Gracias al excelente blog "Peregrinaciones en el pasado" del historiador mexicano Felipe Castro, nos llega esta nota de acá.
Catástrofe indígena
11 Febrero 2009
El UniversalDistrito Federal— Una investigación realizada por un estudioso universitario revela la razón médica por la cual los indígenas de la Nueva España casi desaparecieron en el siglo XVI. Unos cuantos años después de la llegada de los españoles a México-Tenochtitlan en 1521, las enfermedades europeas y africanas que trajeron con ellos –principalmente la viruela, el sarampión y las paperas– mataron a muchísimos indígenas. Sin embargo, la pérdida poblacional más importante en la Nueva España durante la Colonia se debió a una serie de epidemias de fiebres hemorrágicas provocadas por una enfermedad llamada cocoliztli, desconocida por los médicos aztecas y españoles, que apareció en la meseta central (la parte más poblada entonces y hoy) en 1545 y que resurgió en 1576. “Sabemos que esta enfermedad empezaba con fiebre muy alta, intensos dolores de cabeza, abdominales y torácicos, vértigo, vómito, úlceras en la boca y los genitales. La piel tomaba un color amarillo intenso, y en el cuello aparecían unas bolas que en ocasiones deformaban la cara y por las que drenaba pus. Además, había sangrados por boca, nariz y oídos”, explica Rodolfo Acuña Soto, profesor e investigador de la Facultad de Medicina y quien ha dedicado varios años de su vida a reunir información de las epidemias en México desde la época prehispánica hasta nuestros días. Esta enfermedad, que atacó principalmente a la población indígena, en tanto que dejó casi intactos a los europeos, era muy letal y breve: entre el inicio de la sintomatología y la muerte de la persona pasaban de tres a cinco días (casi 90% de los enfermos fallecía; otra enfermedad, denominada matlazahuatl, era más lenta, menos letal y más errática). Acuña Soto detectó que durante la Colonia hubo por lo menos 12 epidemias de cocoliztli y 12 de matlazahuatl, de las cuales ha descrito y analizado las cuatro más grandes (1545,1576,1736 y 1813); en especial la de 1576, que causó la muerte de 50% de la población total de la Nueva España.
El fin de teotihuacanos y mayas
Los anillos de los árboles centenarios y el registro de los sedimentos de los lagos indican que algunas de las más severas y prolongadas sequías de los últimos 4 mil años, seguidas de hambrunas, golpearon Mesoamérica y Norteamérica entre los años 750 y 900, un lapso que coincide con el fin de las culturas mesoamericanas del periodo Clásico. Las epidemias de cocoliztli de 1545 y de 1576, que mataron a casi 90% de la población de la Nueva España, ocurrieron durante prolongados periodos de sequía extrema que en ocasiones se extendieron desde lo que hoy es Venezuela hasta los bosques boreales de Canadá, y desde el Pacífico hasta el Atlántico. A partir de las similitudes entre estos sucesos climáticos (sequías muy severas) y demográficos (pérdida masiva de poblaciones), Acuña Soto y sus colaboradores consideran que epidemias de fiebre hemorrágica asociadas a sequías pudieron haber contribuido a la desaparición de las dos principales culturas del periodo Clásico: la teotihuacana y la maya. “En el siglo XVI, las ciudades de la Nueva España se hicieron chiquitas, los pueblos se quedaron vacíos y la población indígena desapareció –dice Acuña Soto–. No hay registros visibles, simplemente la gente desapareció, y eso es exactamente lo que ocurrió con los mayas y los teotihuacanos: desaparecieron. Una hipótesis de los colapsos teotihuacano y maya de los siglos VIII y IX, respectivamente, es que se dieron durante las peores sequías que ha habido desde la última glaciación. Tenemos evidencias de sequías y colapsos poblacionales, pero no tenemos evidencias o historias de epidemias. Ahora bien, si las hubo, muy posiblemente estuvieron asociadas a sequías.”
Combinación letal
Además de registrar puntualmente las 24 epidemias de cocoliztli y matlazahuatl mencionadas y su relación con el clima, su duración y su identificación geográfica bien localizada (de dónde a dónde afectaron, qué poblaciones), Acuña Soto ha llegado a la conclusión de que la combinación de guerras, sequías seguidas por hambrunas y epidemias fue lo que acabó con las poblaciones indígenas del norte del país. “Si no tenían una guerra, había una sequía y una epidemia. No hay comunidad que aguante todo eso. En este caso, las enfermedades más letales fueron el sarampión, la viruela y el tifo, no tanto las fiebres hemorrágicas.”
