miércoles, junio 26, 2019

¿Qué han aprendido los jóvenes en 20 años de chavismo? (mi artículo de los miércoles en "El Nacional")


Resultado de imagen para reloj ucv¿Qué han aprendido los jóvenes en 20 años de chavismo?

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

El régimen chavista (1999-2019) si de algo siempre careció fue del apoyo de las juventudes. Un buen ejemplo es su permanente derrota en las elecciones estudiantiles en la principal universidad del país: la Central de Venezuela (UCV). Y a pesar de su impresionante aparato propagandístico e ideologización de los niveles de educación preuniversitaria: la generación que solo ha conocido el chavismo en el poder los rechaza abrumadoramente. ¿Por qué? Imaginamos que por aquel principio universal y humano del natural repulsión hacia el mal, pero también por la socialización en valores democráticos realizada por sus padres y toda nuestra tradición de libertades, y claro está: la globalización. En este sentido hemos querido iniciar nuestro nuevo curso de historia de Venezuela explicando nuestro presente y a partir de allí buscar la cadena de hechos que lo generaron. Creo que es la mejor forma para interesar a los muchachos por la historia. Ella les servirá para comprender la realidad que hoy los oprime. Pero antes quisimos conocer su percepción del presente a través de una encuesta, la cual seguidamente le daremos los resultados junto a algunas conclusiones.  

La encuesta informal la realicé en la primera clase de Historia de Venezuela de los 2 de mis cursos de la principal universidad pública del país. Son 87 alumnos en total los que asistieron ese día a los cuales les consulté sobre cómo evaluaban estos 20 años de chavismo con las opciones de: muy buenos, buenos, más o menos, malo, pésimos. Ninguno lo consideró ni muy buenos ni buenos, solo 7 como más o menos, 20 como malos y 60 como pésimos. Es decir que menos del 10% podría ver algo relativamente positivo acompañado de lo malo. Pero lo que más me impresionó fueron sus respuestas ante las preguntas por las causas de estos 20 años y el aprendizaje de los mismos. Esta era la segunda pregunta y era libre pero pude clasificarlas y encontrar claras tendencias que se repetían.

En lo relativo a las causas la inmensa mayoría identifica a la ignorancia, la propaganda y el socialismo como los principales factores que hicieron posible la llegada al poder del chavismo y la realización de su programa. Algunos hablaron claramente del estatismo y el populismo, y de un líder carismático que los sedujo. Es decir, hay una percepción de engaño por parte de una ideología. La gente creyó en las palabras y promesas de Hugo Chávez (1954-2012) y al final el país no logró “el gobierno que brindara la mayor suma de felicidad posible al pueblo” sino a una pequeña camarilla.  Al señalar la ignorancia y ser estudiantes universitarios me sentí aliviado, porque era una importante muestra del valor que le dan a la formación para ser ciudadanos. En la tercer y última pregunta relacionada a los aprendizajes generados por la experiencia de lo vivido en estas dos décadas, prevaleció por encima de cualquier otra respuesta que “el socialismo no sirve”, que a la hora de votar se debe hacer con consciencia y a valorar el trabajo y la austeridad (“ahorrar para sobrevivir”). Por ninguna parte aparecieron los argumentos que da la propaganda oficialista: sanciones, “guerra económica”, “el imperialismo yanqui” y “la burguesía apátrida”.

Si estos resultados son una verdadera muestra de lo que piensan la mayoría de los jóvenes, dudo mucho que el régimen pueda sostenerse por largo tiempo. El problema está en la organización. Las encuestas formales desde hace tiempo identifican un creciente rechazo al gobierno de Nicolás Maduro que hoy está entre el 80 y el 90%. De allí la negativa del régimen por hacer elecciones libres con supervisión internacional y un nuevo Consejo Nacional Electoral electo según lo que dicta la Constitución. Pero mientras esas grandes mayorías no estén organizadas y el chavismo tenga los instrumentos del poder, la transición se demorará. ¿Hasta cuándo puede durar esta situación con el creciente deterioro social? No lo sé y creo que nadie lo sabe, pero si la juventud mantiene esta claridad no parece que sea por mucho tiempo.


miércoles, junio 19, 2019

"The Big Bang Theory": La mejor serie de comedia de todos los tiempos (mi artículo de los miércoles en El Nacional)


Resultado de imagen para the big bang theory serie primera temporadaLa mejor serie de comedia de todos los tiempos

