¿El fascismo está
muerto a 100 años de su nacimiento?
Carlos Balladares
Castillo
Publicado (esperamos) en El Nacional
Al
final de la excelente película alemana: Er
ist wieder da
/Ha
vuelto (David Wnendt, 2015),
sobre la aparición de Adolf Hitler (1889-1945) en la Alemania del presente - me
perdonan el spoiler - se muestran un conjunto de imágenes reales de cómo en la
actualidad hay acciones e ideas políticas que pueden catalogarse de “fascistas”.
En ella se ven a grupos agrediendo a diversas personas, y jóvenes identificados
con la ultraderecha. El denominador común es el odio, el miedo y la violencia. Pero
también un conjunto de símbolos, prácticas y lenguajes que conforman en estos
grupos una unidad cuasi religiosa o más ligados a factores emocionales que le
permiten conformar una fuerte unidad comunitaria. El nacimiento de dicho
movimiento político (“Fasci italiani di combattimento”) que después se iría
conformando en una ideología y posteriormente en un régimen político, nació
hace 100 años exactamente un 23 de marzo de 1919 en Milán (Italia). Su fundador
sería un periodista de izquierdas llamado Benito Mussolini (1883-1945) y su
ejemplo sería imitado en Alemania y diversos países, estableciéndose – a pesar
de su derrota militar en la Segunda Guerra Mundial - posteriormente como una
palabra que define una forma de hacer política y que ha subsistido hasta
nuestros días. Y con temor podemos decir que en los últimos años ha ido
adquiriendo fuerzas, oculto por el ropaje del populismo.
No
se puede dudar que se ha hecho un uso abusivo de la palabra “fascismo”. En eso
los venezolanos, desde que llegó el chavismo al poder, tenemos una gran
experiencia al soportarlo como ofensa. Para la izquierda radical e incluso
muchos de su ala moderada consideran como un fascista a todo aquel que se les
oponga. También los historiadores y científicos sociales caemos en
generalizaciones a la hora de analizar los movimientos de ultraderecha. Un
especialista en la materia: Emilio Gentile (1946), considera que el “fascismo
histórico” desapareció en 1945, y a pesar de algunas semejanzas con movimientos
posteriores estos no parecen conformar realmente todas las características del
fascismo. El fascismo es un movimiento que de derechas tienen los factores
tradicionales del racismo y/o el nacionalismo extremo, que por medio de un
partido o movimiento de masas organizado militarmente usa tanto la violencia
como los medios civiles para llegar al poder, y una vez allí construye un
Estado totalitario con pretensiones imperiales.
Ante
tanta confusión siempre me ha gustado ofrecer a mis alumnos las 14 condiciones
sobre el fascismo que estableció Umberto Eco (1932-2016) en su ensayo “El
fascismo eterno” (1997). Al momento de aparecer alguno de ellos, un ciudadano
que cree en la democracia (por algo es ciudadano) estaría alerta y un
científico social iniciaría el proceso de identificación del fenómeno, aunque
no podría llamarlo como tal de inmediato sino al lograr la sumatoria de la
mayoría de dichas condiciones. Podría resultar cansón para el lector pero
también estaría faltando a satisfacer su curiosidad, de manera que coloca
dichas condiciones seguidamente (y en caso de conocerlos puede saltarse esta
parte hasta el próximo párrafo): 1) culto a la tradición, 2) rechazo a la modernidad,
3) irracionalismo, 4) la crítica es traición, 5) miedo a la diferencia, 6)
clases medias frustradas (podríamos agregar cualquier grupo social con un grado
de resentimiento), 7) obsesión por el complot, por la constante conspiración de
los “enemigos”, debido a: 8) los “enemigos” son simultáneamente muy fuertes y
muy débiles, por lo que: 9) la guerra es la vida de la sociedad, siempre hay
que estar luchando contra el enemigo externo e interno, 10) desprecio por los
débiles (valoración por una élite), 11) el culto por el héroe que es un culto
por la muerte, 12) machismo, 13) populismo, y 14) uso de la neolengua (la
palabra pierde la capacidad de conocer la verdad). Buena parte de las mismas
son las que poseen los personalismos políticos, los autoritarismos, pero solo
el que cumple con la inmensa mayoría se acerca al modelo.
De
alguna forma muchos de estos elementos son previos al siglo XX, previos al
fascismo; entonces ¿por qué definirlos con otro nombre? ¿qué lo hace original o
novedoso? Es su claro ataque a la democracia-liberal con el objetivo de
construir un sistema totalitario que depende de algunos factores modernos como
son fundamentalmente la sociedad de masas, en este sentido el fascismo es el
hermano “morocho” (no gemelo, pues) del comunismo. Es la otra cara de la misma
moneda. El historiador francés Francois Furet (1927-1997) afirmó que ambos
nacen de la debilidad de la democracia a principios del siglo XX por su
incapacidad para ofrecer un sentimiento de comunidad. Al afianzarse el
individualismo, el consumismo y el electoralismo; poco a poco se fue olvidando
la pasión democrática de las revoluciones que se dieron en Europa desde 1789.