Enfermedad global
Un ejemplo conocido de enfermedad global altamente letal es el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés). En 2003, las autoridades sanitarias de China apenas estaban enterándose de que una epidemia de SARS invadía su país, cuando ya había brotes de ese mal en Toronto, Canadá.
Dengue en el valle de México
En opinión de Acuña Soto, hay que estar preparados para la llegada del dengue al DF. “Es una cuestión de tiempo que utilice un corredor térmico para entrar en la gran isla de calor del valle de México, por lo cual es indispensable monitorearlo para saber cómo y cuándo va a aparecer. Ya tenemos dengue muy al norte del país, en ciudades como Torreón y Monterrey, y no debemos olvidar que un brote de dengue cercano al DF ocurrió 200 metros debajo del valle de México, por el lado del estado de Morelos.”
Estudio de las epidemias en México
“Leí libros de historia y de historia de la medicina, pero ninguno menciona, por ejemplo, cuánta gente mató cierta epidemia, ni cuánto duró ésta –apunta Acuña Soto–. Tuve que recurrir a las fuentes primarias (descripciones de testigos personales o directos) y empezar a extraer los datos existentes de, literalmente, miles de libros y documentos de archivos. Consulté el Archivo General de la Nación, códices pre y post hispánicos, el Archivo Histórico de la ciudad de México, el archivo de la Catedral Metropolitana, el archivo del Registro Civil, archivos de panteones (como el de Dolores) y de parroquias de la ciudad de México, registros de hospitales, la Hemeroteca Nacional y decenas de otros archivos y bibliotecas en México, Estados Unidos y Canadá, además de toda la documentación estrictamente médica, con datos estadísticos civiles y religiosos. Hoy tengo una base de datos en la que están prácticamente todos los eventos de salud en México desde tiempos prehispánicos hasta la fecha.” En su proyecto de investigación, Acuña Soto ha comenzado a establecer la duración de cada epidemia, en qué estación del año se dio, su extensión, su impacto en la población, su velocidad de diseminación, así como sus características de mortandad y a qué grupos afectó más. “Unas epidemias eran muy largas, de varios años, mientras otras duraban un mes, pero eran muy destructivas, como la de influenza española de 1918, que difícilmente duró un mes y que mató aproximadamente a 5% de la población del país.”
11 Febrero 2009
El UniversalDistrito Federal— Una investigación realizada por un estudioso universitario revela la razón médica por la cual los indígenas de la Nueva España casi desaparecieron en el siglo XVI. Unos cuantos años después de la llegada de los españoles a México-Tenochtitlan en 1521, las enfermedades europeas y africanas que trajeron con ellos –principalmente la viruela, el sarampión y las paperas– mataron a muchísimos indígenas. Sin embargo, la pérdida poblacional más importante en la Nueva España durante la Colonia se debió a una serie de epidemias de fiebres hemorrágicas provocadas por una enfermedad llamada cocoliztli, desconocida por los médicos aztecas y españoles, que apareció en la meseta central (la parte más poblada entonces y hoy) en 1545 y que resurgió en 1576. “Sabemos que esta enfermedad empezaba con fiebre muy alta, intensos dolores de cabeza, abdominales y torácicos, vértigo, vómito, úlceras en la boca y los genitales. La piel tomaba un color amarillo intenso, y en el cuello aparecían unas bolas que en ocasiones deformaban la cara y por las que drenaba pus. Además, había sangrados por boca, nariz y oídos”, explica Rodolfo Acuña Soto, profesor e investigador de la Facultad de Medicina y quien ha dedicado varios años de su vida a reunir información de las epidemias en México desde la época prehispánica hasta nuestros días. Esta enfermedad, que atacó principalmente a la población indígena, en tanto que dejó casi intactos a los europeos, era muy letal y breve: entre el inicio de la sintomatología y la muerte de la persona pasaban de tres a cinco días (casi 90% de los enfermos fallecía; otra enfermedad, denominada matlazahuatl, era más lenta, menos letal y más errática). Acuña Soto detectó que durante la Colonia hubo por lo menos 12 epidemias de cocoliztli y 12 de matlazahuatl, de las cuales ha descrito y analizado las cuatro más grandes (1545,1576,1736 y 1813); en especial la de 1576, que causó la muerte de 50% de la población total de la Nueva España.
