A continuación les dejo mi crítica a la película más las de mis amigos y colegas: Daniel Terán-Solano y Tomás Straka. Creo que ya casi todo se ha dicho en lo que respecta a las inconsistencia históricas con el fin de crear un Bolívar adaptado a la versión chavista de los hechos, yo solo agregaré lo siguiente:
1) Una vez más se nos presenta a un Bolívar anacrónico que es más un izquierdista de la segunda mitad del siglo XX que el mantuano ilustrado que fue, y que pasó por diversas etapas en su pensamiento emancipador.
2) Ante el temor de crear personajes mucho más atractivos que Bolívar se presentan un Miranda y un Páez realmente patéticos, en especial un Miranda bastante despreciable que no tiene que ver con lo que realmente fue.
3) El temita del pueblo (mestizo, negro e indio) que hace despertar en Bolívar las ideas revolucionarias no podía faltar y se repite en varias ocasiones. La ilustración y su conciencia criolla totalmente invisibilizadas.
4) En el cruce de los Andes de 1819 la
imagen que presenta la película intenta hacer pensar en Los Alpes y en la
cordillera de los Andes entre Argentina y Chile el cual sí lo vivieron los
ejércitos libertadores de San Martin en 1817, cuando la realidad es que cruzaron por la cordillera oriental de la actual
Colombia donde lo más alto que subieron fue el Páramo de Pisba el cual posee una
altitud entre 2400 y 3900 msnm. lo que no es suficiente para que aparezca la
nieve aunque las temperaturas están entre 10 y 18º C. con
constantes precipitaciones por ser bosques nublado.
5) Otra vez la tontería y gran manipulación histórica de generar
dudas sobre la muerte de Bolívar cuando se ha demostrado que no hubo ninguna conspiración para asesinarlo y que su muerte fue por tuberculosis.
6) En general la manipulación esta vez fue peor, porque se nos quiso hacer ver que era una producción independiente del gobierno chavista. Tal como dicen las dos críticas que pueden leer a continuación, esta versión se puede definir como la más cercana a la visión de Bolívar que se ha creado desde el poder en estos últimos 15 años en Venezuela. Es por ello que esta película no es más que PROPAGANDA.
7) Lo bueno es que se ha demostrado que se puede hacer una superproducción con una maravillosa fotografía y con batallas al mejor estilo Hollywood.
8) Algún día espero que se haga un Bolívar con los mejores, en especial con historiadores honestos.
Profeballa
Crítica
del historiador Daniel Terán-Solano
VENGO DE VER "LIBERTADOR" de Alberto Arvelo y quedé
sinceramente ¡DEFRAUDADO!: pensé que sería la gran película sobre Bolívar, el
filme "definitivo" y no fue así. Sé que es imposible resumir una vida
tan dilatada de 47 años en sólo 2 horas y que el cine histórico NO es un
documental, pero la "libertad creativa" del director y su(s)
guionista(s) debe apegarse a un criterio histórico que respete cierta
verosimilitud con la realidad de los hechos, procesos y personajes del pasado.
Y éso no ocurre en la mayoría del filme. Acepto que se haya escogido a un
Bolívar de 1,80 metros de alto, de ojos claros y papeado, porque el actor Edgar
Ramírez físicamente es así, pero de resto se toman demasiadas licencias,
DEMASIADAS: el torneo Bolívar-Fernando VII que nunca existió, Monteverde como
General en la Venezuela colonial (por los Valles de Aragua), Simón Rodríguez en
Venezuela para 1803, El primer encuentro de Bolívar y Miranda en el París de
Napoleón, Bolívar deportado a las "selvas de Cartagena" tras la caída
de la Primera República en 1812 y otros muchos Etcéteras.
Esas licencias crean vacíos históricos increíbles y omisiones
lamentables: ¿Por qué no recrearon el Juramento de Monte Sacro? ¿Pasó algo en
Caracas el 19 de abril de 1810 y luego el 5 de Julio de 1811? ¿Existió una
"Sociedad patriótica"? ¿Y el Manifiesto de Cartagena? ¿La guerra a
muerte fue sólo fusilar a militares españoles? ¿la expedición de los Cayos
ocurrió? ¿El Congreso de Angostura se realizó? ¿Y qué pasó con las Batallas de
Carabobo, Junin o Ayacucho? Tampoco existieron Mariño, Boves, Piar, Petión,
Morillo o San Martín. Por supuesto sí muestran tetas y desnudos sin ninguna
importancia en el contenido del filme ¡Hasta cuándo desnudos en el cine
nacional, joder! No me agradó tampoco que presentaran a un Miranda gordo y
necio y también a un Páez minimizado y todo secundario en la guerra de
Independencia, todo para exaltar a un Bolívar revolucionario ("cabeza
caliente") que jamás sufrió una sola contradicción en su accionar político
y nunca se hizo conservador. Era obvio y predecible que recrearan a Santander y
Manuelita Sáez como lo hicieron: tan estereotipados.
