HISTORIA
Y CINE III
Otro gran hito en la
evolución y crecimiento del llamado séptimo arte fue la llegada del cine sonoro
y en colores a mediados de los años 20 del siglo XX pasado. Esto supuso que el
cine se volviese aún más atractivo de lo que ya era para el gran público.
Aunque será un auténtico artista, con dotes de genio, el que revolucionaría
todas las formas hasta ahora convencionales de hacer cine, estableciendo a
partir de entonces un discurso cinematográfico moderno y con unas estructuras
conceptuales y técnicas que aún mantienen vigencia en la actualidad. Nos
referimos a Orson Welles (1915-1985) y a su película Ciudadano Kane
(1941), considerada por muchos especialistas como la mejor película de todos
los tiempos.
Welles demostró a todos
en la industria como se debía narrar una historia potenciando los nuevos
recursos técnicos que para ese entonces se disponían y haciendo del guión un
auténtico texto literario de excelsa calidad y lleno de significados sobre la
condición humana. Rosebud, palabra enigmática y ya mítica, permitió el
desencadenamiento de una historia sobre un hombre de empresas vinculado al
poder y la política que se auto/destruye al ser incapaz de encontrar el amor,
la paz y el equilibrio entre las personas que se rodeó.
Junto con Welles
empezaron aparecer otros grandes directores como el japonés Akira Kurosawa
(1910-1968), los italianos Rossellini (1906-1977), Visconti (1906-1976) y
Vittorio de Sica (1901-1974); el sueco Bergman (1918-2007), el español Luis
Buñuel (1900-1983), el inglés Stanley Kubrick (1928-1999), los franceses Godard
(1930) y Rhomer (1920-2010) y los estadounidenses Houston (1906-1987), Allen
(1935), Scorsese (1942) y Spielberg (1946) entre otros muchos más. Basta con
seguirle la pista a cada uno de ellos recorriendo y disfrutando sus distintas
filmografías para entender la grandeza del cine como medio de expresión
cultural sin parangón. Reitero que para conocer de cine, hay que ver mucho
cine, y repasar todas aquellas películas que son consideradas como obras maestras.
Luego de que nos hayamos sensibilizado sobre esto podremos ser capaces de
elaborar procedimientos teórico/metodológicos para analizar una película
determinada y contrastar su contenido con la historia real.
“En el Nombre
de la Rosa” (1986)
del director francés Jean-Jacques Annaud (1943), para poner un ejemplo, es una
excepcional película que logra recrear aspectos claves del periodo medieval
europeo. A través de unos misteriosos crímenes nos adentramos a una época
caracterizada por el fanatismo religioso en pugna con el libre pensamiento y el
racionalismo que ya la humanidad había conocido de la mano de los griegos y
romanos. La Abadía termina convirtiéndose en un maravilloso microcosmos donde
se hacen presente todos los principales actores sociales de esa ya lejana
época. La risa, contravenía, el dogma católico, y se convierte en el epicentro
de una saga detectivesca inteligente y veraz.
DR. ANGEL RAFAEL LOMBARDI BOSCAN
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE
LUZ
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