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

Los venezolanos vivimos, especialmente desde 1998 para los que amamos la democracia y desde el 2013 para los que no estamos “enchufados”, en un estado de profundo estrés. Estamos al borde de la locura en la lucha permanente por sobrevivir. De allí la necesidad de un medio barato para relajarnos, para lograr distraernos por un rato en una “burbuja” de relativa paz. En este sentido las series de TV pueden resultar muy gratificantes y más si logran hacernos reír. Es por ello que he comenzado a ver, pero ahora de manera ordenada desde la primera hasta la última, la que considero la mejor serie de comedia de todos los tiempos: The Big Bang Theory (Chuck Lorre y Bill Prady, 2007-2019). En este momento vamos por la segunda temporada e iremos poco a poco comentando cada una de ellas, aunque queremos con esta primera crítica especificar la esencia de la misma y las razones por las cuales la considero la mejor.

La serie la descubrí podríamos decir que tarde. Creo que le puse realmente atención entre los años 2011 y 2012. Sus diálogos son muy inteligentes, hay una gran verosimilitud en cada uno ellos al estar apegados a los postulados de la ciencia, y esto la hace sumamente ilustrativa. No es solo mostrar a unos “nerds” y “geeks” que luchan contra su timidez para lograr conquistar chicas en medio de sus típicas pasiones: mentalidad científica, fascinación por las historias de fantasía y ciencia ficción, y la tecnología en general (primer argumento de la trama); sino también el desarrollo de la amistad con todo lo que implica el compartir, la aceptación de las diferencias y el apoyo en las debilidades y necesidades del otro. Es por este elemento tan humano que la serie se ha convertido en un verdadero clásico, por lo que ahora me propuse verlas de manera ordenada descubriendo para gran disfrute los capítulos que se me pasaron la primera vez que la descubrí.

Estos nerds (4 amigos) que son verdaderos “cerebros”: todos salvo Howard Wolowitz (Simon Helberg) poseen un doctorado (Howard posee una maestría) y trabajan en investigación por lo general en física en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) que queda en Pasadena. Sheldon Cooper (Jim Parsons) es el personaje central: un genio precoz que al igual que el Dr. Spock (Leonard Nimoy) de la serie Star Trek (Gene Roddenberry, 1966-hoy) va descubriendo poco a poco algo para la cual su gran inteligencia nunca lo había preparado: el sentido común y el aprendizaje de las relaciones sociales. Acá está la causa de los enredos que nos hacen reír: las situaciones absurdas que generan la personalidad metódica, disciplinada y extremadamente lógica de Sheldon. El colega y amigo que vive con Sheldon es Leonard Hofstadter (Johnny Galecki), y de los cuatro se puede decir que es el más normal. Leonard se enamorará de la nueva vecina que llega al apartamento que tienen en frente: una hermosa chica llamada Penny (Kaley Cuoco). Penny perturbará todas las “rutinas nerds” de los cuatro amigos, de los cuales nos faltó hablar de Raj Koothrapali (Kunal Nayyar), un astrofísico hindú de la India que inicialmente no puede hablar con las mujeres a menos que tome algo de alcohol.

La primera temporada se centra, no solo en presentarnos los personajes, sino en la evolución de Leonard hasta lograr la primera cita (“date”) con Penny. De esta forma se nos muestra el segundo gran argumento de la trama de la serie: la transformación de las personalidades de Penny y Leonard hasta lograr enamorarse profundamente complementándose en medio de sus diferencias. Esta es la parte romántica, del típico “chica conoce chica, chico y chica se separan para que finalmente terminan juntos”. Sabemos que esto ocurrirá pero después de hacernos sufrir por muchas temporadas. Penny, la cual descubre el valor de los nerds y con su trato ella se va haciendo más perspicaz y anhelante de conocimiento sin tener para ello salir a obtener un postgrado. Se puede decir que la serie en este sentido se hace quijotesca. Penny poco a poco va fastidiándose de las parejas con las que acostumbraba salir (atractivos, fuertes pero vacíos) encontrando en Leonard mayores virtudes aunque en esta primera temporada no termina de aceptarlo.

¿Por qué la considero la mejor comedia de la TV? Porque es humana, porque sus personajes no son seres extremadamente egoístas como los de la cínica Seinfeld (Larry David y Jerry Seinfeld, 1989-1998) ni posee actitudes acartonadas que forzan la realidad como todas las que vi de niño y adolescente (las que pasaban a finales de los setenta y los ochenta) siendo un buen heredero de ella los extremadamente tontos de Friends (David Crane y Marta Kauffman, 1994-2004). Y no lo voy a negar, me ha encantado porque yo soy un nerd aunque de las ciencias sociales: humilde y suertudo como Leonard.

viernes, junio 14, 2019

La Fundación Polar publica "Historia de Venezuela en Imagénes Dígital", coordinada y arbitrada por la profesora Inés Quintero.