El fin de teotihuacanos y mayas
Los anillos de los árboles centenarios y el registro de los sedimentos de los lagos indican que algunas de las más severas y prolongadas sequías de los últimos 4 mil años, seguidas de hambrunas, golpearon Mesoamérica y Norteamérica entre los años 750 y 900, un lapso que coincide con el fin de las culturas mesoamericanas del periodo Clásico. Las epidemias de cocoliztli de 1545 y de 1576, que mataron a casi 90% de la población de la Nueva España, ocurrieron durante prolongados periodos de sequía extrema que en ocasiones se extendieron desde lo que hoy es Venezuela hasta los bosques boreales de Canadá, y desde el Pacífico hasta el Atlántico. A partir de las similitudes entre estos sucesos climáticos (sequías muy severas) y demográficos (pérdida masiva de poblaciones), Acuña Soto y sus colaboradores consideran que epidemias de fiebre hemorrágica asociadas a sequías pudieron haber contribuido a la desaparición de las dos principales culturas del periodo Clásico: la teotihuacana y la maya. “En el siglo XVI, las ciudades de la Nueva España se hicieron chiquitas, los pueblos se quedaron vacíos y la población indígena desapareció –dice Acuña Soto–. No hay registros visibles, simplemente la gente desapareció, y eso es exactamente lo que ocurrió con los mayas y los teotihuacanos: desaparecieron. Una hipótesis de los colapsos teotihuacano y maya de los siglos VIII y IX, respectivamente, es que se dieron durante las peores sequías que ha habido desde la última glaciación. Tenemos evidencias de sequías y colapsos poblacionales, pero no tenemos evidencias o historias de epidemias. Ahora bien, si las hubo, muy posiblemente estuvieron asociadas a sequías.”
Combinación letal
Además de registrar puntualmente las 24 epidemias de cocoliztli y matlazahuatl mencionadas y su relación con el clima, su duración y su identificación geográfica bien localizada (de dónde a dónde afectaron, qué poblaciones), Acuña Soto ha llegado a la conclusión de que la combinación de guerras, sequías seguidas por hambrunas y epidemias fue lo que acabó con las poblaciones indígenas del norte del país. “Si no tenían una guerra, había una sequía y una epidemia. No hay comunidad que aguante todo eso. En este caso, las enfermedades más letales fueron el sarampión, la viruela y el tifo, no tanto las fiebres hemorrágicas.”
Enfermedad global
Un ejemplo conocido de enfermedad global altamente letal es el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés). En 2003, las autoridades sanitarias de China apenas estaban enterándose de que una epidemia de SARS invadía su país, cuando ya había brotes de ese mal en Toronto, Canadá.
Dengue en el valle de México
En opinión de Acuña Soto, hay que estar preparados para la llegada del dengue al DF. “Es una cuestión de tiempo que utilice un corredor térmico para entrar en la gran isla de calor del valle de México, por lo cual es indispensable monitorearlo para saber cómo y cuándo va a aparecer. Ya tenemos dengue muy al norte del país, en ciudades como Torreón y Monterrey, y no debemos olvidar que un brote de dengue cercano al DF ocurrió 200 metros debajo del valle de México, por el lado del estado de Morelos.”
Estudio de las epidemias en México
“Leí libros de historia y de historia de la medicina, pero ninguno menciona, por ejemplo, cuánta gente mató cierta epidemia, ni cuánto duró ésta –apunta Acuña Soto–. Tuve que recurrir a las fuentes primarias (descripciones de testigos personales o directos) y empezar a extraer los datos existentes de, literalmente, miles de libros y documentos de archivos. Consulté el Archivo General de la Nación, códices pre y post hispánicos, el Archivo Histórico de la ciudad de México, el archivo de la Catedral Metropolitana, el archivo del Registro Civil, archivos de panteones (como el de Dolores) y de parroquias de la ciudad de México, registros de hospitales, la Hemeroteca Nacional y decenas de otros archivos y bibliotecas en México, Estados Unidos y Canadá, además de toda la documentación estrictamente médica, con datos estadísticos civiles y religiosos. Hoy tengo una base de datos en la que están prácticamente todos los eventos de salud en México desde tiempos prehispánicos hasta la fecha.” En su proyecto de investigación, Acuña Soto ha comenzado a establecer la duración de cada epidemia, en qué estación del año se dio, su extensión, su impacto en la población, su velocidad de diseminación, así como sus características de mortandad y a qué grupos afectó más. “Unas epidemias eran muy largas, de varios años, mientras otras duraban un mes, pero eran muy destructivas, como la de influenza española de 1918, que difícilmente duró un mes y que mató aproximadamente a 5% de la población del país.”
Genocidio por contacto...Vaya
ResponderBorrar¿Era Luis Herrero susceptible de ser una agente de contagio? ¿Un transmisor de nuevos virus? ¿E por eso que se la ha sacado en volandas del país?
