Descifrando lo que no se quiere contar (y V)
Autor: Clemente Balladares
Autor: Clemente Balladares
Dieter Pfeifer (28feb1923-1julio2010)
Nació en Ciudad Bolívar, comandante de tanques alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, murió en Valencia a los 87 años.
A finales de 1943 cruzo de regreso a Alemania el congelado río Dnieper, saliendo de Ucrania a comienzos del año siguiente. Entrando al sur de Europa oriental logró mantener casi intacto su grupo cuando en marzo de 1944 un bombardeo aéreo sobre sus tanques dio cuenta de su admirado Mayor Karl von Sivers. El salió ligeramente herido pero el golpe supremo era la perdida del mentor… Es un episodio del que nunca pudo hablarme en detalle sin quedarse en silencio, enrojecer su piel y humedecerse sus ojos.
En junio de 1944 logro llegar a territorio seguro, los aliados habían desembarcado en Normandia y su unidad, aún sin descanso, fue enviada a pelear en ese región de Francia, allí logró su última victoria contra un tanque Sherman norteamericano. Se fueron en retirada hasta Alsacia hacía finales de año y en el último invierno de la guerra estuvo en las Ardenas.
El 28 de febrero de 1945 recibió la orden de destruir los puentes de Coblenza. El alcalde del pueblo se acercó a la unidad de Pfeifer y le comunico que a pesar de que ellos eran militares, el era la autoridad en la zona para permitir esa destrucción. -¡Los americanos se acercaban! Le indico Dieter al alcalde y debían cortarles el camino. La autoridad entendió las razones pero exigió los documentos del comandante, al ver la fecha le dijo: - Pero usted esta de cumpleaños. Lo invitó a un brindis, a lo que Pfeifer se negó amablemente mostrando su tanque lleno de vinos. Sin embargo, el alcalde ofreció la irresistible bebida local “champaña en durazno”, la bebida se subió a la cabeza de todos los celebrantes y la misión quedó rezagada para el día siguiente.
Esa mañana un escuadrón de cazabombarderos americanos arrasó con todos los blindados dejando todos los puentes intactos. El Sr. Dieter decía que Coblenza le debe a él sus viejos puentes por su 22 cumpleaños.
Se entregaron a Patton en abril, la petición de no ser llevado con los rusos fue cumplida por el general. Pero ese consuelo les fue de poco al ver como las alemanas se entregaban a los norteamericanos por una barra de chocolate o a veces nada, incluso no había donde dormir ya que los propios alemanes no les dejaban entrar en sus casas a pasar las aún frías noches de la primavera de ese año de la derrota del tercer Reich…”para eso peleamos tanto” pensaban los vencidos.
Un asistente de Patton fue uno de los soldados que lo ayudó a enviar carta a sus padres en Venezuela.
- Mi primer amor en esos años de la guerra murió en los bombardeos aliados a Hamburgo, eso me partió el corazón. Sin embargo unos meses al terminar la guerra conocí a mi actual esposa, Eleonore, que también era medio venezolana. (Ver imagen de Pfeiffer vestido de civil). Junto a la familia de ella decidimos volver a donde nacimos, donde mis padres me esperaban. Rehice mi vida trabajando mucho y luego comencé a sembrar plantas ornamentales para hacer un buen vivero, ese negocio prospero hasta hoy. Aparte de las plantas me divertía en la costa oeste de Venezuela, hasta tanto transmití ese amor por los maress que otro de mis cuatro hijos se hizo un excelente buzo comercial. El gobierno alemán jamás me pensionó a pesar de algunos contactos que hicimos. Sobreviví a la muerte por cancer de mi hijo mayor quien tenía mis condecoraciones de guerra. No hablé mas nunca de lo que viví en la Segunda Guerra Mundial hasta que cumplí 82 cuando regresaron aquellos recuerdos y la gente volvió a preguntar.
Hay secretos, muchos más detalles y dolores que se quedaron en ese otro venezolano combatiente de las guerras ajenas a esta nación durante el siglo XX. Dieter Pfeifer era un hombre de baja estatura, muy amistoso, quien llevaba en su cuerpo más de una docena de heridas en batallas reales. No solo tenia cicatrices que ocultaba su ropa, también, creo, me escondía las historias mas vergonzosas: otras muertes mas horrendas, pánico durante el combate, quemar las villas de personas quienes solo vivían por donde pasó la vorágine, creerse mejor que su enemigo, el temor de persecución por aquellos a quienes dañó, el nieto que preguntaba: -Abuelo ¿a cuantos mataste en la guerra? La herida que deja mayor dolor en el tiempo no es aquella marcada en la piel; es haber visto el fuego, la sangre, oler la carne quemada y la destrucción a tu alrededor. Al menos murió en paz…creo eso firmemente".
Referencias:
Forczyk, R. 2007. Panther vs T34 Ukraine 1943. Osprey Publ. 80pp.
MacDonald, J. 2001. Grandes batallas de la II Guerra Mundial. Ed. Optima, 192pp.
Michulec, R. 2001. Panzer Division 1935-1945. Concord Publications. 72pp.
Editorial Planeta. Stalingrado, La tumba blanca del Reich. 156pp.
http://www.lostbattalion.com/t-ff_11PZ.aspx
http://www.germanwarmachine.com
www.achtungpanzer.com/
http://www.axishistory.com/
La primera imagen era de la colección privada, es una Panther alemán, la segunda fue tomada de internet es un tanque estaodounidense Sherman.
Una excelente crónica histórica. Lo felicito por la muy buena idea de incluir este trabajo en su Blog. ¡Abrazos!
ResponderBorrarQue gran reportaje, para no decir una mala palabra o bueno la voy a decir (esta del carajo, cojonudo arrechisimo el reportaje), felicitaciones, por favor por lo que entendi el Sr. Pfiefer peleo con la 11 Panzer Division desde sus comienzos hasta su capitulacion en Hartz Mountains region, por el 3rd Army, realizo modelos a escala y estoy muy interesado en realizar primero un modelo del Pz IV E, que si no me equivoco es la version de la foto, ahora no tienes idea cual fue las versiones del panther que uso Mr. Pfeifer, o si la foto del panther es la que el tripulaba, gracias...
ResponderBorrarEsto casi que me hace llorar. ;__;
ResponderBorrarexelente reportaje no sabia que un venezolano era tanquista del tercer reich y ser veterano de unas de las guerras mas famosas de la historia gracias por darlo a conocer
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