El tráfico de Caracas tiene solución
El mito venezolano más arraigado quizás sea el pensar que nuestra tendencia al desorden no puede ser superada
Autor: Carlos Balladares Castillo
Publicado en: Código Venezuela
En la historia de nuestro país existen ejemplos de solución a los problemas sociales. No somos un caso perdido, estos tiempos que vivimos no son la norma. El caos puede ser superado, y en ese sentido esperamos contribuir con algunas ideas para hacer de la vida en nuestra ciudad capital lo más amable posible. Para ello, siguiendo el artículo anterior dedicado a la conducta de los motorizados, proponemos algunas ideas para resolver el agobiante tráfico que nos hace perder horas de nuestras vidas e incluso la vida misma por la agresividad o la imprudencia al manejar.
¡Es el colmo que los caraqueños que duermen en las ciudades satélites (Guarenas, etc.) pierdan 5 horas al día en el tráfico! ¡Es absurdo que los habitantes de la ciudad pierdan más de 1 hora en cortos desplazamientos! Esto no es vida digna, y la ciudad se hace menos productiva y más violenta por el estrés que generan las interminables colas. Los entendidos en la materia señalan que el problema tiene su principal causa en el crecimiento de la población y el parque automotor, hecho que no ha estado acompañado de la construcción de nuevas vías. El actual gobierno ha prometido construirlas pero la realidad es que han sido solo promesas. ¿Qué se puede hacer mientras no se construyan las nuevas vías? Creo que mucho, me atrevo a afirmar que podríamos mejorar la circulación con algunas pocas medidas. El secreto está en el respeto a la actual legislación.
¿Nos hemos puesto a pensar en todas la colas que se forman por la violación del reglamento de tránsito? Pensemos en todos los camiones que se paran en medio de la calle para bajar sus mercancías, en los autobuses que se detienen fuera de las paradas establecidas, en los conductores que se paran hasta en dos filas, en todas los canales junto a las acercas que se usan como estacionamiento estando prohibido (pintura amarilla), en todos los choques que ocurren por el irrespeto a las normas, en los “come hombrillo” que son la inmensa mayoría que usa el hombrillo como canal de circulación para luego incorporarse a los canales permitidos cuando alguna persona está accidentada, en todos los que irrespetan los semáforos y el sentido de las calles (“come flechas”), y pare usted de contar. Cada una de estas pequeñas infracciones crean atascos que se multiplica en pocos minutos, y al final tenemos el infierno caraqueño.
La violación de la norma se da porque las autoridades que deben hacerla respetar no castigan a los infractores; además, dichas autoridades son las primeras en violarlas; y al final nadie respeta nada porque se tiene la estúpida idea que violando la ley nos beneficiamos. Con tristeza he conocido a personas que son moralmente intachables en casi todo salvo en el manejar, las cuales se burlan de los que pretenden que los “venezolanos manejemos como los europeos”. No te pases, nos dicen, recuerda que “no somos suizos”.
Existen otras soluciones centradas en la disminución del uso del vehículo particular. La más radical es el día de parada que tiene diversos variantes como el “pico y placa”, por ejemplo. Pero lo más inteligente es generar una gran política que nos anime a caminar, usar bicicletas, desarrollar un atractivo sistema de transporte público, e incluso salir menos de nuestro hogar (las nuevas tecnologías pueden permitirlo). ¿Por qué el Estado no premia (reduciendo el pago de impuestos, etc.) a las empresas e instituciones que contraten a personas que vivan cerca de las mismas o generen empleos que se puedan realizar desde casa, a los colegios que prefieran inscribir a niños que vivan a pocas cuadras, y así de igual forma con todos los servicios que necesitamos diariamente?. Otras medidas pueden ser la coordinación de los horarios de todas las actividades de la ciudad, el cambio en los sentidos de las calles y los “semáforos inteligentes” dependiendo del tráfico, entre otras. La idea, al final, es evitar que hagamos grandes desplazamientos y de esa manera no necesitemos montarnos en el carro.
Las soluciones son conocidas, el problema está en la existencia de un gobierno incapaz de llevarlas a cabo, y en los caraqueños que no desean asumir su condición de ciudadanos. Estimado lector: ¡Atrévase a romper con este círculo vicioso de anomia e irracionalidad! ¡Respete las normas, viva la urbanidad y “no se engorile”! ¡Seamos buenos ciudadanos!.
Estimado Profeballa:
ResponderBorrarMe llamo Emilia Duclos y soy estudiante de Periodismo de la Universidad Católica de Argentina. Estoy haciendo una investigación periodística sobre la situación política de Venezuela y me gustaría contactarme con usted para hacerle unas preguntas. Por favor si quiere y puede ayudarme, contácteme a mi mail educlos@uc.cl para que arreglemos una entrevista vía email o skype (como usted prefiera). Son preguntas que apuntan más que nada a la actualidad política de Venezuela. Espero su respuesta y muchas gracias.