ResponderBorrarAbrao, profesor
¿o era la voz de los que no tienen voz?
ResponderBorrarSí hubo genocidio; es cierto que la mayoría murió por epidemias, pero éstas fueron mucho más mortíferas por las deplorables condiciones sanitarias y socio-laborales que padecían los pobres indios. Hubo una "conquista y destrucción de las Indias", utilizando el título de una obra recientemente aparecida sobre el genocidio indígena.El mundo indígena desapareció de un plumazo, cuando llegó el hombre blanco. Esa es la realidad incontestable.
ResponderBorrarInconstestable para usted, pero las pruebas històricas no permiten deducir esto.
ResponderBorrarSaludos
Bueno, pruebas creo que sí que hay. El padre Las Casas las contó con sumo detalle. Pero no fue el único, otros cronistas, como Fernández de Oviedo, Motolinía o Benzoni contaron cosas parecidas. Además, en el Archivo de Indias hay decenas de informes, muchos de ellos escritos por religiosos, en los que se denuncian un sinnumero de atrocidades que cometieron con los amerindios. Creo que pruebas sí que hay. Y muchas.
ResponderBorrarSaludos. Los cronistas como de Las Casas se empeñaron en defender la "Leyenda negra" de la Conquista, son testimonios; ciertamente importantes pero tendenciosos, es decir, nada objetivos. Nadie ha negado acà la crueldad de los conquistadores, yo lo que niego es el hecho que haya sido un genocidio. De eso no existen pruebas, espero escribir màs adelante, de las pruebas que niegan dicho genocidio.
ResponderBorrarEn historia lo importante son las fuentes y pruebas, no las suposiciones. Leer a De Las Casas exclusivamente, o a los que defendìan al indìgena, es como leer hoy el "Vea" y decir que esa es la fuente fidedigna de lo que pasò en Venezuela en la primera dècada del siglo XXI.
Gracias por su comentario.
O ver solo los videos de Globovisiòn, puede usar cualquier ejemplo. Ambas son fuentes que tienden a la propaganda.
ResponderBorrarComo digo no solo Las Casas, decenas de cronistas, y cientos de documentos documental el genocidio. Sé que hay quien lo niega, razones tendrán. Pero los que lo afirman también las tienen.
ResponderBorrarCierto, pero muèstreme esos cronistas... y las pruebas y despuès hablamos. Mientras tanto, no creo en mitos.
ResponderBorrarNo creo que sean mitos, ¿qué se lo pregunten a los millones de indios que desaparecieron tras el choque civilizatorio? Por fortuna, no hubo intención de ocultación de pruebas como hicieron los nazis en el siglo XX. Disponemos de decenas de crónicas y de cientos de documentos en los que se narran los horrores de la conquista. Los mismos conquistadores alardeababn de haber matado a tantos o cuantos indios, pues, a más paganos muertos más posibilidades de poder obtener una prebenda, una encomienda o un oficio. No hace falta leer al padre Las Casas, lee a Motolinía, a Fernández de Oviedo o a Martir de Anglería -nada sospechosos de ir contra España- y encontraras las pruebas del genocidio. Y entre los historiadores actuales puedes ver obras claves de investigación de Lucena Salmoral, Mira Caballos, Clavero, entre muchos otros.
ResponderBorrarEl Cocoliztli supusoel 95% de los fallecimientos de indigenas,esto es un hecho y de lo que habla el articulo,que recomendaria leer.
ResponderBorrarNo es incompatible las masivas muertes por enfermedadesd con las matanzas y el desprecio con el que los europeos trataron a los indígenas. Hubo enfermedades sí, y gravísimas, pero el trabajo forzado, la escasa alimentación y el desprecio por lo indígena crearon un desgano vital cuyo coctel letal provocó un descenso brutal de la población.
ResponderBorrarEstimado anónimo: gracias por su vista y comentario. Como decimos por Venezuela: "¡¿Qué quiere que le diga?!" Esta discusión, como muchas, termina siendo una competencia de creencias y no una discusión historiográfica.
ResponderBorrarEl "desprecio por lo indígena" fue de parte del conquistador, ciertamente, pero no de parte del misionero. Porque de lo contrario esa cultura habría desaparecido totalmente, no sabríamos nada de ella; y esto no es lo que ocurrió. Pero como le dije: esta discusión ha tendido a ser una cuestión de creencias. Yo me quedo con la hermosa discusión que generó los derechos humanos, y que está relacionada con esta tragedia.
Saludos