“Una nueva narrativa para lograr un país normal”
Carlos Balladares Castillo
Publicado en El Nacional.
El sábado 15 de septiembre pasado asistí al taller “Una
nueva narrativa” de la organización Creemos Alianza Ciudadana, el cual fue
dictado por la profesora Moraima González con la asistencia del ingeniero Pedro
Rivas. Fue la mejor manera de celebrar el Día Internacional de la Democracia
(establecido por la ONU), porque me demostró que en Venezuela la conciencia
ciudadana y el anhelo de vivir en un país próspero y libre no ha muerto, y son
legión los que trabajan todos los días para lograr este sueño. El taller tenía
como objetivo hacernos conscientes del hecho de que mientras hablemos la
neolengua (palabras vaciadas de contenido para adaptarlas a la ideología del
sistema totalitario o cercano a él, de manera que pueda lograr el control del
pensamiento y acción de los gobernados) del régimen nada cambiará, por lo cual
debemos asumir las palabras que harán realidad la transición a un “país
normal”. Desde este humilde espacio les agradezco a todos los que han asumido
esta labor republicana. ¡No se rindan! ¡No nos rindamos!
¿Quiénes son Creemos Alianza Ciudadana en sus propias
palabras? “Somos un grupo de ciudadanos preocupados por la situación del país
que nos integramos a una iniciativa ciudadana conjuntamente con el Centro de
Estudios Políticos de la UCAB, cuyo objetivo es articular a organizaciones,
gremios y grupos de personas a nivel nacional con el fin de capacitarlos y
fortalecerlos en las áreas de ‘Activación Ciudadana y Nueva Narrativa
democrática’ (correo: formaciontallerescac@gmail.com, twitter: @creemosalianzac,
instagram: @creemosalianzaciudadana)”. Sus talleres no son simples reuniones de
motivación o autoayuda en medio de esta terrible crisis, sino que se sustentan
en todo un estudio previo gracias al apoyo del CEP de la UCAB. Es de esa forma
que al hacer un diagnóstico no son solo palabras, sino que son realidades
medidas por estudios sociológicos; y las propuestas de solución y del nuevo
lenguaje (en el caso específico del taller) son apoyadas por las preferencias
tomadas de las encuestas recientes. De igual forma en lo referente a la
activación ciudadana, se parte de la experiencia en varias transiciones del autoritarismo
a la democracia por vías pacíficas.
En el taller se nos preguntó: “¿Cuál es problema del país? Y
¿cuál es su solución?”. De manera que se pudiera identificar al principio el
grado de uso de la neolengua (“guerra económica”, “cuarta república”, “imperio”,
“situación país”, “escuálidos”, etc.) para después incorporar los nuevos
conceptos (“ciudadanía”, “productividad”, “trabajo”, “demócratas”, etc.),
haciendo –propuesta mía– la firme promesa de no hablar como los que nos
tiranizan. Y a lo largo de dos horas y un poco más, se nos va mostrando también
un proyecto de país que busca construir lo que siempre repetían cual mantra (y
la gente lo está haciendo también en la calle): “Un país normal”, entendiendo
por tal: una nación donde nuestro trabajo y libre emprendimiento rinda frutos y
podamos vivir con dignidad, junto a la libertad para que como ciudadanos
influyamos en el destino común. A estas dos preguntas, mi grupo ya estaba en
buena parte “vacunado”, por lo que las respuestas usaban la “nueva narrativa” y
fueron las siguientes: nuestro problema actual es la aplicación de un modelo
fracasado que ha generado hambre y opresión; y la solución está en la
transición al país normal que describimos antes y para ello es necesaria la
unidad de todos los demócratas en estrategia y objetivos.
“Creemos” ha dado en el clavo ante nuestros problemas, y
ante una carencia histórica de nuestra democracia: la ausencia o debilidad del
venezolano como ciudadano. De manera que su labor debería ser asumida por todas
las organizaciones que anhelan el cambio para bien, hasta lograr desechar la
neolengua; y todos estar activos en los diferentes ámbitos pero especialmente
en las colas y en la calle, y en el tiempo que se requiera la lucha por la
libertad. Ideal sería hacer estos talleres en casas y salones de fiestas o
algún área común de todos los edificios y caseríos. Dejar la charla en Youtube
o Podcast y lograr que dichos links sean publicitados por todas las redes
sociales, de manera que aquellos que no vayan a las charlas las puedan escuchar
en su PC o celular. Y poco a poco que en cada cola y espacio donde la
desesperanza y la neolengua chavista se intente meter, cada uno de los
demócratas tenga las herramientas para contrarrestar el mal.
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