Maravillosa experiencia el vivir cada mundial de fútbol, por ser el evento deportiva más famoso de la historia. No hay evento que logre mayor unidad del género humano, y todo gracias a dos espíritus: el deporte (juego limpio) y la globalización capitalista. Nadie puede negar el despliegue consumista, y todos los negocios que se dan en torno al mismo.
El mundial es el momento también para mostrarle a todas las naciones el potencial de un pueblo, en este caso el sudafricano. Es en cierta forma el logro de mayoría de edad, y por ello pudimos ver en su apertura un hermoso video que mostraba grandes obras de infraestructura.
En Sudáfrica se agrega un elemento especialísimo: nos muestra un país con una larga historia de odios (mucho más profundos que los existentes en Venezuela) que ha construido, gracias a la prédica y liderazgo de Mandela, la reconciliación. Es por ello que este mundial es un gran golpe para los intolerantes, y los que sólo piensan en venganzas y gobiernan con odios. Esta no es una fiesta para “necrófilos ideológicos”. ¡Viva el legado de Mandela!.
Profeballa
Reflexión de Teodoro Petkoff en el mismo espíritu ver acá.
Razón y sentido de las crónicas politológicas leer acá.
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