en ciertas generalidades. Las realidades, las ideas, y las personas son muy distintas.

3- ¿Qué similitudes y diferencias ve entre los motivos que dieron inicio a este movimiento y al del 28?

En estos elementos quizás se pueda conseguir algo en común, pero como dijimos: muy general. Lo común sería el anhelo de una “democracia honesta”. Esta era la bandera del 28, y seguramente la de hoy. Pero debemos comprender que los conceptos de democracia han cambiado, la de aquel entonces era fundamentalmente electoral (democracia de primer grado de partidos políticos), hoy no creo que esta sea la meta y concepción de los estudiantes; o por lo menos no se reduce a ello. El movimiento estudiantil de la actualidad se centra en una democracia sustantiva y liberal, entendiendo por tal: las bases fundamentales de todo sistema de libertades: la defensa de la dignidad de la persona humana. La lucha tuvo su inicio en la pérdida (o fuerte debilitamiento) de la libertad de expresión con el cierre de RCTV, pero esto no es más que la expresión de la gradual pérdida de las libertades (políticas, sociales, culturales, económicas, etc.). En el 28 fue una lucha política exclusivamente, y en el 36 y 45 fue una lucha política y social. Hoy la lucha es por los derechos humanos, va más allá de la política, o por lo menos ve a la política de forma más integral.
(CONTINUARÁ).

El "socialismo real": un fracaso histórico generador de mayor pobreza (Héctor Silva Michelena, miembro de la Academia Nacional de Ciencias económicas)

Entrevista por Víctor Salmerón en El Universal de hoy a Héctor Silva Michelena, miembro de la Academia Nacional de Ciencias económica. El subrayado es nuestro.

"Es absolutamente demencial tratar de revivir al socialismo"
"Para el proyecto la innovación es el conuco, las comunas; es ir hacia atrás, la vuelta al pasado"

Después de más de seis décadas entregadas al estudio de Venezuela, Héctor Silva Michelena, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, donde acaba de dictar una polémica conferencia sobre ética, recurre a la psiquiatría antes de adentrarse en el análisis del país: la locura consiste en "repetir lo mismo una y otra vez, esperando obtener resultados distintos". Dicho esto, dispara al corazón del proyecto que lidera Hugo Chávez y afirma que "es absolutamente demencial tratar de revivir al socialismo, repetir algo que ya fracasó; la Historia ha demostrado de forma empírica que es inviable y teóricamente, tal como funcionó, también es inviable". La inviabilidad de las economías socialistas emana de "la asignación de la mayoría de los bienes por parte de un aparato administrativo donde los productores no se ven forzados a competir unos con otros, el control directo de las empresas por el partido y sus seccionales políticas y la falta de democracia política y libertad en todos los sentidos". La carencia de innovación, de mejoras tecnológicas, es otro síntoma a considerar en la patología socialista. "En este aspecto las economías socialistas fracasaron rotundamente, la verdad es que sin la competencia nutrida de los mercados, tanto nacional como internacional, ninguna empresa está obligada a innovar; no se han observado procesos de innovación en una economía, aparte de los fomentados por la competencia".
Al colocar el lente sobre Venezuela destaca que "estas características no están plenas pero avanzan, hoy es imposible negar que el Estado será el gran propietario. El Primer Plan Socialista tiene un gráfico donde se interpreta que las llamadas empresas de producción social y el Estado equivaldrán a 75% del PIB en 2013, mientras que el sector privado descenderá desde 57% del PIB hasta 25%". Subraya que "en las 150 empresas intervenidas por el Gobierno no hay ninguna participación de los trabajadores, todo es del Estado y el partido porque aquí se está produciendo la fusión Estado-partido. El sector público en 2007 representaba 25,5% del PIB y hoy supera 30%. Los trabajadores que laboran para el Estado, gracias a las continuas expropiaciones, han aumentado en un millón y allí está el desastroso problema de producción en la Corporación Venezolana de Guayana". Recalca que "teóricamente carecen de viabilidad empresas que no tienen competencia; por eso la innovación en el proyecto es lo contrario, la vaca lechera, el cultivo hidropónico, las comunas, el conuco, es ir hacia atrás, la vuelta al pasado".
-Si como afirma es demencial el intento por revivir al socialismo, ¿por qué cree que el país ha caído en esta etapa de locura?
-Fidel Castro se la traspasó a Hugo Chávez, su influencia es terrible porque Chávez se ha enamorado de Fidel. También existe un pensamiento muy elemental, creer que tenemos que abrazar al socialismo para eliminar el lucro, la ganancia y alcanzar la felicidad; de allí surge la necesidad del hiperlíder, el redentor insustituible, así se sintió Stalin a pesar de los crímenes que cometió.
-Hugo Chávez ha comenzado a citar a Carlos Marx. ¿Tiene sentido seguir hablando de la teoría del valor-trabajo, de la plusvalía que el empresario le roba al trabajador?
-Ha sido demostrado desde hace ya un tercio de siglo que la teoría del valor-trabajo es falsa. Según esta teoría de Marx el valor de las cosas proviene del trabajo, eso se demostró que es falso porque en realidad el valor de las cosas proviene de su utilidad, la escasez. Por tanto, esa idea según la cual la ganancia la produce el trabajador y el capitalista lo explota apropiándosela, es falsa. Hoy en día sabemos que la explotación es inherente a cualquier sistema donde existan diferencias o desigualdades en las dotaciones, de cualquier tipo, de que disponen los individuos.
Para el Gobierno el empresario es un personaje negativo que hay que eliminar porque no crea valor y se aprovecha de los trabajadores. ¿Qué opina? -
Así es, para el chavismo el empresario es un personaje negativo que hay que eliminar; un caníbal, rapaz, que sólo quiere lucrarse. Estoy totalmente en desacuerdo, el empresario mejora continuamente su proceso de producción para poder competir, por eso uno de los problemas que tuvo la sustitución de importaciones es que eliminó la competencia extranjera. Cuando el empresario tiene una competencia no le queda más remedio que introducir innovaciones o morir.
Dicho esto debemos agregar que el manejo de los medios de producción, la gerencia, genera valor. Eso lo demostró Robert Nozick.
En su último trabajo sostiene que no hay ética en el socialismo. ¿En qué se basa esta afirmación?
-La pregunta clave en el tema de la ética es cómo debe uno vivir. Que la persona por su mismo albedrío decida vivir conforme a los valores positivos, es una decisión propia y en el socialismo existente no hay libertad individual, no se pueden tomar decisiones distintas a las prescritas para el camino de lo que se denomina la suprema felicidad. Todo desvío respecto de las acciones y prescripciones conducentes a la utopía, es condenable. Para el marxismo la ética es un reflejo superestructural de las condiciones materiales de vida. Es bien conocido que el socialismo en ningún país ha creado riqueza, por el contrario, lo que ha tenido lugar es lo que el propio Marx llamó una nivelación por lo bajo. En ningún país socialista se superó la pobreza, tal como lo prometían sus líderes y si la base material del proceso productivo no pudo generar lo suficiente para enfrentar materialmente las necesidades humanas, ¿qué cipote de ética puede haber?
En el Primer Plan Socialista se afirma que el socialismo del siglo XXI lo estamos inventando y que solo será posible en el mediano tiempo histórico. -Si el socialismo del siglo XXI es algo que el Gobierno y su líder están inventando, y que su plena realización requiere un mediano tiempo histórico, entonces los venezolanos somos objetos experimentales, como ratas y conejillos de laboratorio, manipulados por algún psicólogo conductista. Además ¿por qué Chávez tiene la prisa declarada de eliminar las "leyes burguesas"? Esto no se comprende, a menos que nos situemos en el plano del absoluto voluntarismo autoritario que caracteriza la conducta del Presidente.
-¿La riqueza petrolera no le da a la economía venezolana la posibilidad de intentar que funcione el sistema socialista? -A pesar del boom petrolero el país sufre una crisis tremenda por la estanflación, es decir, estancamiento y alta inflación. El petróleo solamente amaina, permite cierto margen de maniobra. Venezuela va a ser el único país de América Latina con recesión en 2010. En estos once años lo que se ha hecho es crear un país más dependiente de la renta petrolera que es un factor que no es controlable
-¿Qué puede ocurrir si el Gobierno logra una victoria en las próximas elecciones, pautadas para septiembre, y mantiene el control sobre la Asamblea Nacional? -Si el Gobierno tiene una victoria de ese tipo en las próximas elecciones, se acelerará el colapso, la demencia.
Víctor Salmerón / Vsalmeron@Eluniversal.Com

