A
la memoria de Abraham Quintero
A la medianoche del
pasado 16 de octubre murió mi amigo Abraham Quintero, tenía 61 años y era una
persona alegre y buena que amaba la literatura, la historia - en especial la de
nuestra ciudad de Caracas -, la gastronomía y el cultivo de las orquídeas (y
seguramente muchas cosas más que ahora olvido). Puedo decir que he vivido la
muerte de varios familiares, entre ellos la de mi querida abuela paterna; pero
nunca la de un amigo con el cual compartía la pasión por los libros y que
siempre me transmitía serenidad y esperanza. Abraham siempre será para mi
ejemplo de buen cristiano, que hasta el último instante de su vida se puso en
manos de la Providencia.
Lo conocí por el año
2009 gracias a internet (¡tantas cosas buenas me ha dado la red!), en especial
a los grupos de facebook: “Caracas en retrospectiva” (administrado por María F.
Sigilo) y luego en el de “Libros” fundado por Luis Barragán, y también en el
mío – siguiendo el ejemplo del citado sobre Caracas – “Retrospectiva. Historia
de Venezuela”. Poco a poco fue surgiendo una amistad entre los tres (y muchos
otros) y el 19 de mazo de 2011 nos invitó – a María F., Luis, mi esposa y yo -
a su casa donde nos preparó un sabroso almuerzo, y así pasamos la tarde en una
grata conversa que luego continuó en su biblioteca. Desde ese día con gran
frecuencia nos comunicábamos por SMS y de vez en cuando nos veíamos en la
fuente de soda bajo su apartamento, allí hablábamos poco más de una hora y me
prestaba algunos de sus libros que había leído.
Era licenciado en
Estudios Internacionales y Comunicación Social, y diplomático de carrera ya
jubilado. De su experiencia en diversas embajadas me dio a conocer el profundo
cariño que le tenía a los países donde había vivido y de los cuales se trajo
muchas recetas, objetos curiosos (tenía en su sala una silla africana con lo
que creo era piel de cebra), costumbres y un caudal de historias. Al tiempo
iniciaría la escritura de un blog: “Lecturas, yantares y otros placeres”
y la fundación de un grupo de facebook sobre gastronomía: “El rincón culinariode Abraham”. En
ellos se expresa lo culto y sensible que era, y especialmente en su blog
muestra una faceta de su vida que es la que más admiré: su espíritu
cristiano-católico siempre alimentado por la sabiduría greco-latina.
Para mí siempre será
ejemplo de buen cristiano porque era: sencillo sin ser vulgar, culto sin
ninguna prepotencia, caritativo con su tiempo y siempre dispuesto a transmitir
la alegría y el optimismo de saberse hijo de Dios. Podría reírse de las
peculiaridades de alguna persona o criticar elegantemente la pacatería o
moralina de alguna vieja beata pero nunca caía en el chisme destructivo. Nunca
instrumentalizaba sus amistades, es decir, no buscaba en ellas algún interés
más allá del compartir el Bien y tantas “lecturas, yantares y placeres”. Si me
mostraba triste me animaba con palabras de fe.
Un día lo vi y me
impresionó que había adelgazado bastante, me habló de un problema de salud y
con algo de preocupación me dijo que se haría unos exámenes para descartar una
grave enfermedad. Le prometí rezar mucho y lo llamé el día que se sabrían los
resultados: estaba alegre porque no era lo que imaginaba con temor y me dijo
que haría una peregrinación a los santuarios marianos más importantes del país
en acción de gracias. A los pocos meses empeoró y todo fue cuestión de semanas.
En un momento que intercambiamos SMS me dijo: “Si he de morir, este es un
chance para una buena muerte. Dios no desampara”. Luego escribiría en su blog:
“Cuando uno muere
nada es tuyo; te llevas lo que diste y entregaste al prójimo. La muerte para
una persona sin problemas como yo no debe ser sino una oportunidad para tener
una buena muerte: perdonar las ofensas de otros, pedir perdón a quienes hemos
ofendido, enmendar entuertos, ser generosos...” (ver acá).
Así era Abraham, así me acompañará en mi memoria a lo largo de la vida.
Un emotivo post.
ResponderBorrarYo también fui su amigo y dejo una gran marca en mi vida.
Era una excelente persona.
Vengo de leer también el escrito. Gracias por presentarnos a tu amigo y sobre todo saber cómo asumió ese paso que dentro de poco estaremos dando cada uno de nosotros. Que Dios nos ayude a asumirlo como tu amigo lo asumió
ResponderBorrarMuchas gracias por sus comentarios.
ResponderBorrarGracias por este mensaje, estoy seguro que mi tío se hubiera alegrado mucho al leerlo...
ResponderBorrarGRACIAS POR SUBIR ESTE ARTICULO. LAMENTO MUCHO NO HABER PODIDO CONOCER PERSONALMENTE AL SEÑOR QUINTERO. ME A ENCANTADO SU BLOGS "LECTURAS, YANTARES Y OTROS PLACERES". DONDE E PODIDO ENCONTRAR BIBLIOGRAFIAS QUE DESCONOCIA.
ResponderBorrarCUANTA FALTA LE HACEN AL PAIS PERSONAS COMO EL.