Carlos Balladares Castillo
Publicado el 04 de mayo de 2022 en El Nacional.
El 8 de mayo de 1942
finaliza la Batalla del Mar de Coral con el retiro de las flotas Aliada (no
solo era Estados Unidos (EEUU), sino también Australia) y japonesa. “De esta
forma terminó el primer gran encuentro naval que registra la historia, en el
que los buques de superficie no intercambiaron un solo disparo”, concluye el
informe redactado por el comandante en jefe de la USNavy el almirante Ernest J. King (1944, A Report of Secretary of de the United States Navy). Frase que no
se ha dejado de repetir en la historiografía, los documentales y el cine;
aunque en este último no conozco ninguna película a diferencia del otro
enfrentamiento entre portaviones: Midway (4-7 de junio de 1942). Si el pequeño
bombardeo sobre Tokio del general Jimmy Doolitle fue el contragolpe de los
Aliados después de Pearl Harbor en la Segunda Guerra Mundial (SGM), el primer
combate entre portaviones de la historia fue la primera derrota nipona al
impedir la realización de la “Operación MO” (plan de invasión de Port Moresby
en Nueva Guinea).
Sir Winston Churchill
en su obra magna La Segunda Guerra Mundial
(1948-56), dedica al tema el capítulo IX “Las victorias navales
estadounidenses: El Mar del Coral y Las Islas de Midway” del “Libro III. La
Gran Alianza”. Sus palabras iniciales advierten su importancia: “En ese momento
se produjeron en el océano Pacífico unos acontecimientos conmovedores que
afectaron el curso de toda la guerra”. Y su explicación es la siguiente: “A
finales de marzo la primera fase del plan de guerra japonés había sido un éxito
tan completo que sorprendió incluso a sus autores”, tal como afirmamos en la
serie de artículo que analiza esta ofensiva: su avance fue mucho más rápido que
el alemán en Europa.
Churchill señala que
el Japón en vez de consolidar lo logrado, optaron después de grandes debates
del Alto Mando, por extender el “perímetro defensivo” e incluso con la
temeridad de hacerlo en dos áreas separada por miles de kilómetros: el sur
frente a las costas de Australia y al norte en Midway y las Aleutianas
(archipiélago de Alaska). Las causas de estas decisiones las identifica en “la
convicción de que las potencias occidentales no estaban dispuestas a luchar
hasta morir”, la victoria de Adolf Hitler en Europa, “la tentación natural del
éxito arrollador” y un diagnóstico errado al no tener en cuenta “las fuerzas
mundiales en su auténtica proporción”. Concluyendo: “fue cambiar una ventaja
bastante fuerte y firme por un dominio extenso y poco rígido, que no estaban en
condiciones de defender”. Era tal su ceguera que muchos soñaron con la
conquista de Pearl Harbor, Australia y la India (para incluso entrar en
contacto con la expansión alemana por el Cáucaso).
El objetivo estratégico
de la “Operación Mo” (comandada por el vicealmirante Shigeyoshi Inoue) era el
dominio de los mares e islas que bordeaban la costa nororiental de Australia
para detener la comunicación directa con Estados Unidos (evitar así la amenaza
de desembarcos en el perímetro sur del Imperio nipón). Los medios o tácticas
serían el finalizar la campaña de Nueva Guinea al capturar Port Moresby y
controlar las Islas Salomón, Samoa, Fiyi y Nueva Caledonia (posteriormente).
Las fuerzas de desembarco saldrían de Rabaul de Nueva Bretaña en las Salomón
(conquistada por los japoneses el 23 de enero a las fuerzas australianas) la
cual se había convertido en una base fundamental desde donde salían bombarderos
que apoyaban las campañas en la zona (Nueva Guinea y Salomón). También
contarían con la protección de un portaviones ligero (Shoho) y los pesados: Zuikaku
y Shokaku (todos acompañados por
6 cruceros y 6 destructores). La isla de Tulagi fue ocupada el tres de mayo y
para el diez estaba prevista la invasión de Port Moresby.
El almirante Chester
Nimitz (que había sido nombrado comandante de la flota de EEUU en el Pacífico a
los pocos días de Pearl Harbor y en marzo del 42 máximo jefe del Pacífico lo
cual compartía con el general Douglas MacArthur que estaba centrado en el
sudoeste de Asia y el Pacífico); designó al contraalmirante Frank J. Fletcher
con dos portaviones (el Yorktown y el
Lexington o “Lady Lex” como le
llamaban popularmente) y 21 naves más para detener los desembarcos enemigos.
Los encuentros se dieron el 7 y el 8 de mayo, el primer día los SBD Dauntless (bombardero en picada) y TBD Devastators (torpederos) hundieron
el Shoho. Se detuvo la invasión hasta
que una fuerza más poderosa (el Zuikaku y
Shokaku que estaban previstos para
ello) hundiera la amenaza Aliada. En la madrugada ambos pares de portaviones se
buscaban entre sí, en un caso hubo tal confusión que un avión japonés aterrizó
en la cubierta enemiga. En la mañana el Shokaku
perdió la operatividad de su cubierta por la acción de los Dauntless pero no fue hundido. Al mismo
tiempo, los aviones nipones atacaron a sus contrincantes recibiendo la peor
parte “Lady Lex” aunque se mantenía a flote hasta que dos explosiones internas
hizo que fuera considerado perdido, al final dos destructores amigos lo
remataron (en marzo del 2018 un equipo de búsqueda de pecios lo descubrió a
tres kilómetros de profundidad).
La consecuencia de la
Batalla del Mar del Coral fue la primera derrota del Imperio del Sol aunque a
nivel de barcos hundidos (cada una perdió un portaviones) y daños podría
parecer que ambas flotas quedaron en tablas. El hecho cierto es que la ofensiva
y el cúmulo de victorias japonesas se había detenido. Toda esta zona seguiría
en manos de los Aliados y solo los nipones intentarían construir un aeródromo
en Guadalcanal para amenazar la comunicación entre Australia y EEUU que era el
objetivo inicial, razón por la que en agosto el almirante Nimitz centraría su
esfuerzo en arrebatárselos. Los portaviones Zuikaku
y Shokaku quedaron tan dañados
que no pudieron apoyar la invasión a Midway, nunca sabremos si esto habría
hecho la diferencia. A principios de junio analizaremos la más importante batalla
aeronaval del Pacífico (Midway) mientras tanto volveremos al Frente europeo,
retomando la semana que viene la campaña en la Ucrania ocupada por los nazis.
Imágenes tomadas de:
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La fortaleza moral de los japoneses, esa de estar dispuestos a "luchar hasta la muerte" fue la causa también de su perdición, pues por ella subestimaron al enemigo.
ResponderBorrarGracias hermano por tus notas, en lo personal no sabía nada acerca de esta batalla y me sorprendió lo del cero que aterrizó en la cubierta de un portaaviones de la US ARMY
A ti por seguirme, leerme y especialmente la amistad y las oraciones.
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