El final fue lo que me pareció más abusivo, tendencioso y FALSO
pues ahí Bolívar fue asesinado por una "conspiración" indeterminada
cuando supuestamente se preparaba a recuperar el poder. ¡¡¡Qué barbaridad!!!.
¡Es el triunfo de la MITOLOGÍA HISTÓRICA CHAVISTA! que la Historia y la misma
Ciencia desmontaron cuando por capricho del ya fallecido HChF se exhumó el
cuerpo de Bolívar para concluir que SÍ murió de causas naturales y que además
está muy bien documentado que HABÍA RENUNCIADO VOLUNTARIAMENTE a la presidencia
de la Gran Colombia (el 27 de abril de 1830) y se quería exiliar a Europa, pues
estaba enfermo, decepcionado y harto de la política acá.
Lo único que rescato
del filme, pues me encantó, fueron la fotografía y las excelentes tomas de los
paisajes, además de las recreaciones de las batallas, que por fin se vieron
estupendas. De resto, es UNA MALA PELÍCULA HISTÓRICA, que como novela, cuento y
ficción está aceptable para los que quieran deleitarse en el reino de la
imaginación, pero que como apoyo a la disciplina que estudia con rigor los
hechos del pasado, yo sinceramente la desapruebo. No recomiendo ir a verla. Es
mi opinión personal. Gracias por leerme.
Crítica del historiador
Tomás Straka publicada en Prodavinci
Bolívar, dos películas, ¿una epopeya?; por Tomás Straka
En 2002 causó conmoción en Colombia y Venezuela el filme de
Jorge Alí Triana Bolívar soy yo. Basado en hechos reales cuenta la
historia de un actor que trabaja en una exitosa telenovela sobre El Libertador
que se vuelve loco y, cual Alonso Quijano con sus héroes de caballería, termina
creyéndose el personaje que caracteriza. La película sirvió para representar
las complejas relaciones de los colombianos (y también de los venezolanos), con
su memoria histórica.
Pero no sólo es el actor el que se vuelve loco: lo sociedad
entera termina retroalimentando su locura —la del actor y acaso la suya—
tratándolo como si en efecto fuera Simón Bolívar. Para cuando se estrenó
en Caracas, acabábamos de salir de los intensísimos días del 2002-2003, y la
presencia de un “nuevo Bolívar” detonaba en el país esperanzas muy parecidas a
las que el Robinson Díaz de la película ponía al descubierto.
La trama, por lo tanto, resultaba cuando menos una metáfora
de nuestra realidad. También el hecho de que en ella los directores de la
telenovela hubiesen decidido cambiar la historia sólo por razones de rating,
disponiendo para el Padre de la Patria una muerte por fusilamiento en vez de la
enfermedad que respaldan los documentos y los testimonios de la época. Acá
también, y desde mucho antes, los directores del culto a Bolívar habían hecho
ajustes y reajustes continuos a los discursos históricos para amoldarlos al
rating político de sus conveniencias.
***
Las dos recientes biopics estrenadas en Venezuela sobre El
Libertador hacen recordar muchos de los problemas que la película de Triana,
hace una década, se encargó de señalar: la relaciones de la memoria con el poder,
las diferencias que hay entre la memoria, en cuanto fenómeno social y la
conciencia histórica, en cuanto construcción más bien académica, junto a los
roles que los medios de comunicación pueden desempeñar en esto. La recepción
política que la sociedad ha hecho de Bolívar, el hombre de las dificultades, de
Luis Alberto Lamata (2013) y Libertador de Alberto Arvelo
(2013) son una prueba de ello.
La primera fue vista como la “película chavista” y, con base
en este criterio, ponderada por muchos de sus espectadores; la segunda era
esperada —y así fue recibida por muchos otros— como una producción más
equilibrada, casi como el mentis de la película de Lamata. Y lo fue, en
buena medida, pero no tanto por las razones aducidas sino, en realidad, por lo
contrario. Pero vamos por partes: el hecho de que el gobierno, incluso por boca
del presidente Nicolás Maduro, haya promovido la película de Lamata, llegando
al extremo de sugerir transmitirla por cadena nacional, pasará a la historia
como uno de los más completos ejemplos de mala publicidad de los que se tenga
memoria.
