Efemérides
Un día como hoy, hace exactamente 200 años, en una Madrid ocupada por general francés Murat desde el 23 de marzo, muchos se levantan incluyendo una parte del ejército español con las pocas armas que tienen contra lo que ya es una clara ocupación del país. Los sucesos fueron producto del despertar de la conciencia de muchos españoles ante la incapacidad de la familia real de afrontar la defensa de la nación, una familia que estaba más interesada en la corona que en su patria (ver nuestro anterior post). Carlos IV y Fernando VII se encuentran en Bayona el 30 de abril y son secuestrados por el propio Napoleón en persona y su ejército. Esta situación hizo evidente para los españoles que el paso del ejército francés no era una alianza contra Inglaterra y Portugal sino que la invasión de España era parte del plan napoleónico de control de Europa.
Imágenes: La carga de los mamelucos de Goya abajo, y el monumento a los Héroes del 02 de mayo en Madrid arriba, el cual tuvo el honor y la emoción de visitar.
Les recomiendo esta página (ver acá), y a los diferentes colegas y amigos que le han dedicado un post: el magnìfico blog de "El Reportero de la historia" de JMM EN EL CUAL HAY UN VIDEO QUE NO SE PUEDEN PERDER y muchas referencias de la prensa sobre el tema aquì, y el especial de La Razòn ver acà.
Les dejo una parte del artículo de wikipedia:
En Madrid se constituyó una Junta de Gobierno como representante del rey Fernando VII. Sin embargo, el poder efectivo quedó en manos de Murat, el cual redujo la Junta de Gobierno a un mero títere o simple espectador de los acontecimientos. El 27 de abril Murat solicitó, supuestamente en nombre de Carlos IV, la autorización del traslado a Bayona de la reina de Etruria (hija de Carlos IV) y del infante Francisco de Paula. Si bien la junta se negó en un principio, en su reunión en la noche del 1 al 2 de mayo y ante las instrucciones de Fernando VII llegadas a través de un emisario desde Bayona, finalmente cedió.
El 2 de mayo de 1808, la multitud comenzó a concentrarse ante el Palacio Real. El gentío vio como los soldados franceses sacaban del palacio a la reina de Etruria, cuya salida no produjo conmoción alguna. La presencia de otro coche hace deducir que está destinado al infante Francisco de Paula. Al grito de ¡Que nos lo llevan!, el gentío penetró en el palacio. El infante se asoma a un balcón aumentando el bullicio en la plaza. Este tumulto fue aprovechado por Murat, el cual despachó rápidamente a un batallón de granaderos de la Guardia Imperial al palacio, acompañado de artillería, que disparó en contra de la multitud. Al deseo del pueblo de impedir la salida del infante, se unió la de vengar a los muertos y la de deshacerse de los franceses.
Los madrileños descubrieron en ese instante las necesidades de la guerra callejera: constitución de partidas de barrio comandadas por caudillos espontáneos; obligación de proveerse de armas (luchaban navajas frente a sables); necesidad de impedir la llegada de nuevas tropas francesas...
Todo esto no fue suficiente y Murat pudo poner en práctica una táctica tan sencilla como eficaz. Cuando los madrileños quisieron hacerse con las puertas de la cerca de Madrid para impedir la llegada de las fuerzas francesas acantonadas fuera de Madrid, el grueso de las tropas de Murat (unos 30.000 hombres) ya había penetrado en la ciudad, haciendo un movimiento concéntrico para adentrarse en Madrid.
Si bien la resistencia al avance francés fue mucho más eficaz de lo que Murat había previsto, especialmente en la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón, esta operación permitió a Murat someter a Madrid bajo la jurisdicción militar. Esto fue, tratar a los madrileños como rebeldes. Puso igualmente bajo sus órdenes a la Junta de Gobierno.
Poco a poco, los focos de resistencia fueron cayendo. Acuchillamientos, degollamientos, detenciones... Mamelucos y lanceros napoleónicos extremaron su crueldad con el pueblo madrileño. Cientos de españoles, hombres y mujeres, y soldados franceses murieron en esta refriega. Mientras tanto, los militares españoles permanecieron, siguiendo órdenes del capitán general Francisco Javier Negrete, acuartelados y pasivos. Sólo los artilleros del parque de Artillería sito en el Palacio de Monteleón desobedecieron las órdenes y se unieron a la insurrección. Los héroes de mayor graduación fueron los capitanes Luis Daoíz y Torres (que asumió el mando de los insurrectos por ser el más veterano) y Pedro Velarde Santillán. Con sus hombres se encerraron en el Parque de Artillería de Monteleón y, tras repeler una primera ofensiva francesa al mando del general Lefranc, murieron luchando heroicamente ante los refuerzos enviados por Murat.
esta orroroso
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