Acá pueden consultarla. 
Agradecido siempre a Empresas Polar por su labor venezolanista y de conservación de nuestra memoria histórica. 

jueves, junio 13, 2019

Miércoles 19 de junio de 2019, 4:00 PM-6:00 PM:EL COLAPSO DE UNA DEMOCRACIA: VENEZUELA, 1979-1999´


EL COLAPSO DE UNA DEMOCRACIA:
VENEZUELA, 1979-1999´
Centro de Estudios Políticos y de Gobierno UCAB, Centro Javier, (al lado del CC San Ignacio), La Castellana.
Miércoles 19 de junio de 2019, 4:00 PM-6:00 PM

Muchos venezolanos sienten que su país cambió abruptamente en 1999.  Aunque eso es así en muchas cosas, el colapso del sistema democrático de Puntofijo, y la sucesiva desdemocratización experimentada en los últimos veinte años, no surgieron de la nada. Es un proceso que venía anunciándose desde finales de la década de 1970, y que en no pocos casos fue buscado deliberadamente.  Nada de lo ocurrido era inevitable, pero por una razón u otra no hubo la capacidad o la voluntad de tomar las medidas necesarias para revertirlo.  Entender por qué ha ocurrido todo eso, en especial las razones por las que los venezolanos optaron por ese camino, al menos un sector mayoritario, es el objetivo del proyecto de investigación cuyos primeros avances se presentan en este foro.

Guillermo T. Aveledo Coll: “Pensamiento anti-sistema 1970-2000: teóricos contra la democracia venezolana”.

Richard López: “La izquierda anti-sistema y sus nuevos métodos: los movimientos sociales después de la derrota guerrillera”.

José Francisco Juárez: “Ni tan demócratas, ni tan ciudadanos: el fracaso del sistema educativo”.

José Luis Da Silva: “Una ética sin virtudes, o de cuando la práctica contradice los principios”.

Carlos Izzo: “La modernidad incómoda.  Los valores de la sociedad venezolana en las décadas de 1970 a 1990”.

Moderador:  Tomás Straka

Entrada libre.  ¡Los esperamos!

miércoles, junio 12, 2019

A propósito del cambio de nombre del estado Vargas (mi columna de los miércoles en El Nacional)


Resultado de imagen para el mundo es del hombre justo edificio josé maría vargasA propósito del cambio de nombre del estado Vargas

Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

En la pequeña comunidad de historiadores con la cual tengo un contacto permanente vía redes sociales y espacios de las universidades, el cambio de nombre del estado Vargas ha sido motivo de preocupación. Muy pocos han señalado que sea algo baladí o un “pote de humo” más. En general se ha tendido a considerar como un nuevo ataque al civilismo para seguir consolidando el culto a los héroes guerreros y a todo lo referente a una cultura política personalista. Es todo lo contrario al republicanismo y a los valores libertarios. No es mi pretensión señalar las diversas visiones y argumentos de dicha comunidad, considero que un buen análisis ya lo realizó el amigo y colega Jesús Piñero en su artículo para Prodavinci: “Vargas ya no es epónimo del Litoral Central” (10-VI-2019), sino enumerar un conjunto de razones que en mi perspectiva explican el cambio y plantear la actitud ante la misma.

El régimen ha usado como argumento la reivindicación de la identidad indígena lo cual ya el historiador Tomás Straka advirtió que es algo a medias, debido a que el vocablo “Guaira” es una interpretación española que está todavía en discusión (ver artículo de Jesús Piñero). El cambio responde a la forma de operar que “sembró” Hugo Chávez en el proceso de desmontaje del sistema democrático y las intenciones totalitarias que son el corazón del proyecto conocido como el “Socialismo del siglo XXI”. No podemos olvidar que el modelo a emular es la Cuba castrista que a su vez imitó el sistema soviético. La lógica de la acción política chavista es lo que el pueblo describe con la frase: “¡porque me da la gana!” Lo puedo hacer porque nadie se opone y si se opone para eso están todos los medios represivos del Estado, que en socialismo son todos: desde la fuerza y la criminalización del opositor, pasando por el castigo económico y destrucción de tu honor. Es el personalismo político llevado a su máxima expresión: el simple capricho de los mandones. Pero también está la razón totalitaria: el vaciamiento del significado de las palabras y los nombres de las cosas, que es el paso fundamental para destruir la verdad. El Estado es el único que puede establecerlo y éste genera tantos cambios que al final todo dependerá de lo que diga el líder supremo.

