Historiador y ensayista, Manuel Rodríguez Campos (1930)
dirigió la segunda edición del monumental “Diccionario de Historia de
Venezuela” (Fundación Polar). Autor de numerosos ensayos y estudios históricos,
fue miembro de la Academia Nacional de la Historia. Falleció el pasado 20 de
mayo
Por GUSTAVO ADOLFO VAAMONDE | GUSTAVOVAAMONDE@GMAIL.COM
01 DE JULIO DE 2018 02:30 AM EL NACIONAL
Transcurrían los primeros días de enero del 2000, cuando mi
mamá me gritó desde el cuarto, luego de haber atendido el teléfono, “tienes que
ir mañana a una entrevista en la Fundación Polar con el Profesor Rodríguez
Campos”. “¡Por fin, por fin!”, exclamé: era la oportunidad que tenía años
esperando; conocer al profesor ya jubilado de la Universidad Central de
Venezuela y coordinador de aquel invalorable proyecto que marcó los estudios de
historia en nuestro país: el Diccionario de Historia de Venezuela de
la Fundación Polar.
Aquel martes en la mañana me encontraba en el edificio de
Fundación Polar, esperando ser atendido por el “profesor”, tal como lo llamó su
asistente. Desde ese momento comenzó una importante relación con quien sería
por casi una década mi superior en la Fundación, maestro en el área de
historia, un referente de lo que era el amor por la familia y, sobre todo, un
amigo.
Manuel Rodríguez Campos se desempeñaba como coordinador
del Diccionario de Historia de Venezuela. Le había tocado continuar la
labor desarrollada por su predecesor, el historiador Manuel Pérez Vila,
dirigiendo esa obra paradigmática de nuestra historiografía como lo es el Diccionario
de Historia, el cual había aparecido en el año de 1989. Motivado al éxito de
esta edición la Fundación continuó con el proyecto, bajo la dirección del
profesor, y en el año de 1997 se publicó la segunda edición ampliada.
Compartí muchas conversaciones con el profesor Rodríguez
Campos durante más de quince años de trabajo en conjunto. Se enorgullecía
siempre de sus orígenes barloventeños, ya que había nacido en Cúpira el 19 de
julio de 1930. Me contó que su padre estuvo destinado en aquel poblado como
Jefe Civil. Luego de trasladarse a Caracas, estudió Contaduría Pública en la
UCV, donde se graduó en 1960. A los 37 años de edad continuó su pasión por el
estudio y se inscribió en la Escuela de Historia para alcanzar su sueño de ser
historiador. En 1975 obtuvo el título de licenciado en Historia y en 1980
concluyó la maestría de Historia Contemporánea de Venezuela, en la misma casa
de estudios.
Esta doble formación académica determinó y sustentó su línea
de investigación: la historia económica. Sus principales trabajos estuvieron
enfocados en reconstruir y explicar el accionar de los factores y las ideas
económicas que determinaron la realidad material de Venezuela durante distintos
procesos y coyunturas de su historia. A lo largo de su carrera escribió obras
de referencia sobre la economía venezolana como fue el libro Venezuela
1902: La crisis fiscal y el bloqueo. Perfil de una soberanía vulnerada,
galardonado con el premio anual a la investigación otorgado por la
Asociación de Profesores de la UCV, en 1977. En esta misma línea escribió Venezuela
1948-1958. El proceso económico y social de la dictadura. Y, para hacer honor a
sus antepasados canarios, publicó La libranza del sudor. El drama de la
emigración canaria en Venezuela entre 1830 y 1859. Además de estos libros
emblemáticos, se cuentan decenas de artículos y ensayos aparecidos en revistas
especializadas de Venezuela y del exterior.
Para el profesor Rodríguez Campos el trabajo era la esencia
de la vida. Por ello siempre hacía referencia a su larga experiencia laboral de
la que recordaba con emoción sus años como profesor de las Escuelas de
Contaduría y Administración y de Historia en la UCV, así como su ingreso al
Instituto de Estudios Hispanoamericanos desde 1976, del cual fue también su
Director. Allí permaneció hasta que se jubiló como profesor titular. Con
anterioridad, había sido Subdirector de Administración y Director de la Escuela
de Administración y Contaduría; recordaba igualmente con especial entusiasmo
haber sido Director de la Biblioteca Central de la UCV.
En el año de 1997 se incorporó como Individuo de Número de
la Academia Nacional de la Historia. Su discurso de incorporación se tituló:
“Antonio Leocadio Guzmán en la economía venezolana”. En esta corporación
ejerció el cargo de Vice-Director Administrativo.
El recuerdo más importante que me llevo de este personaje y
amigo fue el amor inconmensurable que tuvo por su familia. Estuvo casado con
Elia Isabel Ridell Rondón y de esta unión nacieron siete hijos: Florelia, Ruth,
Vicente, Raúl, Gustavo, Rafael y Juan Carlos. Todos los días en la oficina
llamaba por teléfono a uno de sus hijos o a su esposa. Los apoyó y acompañó en
todo momento con mucho amor.
La más importante enseñanza que me dejó el “profe”, fue en
Madrid, cuando compartíamos una copa de vino, en casa de su hijo Juan Carlos.
En un momento de la conversación, ante mis angustias académicas y económicas me
indicó: “sea feliz Gustavo, sea feliz en cualquier momento y circunstancia”.
Tremenda lección profesor, es la que he decidido aplicar en mi vida; estoy en
eso, haciendo el esfuerzo.
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Gustavo Adolfo Vaamonde es historiador; profesor de la
Escuela de Historia de la UCV; Individuo de Número, electo, de la Academia
Nacional de la Historia.
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