sábado, febrero 20, 2010

Elías Pino Iturrieta estará en la Tertulia Histórica del Bolivarium (26 de febrero)

Elías Pino Iturrieta estará en la Tertulia Histórica del Bolivarium
Para el viernes 26 de febrero el Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium tendrá como invitado en su tertulia al profesor Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de la Historia, quien presentará una ponencia titulada: "Abril de 1810: Temporada de estreno en Venezuela".
Esta tertulia, organizada en el marco de la conmemoración de los 40 años de actividades académicas de la USB, da inicio a la celebración conmemorativa en la USB de los Bicentenarios de Venezuela (1810-2010 y 1811-2011). Comenzará a las 11 de la mañana en la sede del Bolivarium, ubicada en el nivel jardín (entrada por la calle Inglesa) del Edificio de la Biblioteca de la Universidad Simón Bolívar.

Historiador venezolano (Elías Pino Iturrieta) nos habla sobre la historia de las relaciones Estado-Iglesia en Venezuela

Artículos de opinión de los historiadores
Transcribimos el artículo del historiador Elías Pino Iturrieta que publica todos los sábado en
El Universal. El subrayado es nuestro.
Los bienes de la Iglesia
¿Venganza contra las voces dignas de la Conferencia Episcopal?
Sobre las propiedades eclesiásticas se debatió en la república con interés desde sus orígenes, pero sólo en contadas ocasiones fueron sometidas a decisiones arbitrarias de un déspota. Un proyecto de organización laica de la sociedad no podía sino detenerse en el poder material de la institución católica y tratar de controlar su predominio frente a unas masas conmovidas por la guerra y por las sugerencias de la imprenta. Pero no fue asunto tratado a la ligera, ni sometido a los caprichos del personalismo. Memorables debates sobre la desamortización de las heredades del clero y sobre la presencia de los religiosos en los asuntos públicos, episodios imprescindibles en una fábrica de cuño liberal, enriquecen un acervo gracias al cual se llegó, con el correr del tiempo, a un vínculo equilibrado y respetuoso entre las potestades temporales y espirituales.
Las batallas de la Independencia y las primeras guerras civiles dejaron a la Iglesia en un estado de debilidad, casi de postración, que pudieron aprovechar los políticos y los hombres de armas para reducir a mínima expresión lo que parecía un escombro, pero no lo hicieron. ¿Por qué no aprovecharon la situación de menoscabo? Porque no se trataba entonces de borrar la historia para inventar una nueva, de arrojar al basurero los sentimientos de los antepasados y de los individuos del momento, sino simplemente de levantar, aunque no pocas veces en medio de descomunales desaciertos y de gran hostilidad, un hogar hospitalario para todos los venezolanos. De allí los miramientos con los voceros de una institución que, pese a los golpes recibidos, representaba un entendimiento del mundo en cuyo regazo se refugiaba la fe abrumadora de las mayorías. Así se explica un proceso de obligante concertación que comienza con Páez y desemboca en los adecos, si se quieren señalar algunos hitos. En el medio de ellos se atraviesa la intemperancia de Guzmán, y sus ganas de hacer negocio con los predios del altar, pero la golondrina sola no hizo verano.
De nuevo merodea una oscura golondrina sobre el tejado de los beneficios eclesiásticos. Unos beneficios, conviene remacharlo, que no se caracterizan por la opulencia sino por la modestia, acaso de las mayores modestias de América Latina; y por un evidente afán de servicio público, orientado a las clases más humildes de la sociedad. ¿Venganza contra las voces dignas de la Conferencia Episcopal? ¿Ataque artero contra la institución de mayor envergadura que se ha opuesto a su hegemonía? ¿Parte de un plan genérico contra la propiedad privada, que debe meterse poco a poco con los bienes de la Iglesia para que no quede lado sano en un plan de aplastamiento panorámico de las libertades que encuentran cobijo en la producción de la riqueza a través del trabajo de los particulares? Probablemente, dentro de un proyecto cuyo último propósito es la fragua de un entendimiento diverso de la evolución de la sociedad, la elaboración de una memoria unilateral y tendenciosa del pasado a través de la cual pueda sustentarse el "socialismo del siglo XXI". La magnitud del plan obliga a desarrollarlo a cuentagotas, en especial cuando arremete contra principios y objetos caros a la sociedad, pero el último fin consiste en la destrucción de la Historia y en la liquidación de los testimonios que la han alimentado hasta nuestros días.
Confiamos en que se equivoque el atacante cuando presume que sólo levanta ahora el mandoble para ganar una escaramuza de sacristías. La pretensión de disminuir los bienes de la Iglesia, o de liquidarlos por cuotas, supera los intereses de lo que pueda representar la presencia de los pastores y el escollo en que se han convertido frente a la mandonería. El adormecimiento de la sociedad, su lamentable mutismo ante una cadena de ataques contra diversos sectores de la colectividad, puede hacer que pensemos en el nuevo episodio de un conflicto que ganará el Gobierno sin mayor incomodidad. No obstante, ahora se mueve en terreno resbaladizo. Los bienes de la Iglesia no son como el resto de los bienes de los propietarios contra quienes ha desarrollado una política de paulatina destrucción. Son de este mundo, pero no del todo, según pudieron comprobar los adecos y antes Páez y Guzmán. No forman parte del mercado habitual. Son la médula de un inventario distinto de las ganancias y las pérdidas en el manual de los venezolanos, o así lo ha sentido la sociedad desde antiguo. Esperemos entonces a que la golondrina salga del alero de Gradillas, si se atreve, para presenciar la continuación de una historia que puede ser de lo más interesante.