En un país polarizado esto significó, de entrada, que la
mitad de la población podría sentir animosidad ante el film. El día de
hoy, si la mayor parte de las encuestas no mienten, casi siete de cada diez
venezolanos se declaran opuestos a Maduro, y de ellos unos cinco o seis no
quisieran que no terminara su mandato. En este contexto, ¿algún empresario o
productor sensato lo escogería precisamente a él para promover su producto?
Además el actor principal, Roque Valero, había hecho una sensacional “salida
del clóset político” al declararse chavista, lo que fue todo un desastre para
el grueso de sus admiradoras, que al parecer eran fundamentalmente opositoras.
La película de Arvelo, estrenada casi un año después, no
tiene aparente relación con el gobierno, cuenta con la bendición de Edgar
Ramírez, admirado de forma casi unánime (y, la verdad, justa) por casi todos
los venezolanos, tiene el respaldo de compañías y actores europeos como Iwan
Rheon o María Valverde y es, además una superproducción. Sin embargo, en
términos de lo que hace (o puede hacer) con la memoria histórica, resulta que
es precisamente esta película y no la de Lamata, la que mejor se ajusta a
muchos de los aspectos más polémicos de la visión de Bolívar que ha promovido
el chavismo desde 1999.
***
Véanse sólo algunos ejemplos. Libertador se hace eco de la
tesis de que murió asesinado y no enfermo, en contra de casi todas las
evidencias (y para ello tuerce las cosas poniendo a su sobrino Fernando como
parte de la conspiración: no podía ser de otro modo, comoquiera que
estuvo a su lado cuando murió y dejó de eso un testimonio, ¡había que
descalificarlo!); inventa a un líder guerrillero en el Bajo Magdalena que
organiza una revolución de indígenas y cimarrones de forma espontánea (en
realidad fue enviado allá por las Provincias Unidas y justo para acabar con las
guerrillas en medio de una guerra civil); elude que fueron precisamente esos
cimarrones, indígenas y otras personas de la base de la pirámide social los que
lo derrotan en 1814, y para ello, por ejemplo, simplemente borra de la historia
a José Tomás Boves, como después borra a Manuel Carlos Piar.
Crea a un líder democrático-radical, desechando sus ideas de
instituciones hereditarias y, por sólo poner un dato más, lo presenta muy
ofendido cuando los ingleses le proponen crear un banco, cuando lo que
demuestran los documentos es que hizo grandísimos esfuerzos por atraer
inversiones (especialmente inglesas) al tiempo de que sus diplomáticos, y
generalmente por sus órdenes, pidieron millares de libras esterlinas prestadas
en Londres para financiar sus campañas. Aquel Bolívar, en efecto, es un
“noble savage”, como inventan que Simón Rodríguez lo llamaba,
probablemente muy al gusto de los financistas y del público europeo que
quieren captar con el film, una especie de Ché Guevara (y no cualquiera, sino
el del musical “Evita”). Es decir, un estereotipo que habla tanto de
nuestra historia, como los sombreros llenos de frutas de Carmen Miranda hablan
de nuestra identidad latinoamericana; un estereotipo, insistimos, como el del
“Waltz for Eva and Che”.
Por supuesto, una biopic no es un documental ni un libro de
historia, pero puede tener ese efecto e incluso otros mucho mayores. Los hechos
demuestran que el cine ha jugado un papel fundamental en la construcción de los
imaginarios. En ocasiones lo hace de forma no deliberada, y en otras
apelando a todo un aparato ideológico, escenifica personajes y episodios que
las mayorías terminan aceptando por verídicas, cumpliendo para la historia
oficial –o para la contrahistoria de una parcialidad- el rol que tuvieron los
autos sacramentales para la historia sagrada.
Así, desde los filmes épicos sobre Federico el Grande
realizados por los estudios UFA de Berlín durante el régimen nazi, tan llenos
de batallas y llamados al nacionalismo alemán; hasta Lo que el viento se llevó,
con su idílico Old South, sus confederados buena-gente (y no racistas del Ku
Klux Klan) y sus encantadoras southern belles, que en alguna medida
terminó de unir al país que en El nacimiento de una nación aún se mostraba
bastante dividido; el cine ha sido generoso en imágenes, narraciones y
explicaciones de la historia con gran impacto en la memoria de sus sociedades.
Historiadores de la talla de Marc Ferro y Mark C. Carnes han hecho aportes
sustantivos al respecto.
***
Por eso mucha gente puede tomar por ciertas las invenciones
de Libertador. Invenciones que, de paso, respaldan las que ciertas
–que no todas- versiones de la izquierda y del gobierno han hecho de la
historia. Es notable, y eso queda para el análisis de los especialistas
en publicidad y en persuasión, cómo el hecho de que Maduro ni Roque Valero
aparezcan en la escena, haya bajado las defensas de muchas personas que, de
otro modo, acaso se hubieran sentido –y a veces efectivamente se sienten-
ofendidas con las mismas ideas, dichas por otros, bajo otro modo.