La Primera Guerra Mundial fortaleció el nacionalismo, el militarismo y el
igualitarismo en las trincheras. Se forjaba la pasión comunitaria que la
democracia había dejado de dar muchas décadas atrás. De la Gran Guerra surgirán
la revolución bolchevique (1917) que se intentaría propagar por Europa al igual
que la revolución fascista (1922). Ambas se consolidarán estimulando
el odio y el temor a su contrario, pero en común tendrán un gran enemigo: la
democracia y el liberalismo.
Si consideramos la democracia-liberal como el producto mejor y culminante de la civilización occidental, se puede decir entonces que los totalitarismos son una amenaza a ella. Es el viejo conflicto de la barbarie versus la civilización. Es la realidad de los genocidios que se dieron, tanto contra los pueblos considerados inferiores étnicamente por los nazis (la Shoá) como contra los enemigos de clase del poder obrero por los bolcheviques (el sistema GULAG y la política del hambre fundado por el comunismo de guerra en los tiempos de Vladimir Lenin y perfeccionado por José Stalin). Este horror puede volver a ocurrir, su semilla está en los movimientos extremistas que siguen ofreciendo a los olvidados de nuestras democracias el ser tomados en cuenta. El fascismo como el comunismo nos están acechando ¿seremos pasivos ante ellos o saldremos a defender la democracia? Depende de cada uno de nosotros permitir que “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca de la faz de la Tierra” (Abraham Lincoln, 1809-1865, Discurso de Gettysburg, 1863).
Nota: este
artículo fue escrito en medio del nuevo
“mega-apagón-eléctrico-agua-comunicaciones” y fue enviado rápidamente por el
temor de un nuevo largo corte de luz. El régimen culpa al supuesto “enemigo
externo e interno”, cumpliendo así varias de las condiciones que señala Eco como
características del fascismo. Pero como bien dijo el autor debe cumplir con la
mayoría para catalogarlo como tal, pero va haciendo méritos para entrar a la
familia de los proyectos totalitarios. Solo los ciudadanos militantes pueden
detener sus perversas intenciones. El no rendirnos hará la diferencia que nos
permitirá ver el renacer de una Venezuela libre y próspera.
Estás desenmascarando al hermano morocho del Fascismo: El comunismo
ResponderBorrarEste articulo me dejo con ansias. Ansias de saber si el sistema que domina hoy en Venezuela puede ser catalogado como fascista, aunque usted (querido autor) aclara en el mismo que un regimen debe de cumplir con la mayoria de las caracteristicas fascistas para catalogarlo como tal y concuerdo con usted, pienso que si tiene una gran mayoria de caracteristicas que lo alinean con dicho sistema. Pienso que debemos entender al fin que el regimen que domina actualmente a Venezuela practicamente no debe ser catalogado con una o dos vertientes o terminos, castro-chavista, fascista, totalitario o populista. El regimen, que como todos sabemos es totalitario utiliza y utilizara el metodo y el medio que mejor le funcione para perpetuarse en el poder. Un saludo.
ResponderBorrarPD: vivo tambien en Venezuela, espero pueda seguir escribiendo estos buenos articulos historicos y que yo pueda seguir leyendolos (si un apagon no lo impide)
Gracias por la visita y comentario querido Alí, pero eso ya lo hizo la gran Arendt hace tanto ya. Nosotros solo divulgamos. Un abrazo.
ResponderBorrarSaludos Kos. Gracias por su visita y comentario. Es un tema que me fascina y siempre me hago la misma pregunta. Pero yo no considero que el chavismo sea un régimen totalitario sino una dictadura con intenciones totalitarias, pero todavía no califica como tal. En este sentido tiene rasgos fascistas pero más comunistas. Sobre sus rasgos fascistas hay un viejo trabajo llamado "El fascismo del siglo XXI". Ya haremos una nueva publicación que amplíe más el tema.
ResponderBorrarUn abrazo.
Me gustó mucho su articulo. El comunismo es exactamente eso que dice: el morocho del fascismo.
ResponderBorrarA veces no entiendo porque se clasifica a uno como de derecha y al otro de izquierda.
Ambos son movimientos colectivistas. Y si entendemos la izquierda como el eje politico que defiende los derechos colectivos y a la derecha como la que defiende los derechos individuales entonces podemos clasificar facilmente al fascismo como una corriente de izquierda.
De cualquier modo tengo entendido el fascismo, al igual que el comunismo, rechaza el capitalismo. Otra razón para considerarlos hermanos.
Señor Daniel: gracias por la visita, la lectura y el comentario. Muy de acuerdo en casi todo salvo la parte que señala que la derecha "defiende los derechos individuales" porque eso es uno de los aspectos de la derecha la liberal y democrática más no así la derecha autoritaria. No basta con la clasificación derecha e izquierda hay que agregar la clasificación autoritarismo y democracia. Un abrazo.
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