viernes, febrero 19, 2010

Elecciones internas en el Partido COPEI (la visión de Luis Barragán)

Les dejamos el excelente artículo publicado en Analitica.com de nuestro admirado amigo: Luis Barragán.
Comicios que anteceden a otros
Consabido, la oposición democrática se apresta a la celebración de las primarias – como regla – para abanderar a los distintos candidatos al parlamento nacional. Valga resaltar la pluralidad de postulaciones para una compleja selección, contrastante con el dedo monocorde y presupuestario que asfixia al chavismo a favor del chavezato, la más clara y blindada expresión de poder en la Venezuela pedevisada.
Antes, la Democracia Cristiana hará sus elecciones internas, una deuda contraída ya por muchos años. Y, aunque algunos insistan, el problema no está en la celebración de la consulta, sino en una morosidad cívica que – precisamente – es la que ayuda a prolongarse a la secta oficialista, panfletaria y plebiscitaria.
Lejos de obstaculizar el normal desarrollo de las primarias, el acto comicial de COPEI contribuirá a la motivación y movilización de una militancia que también padece las nefastas consecuencias del régimen. Digamos, a nuestro modo de ver, todavía sobrevive el imaginario del partido descomunal, socio del bipartidismo, objeto susceptible de toda demora y maniobras, que ha ido cediendo poco a poco a la inmensa necesidad de vivir el momento histórico, actualizándose.
De modo que los comicios del partido están inscritos en una percepción y un desarrollo institucional que, como experiencia inicial, puede contribuir a unas primarias legítimas y convincentes, para ganar las otras experiencias indispensables. Por ello, insistimos, en la comprensión del partido como herramienta ciudadana de trabajo opositor al chavezato, y no un fin en sí mismo; en la recuperación plena de nuestra identidad ideológica, sabiéndonos concursantes de una futura transición que reclama de valores y principios sólidos; en la reconquista y perfeccionamiento de la comunidad de afectos que básicamente somos, aunque aparezcan posiciones destempladas, incluyendo las descalificaciones personales que tanto regocijan a Miraflores.
Nota importante, todos los venezolanos adquirimos la costumbre de renovar, sin renovación; cambiar, sin cambios; transformar, sin transformación, quizá por el sello petrolero de las expectativas y pretensiones que – engañándonos, como aconteció después de 1999 - se inflan irresponsablemente. Particular punto de vista, la modificación de los estatutos del partido, realizada en medio del interinato, nos devolvió a etapas superadas, marcado un autoritarismo incomprensible bajo el ropaje de un lenguaje aligerante, suerte de polvillo tenido por moderno, modernizante y modernizador: nos aprestamos luego a una adecuada reforma de las normas que rigen al partido, a objeto de sincerarlo como manifestación inequívoca de un instrumento democratizador.
COLETILLA: el mismo día que Felipe Torres del Olmo, falleció el Padre Luis Arizmendi (SJ). De aquél, queda un testimonio de convencimiento cristiano e, incluso, una labor de cronista citadino que se hizo sentir en las redes sociales. Y de éste, la estampa y la palabra del sacerdote que, desde principios de la década, nos atrajo por su fuste teológico y político, en San Francisco. Dios los bendiga y acoja en su seno.

jueves, febrero 18, 2010

“La otra isla” en la otra Venezuela

Publicado en Analitica.com
SUNIAGA, Francisco (2005), La otra isla, 6ª Ed., Caracas: Oscar Todtmann, 2009.

Sin duda que 6 ediciones en cuatro años es un éxito editorial en nuestro país. Y después de leer las dos novelas de Suniaga, en especial la que hoy comentamos, no nos queda duda en reconocer su maestría. He disfrutado La otra isla quizás más que El pasajero de Truman; a pesar de desarrollar en la segunda el tema que más me preocupa: la política. Me imagino que la razón es la distancia temporal. La locura de Diógenes Escalante ligada a una ruptura histórica (el 18 de octubre de 1945), es algo que no viví: ni en su tiempo ni en sus consecuencias. En cambio, el choque de los nostálgicos margariteños con la situación de deterioro de su tierra, es algo perfectamente entendible para mi generación. Un “adulto contemporánea” (nacido en los setenta), pudo vivir la Venezuela saudita y su deterioro a finales de los ochenta (la otra isla). Los venezolanos nos hemos hecho unos nostálgicos, no reconocemos la tierra en que nacimos; y añoramos lo que se fue.

¿Acaso algunos venezolanos no somos extranjeros como los protagonistas alemanes de La otra isla? Extranjeros en su propia tierra. No nos comportamos como las mayorías, no aceptamos la acción política del Estado y los que la apoyan, y estamos hartos de la violencia criminal. Somos iguales a los alemanes en Margarita. Nuestros parámetros de vida son los de otro pueblo: los de la Venezuela amable antes del Viernes Negro, y los de la racionalidad que estudiamos en la universidad o conocemos por efecto demostración vía medios y viajes al mundo desarrollado.

Wolfgang Kreutzer: era un individuo que vivía prestado en una isla caribeña de clima benigno y personas amables pero, adosada a ella, había otra realidad, otra isla donde la violencia era una savia que alimentaba lo cotidiano y se movía oculta bajo la aparente docilidad de la naturaleza y bondad de la gente. (…) La violencia en la muerte prematura y cotidiana, muerte joven, muerte pobre, muerte que cada sábado y domingo sigue la línea divisoria de las grotescas diferencias sociales. Violencia en la forma de mirar a la mujer del prójimo, en los perros de la calle peleándose por la perra callejera, en el hablar atropellado y alto de la gente, en los adjetivos usados sin disfraces de corrección, en la manera de conducir los coches, violencia que era inescapable, que venía con la vida. (pp. 174-175).

El autor, a través de una investigación policíaca de un suicidio con sospechas de homicidio. En medio de un contexto cultural de nuestro país de realidad violenta y diversa. Nos pinta el cuadro de una generación que vive como “náufrago abandonado en otra isla, aquella donde lo importante no importa y las desdichas de la gente común importan menos” (p. 257).


Autor: Carlos Balladares Castillo.

martes, febrero 16, 2010

Cambio de lecturas literarias para este año

Si busco leer la principal historiografìa nacional mejor repaso y leo lo que no he leìdo de la literatura venezolana, y dejo para luego la lectura de las novelas sobre dictadores.

