martes, noviembre 17, 2009

Hace 10 años murió uno de los grandes del rock venezolano: Carlos "Cayayo" Troconis

Un día como hoy pero de 1999 nos dejò Carlos "Cayayo" Troconis, uno de los grandes del rock venezolano durante los ochenta y noventa. El mismo participò en los grupos "Sentimiento muerto", "Dermis tatú" y "PAN".

Les dejo estas noticas de hoy de El Nacional, y algunass direcciones y videos al final:

Nuevas Bandas y Cultura Chacao rinden tributo a Cayayo Troconis

Conferencias, proyecciones de videos y un concierto se realizarán en el Centro Cultural Chacao, de El Rosal, para honrar la memoria del guitarrista que desapareció hace 10 años

Este fin de semana la Fundación Nuevas Bandas, con el apoyo de Cultura Chacao, realizarán dos actividades enmarcadas en la programación para rendir tributo al músico Carlos Eduardo Troconis (Cayayo), a una década de su muerte, en el Centro Cultural Chacao de El Rosal.
El sábado 21, a las 4:00 pm, se ofrecerá una conferencia, seguida de la proyección de diversos videos sobre las producciones musicales de este importante personaje del rock nacional, que se destacó como cantante, compositor, guitarrista y productor.
A la misma hora, el domingo 22, se proyectará una serie de fotos inéditas y un concierto a cargo de una banda creada especialmente para este tributo, integrada por Marcelo Toutin e invitados especiales, quienes recordarán canciones compuestas por Carlos Eduardo Troconis.
La entrada para ambos eventos es totalmente gratuita.

El rock venezolano todavía extraña a Cayayo

17 de noviembre 2009 11:53 am - Yumber Vera

Durante la última década, el semblante del fallecido integrante de bandas como Sentimiento Muerto, Dermis Tatú y PAN ha sido construido por una generación que no tuvo la oportunidad de conocerlo en vida y lo mitificó

Holden Caulfield, el personaje central de El guardián entre el centeno, novela de J. D. Salinger, decía al final del relato de su odisea que "en el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo". A lo largo de la última década, tantas historias se recuperaron y hasta se inventaron sobre Cayayo Troconis que, ciertamente y por suerte, ayudaron a que se le siga extrañando, especialmente en una sociedad contradictoria como la venezolana, aferrada constantemente a la nostalgia, pero que le da al recuerdo un valor obsoleto y un trato efímero.
Lo más interesante, sin embargo, es que durante los últimos dos lustros el semblante del otrora Sentimiento Muerto, Dermis Tatú y PAN ha sido construido básicamente por una generación que no tuvo la oportunidad de conocerlo en vida, sino a través de la distorsión del relato oral y de la descontextualización visual.
Justamente lo que determina la diferencia entre el mito y la fábula es la comprobación del hecho. Por ello llama la atención que, considerando además la intensidad de su vida ­digna de una biografía con ínfulas de bestseller o de un biopic­ y el heraldo artístico que nos dejó, se haya preferido mitificarlo a convertirlo en leyenda. No obstante, es comprensible.
A pesar de su rico acervo, el rock venezolano, hasta el encumbramiento del cantautor caraqueño nacido el 21 de octubre de 1968 y benjamín de 10 hermanos, carecía de un verdadero ídolo. Si bien es cierto que cada década disfrutó de figuras de una increíble popularidad y la escena contó con héroes que podrían haber ocupado este lugar, Carlos Eduardo (Cayayo para todos y Cayo para los más íntimos) tuvo la fortuna de ser profeta de su tiempo en una época crucial en la que la escena pospunk (surgida en la primera mitad de los ochenta, tras ser precedida por una fugaz movida punk) debatió concienzudamente si debía continuar en el under o dar el paso hacia el mainstream.
Posiblemente por el gran impacto que causó la denominada "piedra angular" de nuestro rock (Sentimiento Muerto, Desorden Público y Zapato 3), y a diferencia de manifestaciones de envergadura como el Rock Nacional, la avanzada que encabezó Cayayo quedó prendada a las décadas subsiguientes, lo que originó una continuidad inédita en el rock made in Venezuela.
Dibujante y productor
Más que cabecilla de una embestida, Cayayo fue el líder espiritual y generoso que cualquier tribu del rock hubiera deseado tener. Y en eso coinciden no sólo los músicos que compartieron con él en los grupos por los que pasó, sino los personajes que cayeron rendidos ante su encanto en Madrid, Bogotá, Buenos Aires, Los Ángeles o en Londres, donde una figura de renombre mundial como Phil Manzanera (ex Roxy Music) conectó inmediatamente con su ángel.
Su travesía en el arte de la provocación comenzó a los 14 años de edad, deambulando por el bulevar de Sabana Grande junto a otra pila de imberbes inadaptados capitalinos que encontraron en los integrantes de La Seguridad Nacional ­la primera agrupación venezolana de punk­ a sus Sex Pistols venezolanos.
Inició su andadura musical como bajista de los punks Dead Feeling y Sabotaje, para más tarde colgarse la guitarra en el tándem hardcore M-16.
Desde entonces se tornó en todo un alquimista estilístico de las seis cuerdas. De muñeca groovera, riff afilado y matiz Caribe, su estilo inconfundible es posiblemente la mayor influencia que legó en las siguientes progenies: desde José Luis Pardo de Los Amigos Invisibles hasta Gustavo Guerrero de Cunaguaro Soul evidencian su magia.
En medio de un ínterin que se tomó Sentimiento Muerto ­antes del salto a la popularidad­, Cayayo escribió uno de sus capítulos musicales más brillantes y desconocidos con el laboratorio pospunk Cero a la Izquierda, cuyas grabaciones existen, así como las últimas de Dermis Tatú, grupo que hizo de este genio desfachatado, alegre, honesto, prodigioso y obstinado, un músico integral. Y es que de todos sus emprendimientos, sin duda alguna fue con este power trio de hard rock con actitud indie ­en el que se animó a ser la voz cantante­ que llevó el rock a un extremo de urgencia y hermosura absoluta, coherente además con su forma de vivir.
Fan de Pete Townshend, Siouxsie & the Banshees y de la Fania All-Stars, se destacó asimismo por su versatilidad artística, ya sea en el papel de dibujante o de productor.
Justamente la muerte lo sorprendió el 17 de noviembre de 1999 mientras explotaba esta faceta, al frente de la realización del ciclo de conciertos Miércoles Insólitos y durante su aporte guitarrero al combinado de funk PAN. El día que se fue, al tiempo que este país tan timorato lo descubría, el rock venezolano por primera vez fue un movimiento. A una década de su fallecimiento, no estaría mal que volviera a serlo.

Pàginas y grupos

Sobre Cayayo:
http://sentimiento-muerto.galeon.com/productos530128.html

Semana de homenajes (Cronograma):

http://anarkiamusical.blogspot.com/2009/11/semana-homenaje-cayayo-troconis-por-la.html

Grupos en facebook

http://www.facebook.com/group.php?gid=41830291112

http://www.facebook.com/event.php?eid=170485979136&ref=mf#/group.php?gid=15905383393&ref=share

Entrevista a Cayayo



“TErrenal” (Dermis Tatú)



“Corazón gris” (Dermis Tatú)



“Animalito en corral” (Dermis Tatú)

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