I Y II GUERRA MUNDIAL
El Siglo XX tiene dos grandes momentos: las dos primeras guerras mundiales, una
que se llevó a cabo entre los año 1914-1918, y la otra entre 1939 y 1945. El
otro periodo fue el de la “Guerra Fría” (1945-1991) donde según el decir de
Gorbachov, último dirigente soviético, la humanidad se volvió mortal ante el
riesgo de su aniquilamiento por parte de los arsenales nucleares y atómicos.
Los entendidos señalan al siglo XX como una era de progreso
científico/tecnológico palpitante cuyos logros no son pocos, tales como, el
arribo del hombre a la Luna (1969), la invención de la Penicilina: “la droga
maravillosa” por parte del británico Alexander Fleming y el Internet, esa red
mundial de socialización, que ha hecho de la información mediática todo un
embrujo.
Aunque también el siglo XX fue una era de la deshumanización. En la I Guerra
Mundial hubo 30 millones de bajas entre militares y civiles, mientras que en la
II Guerra Mundial las víctimas de esa matanza sin precedentes arrojaron la escalofriante
cifra de 60 millones. Una vez más el hombre como signo de la paradoja: capaz de
hacer tanto el bien como el mal.
Ahora bien, la pregunta clave es ¿Por qué se fue la Guerra? En ambos casos, las
causas son muchas, pero hay una que consideramos esencial y se explica en una
“historia de larga duración”. Consideramos que es a partir de la Guerra
Franco-Prusiana, entre los años 1870 y 1871, que se crean las condiciones de
los conflictos posteriores y mayores. Otto von Bismarck (1815-1898), en ese
entonces se propuso la unidad de Alemania y con ello reparar la injusticia
histórica que se cometía contra los pueblos germánicos postergados. No sólo
derrota, contra todo pronóstico, a los ejércitos franceses, sino que proclama
el nacimiento del gran Imperio Alemán.
Desde entonces Alemania reclamará al resto de las potencias dominantes un lugar
dentro del status quo. Sólo que Inglaterra, Francia y Rusia, no estaban
dispuestas a compartir las ventajas obtenidas en el reparto colonial del mundo.
Esta situación geopolítica se mantuvo enrarecida haciendo del resentimiento
alemán la principal causa de su empeño por tomar por la fuerza lo que la
diplomacia y la realidad de los hechos le negaban.
Luego de la derrota en el año 1918 y las humillantes condiciones que impusieron
los vencedores a los alemanes en el Tratado de Versalles, se crearon las
circunstancias para reeditar un segundo acto, aun más sangriento y penoso, a
partir de 1939 con la invasión sobre Polonia de los Panzer. La nueva dirigencia
alemana, no se dio por resignada, y apeló a las viejas consignas de un Reich
(Imperio) Milenario a través de la obtención de los esenciales “espacios
vitales”.
Alemania, una vez más, volvió a morder el polvo y sus vencedores le castigaron
con la división tajante de su territorio hasta el año 1990 donde vuelve a
reunificarse. Hoy, es la “locomotora económica” de Europa, y sus vecinos, entre
la admiración y el temor, sólo esperan de ella un modelo civilizatorio
inspirador y no a la nación arrogante con aún sueños de grandeza.
DR. ANGEL RAFAEL
LOMBARDI BOSCÁN
DIRECTOR DEL CENTRO DE
ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LUZ
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