El Cuarto Poder (extracto de dicho artículo, verlo completo acá)
Antonio Pasquali
Lunes, 20 de julio de 2009
La comunicación chavista, ideologizada hasta los tuétanos y confiada a incompetentes, es un cúmulo de ruinas.
Creó un redundante latifundio mediático: unos 90 periódicos y 40 televisoras, más de 200 emisoras radiales y 600 comunitarias, con Telesur de quinta columna ideológica continental. El encendido promedio de sus 2 principales canales, VTV y TVES es de un abismal 4,66%, la lectoría de sus periódicos no alcanza 3% y el share de las comunitarias es insignificante.
Pero su bluff más gigantesco son las tres mil horas del presidente-predicador Chávez calificado por algunos despistados de gran comunicador: en junio 2009 su promedio ponderado de sintonía fue de 2,18%.
Mientras el régimen acumulaba inútil poder de cobertura reforzado con esa violación de emisora ajena llamada cadena en un intento por saturar el espectro, la oposición se quedaba con toda la sintonía; un fracaso que el añadido de más emisoras usurpadas agigantará.
De ahí la rabiosa premura chavista por silenciar del todo el Cuarto Poder opositor: el big brother sabe que su mensaje ya no pasa, y se regala una San Bartolomé para refocilarse de su impotencia comunicacional.
El régimen jamás logrará acaparar el Cuarto Poder, una ablación sólo posible en países política y tecnológicamente emasculados como Cuba o Corea del Norte. Podrá fagocitar la radiotelevisión entera, la prensa y la red, pero seguirá sin audiencia.
La oposición emigrará a los samizdat y dazibao, al Protocolo Internet, a los blogs, a los indetectables proxys, Psiphon, o VPN. La última razzia de emisoras pudiera adelantar el efecto boomerang definido hace poco por un ilustre psiquiatra: la transmutación del miedo en rabia.
Creó un redundante latifundio mediático: unos 90 periódicos y 40 televisoras, más de 200 emisoras radiales y 600 comunitarias, con Telesur de quinta columna ideológica continental. El encendido promedio de sus 2 principales canales, VTV y TVES es de un abismal 4,66%, la lectoría de sus periódicos no alcanza 3% y el share de las comunitarias es insignificante.
Pero su bluff más gigantesco son las tres mil horas del presidente-predicador Chávez calificado por algunos despistados de gran comunicador: en junio 2009 su promedio ponderado de sintonía fue de 2,18%.
Mientras el régimen acumulaba inútil poder de cobertura reforzado con esa violación de emisora ajena llamada cadena en un intento por saturar el espectro, la oposición se quedaba con toda la sintonía; un fracaso que el añadido de más emisoras usurpadas agigantará.
De ahí la rabiosa premura chavista por silenciar del todo el Cuarto Poder opositor: el big brother sabe que su mensaje ya no pasa, y se regala una San Bartolomé para refocilarse de su impotencia comunicacional.
El régimen jamás logrará acaparar el Cuarto Poder, una ablación sólo posible en países política y tecnológicamente emasculados como Cuba o Corea del Norte. Podrá fagocitar la radiotelevisión entera, la prensa y la red, pero seguirá sin audiencia.
La oposición emigrará a los samizdat y dazibao, al Protocolo Internet, a los blogs, a los indetectables proxys, Psiphon, o VPN. La última razzia de emisoras pudiera adelantar el efecto boomerang definido hace poco por un ilustre psiquiatra: la transmutación del miedo en rabia.
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