Los jóvenes entre 18 y 20 años son mis víctimas. Un poco más de 500 como ellos deben escucharme algunas horas a la semana (medio año o un año entero escolar). Ellos atienden a mi perspectiva de la historia, y mi visión política inevitablemente contrabandeada entre hechos, conceptos y teorías. Yo capto sus opiniones, y el silencio que predomina en la mayoría. Percibo un rechazo al gobierno, un cansancio a la actualidad política, un anhelo de escape. A pesar de ello, hay un interés por conocer los orígenes de su problematico y diario padecimiento. ¿Deseos de cambiar todo esto? Noto poco interés en ello. Hay un predominio de mundo privado, lo publico es un incómodo accidente diario que debe transitarse para ir de lo privado a lo privado.
Sobre el sentido e intenciones de estas crónicas ver acá.
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