Stalingrado: el invierno que comenzó en verano
Publicado el 29 de junio de 2022
Qué efecto tan desastroso debe de haber producido en los rusos el anuncio de la destrucción del fuerte Stalin en Sebastopol! (Adolf Hitler).
En nuestro artículo
sobre el avance del Afrika korps del
mariscal Erwin Rommel, publicado hace dos semanas, explicamos el plan de Adolf
Hitler para “ganar” la Segunda Guerra Mundial (SGM) en 1942. La clave estaría
en capturar los pozos petroleros que abastecían al Reino Unido y la Unión
Soviética (URSS). El “Zorro del Desierto” ya había iniciado su avance en
dirección a los primeros, y para el 28 de junio la ofensiva de verano u
“Operación Fall Blau” (caso azul,
Directiva N° 41 del 5 de abril) iba por los segundos. El Cáucaso era la lejana
y gran meta donde se pretendía el control del 92 % del combustible de Rusia
(según los informes que manejaba el Führer),
pero también detener el tránsito a través del Volga. Dos objetivos estratégicos
se lograrían: obtener el combustible que tanto necesitaban las armas del Reich
e impedir el acceso del mismo a la URSS, junto a los recursos de los Aliados
que le llegaban desde Irán.
La primera vez que
escuché sobre este plan fue de manera indirecta, y creo que es la experiencia
de la inmensa mayoría de las personas. La memoria de la humanidad, acostumbrada
a los records, sabe el nombre de la ciudad donde ocurrió la mayor batalla de la
historia (si usamos el criterio de número de bajas) pero no la ofensiva que le
dio origen. Yo me había propuesto al comenzar la adolescencia el conocer mejor
lo que había visto de manera segmentada en diversas películas y series de la
SGM. La oportunidad me la ofreció la serie The
World at war (Jeremy Isaacs, 1973-74) con 26 capítulos de 40 minutos cada
uno y transmitida con gran regularidad a lo largo de más de 20 años por
Venezolana de Televisión (canal 8). La esperaba todos los días con la misma
emoción que sentía en mi niñez por cada nuevo capítulo de mis Anime favoritos. Es en el noveno
episodio titulado “Stalingrado (junio 1942 – febrero 1943)” se explica Fall Blau pero la mayor atención está en
la gran batalla a las orillas del Volga, de allí su título. No es la única
excepción porque en youtube se puede ver cómo este esquema se repite en los
documentales clásicos pero también en los nuevos que han elaborado los
numerosos youtubers sobre la SGM o historia militar.
Es muy probable que la perspectiva de explicar la ofensiva de verano dando mayor importancia a Stalingrado fue iniciada por sir Winston Churchill - ¡una vez más estableciendo las líneas historiográficas de la SGM! -, en su obra La Segunda Guerra Mundial (1948-56). Dedica buena parte de los capítulos que comprenden el año 1942 a los contactos y encuentros con las máximas autoridades de los Estados Unidos y la Unión Soviética, junto a los Frentes del Desierto y el Pacífico, dejando para febrero de 1943 el análisis de la campaña que terminaría con la Batalla de Stalingrado. Al comenzar reconoce la demora y dice “ha llegado el momento de narrar la magnífica y decisiva lucha de los ejércitos rusos”, para después afirmar que “al principio todo salió bastante de acuerdo con el plan, aunque no al ritmo que estaba previsto”, logrando bordear el Don pero alcanzar un solo campo petrolero: Maikop (que estaba destruido). Hitler ante la resistencia de Stalingrado desviaría tropas del Cáucaso que era el objetivo central de Fall Blau, generando el desastre (“Capítulo XXI. Turquía, Stalingrado y Túnez” del “Libro III. La Gran Alianza”).
Al
comenzar la ofensiva en julio Los soviéticos fueron sorprendidos una vez más,
porque Stalin la esperaba en dirección a Moscú; a pesar de ello no cayeron en
la trampa de ser cercados como les ocurrió al inicio de la “Operación
Barbarroja” el año anterior. Al no poder detener a los alemanes huían siguiendo
la política de tierra arrasada evitando el cierre de “las pinzas” de las
divisiones Panzer. La lección fue
aprendida, pero a finales de julio algo cambió para ambos jefes totalitarios.
Una vez más Hitler modificaba los planes a medida que se desarrollaban, sin
importar las advertencias del Alto Mando.
El
23 de julio establece la Directiva N° 45 que cambiaría la historia. En la N° 41
los Ejércitos que tenían como objetivo el Volga no consideraban la captura de
Stalingrado sino proteger el flanco izquierdo de la operación principal: la
toma del petróleo en el Cáucaso; ahora en la N° 45 era: “aplastar las fuerzas
enemigas concentradas en Stalingrado y ocupar la ciudad”. Stalin por su parte
con la Orden N° 227 abandona la táctica de ceder terreno y ordena “ni un paso
atrás”, y si alguno se atreve a rendirse sería tratado como traidor y por tanto
fusilado. Para el Führer la toma de
dicha ciudad generaría un efecto moral devastador (“4
de julio de 1941” en: H. R. Trevor-Roper,
2008, Hitler´s Table Talk 1941-44. His Private Conversations).
La lógica inicial del
plan parecía perfecta salvo por unos cuantos detalles muy importantes: las
distancias y los obstáculos geográficos agravarían los problemas logísticos; y
la recuperación de la producción de armamentos soviéticos era ya un hecho, por
no hablar del apoyo de los Aliados angloestadounidenses y el coraje del pueblo
ruso. El Frente Oriental lo retomaremos a principios de agosto, aunque la
semana que viene trataremos los convoyes de ayuda que recorrían el Ártico.
Antes de finalizar no
podemos dejar de recordar que el 29 de junio de 1942 el gobierno venezolano del
Presidente Isaías Medina Angarita promulgó la reforma a la ley sobre
actividades de extranjeros en el territorio (Gaceta Oficial N° 20.835), la cual
estaba íntimamente relacionada con la SGM. La idea era prevenir, tal como había
recomendado el gobierno de los Estados Unidos, la acción de los ciudadanos del
Eje en pro de sus Estados. Con este fin la misma señalaba que estos no tenían
derechos políticos en Venezuela (artículo 2) y “El Ejecutivo Federal podrá
crear Campos Nacionales de Concentración” (artículo 20) y “Los naturales de
países con los cuales Venezuela haya roto las relaciones diplomáticas o se
encuentre en guerra, y cualesquiera otros extranjeros, a quienes se considere
peligrosos para la seguridad nacional, podrán ser internados en campos
nacionales de concentración o confinados a poblaciones del interior de la
República, o lugares fronterizos siempre que así lo juzgue necesario el
Ejecutivo Federal” (artículo 21). Más adelante dedicaremos una de nuestras
entregas a la aplicación de esta ley, pero sobre el tema le recomendamos la
obra El Tercer Reich en Venezuela (2020)
del estimado amigo y joven colega: Vicente Quintero.
Interesante eso de la promulgación de esa polémica ley venezolana. Aunque sabemos que los campos de concentración autóctonos, no era algo nuevo. Ya lo había hecho Gómez en Guárico.
ResponderBorrarPero nunca se había establecido por ley, tengo entendido. Otra cosa es la informalidad, algo muy natural en nuestra cultura.
ResponderBorrarGRacias por leerme y comentar.
Lo visité hace unos días por su blog.
Un abrazo garoto.