Introducción
El proceso de Independencia fue simultáneamente: tiempo fundacional de nuestro Estado nación y de la expresión personalista de ejercicio del poder conocida como caudillismo. Ambos fenómenos necesariamente se vieron afectados y/o afectaron la conformación territorial que se venía dando a lo largo del período hispano. A partir de estas afirmaciones deseamos examinar las relaciones entre territorialidad y caudillo, resaltando las influencias entre ambos. Por un lado, pensamos que la conformación de un territorio frente a las otros, de sus peculiaridades y diferencias ante el resto; pudieron generar su expresión política en la aparición de un caudillo que “reivindique” dicha territorialidad. A su vez, puede surgir la relación inversa: el caudillo puede establecer un dominio en una determinada área, forzando su delimitación territorial. La primera hipótesis ha sido planteada por el historiador Elías Pino Iturrieta en su obra Nada sino un hombre (2007) al afirmar sobre el territorio:
"Ese paisaje dibuja sus contornos progresivamente en atención a las disposiciones regias, queda delimitado como un ambiente diferente de los vecindarios por sus formas de vida y por los rasgos de su economía. Las características del paisaje permiten la formación de sensibilidades regionales que no ponen en peligro la integridad de la dominación. En los principios del siglo XIX pugnan tales peculiaridades por legitimar su interpretación comarcal de la vida"[1].
En cada territorio que se ha ido conformando históricamente existe una necesidad de autonomía frente a otras entidades político-territoriales que tratan de imponérseles, en especial en el caso “venezolano” ha sido la Provincia de Venezuela la que ha tratado de controlar el resto de las provincias. En especial se ha impuesto a la zona de los Llanos, los cuales fueron considerados prolongación sur de dicha provincia, pero que poco a poco este territorio se fue diferenciando y buscando su conformación en provincia.
En nuestra investigación desarrollaremos la primera hipótesis, y sólo haremos algunas afirmaciones sobre la segunda, dejándola para posteriores estudios. Se busca comprender así, el peso que tiene en la historia de la Independencia el territorio llanero, y su dominio por parte de un caudillo: José Antonio Páez. Al centrarnos en dicho caudillo, limitaremos nuestro estudio al tiempo en que dominó dicha provincia. Existen otros ejemplos de caudillos y territorio que no tomaremos en cuenta por lo limitado del presente estudio. Por nombrar los más conocidos: dentro de los Llanos podemos citar al realista Boves; en la Provincia de Nueva Andalucía existen muchos casos: Mariño, Arismendi, Monagas, Piar, entre otros. Hemos elegido el caso de Páez, entre tantos, no sólo por ser considerado el caudillo más importante de Venezuela después de Bolívar, sino también porque Páez es uno de los mejores ejemplos de caudillo de origen popular (no mantuano). Los caudillos de este tipo son el tema fundamental de una investigación más amplia que venimos realizando, la cual tiene como objetivo el conocer los caudillos de (pardos, mestizos, negros, indios, blancos de orilla) en el proceso de Independencia. La otra razón, quizás la más importante de cara al estudio de la territorialidad, es que los Llanos representan un territorio que “lucha” por su autonomía frente a Caracas y los Andes (Provincia de Maracaibo) desde mediados del siglo XVIII, siendo Páez (lo consideramos) un producto de dicha “lucha”. A su vez, los llaneros y el Llano han sido vistos como los principales protagonistas y el territorio que determinaron los resultados finales de la guerra de Independencia.
[1] Elías Pino Iturrieta, 2007, Nada sino un hombre. Capítulo “Las tierras y el territorio”, pp. 238-248. P. 242.
Imagen: zona que corresponde a los llanos venezolanos.
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