VENEZUELA Y PETROLEO IV
Hoy,
en el 2012, el actual proyecto hegemónico, sigue utilizando la riqueza
petrolera haciendo mimetizar las funciones y metas del Estado con la aspiración
continuista de quienes detentan el Poder. Algo que por cierto, es una práctica
bastante común a lo largo de nuestra historia petrolera. Y quizás sea esto, la
principal deformación o error que nos ha llevado a las continuas y reiteradas
refundaciones nacionales.
Mientras
que otras naciones invierten y reproducen la riqueza petrolera, y hasta la
ahorran, para garantizarle a las generaciones venideras un “seguro de
bienestar” tal como hacen los noruegos al día de hoy, a nosotros nos ha dado
por gastarlo y dilapidarlo irresponsablemente.
Al
buen Uslar Pietri y su propuesta de “Sembrar el Petróleo” nadie le paró.
Mientras que al Padre de la OPEP: Juan Pablo Pérez Alfonzo, un excéntrico, por
aquello de proponer un consumo medido y austero de las riquezas del subsuelo
para evitar su agotamiento, lo tildaron de loco.
Hoy,
la explotación petrolera en el país se ha diversificado. Los yacimientos
encontrados en el Oriente del país han desplazado a los del Zulia. Y alrededor
de la Faja del Orinoco se encuentra una de las mayores reservas del mundo de
crudo pesado y extra pesado.
Venezuela
sigue siendo un gran “campamento minero” y sus habitantes seguirán marcados en
sus destinos futuros por éste suceso. Lo que no terminamos de aprender es que
ésta oportunidad que la naturaleza le ha brindado al país no será permanente.
El petróleo se agota, y si no, tarde o temprano, será sustituido por otras
energías alternativas más baratas y limpias.
La
cultura del petróleo ha producido un tipo de venezolano que sociológicamente es
bastante inconsistente en lo que se refiere a laboriosidad, ahorro y disciplina
social. El Estado populista y dadivoso se ha encargado de repartir la renta
petrolera en forma de limosnas públicas para atender a una legión de
menesterosos a cambio de apoyo partidista y no como política social de Estado
sobre estructuras institucionales.
En
conclusión podemos señalar que el petróleo permitió avanzar a la sociedad
venezolana en los últimos 50 años, aunque también ha producido graves
distorsiones a lo largo de ese proceso. Yo quisiera pensar que el petróleo ha
sido una oportunidad que hemos desaprovechado, y que haciendo la mea culpa
respectiva, pudiéramos asumir una “cultura del petróleo” sobre fundamentos
responsables y óptimos.
DR. ANGEL RAFAEL LOMBARDI BOSCAN
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE LUZ
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