viernes, octubre 05, 2012

¿Por qué votaré por Henrique Capriles Radonski para la Presidencia de Venezuela?

Autor: Carlos Balladares
Publicado en: Código Venezuela


Capriles Radonski es la reconciliación y progreso de Venezuela 


En anteriores entregas evaluamos por qué no votar por Chávez, y en el último artículo dimos la primera razón para votar por el candidato de la Unidad: el ser la expresión electoral de la corriente democratizadora de Venezuela. Hoy queremos concluir esta serie de artículos sobre la decisión electoral del próximo domingo 7 de octubre, al explicar cuatro razones de nuestro voto a favor del candidato de la democracia. Existen muchas más, pero estas son para nosotros las fundamentales.
 La primera razón para votar por Capriles es que su proyecto de país plantea la superación del odio y la absurda polarización a la que nos han llevado 14 años de desgobierno chavista. Con horror padecemos todos los días las amenazas de Chávez y sus principales operantes. ¡¿Cómo es posible que nos “adviertan” que si pierden las elecciones vendrá una guerra civil?! ¡¿Por qué debemos vivir siempre bajo el signo del terror?! ¡¿Por qué nuestras vidas tienen que depender de una elección?! ¡¿Por qué nosotros que somos víctimas de sus desmanes somos acusados de “estar llenos de odios”?! Es el colmo y una grave injusticia que las personas sean botadas de sus empleos si no los apoyan políticamente, y golpeadas o asesinadas – incluso – si dan su opinión política en ciertas zonas de la ciudad y del país. Y lo peor de todo es que, usando todos sus medios de comunicación, han querido hacernos ver toda esta violencia como algo normal. Nos merecemos vivir en un ambiente de paz, donde el ejercicio de nuestras libertades no sea a costa de nuestra integridad física y espiritual.
La segunda razón es que Capriles propone el logro de la igualdad de derechos y oportunidades, lo cual está íntimamente ligada con la reconciliación. Porque un gobierno donde no existen ciudadanos de primera y de segunda según seamos o no leales al gobernante y su partido, es un gobierno que promueve la justicia y el encuentro entre todos. Esta ha sido su forma de gobernar en el Estado Miranda, donde no existe una discriminación por el color político o la condición social. Chávez logró su popularidad inicial gracias a la prédica a favor de los pobres y en contra de la desigualdad, pero no resolvió la pobreza y creó una nueva segregación basada en la fidelidad a su persona. Condicionó la ayuda del Estado a una nueva forma de esclavitud, en la que está prohibido toda crítica y disidencia; y se debe estar demostrando todos los días: por medio de la adulancia, la lealtad al máximo comandante.
La tercera razón es que Capriles cree y promueve en una sociedad productiva, donde el Estado debe centrarse en la superación de la pobreza y no en obstaculizar la inversión privada. Se abandonará esa idea atrasada de estar expropiándolo todo, y atacando a los que deseen emprender nuevas ideas y proyectos. La propiedad privada no será el privilegio de los altas jerarcas del gobierno y los empresarios que parasitan en torno a las dádivas del petroestado, sino un derecho humano al alcance de todo el que lo obtenga legalmente con su esfuerzo diario. Capriles rechaza el modelo chavista de sociedad, un rentismo petrolero segregador que ha significado el asistencialismo llevado a su máxima expresión. Y el mejor ejemplo de esta diferencia entre ambos, es el caso de los refugiados. En Miranda, Capriles educa y apoya a los refugiados para que hagan sus casas y reconstruyan sus vidas. Chávez los “secuestra” en espacios donde domina la inseguridad, y los mantiene dependiendo de él al darle la comida. Si Chávez les llega a entregar una casa jamás les da el título de propiedad, porque de esa manera son los “peones” de su partido político.
Por último debemos resaltar la honestidad de Capriles, un valor del cual Chávez siempre ha carecido. La corrupción, en los 14 años de gobierno chavista, ha sido una de las mayores de nuestra historia; y la mentira siempre ha dominado su verbo. ¿Cuántas promesas incumplidas? ¿Cuántos engaños? ¿Cuánta persecución? ¿Cuánta prédica hipócrita de reconciliación y “amor” para luego desatar el mayor de los odios sobre sus opositores? Capriles, es todo lo contrario: representa al político sincero y con valores que necesitamos. Por estas razones mi voto es para él, porque “hay un camino”.

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