Mi visión de Cabrujas

Autor: Carlos Balladares Castillo. Publicado en Analitica.
Al leer El mundo según Cabrujas, pienso en esa máquina demoledora que era su verbo. Nadie se salvaba de su crítica feroz combinada con humor. Tenía algo de socrático, pero, me pregunto: ¿Dónde estaba su mayeútica? ¿Qué ofrecía como alternativa a su repudio sobre la democracia puntofijista?. El caso Cabrujas puede ser un buen tema de estudio para comprender las razones de nuestra quiebra democrático. Quiebra en que los medios tuvieron una parte de la responsabilidad.

No condeno a Cabrujas, admiro su
pluma inmensamente. Admiro su pasión por la palabra escrita, y también hablada (el teatro, las telenovelas). ¿Cómo negar que en mis tiempos universitarios la lectura de su columna influyó sobre mi forma de escribir? ¿Cómo no admirar “La dueña” que disfruté en mi niñez? Anhelé emularlo siempre, pero otras influencias me alejaron de una crítica desmedida… Cabrujas fue un buen ejemplo del espíritu “hipercrítico” que minó la moral democrática del venezolano. Pasamos de la fortaleza liberal al “no creer en nadie”, por un bombardeo permanente de las malas noticias; y por la creación de un “chivo expiatorio”: los partidos políticos, en especial los firmantes del Pacto de Puntofijo. No se puede negar que en ese tiempo no se tenía lo que poseemos ahora: la experiencia de la desaparición gradual de la democracia. Se confiaba plenamente que a mayor dureza en las palabras, a mayor ejercicio de la libertad de expresión; esta terminaría fortaleciéndose. Obviamente no fue esto lo que ocurrió, y se terminó siendo cómplice, sin quererlo, de los que tenían como meta la destrucción de las instituciones que sostenían las libertades.

El caso Cabrujas, fue además, el de la fascinación por el líder personalista militar; aunque a este le duró 9 meses. En cambio, hubo otros casos que supieron el peligro desde un principio. Me refiero especialmente al historiador Manuel Caballero. ¿A cuántos le duró diez años hasta que el desastre ya estaba consumado? ¿A cuántos la fascinación se le convirtió en espíritu mercenario por no llamarlo clientelar?. Pero a Cabrujas dicha conversión no le llevó a otro tipo de crítica. Identificó el peligro (“un nuevo mesías populista”), pero quizás su idea de país fracasado no le hizo considerar la posibilidad de un desastre mayor.

Uno de sus grandes aportes, es la creación de símbolos para comprender nuestra realidad. Entre ellos resalto: el Estado del disimulo y País campamento. Nos dice: “El país tuvo siempre una visión precaria de sus instituciones porque, en el fondo, Venezuela es un país provisional.” Es así como se fortalece el Estado del “me da la gana”; que se puede decir con una frase popularizada por un Presidente del siglo XIX: “La Constitución sirve para todos”. Es el personalismo siempre campante, disimulado con leyes, formas, y grandes palabras. “Nunca levantamos muchas salas de teatro en este país. ¿Para qué? La estructura principista del poder fue siempre nuestro mejor escenario.”

¿Hasta dónde hemos sido el fracaso que describe Cabrujas? Sin duda, él buscó despertar nuestras conciencias. A pesar de ello, pienso: una cosa es descubrir, evidenciar e identificar nuestros defectos; y otra hundirnos en el “acá no hay nada que hacer”, y esta última idea es la que me han transmitido sus escritos. Necesitamos una crítica realista (tal como no las dio Cabrujas), pero también: respuestas y optimismo. ¿O será que nuestro optimismo es otra forma del “disimulo” y Cabrujas tenía razón? Algo no se le puede negar: su genialidad y sinceridad.

Les dejo un video suyo, gracias a:
mrradugo
El dramaturgo José Ignacio Cabrujas, analiza la importancia histórica de Simón Bolívar y Juan Vicente Gómez. Programa: Historia Viva con Jorge Olavarría. Venevisión. Año 1995.



lunes, febrero 15, 2010

¿Qué es el chavismo? A principios del 2010 según Openheimer

Transcribimos el excelente análisis de Andrés Openheimer sobre el momento actual del Chavismo publicado en The Miami Herald. Feb, 7. 2010 Miami, EEUU
El presidente narcisista-leninista de Venezuela Hugo Chávez está enfrentando uno de los peores momentos políticos de sus 11 años en el poder, y las nuevas encuestas demuestran que -por primera vez en varios años- hay una luz al final del túnel para la oposición.En las últimas semanas, las cosas le han ido de mal en peor a Chávez. Venezuela tiene la inflación más alta de Latinoamérica, la economía se está desplomando, hay cada vez más cortes de luz y agua, el crimen callejero ha llegado a niveles sin precedente, las protestas estudiantiles han causado al menos dos muertes, las nuevas medidas gubernamentales contra las emisoras televisivas independientes han galvanizado a la oposición, nuevos escándalos de corrupción han manchado al gobierno y hay crecientes divisiones internas dentro del círculo íntimo de Chávez.Hasta la agencia de noticias The Associated Press, conocida por su prudencia, dijo en un cable desde Caracas que "el modelo de gobierno de inspiración socialista que Chávez (...) está debilitado y se tambalea''. Casi todos los medios internacionales prevén mayores problemas para Chávez en las elecciones legislativas de septiembre y en las elecciones presidenciales del 2012.No es sorprendente, entonces, que Chávez esté redoblando sus medidas autoritarias y reaccionando con bravuconadas. El 2 de febrero aseguró que permanecerá en el poder "otros once años'' y afirmó que su "revolución bolivariana'' continuará en pie "por 900 años''.

Encuesta HinterlacesUna nueva encuesta nacional realizada por la empresa venezolana Hinterlaces revela que la base política de Chávez está disminuyendo. Entre los hallazgos claves de la encuesta:

El 61% de los venezolanos cree que el país está mal encaminado, mientras el 37% dice que va en la dirección correcta.
El 78% de los venezolanos dicen estar en desacuerdo con la reciente decisión de Chávez de eliminar la emisora RCTV del sistema de televisión por cable, mientras tan sólo el 18% aprueba la medida. La emisora de aire de RCTV había sido clausurada en el 2007.
El 61% de los venezolanos respalda las protestas estudiantiles contra Chávez, mientras que el 30% las condena.
El 87% de los venezolanos no quieren que su país se parezca a Cuba, mientras que el 9% dice que le gustaría que así fuera.
El 28% dijo que votará por los candidatos chavistas en las elecciones legislativas de septiembre, mientras el 26% dijo que votará por la oposición y el 34% que elegirá a candidatos independientes.
El 55% de venezolanos se definen como "ni pro-Chávez, ni anti-Chávez'', mientras que el 27% se considera chavista y el 14% se considera "opositor''.
El 65% de los venezolanos dice que el país necesita nuevos líderes, mientras el 21% está en desacuerdo con esa idea.
La estrategia de Chávez será profundizar la polarización en el país, redoblando su campaña de "divinización'' de la pobreza y de fortalecimiento de "la identidad de clase popular-socialista'', mientras al mismo tiempo estigmatiza a los líderes opositores calificándolos de oligarcas, afirma la encuesta en su parte analítica."La gran fortaleza del presidente Chávez es la ausencia de alternativa'', dice el informe. "Emerge una nueva mayoría nacional que no está conforme con el presente, pero tampoco quiere volver atrás. En Venezuela, lo que hace falta no es un Gran Líder (...) Uno de sus problemas es que tiene demasiados "líderes".En una entrevista telefónica, el presidente de Hinterlaces, Oscar Shemel, me dijo que el líder opositor con el más alto porcentaje de intención de voto, el brillante ex alcalde de Chacao Leopoldo López, sólo tiene el 4% de los votos. "El panorama en el campo opositor es desolador'', señaló.