Lo mismo puede decirse por la producción: Libertador
demuestra que tienen razón los productores de vino cuando meten en botellas muy
llamativas caldos más bien mediocres, cumpliendo pero al revés, el aserto del
Evangelio de los “vinos nuevos en odres viejos”. Acá se trata de vinos viejos,
casi vinagres, en odres nuevos y llamativos.
Y eso es solo en lo referente a las interpretaciones de la
historia, en cuanto a los datos falsos o tergiversados, y que a veces la consulta
de cualquier manual de Cátedra Bolivariana de tercer año de bachillerato
hubiera evitado, son tantos que un artículo no basta para enumerarlos.
Baste nada más el de Simón Rodríguez hablando con María Teresa del Toro -¡y
perseguido nada menos que por Monteverde!- en San Mateo. Un autor de
ficción tiene derecho a poner lo que quiera (por ejemplo, que Rodríguez tuviera
el don de volar, de ver a través de las paredes o de pelear kung fu), pero el
riesgo en una biopic es, de nuevo, que la gente se lo tome en serio.
Así las cosas Libertador nos evidencia que el modo de contar
la historia, puede ser tan importante, como lo que se cuenta a la hora de
influir en la memoria de los pueblos. Señoras muy antichavistas pueden
aplaudir lo que Chávez dijo durante quince años, si quien lo dice es Edgar
Ramírez y el decorado es el de una superproducción. Mientras, por otra
parte, el muy humano –y ajustado a lo que arrojan los testimonios- Bolívar de
Lamata es acusado de “chavista” porque Maduro dijo que le gustó, cuando en
realidad, es una versión que le debe más a lo escrito por Germán Carrera Damas,
John Lynch y al “Bolívar de carne y hueso” de Francisco Herrera Luque, que a la
propaganda que lo pinta como un “buen salvaje”, como una especie de Ché Guevara
de Andrew Lloyd Webber.
A esta guisa, al menos para quien escribe, es una lástima
que en la película de Lamata tenga tanto de Pimpinela Escarlata, de
espadachín justiciero, incluso perseguido por su propio Citoyen Armand
Chauvelin, encarnado en Polonio (aunque acá se invierten los roles: el
espadachín es el republicano y el policía es el monárquico). El abordaje
de “El Intrépido”, que debe ser de las secuencias más costosas y elaboradas de
la historia del cine venezolano, no hace sino abonar esta imagen, ahora un poco
al estilo de las viejas películas de piratas (nos viene Errol Flynn a la
memoria) y otros swashbuckler films en blanco y negro. Pero descontando
esto, es difícil encontrar mayores falsificaciones. Al cabo, Lamata es
licenciado en historia y director de obras como “Jericó”.
Es mucho más lo que se puede decir de estas dos
películas. Los especialistas en cine tendrán bastante que argumentar en
lo referente a la realización. A nosotros sólo nos queda advertir que en
cuestiones de historia (y de memoria histórica) dos más dos no siempre es
cuatro, que es cierta la conseja de que no todo lo que brilla es oro y de que
hay que estar muy pendiente para saber en que bando, al final, se está
jugando. También que es bueno volver a ver Bolívar soy yo: uno nunca sabe
al final quién es el loco o quién es el que engaña a quién.
Una lástima...¡50 millones en propaganda!
ResponderBorrarÉchenle el ojo a esta crítica publicada en Familia Cristiana Digital http://goo.gl/IgS8sK
ResponderBorrarGracias por la visita y comentario amigo Alí. Espero su cuento.
ResponderBorrarVeremos anónimo.
Interesantes criticas, hay que tener buena base en historia, para no simpatizar con lo que hacen con la imagen de bolivar, que ciertamente no deja de ser bastante complaciente con la historia que nos quieren inculcar los politicos y se olvidan bastante de personas altamente influyentes en nuestro pasado como lo fueron Boves y Martin, saludos
ResponderBorrarCreo que se depuraron todas las obviedades de las batallas que más se cuentan y se celebran por ser demasiado extenso y complejo contar, no es una serie ni se trata de un Documental y era obvio que se manejaría también un ritmo que la hiciera interesante...
ResponderBorrarSi en los diálogos se meten TODAS esas precisiones el público estaría saturado de información y sería mas complicado seguir la trama de lo que quería mostrarse... no la haría más real, sino más densa por exceso de información.
Al final NO lo fusilan... los hombres nunca levantan sus armas... se deja entrever esa tesis con toda claridad, pero se deja abierto a lo que pudo suceder porque no queda claro... creo que la idea de dejar ese final es simplemente abrir los espacios de debate y especulación... una licencia que se pueden dar porque no está hecha para llevar la historia a las escuelas sino para contar una visión de las cosas, tomando en cuenta diversos elementos, incluyendo los que no registra la historia oficial.