Las otras razones están ligadas con las dos que he citado. No hay identidad salvo la que establece la ideología del poder, por lo tanto las viejas identidades deben ser destruidas y olvidadas. Todo totalitarismo necesita de los llamados “años cero”, momentos en los que supuestamente renacen las sociedades. Todo el pasado está ligado de algún modo con los “pecados” del sistema capitalista, por ello hay que realizar tabula rasa o “volver” a la edad precapitalista: en nuestro caso sería la “Venezuela indígena”. Otro aspecto relativo al modus operandi chavista puede estar relacionado con lo que implicará el cambio de nombre: papelería, vallas, etc. Y está todo lo que significa el doctor José María Vargas (1786-1854) y que el amigo e historiador numerario de nuestra Academia de la Historia: Don Tomás Straka, ha descrito perfectamente con las siguientes palabras: “No es un ataque contra Vargas, lo es contra lo que representa: el trabajo, la educación, los valores liberales y la civilidad.” Era el único estado con el nombre de un héroe civil, sin duda era un escándalo para los que reducen nuestra historia a la violencia porque nacieron en ella y siguen mandando a través de ella.

¿Qué hacer? No banalizarlo considerándolo una “discusión bizantina”. Alzando nuestra voz y protestar reivindicando nuestra identidad venezolana y democrática como tantos han hecho con otros cambios de nombre. Buen ejemplo de ello es como los caraqueños siguen llamando a su montaña: El Ávila y a su principal parque: el Parque del Este. El nombre de Vargas tiene más de 150 años relacionado con el Litoral Central. Está bien arraigado y ahora lo será más que nunca como una muestra de rebeldía. Es un buen momento para recordar sus valores y fe republicana al afirmar como Presidente de la Nación frente al golpista (el oficial Pedro Carujo, 1801-1836) que fue a apresarlo: “El mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”.

martes, junio 11, 2019

Hasta el 21 de junio estarán abiertas las preinscripciones para cursar los postgrados de historia de la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas).

Don Tomás Straka nos informa: 


Es un gusto informar que hasta el 21 de junio estarán abiertas las preinscripciones para cursar los postgrados de historia de la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas).

Avanzando en la restructuración que ha venido implementándose en los mismos, de cara a hacerlos más prácticos y funcionales para los alumnos, de facilitar la redacción de la tesis y sobre todo la prosecución al nivel más alto, el Doctorado, en esta ocasión se ha iniciado el proceso de preinscripción sólo para este programa.  Con el nuevo modelo, la Maestría de Historia de las Américas pasa a ser una salidaintermedia del programa doctoral.  Por lo tanto:

-Pueden preinscribirse en el Doctorado profesionales con título de Licenciados o equivalente.  

-Los mismos, una vez que aprueben las 22 Unidades de Crédito del Ciclo de Formación Especializada (por favor, véase documento adjunto) podrán optar al Certificado de Estudios Avanzados en Investigación Histórica. 

-Si, por el contrario, optan por la Maestría de Historia de las Américas como salida intermedia, sólo deben solicitar un cambio de nivel,  aprobar otras seis unidades de créditos y presentar una tesis.

-Si desean avanzar al ciclo doctoral, no tienen más que quedarse en el programa, aprobar los seminarios doctorales (dos semestres) y desarrollar su tesis.

-Hay acompañamiento en la redacción de la tesis doctoral.  De hecho, deben inscribir el Seminario de Tesis y tres "Prácticos", en los que, de la mano del tutor, deberán ir presentando avances del trabajo en dos semestres más.

-Los que posean una Maestría en Historia, entrarán directamente al Ciclo Doctoral. 