Mi opinión:
Chávez está más debilitado que en mucho tiempo, y -a menos que se disparen los precios del petróleo- su desastrosa gestión hará que las cosas se le compliquen aún más. Su plan será "huir para adelante'', tratando de incitar la lucha de clases y quizás crear un autogolpe para luego cancelar las elecciones legislativas de septiembre.Pero para derrotar a Chávez en las elecciones del 2012, la oposición necesitará encontrar un "outsider'', una versión local de la ex presidenta de Nicaragua Violeta Chamorro, una viuda cuyos hijos habían militado en ambos bandos de la guerra civil nicaragüense en la década de los 80.Podría ser alguien como la presidenta de la Universidad Central de Venezuela Cecilia García Arocha, o el gobernador del estado de Lara, Henry Falcón, o cualquier otra figura que pueda predicar un mensaje creíble de reconciliación nacional y recuperación económica. Una candidatura de este tipo podría tumbar a Chávez y hacer pasar a la historia como una payasada mayor que las habituales su pretensión de establecer un "Reich'" de 900 años.

domingo, febrero 14, 2010

Minibiografía del historiador Tomás Polanco Alcántara

EL NACIONAL - Sábado 13 de Febrero de 2010 Papel Literario/6

Tomás Polanco Alcántara y el destino de una vocación

RAFAEL ARRÁIZ LUCCA

Desde muy joven me domina una acentuada curiosidad por desentrañar el origen y el desarrollo de una vocación. Naturalmente, me inquieta lo contrario: qué pasa con quien no la tiene, cómo vive, qué le entusiasma. Dos caras de la misma moneda: a unos los mueve un destino; otros sobreviven a su falta. Es importante distinguir entre una vocación y una obsesión. La primera, por lo general, conduce a que quienes vuelan con ella dispongan de su tiempo, administren la voluntad y, finalmente, concluyan las obras con las que sueñan. La obsesión, por su parte, es quijotesca, domina todos los ámbitos y conduce a la imantación de la realidad por parte de un solo conducto. Es disolvente. Tomás Polanco Alcántara alimentó una vocación que no fue temprana ni tardía, sino de la madurez. Si trabajamos con su hoja de vida, como lo hizo su biógrafo Rodrigo Lares Bassa, tocaremos el cuerpo de algunos datos significativos para la comprensión de su aventura de conocedor de la vida de los otros. Me adelanto a señalar que no ha habido otro biógrafo en Venezuela que haya abordado el análisis de más vidas, y con mayor documentación, que Polanco Alcántara. Paso revista al siglo XIX y no advierto otro igual en su tarea; me detengo en la centuria pasada y tampoco. ¿Quién ha escrito once biografías de venezolanos, en la mayoría de los casos, de dilatadas extensiones y suficientemente documentadas? Que yo sepa, nadie. Por ello, si alguien en Venezuela se granjeó el título de biógrafo con absoluta legitimidad, ese fue Polanco Alcántara.


Su obra, que si la calificamos de monumental no exageramos ni un ápice, fue publicada entre 1979 y 2002. Es decir, en apenas veintidós años, los que se corresponden con la tercera y última etapa de su vida, si la dividimos en tres partes de veinticinco años, de un hombre que vivió setenticinco. Para 1979, Don Tomás contaba 52 años, entonces ya tenía años impartiendo asignaturas en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela y en la de la Universidad Católica Andrés Bello, además de haber sido profesor de Historia en colegios de bachillerato; ya había sido Embajador de Venezuela en Chile, España y en las Naciones Unidas, en Ginebra. Por supuesto, su prole de nueve hijos, habidos con su esposa y compañera de siempre, María Antonia Fernández, ya eran entre jóvenes adultos y adolescentes. Para entonces, el ejercicio profesional del Derecho había sido su ámbito de realización personal, junto con la docencia, así como las artes de la diplomacia, aunque las desarrolló por un quinquenio (1969-1974), apenas. En otras palabras: el hombre que va a hallar su destino de biógrafo a partir de sus cincuenta años, tiene en su haber una dilatada experiencia docente; un acendrado ejercicio del Derecho en sus facetas administrativas, contractuales y bancarias; un intenso, breve y brillante paso por la diplomacia. ¿Alguna de estas tareas desempeñadas con acierto, presagiaban que se entregaría a la tarea de biógrafo de la manera empeñosa y absoluta como lo hizo? No específicamente, pero sí en otro sentido: ya Polanco se avenía con la escritura. Su bibliografía jurídica era para entonces importante y sostenida. Desde finales de la década de los años cincuenta publicaba monografías, estudios, tratados sobre Derecho administrativo y constitucional y, si colocamos la lupa en ellos, advertiremos que la pasión por la historia venezolana ya se imbricaba con el Derecho. Luego, sus tareas de Embajador fueron propicias para la reflexión escrita acerca de personajes de nuestra historia. El Libertador, Miranda, Bello, fueron objetos y sujetos de sus disertaciones.