Que nos contaran de Manuelita era llover sobre Mojado, lo mismo con Santander, aunque con el segundo habrían más cosas que aquí desconocemos de él porque se le ha estigmatizado... eso si.
Los Historiadores pudieran acercar la historia a la gente y no solo contarla de manera pesada y con tantos adornos (pa´que se note que saben mucho) sin tener en cuenta a quien aprende y necesita saber en términos sencillos de donde viene, eso ES tarea pendiente, porque NO se hace eficientemente; aquí si no creo que sea el caso de ustedes pero sucede muchisimo y por eso sabemos poco para entender como público que se adaptan cosas y hechos para representar varios hechos en uno solo cuando se hace una pelicula de este tipo, como por ejemplo el paso del páramo que simplemente resume lo DURO de todos los pasos Andinos que hicieron los ejercitos, no hay que ser tan literales... representado en el hielo, el sufrimiento, las bajas y la tristeza, no solo para decir "fueron del punto A al B, fué muy cansado, les llovió y despues hizo frio, y lo dejamos así para que no se molesten quienes ven las cosas de forma literal... es una escena que refleja MUCHO más que ese solo viaje porque era imposible mostrarnos todos los viajes por separado.
Coincido que apegarse más a ciertos hechos habría sido deseable, pero si bien se sabe de Historia, habría también que saber de Cine para comprender desde donde se escribe un guión, con lo bueno y lo malo que hay dentro de ese proceso.
Miranda fue un hombre único! pero en la pelicula se refleja solo una coyuntura que lo humaniza, fueron al grano, no se puede abrir tantas subhistorias sin hacerla pesada y detestable de ver, si queremos saber de Miranda HAY que leer sobre Miranda... según las reacciones que he visto, la película nos lleva de nuevo a los libros a mirar quien fue quien y que hizo y como... eso no puede ser malo en un país donde nos conocemos poco.
Si bien la película tiene esos baches, no es menos triste que la califiquen como varios más lo vienen haciendo como "Chavista" haciéndose eco de la división, estigmatizando a quienes tienen versiones distintas de la historia o que gustan de las especulaciones o lo que sea... sin detenerse a ver lo que significa producir en nuestro País, en estos tiempos tan complicados y por nuestra gente un Film de esa envergadura... Asumamos que es "pura fantasía", aun así es una gran obra que hasta la semana pasada era solo un sueño hacer para muchos, un sueño inalcanzable y más de la mano de un director Venezolano, protagonizada por un tipo que ha logrado más de lo que muchos son capaces apenas de imaginar y con la banda sonora del músico que más nos ha hecho brillar como UN SOLO País en uno de los espacios mas fregados de popularizar como es la música Clásica... como hecho histórico, en la Historia del Cine nacional es algo inedito y MUY grande lo que han hecho... no nos podemos fanatizar tanto que todo lo volvamos "chavista" u "opositor" quitándonos la oportunidad de ver más allá de ese papelito que nos han puesto a jugar de lado y lado.
ResponderBorrarLo del rigor histórico lo entiendo... lo de poner a la gente a elegir un bando llenándola de prejuicios políticos en contra de la Película si me parece tendencioso y no habla de Historia sino de la bendita necedad donde se cree que hay que elegir entre blanco y negro para vivir en un país que es de todos y que tiene muchos matices más que los dos polos hambrientos de poder.Yo recomiendo: véanla y permítanse mirar más allá... y que cada quien se haga su propia idea. No tiene sentido decir: No la vean, yo ya la vi y la digiero por tí y creo que no te va a gustar o "No la veas porque no es Historia pura"... eso es muy loco... aunque también es una posibilidad a elegir, que en lo personal no le veo sentido.Las aclaratorias son MUY valiosas, tener a gente en internet como ustedes a quienes podemos acudir directamente, que nos pueden aclarar TANTAS cosas que no sabemos es un lujo (lo digo en serio) pero el mezclar las opiniones con la política de la división no aporta nada... esa es la parte que ni sabiendo todo de la historia tiene justificación para mi. Saludos y Felicidades por el Blog! pues mis comentarios son estrictamente basados en este post.
Gracias por sus comentarios.
ResponderBorrarSr. Roger Pereira respondo por mi crítica exclusivamente, que en este caso es la primera.
La película es indefendible. Para nada es "muy grande lo que han hecho", porque si esa es nuestra meta como país somos unos mediocres. Se perdieron esos reales de cara al respeto por la historia pero se ganaron de cara a la propaganda, a la defensa de un régimen político. Esa es la realidad. Otra cosa es querer ignorarlo.
