(Continuación del anterior artículo de Adriana Rivera)
El Instituto de Patrimonio Cultural actuó judicialmente.
La Fiscalía 1° de Ambiente, entonces a cargo de Alejandro Villarroel, solicitó allanamientos a las casas de los pescadores y de los compradores de las piezas. El cañón que tenía Barón fue recuperado. "Los pescadores lo sacaron para venderlo porque era de bronce y se los compré para preservarlo. En vez de agradecerme, me acusaron de apropiarme indebidamente de eso", señaló Barón vía telefónica, quien se negó a responder más preguntas. Entre las fotos que Brewer hizo a los cañones, hay una en la que se observan tres piezas. Pero el IPC recuperó sólo dos.
Es decir, el paradero de al menos uno de ellos es desconocido. Otras versiones indican que fueron escondidos y que ninguno de esos tres corresponde a los recuperados. La fiscal que ahora lleva el caso, María Afonso, prefirió no declarar. "La investigación continúa abierta", se excusó a través de funcionarios de prensa. La delegación venezolana en la Unesco y representantes del IPC se reunieron con Guérout, en Francia, a mediados de 2007. Le dieron fotos de los cañones para que hiciera la descripción. "Había voluntad de investigar, pero las cosas cambiaron. La Marina venezolana, que es muy poderosa, asumió el caso", señala Guérout.
En junio de 2007, el IPC contrató cuatro expertos cubanos para estudiar el pecio y conservar los cañones que, expuestos al oxígeno luego de cuatro siglos bajo el mar, pueden descomponerse. Contrataron a Chema como buzo para que los apoyara en la exploración y explicaron a la gente la importancia de las piezas. Hace más de un año, junto con el consejo comunal, se decidió crear el Museo Marítimo de La Sabana, en donde se exhibirían las piezas del naufragio. Debió empezar a funcionar hace meses, sin embargo, de ese proyecto sólo se ven las bases y una valla en la entrada del pueblo. "Confiamos en eso para crear más fuentes de empleo y poner a valer el turismo. Nos iban a formar como guías turísticos. Pero parece que no están los reales para terminarlo", señala Pérez.
Para cuidarse del saqueo, los pescadores han desarrollado un sistema de alarma. Cualquiera que vea una embarcación cerca del área, avisa a los demás. "Nos vamos en lanchas a ver qué quieren, quiénes son", dice el líder del consejo comunal. Pero su vecina Otilia es menos optimista: "El pueblo cuida mucho eso, pero a lo mejor alguien ya lo sacó mientras dormíamos. No sabemos en qué momento llega una fragata y se lo lleva".
"Puede haber más de un naufragio en el litoral"
El historiador Gerardo Vivas Pineda opina que en la zona probablemente zozobraron varias naves dedicadas al contrabando de mercancías
D urante la Colonia, Puerto Cabello y La Guaira fueron los puertos de mayor importancia en Venezuela. El pequeño pueblo de La Sabana, en Vargas, pudo haber sido un enclave de contrabando de mercancías en esa época, cuando el país estaba forzado a transar artículos con España y se veía franqueado por mercaderías holandesas, inglesas y francesas. Por eso, el historiador Gerardo Vivas Pineda cree que el pecio hallado en 2006 en esta localidad puede tratarse del resultado del naufragio de más de una nave en esa zona. Llega a esa conclusión porque se hallaron cañones de bronce de distintas épocas y fabricantes.
Dos de ellos uno de fundidor holandés y otro danés tienen 80 años de diferencia en su fecha de elaboración; sin contar con un tercero del que recibió fotos el arqueólogo francés Max Guérout. Por las gráficas, Guérout infirió que se trataba de un escudo portugués, pero no tiene seguridad. Están también otros cañones se desconoce cuántos extrajeron los pescadores que el Instituto de Patrimonio Cultural no pudo recuperar.
"Para mí, puede haber más de un naufragio en esa zona del litoral central. La empresa marítima durante la navegación a vela era la más poderosa y costosa del mundo. Por la carestía recurrían a un mismo proveedor. Los que se apartaban de esa modalidad eran los piratas, que asaltaban barcos. La gente tiende a creer en estas historias, pero lo que me dice la lógica histórica es que puede tratarse de varios barcos", señala Vivas Pineda. Si se trataba de marinos con poca experiencia en la navegación del Caribe especula pudieron encallar en La Sabana, al no saber lidiar con las corrientes. "En 1743 fracasó la toma de La Guaira organizada por los ingleses porque no pudieron manejar los vientos y zozobraron", ejemplifica.
Guérout explica que pueden encontrarse artillerías disímiles en una misma nave hundida porque eran de buena factura y tenían una larga vida útil a bordo. Halut, el fundidor holandés, por ejemplo, era uno de los más reconocidos del siglo XVI. Los habitantes de La Sabana, por su parte, hablan de un barco pirata que zozobró o de alguna batalla entre españoles y corsarios, incluso hay quien menciona a las tropas independentistas. "Yo creo que fue un solo barco que naufragó ahí, cerca de la orilla. Los cañones están todos juntos, como si un camión los hubiera vaciado", dice Luis Cartaya, pescador que ha buceado en el área.
La venezolana Beatriz Sogbe, tasadora de obras de arte, dice que observó uno de los cañones extraídos. En las investigaciones para hacer el avalúo de la pieza, recurrió a archivos históricos europeos. "Allí me enteré de que los cañones originales eran para barcos de bucaneros. Esos cañones tan bellos y elaborados se consideraban botines de guerra en el mar. Probablemente, provenían de un barco pirata, porque si hubiera sido un bucanero todos los cañones serían iguales. Las piezas no tenían bandera del reino, así que puede que pertenecieran a saqueos diferentes que trasladaban en el barco".
Sin embargo, la tesis de la multiplicidad de naufragios parece cobrar fuerza. El 2 de julio de 2008, el semanario Todos Adentro , que edita el Mi- nisterio de Cultura, publicó declaraciones de Adrián Paz, antropólogo cubano contratado por el IPC para estudiar el naufragio de La Sabana, en las que asomó la posibilidad de que haya más piezas arqueológicas sumergidas en el área, por el intenso tránsito marítimo que pudo tener hace cuatro o cinco siglos. "Se encontró en días pasados un ancla de la época colonial que no está vinculada a las piezas anteriores. Por ello, ahora hay que realizar un trabajo de investigación para empezar a buscar algunos hundimientos que hayan sido registrados en épocas pasadas y hacer todo un levantamiento de ello, para ver cuáles pueden ser los posibles buques que se encuentren en esta zona", dijo.
El hecho de que algunos de los cañones sean de origen holandés no toma por sorpresa a Vivas Pineda. Las costas venezolanas, advierte, fueron descuidadas por el imperio español, que ponía más atención en las rutas marítimas de México, Perú o Cartagena, desde donde se trasladaban piedras y metales preciosos. Las provincias venezolanas, de vocación agrícola, pasaban a un segundo plano. "Para ellos era un mar con poco valor estratégico. Por eso se pierden las Antillas Holandesas y Trinidad. Los holandeses tomaron islas y las utilizaron para hacer contrabando con la costa venezolana. Debe haber muchos pecios holandeses en el país", afirma.
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Mil gracias!
ResponderBorrarrecientemente se han avistado dos cañones y un ancla. estan totalmente cubiertos de corales y cerca de un arrecife. queremos conservarlos donde y como están para que sea un atractivo turístico de la zona. que debemos hacer? no queremos que ni la armada ni los "expertos" cubanos se los lleven... 0416-6464793
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