En los años chilenos publicó su primera tesis histórica, Seis ciclos en dos siglos de historia venezolana (1971), y de sus años madrileños emanó decantado su libro Perspectiva histórica venezolana (1974). Era un hecho: la pasión venezolanista había tomado su espíritu, pero se necesitó que ella tomara cuerpo en la indagación de venezolanos con los que en muchos sentidos se identificaba. Así, no es gratuito que su primera biografía completa fuese la de José Gil Fortoul. Es evidente que estaba ensayando con un historiador, un civil, un escritor, un hombre de Estado, un diplomático, todo lo que en alguna medida también Polanco Alcántara era. Luego, el derrotero fue similar: Caracciolo Parra Pérez. Pero después el biógrafo abandonó a sus análogos y penetró en otros mundos, conocidos por él, pero no experimentados en carne propia. Ese paso lo da con la biografía del general Eleazar López Contreras y con la de un escritor casi a secas: Pedro Emilio Coll. Ya entonces la curiosidad del biógrafo había desbordado sus cotos de caza naturales y penetraba en algo fascinante: la vida de los otros, los distintos, los que pueden estar incluso en las antípodas de nosotros mismos. Conocí a Don Tomás en 1976, cuando empecé a estudiar Derecho con Manuel Polanco Fernández, un amigo entrañable al que estimo profundamente. Recuerdo como si fuera hoy el día en que me dedicó un libro en su imponente biblioteca: Personalismo y legalismo de Jesús Muñoz Tébar, con un estudio introductorio firmado por él; yo era un muchacho de 17 años con el pelo totalmente raspado y una gorra de pelotero, como consecuencia de aquellos bautizos universitarios, que ahora brillan por su ingenuidad.
No puedo recordar aquella biblioteca sin emocionarme: era de las que a mí me gustan, repleta, con ese olor mil veces bendito de los libros que, además, crean una suerte de valladar contra el ruido y siembran uno de los bienes que más aprecio: el silencio. Para entonces, sospecho que Don Tomás tenía previsto su destino si la Providencia se lo permitía: entregarse al análisis de la vida de los otros con el afán, indeclinable, de comprenderla. Lo logró. Una tras otra, con el fervor del relojero que anhela escuchar las campanadas de las máquinas que compone, Polanco Alcántara fue haciéndose viejo y multiplicaba su fertilidad, tanto como en sus primeros años cuando adelantó una gesta poblacional, pero que ahora se expresaba en biografías. José Gil Fortoul (1979), Caracciolo Parra Pérez (1982), Eleazar López Contreras (1985), Pedro Emilio Coll (1988), Juan Vicente Gómez (1990), Antonio Guzmán Blanco (1992), Eugenio Mendoza Goiticoa (1993), Simón Bolívar (1994), Francisco de Miranda (1997), José Antonio Páez (2000) y Arturo Uslar Pietri (2002). Sabemos, además, que había tomado notas para su próximo trabajo, que apenas esbozó antes de que lo alcanzara la muerte: Rómulo Betancourt. Si observamos con cuidado la secuencia, notaremos que cada tres años estaba lista una investigación, y que no había concluido una cuando ya tenía entre ceja y ceja la próxima. Esto se llama fervor, vocación, voluntad y alegría de vivir, sin más.
Esta lista asombrosa de biografías me tomó segundos leerla, pero detrás de ella hay 25 años de investigación documental, de hurgar en archivos en Venezuela y en la Biblioteca del Congreso en Washington, de trabajo conjunto con su mujer: suerte de ave propiciatoria para el vuelo del escritor, como creo que ha habido muy pocas en la historia de la escritura en nuestro país. En la biografía-reportaje de Rodrigo Lares Bassa, Historia de un camino, se anexa una carta del propio Polanco Alcántara a Lares Bassa, comentándole su trabajo. Entonces, el oficio de biógrafo del biografiado se le sale por los poros. Polanco Alcántara organiza su propia vida en cuatro etapas. La primera, del nacimiento a la graduación de bachiller; la segunda, desde entonces y hasta su nombramiento como Embajador de Venezuela en Chile, en 1969; la tercera, desde 1969 hasta su incorporación a la Academia Nacional de la Historia, en 1979; y la cuarta, desde entonces y hasta su muerte en 2002. Como advertimos antes, la etapa del biógrafo es la última, la que comienza con la publicación del tomo sobre Gil Fortoul, en 1979. Refiriéndose a esta etapa final, en la carta referida, afirma Don Tomás: "Entraba en otra etapa, que todavía no ha terminado y que exige dedicación prácticamente completa: investigar, estudiar, escribir y publicar la vida de grandes venezolanos. Lo que había hecho hasta ese entonces, no solamente no me hacía daño para esa nueva actividad, sino que en cierto modo la facilitaba".
Es cierto, vista a la distancia, la vida de Polanco Alcántara fue una meticulosa preparación para la tarea de su último período. Incluso, hubo un momento en el que el futuro biógrafo hizo sus primeros ejercicios. Me refiero a las semblanzas que fueron escritas para ocasiones discursivas particulares y que luego compondrían el libro Un pentágono de luz (1982). Cinco retratos integran el título: Bolívar; Isabel, la Católica; Cristóbal Hurtado de Mendoza; Antonio Ricaurte y Andrés Bello. El mismo proceder tuvo lugar con el libro Once maneras de ser venezolano (1987), compuesto por semblanzas de Francisco de Miranda, José Antonio Páez, Mariano Montilla, Pedro Gual, Jesús Muñoz Tébar, José Gil Fortoul, Monseñor Nicolás Eugenio Navarro, Mario Briceño Iragorry, Monseñor Carlos Sánchez Espejo, Arturo Uslar Pietri y Carlos Felice Cardot.
Como vemos, cuatro de estos bocetos funcionaron en el proyecto intelectual del biógrafo como bocetos de trabajos mayores, es el caso de Miranda, Páez, Gil Fortoul y Uslar Pietri. Algo similar ocurre con su otro título de bosquejos biográficos, Un libro de cristal (1988), en el que se leen semblanzas de Eleazar López Contreras y Caracciolo Parra León, que dieron paso a estudios más extensos, no pasó así con los retratos de Diego de Obaños y Sotomayor, Rafael Urdaneta, Tulio Febres Cordero, Diógenes Arrieta, Carlos Soublette, José Tadeo Monagas, Juan Crisóstomo Falcón, Joaquín Crespo, Manuel Felipe de Tovar, Juan Pablo Rojas Paúl y Rómulo Gallegos. Diez años después, en 1988, recogió el autor todas las semblanzas en un solo tomo.
Venezuela y sus personajes, se titula. Añadió los escritos en la década siguiente: Antonio José de Sucre, Cecilio Acosta, Cipriano Castro, Pedro Manuel Arcaya, José Gregorio Hernández, Gumersindo Torres, Pedro José Muñoz, Andrés Aguilar, Manuel Pérez Vila, Antonio Moles Caubet, Isaías Medina Angarita, Tulio Chiossone, y los brevísimos apuntes o pinceladas de José Antonio Calcaño, Francisco Manuel Mármol, Víctor M. Álvarez, Francisco Herrera Luque, José Santiago Núñez Aristimuño, Carlos Pérez de la Cova. Vista la lista de personajes históricos en el orden político, es evidente que Polanco Alcántara se propuso biografiar a los principales y concluyó su proyecto. Del siglo XIX los sustanciales están (Miranda, Bolívar, Páez y Guzmán Blanco), del XX casi todos los que le interesaban. Por otra parte, el propio biógrafo advierte que entre sus investigaciones, sólo una se centró en una mujer: Isabel, la Católica. Así lo refiere cuando señala que después de leer Aproximación a la feminidad de su amigo el psiquiatra Fernando Rísquez, cae en cuenta de esta ausencia. En su descargo hay que señalar que la totalidad de sus biografiados son hombres públicos y, como se sabe, la mujer llegó a ser un sujeto político en Venezuela a partir de la Constitución Nacional de 1947, que consagró la universalidad del voto.
Concluyo con extractos de una carta que dejó Don Tomás a sus hijos. Suscribo íntegramente lo que dice y los hago míos: "No le guarden rencor a nadie. No odien a nadie. Esos sentimientos hacen mucho daño a quien los experimenta... no discriminen a nadie por su raza, su nacionalidad, su idioma, sus costumbres, el color de su piel. Por nada. La discriminación es una forma cruel de dañar a gente inocente. Por eso es abominable... Contribuyan a que el nuestro sea un país donde exista libertad, tolerancia, progreso. Cada uno debe hacer lo suyo sin creerse redentor de la patria...".

sábado, febrero 13, 2010

"El pasado tiene su lugar" (entrevista a Ana Teresa Torres)

Transcribimos esta excelente entrevista publicada hoy.