Con mis respetos no puedo dejar de ser sincero.
Yo tampoco dejé de ser franco y no me afecta leer lo que escriben ni la respuesta, me resulta entretenido mirar otras visiones y que se hable del tema, nutre a la gente que no estuviera hablando de Historia de no ser por la película (apartándolos a ustedes que son especialistas y manejan un blog super completo sobre el tema, me refiero al común) solo veo triste partidizar el discurso si se quiere hablar es de Historia e impulsar el prejuicio... solo diferimos en la opinión. Es todo en realidad y es algo que no sabemos manejar hoy como País de ninguno de los lados sin descalificar al que opina distinto. No calificaría de mediocre la posibilidad de tener diferentes lecturas o que no coincidamos todos en sus opiniones (así sean expertos), pero la rigidez es libre también. No pasa nada... son solo puntos de vista sobre una película. Las criticas deben existir y por ahí quedarán, El hito dentro del cine Venezolano estará ahí, así nos pese o nos encante. Saludos a todos los que hacen posible este Blog!
ResponderBorrarLa Historia oficial siempre la han escrito los vencedores, lejos de ser un profesional o experto en lo que a historia venezolana respecta, mi preparación académica tiene que ver con la ingeniería, pero desde niño siempre me llamó la atención la historia de los próceres de la patria y no puedo negar que en estos ultimos 15 años en donde el nombre del libertador se ha vendido (para mal o para bien) mas allá de las típicas ofrendas en la plaza Bolívar los dias 24 de Julio y 17 de Diciembre, que esta inquietud sobre conocer nuestra historia a crecido mucho más. Sin animos de faltarle el respeto a quienes han dedicado tiempo valioso para prepararse profesionalmente en el área de la historia, pienso que a esta película LOS HISTORIADORES deberian dar el beneficio de la duda con respecto a su final, coincido totalmente con el comentarista. Roger Pereira en que ya esta bueno de promover biensea conciente o inconcientemente la division política, bien sea estigmatizando puntos de vista contrarios a la historia oficial o calificando de Chavista una película porque supuestamente se comete un error de mostrar a un Bolívar izquierdista o donde se insinúa la polémica teoría del MAGNICIDIO y en este último punto quiero empezar a discrepar con respecto a los historiadores que solo aceptan la version oficial, la cual ha sido escrita por los vencedores de la época, está comprobado que para Diciembre de 1830 en las aguas territoriales de Colombia (luego llamada Gran Colombia) navegaba un barco de guerra Estadounidense llamado Grampus y que el día 6 de Diciembre de 1830 interceptó el bergantín Manuel donde viajaba el libertador, el capitan de la goleta de guerra Grampus, le entrega una carta al Libertador. Esto sin duda contradice las memorias escrita por el supuesto doctor Reverand que en el primer boletin de 33, (que escribió 36 años despues de muerto Bolívar) indica que el primero de Diciembre de 1830 tuvieron que bajar al Libertador en una silla de brazos porque no se podía sostener producto de la supuesta tisis pulmonar, ahora la gran pregunta ¿Por qué no creer en estos boletines? La respuesta es fácil, porque se pudo conseguir un documento desclasificado por la marina de guerra estadounidense, nada mas y nada menos que la Bitácora de la goleta de guerra Grampus, todos sabemos que la bitácora de un barco es, a lo que hoy es una caja negra de un avión y la misma fue escrita en tiempo real, no 36 años despues como las memorias del supuesto doctor Reverand y digo supuesto no porque dude de que haya existido sino que aun no se ha podido comprobar si en verdad fue un doctor egresado de la academia de medicin de Paris. En fin me parece algo necio calificar de "chavista" esta película porque sugiere el tema del magnicidio, se muestre a un Bolívar conviviendo con los indios, mestizos, pardos, etc etc. Si bien es cierto que obvia personajes y momentos vitales de nuestra independencia, quizas entendible porque es difícil contar toda esa historia en 119 min, no pierdo la oportunida de recomendarsela a quien sea.y dudo que sea una propaganda del gobierno.
ResponderBorrarSr- Roger:
ResponderBorrarLa historia es política por tanto es imposible el separarlas. Bolívar fue un político y la película desarrolla una versión altamente politizada de su vida, por tanto es imposible no señalar los vínculos político-partidistas de la misma. Si ignoro esto no la comprendo. Otra cosa, y en eso estaríamos relativamente de acuerdo, es partidizar toda crítica. Por otro lado, yo no lo he descalificado a usted, a la película sí porque de eso trata la crítica histórica del cine.