Cualquier información, pueden solicitarla a: tstraka@ucab.edu.ve

Tomás Straka
P.D.
Aquellos que no posean una Licenciatura en Historia, deben hacer un curso de nivelación, que otorgará un Diploma de Ampliación en Investigación Histórica.


miércoles, junio 05, 2019

“Chernobyl”: una serie para la historia (mi columna de los miércoles en El Nacional)


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Carlos Balladares Castillo

Publicado en El Nacional

“¿Cuánto cuestan las mentiras? No es que vayamos a confundirlas con verdades. El peligro es escuchar tantas que no reconozcamos la verdad.” Con esta frase se inicia la magnífica serie de los canales HBO y SKY: “Chernobyl” (2019), creada por Craig Mazin, dirigida por Johan Renck, y protagonizada por Jared Harris, Stellan Skarsgard y Emely Watson, entre otros. La misma trata de aquello con lo cual dicho nombre solo puede relacionarse desde 1986: el mayor accidente en la historia de un reactor nuclear que generó una radioactividad mayor a 200 bombas atómicas similares a las lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. La importancia del hecho es tal que la premio Nobel de Literatura: Svetlana Alekxiévich (1948) lo califica como el acontecimiento más importante del siglo XX (su texto Voces de Chernobyl (1997) es una de las principales fuentes usadas). Es por ello que había que contarlo con gran detalle y de una forma atractiva para que las nuevas generaciones lo comprendieran, logrando que no olvidemos la lección. Considero que por la calidad cinematográfica de la misma lo ha logrado. De mi parte tiene el mayor puntaje.

La frase con la que comienza nos ofrece la idea fundamental que se desarrolla a lo largo de la serie: la verdad es la primera víctima en los sistemas totalitarios y esta es asesinada en una avalancha de propaganda, ideología, falsos valores y terror. Incluso terminamos pensando que éste hecho resulta mucho peor que el accidente nuclear en sí mismo, por lo cual uno de los héroes (realmente heroína que es el único personaje de ficción con el cual se quiso reconocer a los científicos) llega a decir: “Aunque nos maten ¡alguien tiene que decir la verdad!” Todo es negación; porque la Revolución, el hombre nuevo y la sociedad perfecta socialista no pueden fracasar y en ella no ocurren grandes accidentes. Pero también la realidad se diluye en la burocracia, en la gerontocracia y en los lentos procesos de un Estado gigante. De esta forma no existían planes de evacuación para las poblaciones cercanas, nadie sabía de los peligros a los que estaban expuestos, y cuando se advierte que el reactor ha explotado y el núcleo está estaba descubierto nunca se cree. Las consecuencias letales se agravan por la demora en reconocer la magnitud del problema.

La trama, las imágenes y los personajes nos van sumergiendo en un ambiente apocalíptico ¡pero que fue real! Y lo peor de todo es que el reactor sigue “vivo” hoy en día pero sepultado bajo “sarcófagos” que intentan detener su radioactividad. El relato es narrado de manera cronológica en un “crescendo” de desastre y sufrimiento, que pudo ser peor de no ser por la acción oportuna de algunos científicos; y por el sacrificio de más de 600 mil “liquidadores” que trabajaron para limpiar las zonas más afectadas por la radiación. La inmensa mayoría de ellos sufren hoy los efectos de haber estado allí. La serie nos pone en los zapatos de todos ellos y nos hace admirarlos. El crimen de los utópicos burócratas del socialismo real que mancha las naciones que conformaban la Unión Soviética, es “limpiado” por la nobleza de todos estos héroes que dieron sus vidas (años que le restaban) para proteger a la humanidad.

La perfecta recreación del accidente de Chernobyl por la serie, nos hace pensar en la historia más allá de la errada idea de verla como estudio exclusivo del pasado (año 1986 nada más). La amenaza nuclear y totalitaria siguen estando presentes, aunque gracias a Dios son contados los países que poseen dichos proyectos. Nosotros los venezolanos somos uno de ellos para vergüenza del mundo y de nuestra tradición democrática, de modo que cada episodio nos resulta familiar en muchos aspectos. Y la tragedia es también historia del futuro porque nos sigue diciendo cómo sería la vida si ocurriera una guerra atómica o un accidente en un reactor. El excelente trabajo de documentación historiográfica que llevó a cabo Craig Mazin se refleja en todo lo que vemos, animando a la reflexión. Es en sí una obra de terror que nos genera más miedo por su profunda realidad.

Los profesores de historia y ciencias sociales que usamos las películas y series como apoyo al proceso de aprendizaje, teníamos hasta hoy en día solo el cine pura ficción para mostrar el peligro que representó - especialmente en la Guerra Fría – un conflicto atómico. Ahora con Chernobyl tenemos una reconstrucción lo más cercana a la realidad de sus terribles efectos, que agrega además la otra gran amenaza nacida en el siglo XX: el totalitarismo. Desde acá mi recomendación y reconocimiento.


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