EL NACIONAL - Sábado 13 de Febrero de 2010 Papel Literario/4

"El pasado tiene su lugar" Ana Teresa Torres (Caracas, 1945) es narradora y ensayista. También es Miembro de Número de la Academia de la Lengua. Ha publicado, entre otras, las novelas Doña Inés contra el olvido (1992), Malena de cinco mundos (2000), Los últimos espectadores del acorazado Potemkin (1999) y El corazón del otro (2004). En esta edición se ofrece a los lectores una conversación con la autora a propósito de su reciente título La herencia de la tribu. Del mito de la Independencia a la Revolución Bolivariana


DIAJANIDA HERNÁNDEZ G. Y VIRGINIA RIQUELME (FOTOGRAFIA: BELINDA UZCATEGUI)

¿Cómo fue el proceso de escritura e investigación para llegar a La herencia de la tribu ?
El proceso comenzó hace diez años, cuando se produjo en Venezuela una situación que considero inédita, que cambió las reglas del juego político que estaban funcionando y se produjo un fenómeno que ha sido trascendental para todos los venezolanos; un fenómeno que produjo un gran impacto social, político, histórico en Venezuela.
Entonces me vi llevada a observar ese fenómeno. Cuando digo observar me refiero a leer artículos, pero básicamente digo que el libro es el producto de diez años de televidente, de observar en televisión cómo se ha ido desarrollando el discurso político, porque no me meto dentro de lo que sería el análisis de las políticas del gobierno sino exclusivamente en el discurso político. Por otra parte comencé a escribir sobre el tema en 1999 y 2000 en una columna que tenía con cierta frecuencia en un diario y también escribía para jornadas y seminarios sobre el tema; claro, la idea de articularlo como un libro sí vino mucho después, quizás en 2008. Todo esto me llevo a revisar los temas de los mitos fundacionales venezolanos y a buscar bibliografía sobre ese punto, que resultó bastante fácil porque en los últimos años se ha escrito mucho sobre Bolívar y la Independencia. Luego vino una segunda parte que no estaba en mis propósitos originalmente pero que me pareció que estaba relacionada: el tema de los proyectos de modernización que ocurren en Venezuela en los años treinta y cuarenta que están vinculados con la expansión petrolera y los años de la democracia representativa; allí utilicé de nuevo el mismo proceso de buscar bibliografía sobre el particular y organizarla vinculada con el discurso político que es lo que me interesa. La última parte son básicamente discursos --alocuciones presidenciales en su gran mayoría-- donde trato de demostrar que ese discurso político está construido con unas ciertas claves, pero que está permanentemente referenciado por los discursos anteriores que tienen que ver con los mitos fundacionales. Es decir, que ese discurso de la Revolución Bolivariana crea una ficción política, pero que no es una ficción política que surge de la nada. Me parece muy importante resaltar este punto porque a veces dentro de la cantidad de información y de eventos que han ocurrido en estos años pareciera que fue algo que surgió de no se sabe dónde; pues no, esto está íntimamente relacionado con el pensamiento y el imaginario venezolano y con los mitos de la fundación de la nación. Esto es lo que trato de demostrar con la bibliografía: mostrando los textos y las situaciones sobre el estudio del pasado con el presente. Esa es la historia del libro y de los insumos, que son dos: la bibliografía y mi propia interpretación de los discursos políticos actuales.
¿Cree que esta etapa que comenzamos a vivir desde 1999 ha estimulado la revisión de la memoria histórica y heroica que están instaladas en el colectivo venezolano?
Sí, claro. Por eso comentaba que en los últimos años ha surgido una bibliografía bastante extensa sobre el particular. Pero, efectivamente, hay muchos estudios y publicaciones, básicamente por el lado de los historiadores. En mi bibliografía recojo fuentes historiográficas, pero no únicamente, porque creo que el fenómeno no es solamente historiográfico, creo que están las fuentes de la antropología social, que ha sido mucho menos tomadas en cuenta, de la psicología social y referentes generales de la cultura que se pueden ver en las artes plásticas o en la literatura. Pero, ciertamente, se ha publicado bastante sobre este tema, un tema que estaba de cierta forma dormido, es decir, no era un tema necesario (yo diría afortunadamente) porque durante el sistema democrático el imaginario tenía otros referentes y esto estaba subterráneo, no había la necesidad de estar revisando algo que estaba en el imaginario venezolano, que no estaba en la superficie, que no tenía una manifestación política interesante. El fenómeno es que eso que estaba subterráneo no solamente aflora sino que aflora en forma de propuesta política. Eso es lo que considero inédito. Todos esos mitos que están ahí, dando vueltas en el trasfondo de la sensibilidad venezolana, de pronto quedan afuera, se transforman en una propuesta política y esa propuesta hace contacto con mucha gente y hace mucho contacto precisamente porque estaba adentro, porque tiene que ver con la gente. La intensidad de la propuesta está vinculada a que está dentro de la historia y sobre todo dentro de la sensibilidad más o menos consciente de los venezolanos.
En el libro se plantea que la memoria del venezolano es esencialmente heroica y no civil. ¿Cree que ese proceso de revisitar el pasado y rescatar nuestra memoria civil nos ayudaría como colectivo? No lo sé. No podría contestar, pero esperaría que sí. Creo que sería interesante que la sociedad venezolana pudiera darse cuenta de que esa mitología no la ha inventado el presidente Hugo Chávez, no son su producto, él lo ha tomado de la sensibilidad venezolana, estaba allí; de forma tal que todos esos mitos fundacionales y lo que se desprende de ellos estaba antes, está ahora y estará después. Lo que quiero decir con esto es que la sociedad venezolana debería aprender la lección de que hacer propuestas políticas con unos mitos fundacionales que tienen dos siglos es un problema y que es necesario revisar nuestros discursos públicos y nuestros valores y construir una memoria civil, que existe. Es decir, existen los elementos, lo que no está es construida como relato. Hay una gesta civil y una gestación civil del país, pero eso siempre ha estado en un segundo nivel.
¿Cree que si se tomara en cuenta el discurso civil, la mirada hacia el futuro dejaría de ser utópica?
Por lo menos se rebajaría el tono utópico. La cuestión utópica está vinculada con el mito del pasado porque viene de la misma raíz. Toda la Independencia de Venezuela se empieza a construir con una visión utópica de producir la independencia de toda América, lo que llaman el sueño del Libertador. Ese sueño fracasa, fracasa porque era una utopía, precisamente, y parte del mito es cargar con ese fracaso y cargar con un héroe fracasado que es un problema muy grave, porque es una tarea que no se cumplió y como no se cumplió permanece, entonces resulta que nosotros tenemos que seguir haciendo esa empresa continental.