Usted dice: "No calificaría de mediocre la posibilidad de tener diferentes lecturas o que no coincidamos todos en sus opiniones (así sean expertos)" Yo tampoco lo haría, y eso no se desprende de mi crítica. Yo defiendo las diversas lecturas lo que califiqué de mediocre es el hecho de creer que la película es lo mejor que hemos hecho como cine en Venezuela.
Un saludo.
Sr. Raynierd: gracias por su comentario.
Su comentario me genera confusión.
Primero dice: "La Historia oficial siempre la han escrito los vencedores," y luego dice: el película "donde se insinúa la polémica teoría del MAGNICIDIO y en este último punto quiero empezar a discrepar con respecto a los historiadores que solo aceptan la version oficial". Resulta ser que la versión oficial hoy es precisamente esa: el asesinato de Bolívar (que no es magnicidio porque ya no era Presidente de la República). La versión no oficial ahora es precisamente es la contraria, la que fue oficial hasta hace 16 años porque los vencedores son los chavistas, los que están en el poder y han financiado esta película para imponer dicha versión del asesinato.
Con respecto a los datos que aporta, esperaré a algún estudio serio para luego darle mi opinión. Por ahora todas esas tesis han sido descartada por la historiografía e incluso de algún modo por la historia oficial al desenterrar el cadaver de Bolívar y no encontrar pruebas de balazos u otra forma de asesinato.
Con respecto a su último frase: "y dudo que sea una propaganda del gobierno" solo le digo que mucha gente también se creyó el cuento de que Chávez estaba curado. ASí de simple.
Saludos.
Sé que se entendió perfectamente mi punto sobre la política y la mezcla perversa para descalificar cosas por ser de un lado o de otro. La palabra Mediocridad tambien califica, descalifica y ofende a quien se pone del otro lado de su opinión cuando cree por las razones que sean que la película tiene un gran valor independientemente de las precisiones historicas de las cuales no he renegado porque en todo momento los reconozco como conocedores del tema y comparto varias apreciaciones pero no para volvernos locos y querer meter en un saco TODO para seguirnos viendo como extraños cuando somos la misma gente, eso es lo más imperdonable de TODO lo que nos hemos hecho en estos 15 años y por eso no lo acepto tampoco de quienes se venden como la solución a todo lo que está pasando (y tengo claro quien lo inició y cuales eran los intereses de despertar ese desprecio entre nosotros). Mis puntos son claros y más que de historia hablo de la perversión del juego automático partidista, al peligro de hacerles el juego y prepararle la jugada a los partidos políticos de turno que se pelean como perros el poder y quieren arrastrarnos al resto para que creamos que existen solo dos alternativas o no hay País... asfixiando al resto. No creo que debamos aceptar que nos digan: "o estas de un lado y haces lo que digo y piensas lo que yo pienso o estas del otro"... Una cosa son las apreciaciones Históricas (que ayudan a que revisemos y los visitemos a ustedes para informarnos mejor) y otra sembrar prejuicios al público... de eso es lo que he hablado en mi respuesta. Entiendo que no llegaremos muy lejos con el tema pero me parece chevere que esta conversación quede como una forma de mostrar cierto matiz para que quienes nos leen decidan. Un abrazo Profeballa!
ResponderBorrarSaludos cordiales.
ResponderBorrarOpino que la crítica en este blog es sin duda la más apegada a lo que creo sobre ésta película.
Hago un paréntesis primero (Si es mediocre pensar que no podemos hacer algo mejor, y de un tema distinto al independentista o narco-violencia)
Volviendo al tema, quitando todo hecho histórico y que se toman la licencia para hacer de Libertador una película más atractiva a todo público, siento que el guión está muy forzado y queriendo introducir muchas acciones en pocos minutos. Quizás por eso, el Simón Bolívar de Roque Valero (por así decirlo), maneja mejor los diálogos ya que se concentra en un determinado momento de la historia de nuestro libertador.
Adicional, quería agregar que hay muchas películas que evaden en momentos cuestiones históricas para realizar algo más atractivo y "hollywoodense", entre estas Corazón Valiente (Con un William Wallace heróico) que nos enseña un guión conquistador, donde sabemos y entendemos el proceso de volverse "Héroe" a un personaje histórico. Con el Libertador me pasó todo lo contrario, me puse en los zapatos de los que no conocen nuestra historia y no entenderían las distintas tramas que conllevaban a independizarnos de España y las ganas de unirnos a Colombia sea como sea.
Personajes tan fuertes y de gran importancia como Páez quedan sólo a 2 minutos de una decisión poco trascendental, habiendo ahí un tema de "amistad" y "traición" como la hubiese con Miranda o Santander.
Santander era a Colombia lo que Páez fue a Venezuela (en pensamientos separatistas) y aún así Bolívar estuvo entre los dos, y en ésta película uno se desaparece y el otro es un traidor sin ninguna explicación aparente.
