Me cuenta un amigo que este sábado disfrutaba del partido de las eliminatorias del Mundial de Fútbol Camerún-Dinamarca, cuando la pantalla quedó a oscuras, este cambió los canales con desesperación y todos estaban en iguales condiciones. No le quedó otra que verlo en el canal oficialista TVES, para observar cuando el juego finalizó, que los comentaristas estaban rodeados del color rojo y el logo de la celebración bicentenaria que ha colocado el Estado en su propaganda, me refiero al famoso caballito similar al de la botella de ron de marca Pampero mejor conocido como “caballito frenado”. El Estado no permite que nada que tenga que ver con él deje de estar impregnado de la ideología del partido de gobierno, es decir, del chavismo. Me cuenta que luego cambió al canal ocho – que es del Estado y no público como supuestamente es TVES – y le mareó la cantidad de propaganda. Para el chavismo todo es política.
Esta simple observación de mi amigo, me ha hecho recordar lo que muchos, incluyendo el recientemente fallecido José Saramago, han descrito como el principal rasgo del chavismo: sus pretensiones totalitarias. Y para un régimen con esta característica todo es política, nada puede dejar de reflejar la ideología del Estado. Si el Estado brinda un servicio nos recuerda un principio del partido de gobierno, si posee una oficina nos presenta un retrato del máximo líder, si un funcionario público se viste es del color (ya saben cual), si este funcionario habla debe hacerlo con el lenguaje establecido y dando loas al Presidente. No podemos pensar en un servicio público, en deporte, en tantas cosas que no son ideología. Eso es impensable.
Profeballa
Es verdad y no es que este gobierno tenga "impulsos totalitarios" sino que ya lo es del todo. Como bien explica Francisco Plaza "La literatura sobre el totalitarismo se apoya en la experiencia histórica para demostrar que el terror totalitario aparece en regímenes completamente consolidados y se hace más feroz cuando ya ha logrado suprimir prácticamente toda voz disidente. Es incorrecto, por tanto, definir al terror como el elemento clave en la transición hacia el totalitarismo. Por el contrario, sólo lo que ya es totalitario es capaz de generar el terror propio de su naturaleza como forma de pensamiento y acción política. En palabras más claras, los regímenes totalitarios no comienzan desde el terror, sino desembocan o terminan en él. A la luz de esta realidad, incluso las expresiones “régimen de vocación totalitaria” o “régimen con impulso totalitario” no tienen mucho sentido. Estas expresiones son análogas a decir que una persona diagnosticada con un cáncer en sus primeros estadios padece de una enfermedad con “impulso canceroso”, que sólo podrá catalogarse como propiamente “cáncer” luego de haber hecho metástasis y manifestados los signos más avanzados y dolorosos de la enfermedad"
ResponderBorrarGRacias por el comentario!!.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con el profesor Plaza en el sentido que ciertamente los totalitarismos desembocan en el terror, aunque creo que nacen por el terror y la ideología totalitaria. No estoy de acuerdo en el ejemplo del cáncer, porque yo no creo que vivamos hoy en un totalitarismo, pero sí creo que se esté construyendo. Si estuviéramos en el totalitarismos no podríamos tener esta conversa de forma pública. El totalitarismo como dije en la crónica, siguiendo a Hannah Arendt es que toda actividad que realiza el gobernado está medida por el Estado-Partido, no hay forma de desarrollar vínculos privados. Todo es política, todo es Estado, todo es ideología, todo es el GRan Líder.
Aunque entiendo la intención de Plaza: no caer en las medias tintas del "ya casi", es decir, despertar al peligro de los totalitarismos desde sus inicios.
Un abrazo
PD: propósito, comentarte siempre tu blog ya que lo tengo en google reader.