Acá les dejo este artículo de hoy de la Revista SIC
Honegger Molina
En la Historia de la Iglesia venezolana ha habido dos proyectos de creación de iglesia cismática. El primero fue forjado en tiempos de Antonio Gúzman Blanco por medio de una decreto que pretendió separar la Iglesia de su vinculo con Roma, que es decir con el Papa. Con este proyecto se pretendía la subordinación plena de la Iglesia al Gobierno nacional enajenando bienes eclesiales, para asumir el monopolio de los nombramientos y regular las actividades del clero.
Este plan no fue jamás puesto en práctica y solo fue apoyado por clérigos y personas muy cercanas al régimen.
La segunda tentativa se dio en el año 1946 y fue dirigido por Luís Fernando Castillo Méndez quien contó con al apoyo de Acción Democrática. Castillo Méndez fue ordenado de manera fraudulenta tanto de sacerdote como de Obispo y contó con abundantes recursos económicos que le permitieron tener un periódico propio y realizar continuos viajes dentro y fuera del país para entrar en contactando con otros grupos cismáticos.
Durante los próximos años mantuvo una intensa polémica a través de los medios de comunicación con los principales voceros eclesiásticos de entonces. Aunque dijo tener el respaldo de unos treinta (30) sacerdotes solo fueron conocidos tres de ellos. Uno de los cuales se llamaba, Luís Ramón Vives, quien era un reconocido militante de Acción Democrática; incluso participó como diputado de la Asamblea Nacional.El movimiento de Castillo Méndez desapareció después del derrocamiento del gobierno de Rómulo Gallegos. Sin embargo, en 1975 escribió una carta al entonces Ministro de Justicia Armando Sánchez Bueno en la que le pedía una pensión recordado precisamente su amistad como dirigentes de Acción Democrática. Castillo Méndez recibió una asignación de 4.200 bs. Y los Obispos venezolanos de legítima ordenación para esa época recibían una asignación de 2.000 Bs. Este sustento económico en el año 1997 estaba en bs. 80 pero a la llegada del presidente Chávez al gobierno fue retirado por completo.En ambos casos podemos ver la filiación partidista de quienes conformaron el movimiento y el fracaso del mismo ante la pérdida de interés o de apoyo gubernamental, además los dos atrevimientos se desinflaron rápidamente por no contar con apoyo en los sectores populares.
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