Otro hecho que me molesta es el de que con Simón Bolívar iban los buenos y los que estaban en contra eran los malos. Quizás son muchas las ganas de deidificarlo, pero tuvo equivocaciones y las ideas separatistas eran igual o mejores ideas que las de unificación de la Gran Colombia. Sólo que con puntos de vistas distintos.
Para concluir, quiero agregar que no es ilógico pensar en una propaganda por parte del Gobierno venezolano y español que son los que han invertido enormemente en éste proyecto. Las palabras "revolucionarios" y "yo soy el pueblo" son para mí, guiños al oficialismo. No creo en un Bolívar diciendo que es el pueblo frente a un General español.
Espero sus observaciones. Saludos!
Muchas gracias por su visita y comentario. Creo que se debe leer, también, la crítica de la historiadora Inés Quintero que coloqué más adelante, porque ella explica aun más un punto fundamental: la pelícúla sigue y busca fortalecer el culto al héroe. Eso lo explica todo, en especial el maniqueismo. No solo en esos ejemplos se ve que es propaganda sino también en el hecho que todo lo dicho por el difunto se ve reflejada en la misma.
ResponderBorrarSaludos.
Felicito al Sr. Roger Pereira por sus acertadas opiniones sobre la pelicula Libertador, me parece una persona que está clara con respecto a una filmación tan buena y lo que es la polarización en el país, hay que saber separar una cosa de la otra y tampoco la idea es decir que cualquier cosa que se haga o es chavista o es opositos, hay una amplia gamma de colores. gracias Sr. Roger
ResponderBorrarRoger se trajo su barra. ¡Uh ah roger no se va!j
ResponderBorrarLeo esto después de ver la película que me pareció alejada del Bolívar histórico. Pensaba soy yo la loca o aquí nadie sabe de historia de Venezuela.así que decidí buscar en Internet crítica sobre la película, y me sentí aliviada al ver que si me aprendí bien la historia de mi país
ResponderBorrarMuchas gracias por su visita y comentario. Ojalá pudiera firmar con su nombre pero el anónimo es una opción que permitimos en este blog, conocemos los tiempos que vivimos en Venezuela.
ResponderBorrarLa pelicula, El Libertador fue escrita por un estadounidense llamado Timothy Sexton, basada en el libro La Carta Que Cambiara La Historia de Jorge Mier Hoffman.
ResponderBorrarEl Film dista mucho de ser venezolana, apenas un 30% de la pelicula fue rodada en Venezuela. Fotografiada por un espanol y editada por un hindu y producida al mejor estilo de Hollywood.
Bolivar no envejece en la pelicula, su fisionomia es igual a cuando tenia 30 que cuando tenia la edad de 47.
En esta película presentan a Bolívar como un ser inmoral, que andaba detrás de una mujer de reputacion dudosa como lo era la tal Manuela Saenz. Esas cosas vergonzosas para la religión y la familia no se deben presentar en público y menos relacionarlas con nuestro héroe nacional. ¿ por que sacar siempre los defectos del Libertador?
ResponderBorrarCReo que es parte de la autocritica enfermiza que llevamos todos los venezolanos. Bolivar fue un hombre de clase alta de la colonia educado bajo los preceptos del mas esctricto catolicismo de los Asburgo, no ese malandro de barrio que lo representa en el film. ¿ Cómo le va a decir a su esposa Maria Teresa, que la negra Hipolita es su madre? ESto es un sacrilegio. ESta clase de chistes, de izquierdistas derrapados no tiene nombre.
Parece que esta cinta panfletaria fuera hecha por los enemigos del Libertador como el peruano Ricardo Palma, Santander o Sañudo
Pienso que esta obra, no instruye al cineasta sobre la realidad de una historia, por el contrario solo busca crear dudas que solo benefician a las intenciones de un grupo de personas, por cuestiones netamente politicas.
ResponderBorrarLa vida de Bolivar fue tan interesante que querer contarla en dos horas es imposible, además con los detalles que cada uno de Ustedes exigen, así que al mejor estilo de la tan popular "Trilogía" Estadounidense, la opción era partirla en 3 partes, para así hondar en los abusos españoles y explicar a los ajenos a nuestra historia el porque de la necesidad de ser independientes, la importancia de Simon Rodriguez y Andres Bello en la.formaciôn academica del Libertador, las razones políticas de la traición de Santander, la mala relación e incredulidad de Miranda hacia Bolívar, la tenacidad de los Lanceros de Páez, la maldad de Boves, el Juramento del Monte Sacro, etc; son demasiados hechos historicos para contar con veracidad en 120 minutos.
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