“Doña Bárbara” generó el mayor apagón eléctrico de nuestra historia
Carlos Balladares Castillo
Publicado en El Nacional
Con
la intención de animar a leer a mis alumnos de Historia de Venezuela de la UCV,
les propuse analizar la más famosa obra del maestro Rómulo Gallegos (1884-1969):
Doña Bárbara (1929). El resultado fue
excelente, a diferencia de mi anterior experiencia con una obra que considero
mucho más amena: La fiesta del chivo (2000)
de Mario Vargas Llosa (1936) (ver artículo de esta columna del 27 de febrero
del 2019). Los estudiantes en su mayoría se la leyeron y les gustó. No les
pareció aburrida y contaban cada hecho con emoción. Su conclusión fue
inmediata: “en el conflicto entre barbarie y civilización la primera es
recurrente en nuestra historia, y es así como hoy padecemos otra vez a Doña
Bárbara en el chavismo representado en Maduro (dictadura-atraso), ¡y Juan Guaidó
es Santos Luzardo (democracia-progreso)!” Esas fueron sus palabras casi
textuales. En mi caso es la tercera vez que la leo y al principio me fastidió
su costumbrismo y ausencia del uso de las técnicas modernas representadas en
escritores como Ernest Hemingway (1899-1961) y William Faulkner (1897-1962);
pero después descubrí en ella lo que quería transmitir con su lectura a mis
pupilos: la comprensión de algunos de los rasgos fundamentales de nuestra
Historia Patria.
Mi
otro objetivo era experimentar un acercamiento diferente a la historia de
Venezuela. Pensé y consulté a colegas: ¿cuál era la novela más representativa
de nuestra historia? Don Germán Carrera Damas (1930) nos dijo una vez que es Los Riberas (1957) de Mario Briceño
Iragorry (1897-1958) como el mejor relato que explica los cambios del siglo XX,
pero por lo largo temí que fuera un fracaso, que nadie la leyera ante el reto
de tantas páginas. Otros ofrecieron títulos pero lamentablemente se
circunscribían a un período específico del siglo XX tal como Oficio de difuntos (1976) de Arturo
Uslar Pietri (1906-2001) o País portátil (1968)
de Adriano González León (1931-2008). De manera que al final pensé que lo mejor
sería Doña Bárbara por ser la más
famosa debido a que siempre se las mandan a leer en bachillerato y es la novela
más traducida de un venezolano y muy especialmente trata del conflicto que
explica nuestro siglo más importante, que no es más que la lucha entre lo
moderno y lo antimoderno. Si usted querido lector considera que existe un
relato que explique mejor nuestra historia estaremos contentos y agradecidos de
escuchar sus recomendaciones.
¿Qué
representa el personaje de Doña Bárbara
en nuestra historia? ¿cuáles son sus expresiones tanto en la novela como en
nuestra sociedad? Los estudiantes supieron responder a esta pregunta tal como
mostré anteriormente, pero ofrecieron otras ideas en debate con las del
profesor. A pesar de ser una perspectiva positivista representa una crítica a
lo que sería la interpretación dominante (la de los “doctores” o ministros del
dictador: el general Juan Vicente Gómez (1857-1935)) dentro de esta corriente
del pensamiento que es la del “Gendarme necesario”. Advierte en lenguaje
metafórica que las supuestas intenciones civilizadoras del bárbaro Gómez no son
reales y mantienen la violencia (autoritarismo del caudillo aunque haya
destruido el caudillismo), el desapego a la ley por medio de su manipulación
(personajes de Ño Pernalete y Mujiquita) y el rechazo al verdadero progreso.
Progreso que conoce y defiende Santos Luzardo por su origen universitario y
urbano. De alguna forma él es la Generación del 28 que por medio del liderazgo
demostrado en su valentía pero el dominio de la técnica (escena de la doma) y
la educación (tutelaje formativa de Marisela) logrará hacer retroceder “el
desierto” de la barbarie.
Doña
Bárbara es producto del mestizaje pero Santos Luzardo también lo es. La
barbarie no tiene su origen en este hecho sino en nuestra historia de violencia
que ha sido la lucha por sobrevivir en la geografía tropical. El colonialismo y
el imperialismo extranjero depredador representado en Mister Danger, aunque
proviene de la civilización acá se alía con la barbarie, la promueve y
consolida. Ambos se encargaron de seducir a la Venezuela del pasado y del
presente cuyo arquetipo es Lorenzo Barquero (inicialmente civilizado), devorado
por la mujer pero también por el alcohol que le provee el yanqui. Marisela es
hija de Doña Bárbara y Lorenzo, de allí su naturaleza rebelde, virgen y joven.
Ella es el presente y futuro del país, que anhela la civilización pero que no
sabe cómo asumirla aunque poco a poco se va educando gracias a la paciencia y
amor de las luces de Santos. En este sentido Gallegos nos ofrece una historia
de esperanza, no se queda en la frase de Lorenzo: “¡esta tierra no perdona!”
El
apagón eléctrico ¡nacional! e ¡inédito en nuestra historia! que vivimos desde
el jueves y que solo en algunos lugares se restableció por pocas horas (escribo
esto el domingo cuando se acaba de volver a ir la luz) y que ha significado
también la pérdida de servicios de agua y comunicaciones telefónicas ¡y Dios
sabe cuántos muertos!; es una muestra más de la barbarie recurrente que cada
cierto tiempo domina nuestro país. La barbarie que en este caso es generado por
la corrupción y falta de mantenimiento e inversiones en todo lo relativo a los
servicios públicos, que es la expresión de un desgobierno que nunca tiene la
responsabilidad de aceptar su culpa y se inventa los típicos pretextos de su
aliado el “Mister Danger” cubanito. Pero también es producto de otras formas
bárbaras como son el rechazo a la meritocracia (se premia la lealtad más que el
profesionalismo) y la censura (no se acepta nunca la crítica y se promueve la
propaganda que es la mentira). Al final la principal causa es el personalismo
político, el hecho que los venezolanos no podamos por medio de las luces
electorales cambiar la barbarie por la civilización. Sabiamente lo dijo el
Presidente Juan Guaidó (1983) al explicar que todo el problema comenzará a
superarse cuando cese la usurpación.
Doña Bárbara no
solo nos permite identificar rasgos de nuestra venezolanidad sino que en ella
se descubre un clásico en el cual se pueden identificar influencias de la Biblia, Don Quijote (1605), Romeo y
Julieta (1597), e incluso
elementos que también se han expresado (posteriormente claro está) en Star wars (1977) porque implican la
tradicional lucha entre el bien y el mal. En las palabras esperanzadoras de Don
Rómulo Gallegos no olvidemos que a pesar de los que nos ha hecho padecer la
barbarie, nuestra tierra es “¡Propicia para el esfuerzo, como lo fue para la
hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y
espera!...”
Nota: desde hace una semana estoy sin internet y debido al apagón incluso tengo una conexión a telefonía celular y fija que va y viene.
Gracias por este artículo tan conciso y bueno. Dios te bendiga, estoy orando por tí desde el sur de Brasil
ResponderBorrarY yo por ti querido amigo. Gracias por la amistad, visitas y comentarios.
ResponderBorrar