viernes, agosto 05, 2005

A Barreto no le gusta la hallaca (y II)

Y si le gusta le da indigestión

¿Cómo Barreto pretende rechazar el mestizaje y deformar la historia hoy? El Alcalde ha propuesto el cambio de nombre de Caracas y la revisión del día de su fundación, y con ello dar otro impulso a la revisión (deformación) de toda nuestra historia. Gracias a Dios los académicos, pero en especial el pueblo (chavista y opositor) no lo han tomado en cuenta, y la razón ello es muy sencilla, es un reclamo unánime: ¡Dedíquese a cuidar la ciudad, disminuir los índices de inseguridad, la basura en la que estamos nadando, el deterioro de las vías, y la precariedad de las viviendas!. El estudio de la historia, y su reescritura de ser necesaria por nuevos descubrimientos, es una labor seria que puede hacer tanto el historiador como el ciudadano común. El problema está cuando desde el poder se pretende generar una historia oficial, en este caso una nueva, con fines meramente políticos. Me refiero también a la otra propuesta de Barreto de ver a Guicaipuro (o Guaicaipuró como dice que se pronuncia) como un protofundador de la nacionalidad venezolana, lo cual es un anacronismo, y si a ello lo sumamos la pretensión de ponerlo al nivel de Bolívar, el círculo está completo.

En conclusión creo que la mejor actitud es asumir la diversidad que genera la mezcla. No se faje, porque por más que quiera quitarse el uso de venezolanismos no lo logrará; o si por el contrario, odia nuestro idioma por ser lengua de invasores y quiera eliminarlo, y se esfuerce en hablar caribe, seguirá hablando en el idioma que le enseñó su madre; y a pesar de que quiere aclarar su piel seguirá siendo color canela, y si es de piel clara y no le gusta lo oscurito, olvídese, no se amargue, sus genes llevan la mezcla y en cualquier momento surgirá el “salto atrás”; por ello: asuma su identidad, ame lo híbrido que somos, ese es el mayor don que tenemos. En conclusión: una cosa es hacer justicia con la historia y reconocer abusos y crímenes, y otra querer deformarla para cometer nuevos crímenes pero a la inversa. Coma su hallaca con alegría, disfrute su sabor conciente de que el mismo no sería tan gustoso – es más, no existiría – si faltara uno de sus ingrediente (el blanco, el negro o el indio). En verdad que a Barreto no le gusta la hallaca...es una lástima.

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