Todo esto te aparta del presente inmediato y del futuro a mediano plazo, del futuro realizable; frente a esas metas inmensas y extraordinarias e históricas la construcción a mediano plazo, lo que se llama en otros países la previsión (cómo prever los problemas que va a tener la sociedad, cómo buscar las soluciones no después de que ocurre el problema sino 10 o 15 años antes de que ocurra) es muy difícil en Venezuela y no ahora, siempre lo ha sido: una visión donde siempre va a haber un proyecto, todo va a ser fantástico, ¿y mañana? Siempre pensamos cosas muy grandes y eso ha producido mucha impotencia en el venezolano que en el fondo se siente muy desvalorizado cuando compara sus realizaciones con otros países y se siente en desventaja, vemos que hemos sobrevivido porque tenemos una enorme fuente de riqueza que ha permitido tapar huecos una y otra vez. Pero el punto importante es la sensación de frustración del venezolano al ver que las metas comunes de la sociedad no se logran, que van cambiando, que siempre se va a volver a empezar, que nunca es un puente sino un elevado. Para que esto no fuera así tendrías que hacer una revisión de la mirada de la sociedad hacia la construcción no de utopías sino de las necesidades de una sociedad determinada. Creo que esa es una tarea pendiente.
¿Un estado ideal sería incorporar el pasado mas no revivirlo?
Claro, el pasado tiene su lugar. Todos las naciones tienen mitos de fundación, pero hay que darles su sitio y su sitio es hace 200 años. Una de las ideas más absurdas, que no es, repito, del presidente Chávez, sino que ha estado constantemente en el discurso es que el pensamiento de Bolívar pronostica el futuro. ¿Cómo puede funcionar el pensamiento de alguien de hace 200 años con las transformaciones de hoy? Se le dio una condición oracular: en su pensamiento estaba todo el destino de América y, desde luego, de Venezuela. Eso no es darle su lugar, su lugar está en lo que se creó y se gestó en el pasado, que fue el nacimiento de una república y no sólo de una república sino de las repúblicas americanas y de la ruptura del orden monárquico occidental; eso no se puede tocar, pero de allí a que yo vaya al siglo XXII pensando que ahí voy a encontrar las claves de lo que le ocurre a la sociedad es una cuestión meramente religiosa y ese sería otro tema interesante para revisar.
Del libro se extraen varias conclusiones. Por ejemplo, ese sino trágico y contradictorio que tiene el venezolano: se libertaron varios países de América a cambio de la destrucción del país; y cargamos una memoria heroica mas no civil. Uno se pregunta si en el fondo el venezolano es un ser profundamente nostálgico y no lo asumimos. Es que se produce una nostalgia si te están diciendo, generación tras generación, que lo más importante de tu historia como país está en el pasado; te están obligando a la mirada nostálgica, no porque tú como persona seas nostálgica ni porque la sociedad sea nostálgica. Creo que allí tienen un gran papel los textos escolares, porque estas son cosas que empiezan en primer grado y ahí te van sembrando una idea. Si te están diciendo que lo más importante que ha pasado en tu país ocurrió en 1810, te obligan a la nostalgia. Y no sólo a la nostalgia, sino a cierta forma de fracaso porque como no puedes volver a 1810 todo lo que vayas a hacer en adelante empieza a ser irrelevante en comparación con 1810. Ahí hay un problema que ahora podemos ver con claridad, estoy segura que cuando esto comenzó se pensó que era muy importante en ese momento para la articulación de la sociedad venezolana, que era muy fragmentaria, no creo que se pudo pensar que el efecto terminaría siendo el que ha sido. Ahora sí sería una responsabilidad importante tratar de pensar que no necesitamos un nuevo Mesías ni necesitamos tomar la palabra de Bolívar, ahora sí tendríamos razones para decir esto no ha sido tan positivo.
Por otro lado, se me olvidó antes mencionar que parte de esos mitos fundacionales que nos diferencian de otros países de América Latina es el mesianismo militar. En Venezuela, a fin de cuentas, en toda su historia republicana podemos hablar de unos cincuenta años civiles, lo demás es historia militar y esa es una diferencia con otros país de América Latina, porque el ejército venezolano es descendiente del ejército del Libertador, forjador de libertades. No es el ejército represor o temido de otros países, no, es un ejército que hereda las glorias del Libertador, ¿Qué hace eso? Hace que muchas personas tengan nostalgia de algo que no ha ocurrido, que un militar puede ser más oportuno para gobernar porque es más honesto, porque es más ordenado; tiene una serie de atributos que no tienen nada que ver con la realidad, pero que están, independientemente de que la persona pueda tener una orientación a la derecha o a la izquierda, es como una sensación de que los militares resuelven las cosas. Pienso que esta experiencia puede ser útil para medir que no siempre los militares pueden resolver las cosas y que los civiles, por el contrario, tienen mucho que aportar en todas las áreas.
Con la lectura se nos ocurría pensar que otra de las tareas que tenemos pendientes es vernos en los testimonios de los protagonistas de esa historia, en lugar del relato que se ha cimentado desde el poder, para construir un relato distinto al "oficial". Claro, porque finalmente la historia siempre es un relato. Toda historia es un relato. Es una versión que se escribe sobre unos hechos y quien la escribe pudo ser testigo o no. Es una versión y dentro de esa versión, por supuesto, las orientaciones políticas juegan un papel. Pero me parece interesante esa idea que plantean que sería contrastar, en la medida que es posible, los relatos civiles que tenemos que ofrecer. Creo que además es muy fácil porque hay un gran vacío. Es decir, fácil en el sentido de que no hay mucho temor de repetirse, hay un gran vacío de información para el ciudadano común de algunas personas o agrupaciones que han desarrollado obras importantísimas a lo largo de la historia de Venezuela; empezando por la Independencia que es en principio una gestación civil. Yo estoy ahorita, por ejemplo, escribiendo una biografía sobre Lía Imber de Coronil y al construir la historia sobre ella --es la primera médica venezolana y trabajó en la línea de la pediatría social-- voy encontrándome con las figuras de médicos y de personas que trabajaron para crear toda la estructura sanitaria del país, eso es importantísimo, independientemente de que algunas instituciones fracasaran o no, hay que ver el esfuerzo enorme de cantidades de personas que construyeron la infraestructura de salud y así lo habrá en todas las área.